20 octubre 2010
Se suprimen los ministerios de Bibiana Aído y Beatriz Corredor
Zapatero cambia el Gobierno dando plenos poderes a Alfredo Pérez Rubalcaba, mientras Fernández de la Vega se retira de la política
Hechos
El 20.10.2010 D. José Luis Rodríguez Zapatero comunicó un nuevo cambio de Gobierno que incluía la salida de Dña. Teresa Fernández de la Vega como Vicepresidenta Primera, siendo reemplazada por D. Alfredo Pérez Rubalcaba que simultanearía ese cargo con el ministerio de Interior.
Lecturas
En octubre de 2010 el presidente del Gobierno, Sr. Rodríguez Zapatero, realiza una modificación de su gabinete con respecto al Gobierno presentado en abril de 2009.
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EL NUEVO GOBIERNO (OCTUBRE 2010)
- Presidente – D. José Luis Rodríguez Zapatero
- Vicepresidenta 1ª, ministerio de Interior y Portavoz – D. Alfredo Pérez Rubalcaba
- Vicepresidente 2º y Economía y Hacienda – Dña. Elena Salgado
- Vicepresidente 3º y Relaciones Comunidades Autónomas – D. Manuel Chaves
- Asuntos Exteriores – Dña. Trinidad Jiménez
- Justicia – D. Francisco Caamaño
- Defensa – Dña. Carme Chacón
- Interior – D. Alfredo Pérez Rubalcaba
- Fomento – D. José Blanco
- Educación – D. Ángel Gabilondo
- Trabajo – D. Valeriano Gómez
- Industria – D. Miguel Sebastián
- Medio Ambiente – Dña. Rosa Aguilar Rivero
- Administraciones Públicas – Dña. Elena Salgado
- Ciencia e Innovación – Dña. Cristina Garmendia
- Cultura – D. Ángeles González Sinde
- Sanidad- Dña. Leire Pajín
- Presidencia- D. Ramón Jauregui
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SALIDA DE MINISTROS VETERANOS DEL GOBIERNO ZAPATERO
Dña. María Teresa Fernández de la Vega, primera mujer Vicepresidenta del Gobierno en España, abandonaba el ejecutivo español para ser miembro del Consejo de Estado.
D. Miguel Ángel Moratinos abandonaba el ministerio de Exteriores, varios periodistas escribieron que lloró en su despedida del cargo.
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La polémica foto que escogió LA GACETA para informar del ‘ascenso’ del Sr. Pérez Rubalcaba.
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BIBIANA AÍDO SE ENTERÓ DE LA SUPRESIÓN DEL MINISTERIO DE IGUALDAD DURANTE UNA ENTREVISTA EN TELECINCO
Justo la mañana del 20.10.2010 en que se anunciaba el cambio de Gobierno la ministra de Igualdad, Dña. Bibiana Aído, era la invitada en el programa ‘Informativos TELECINCO Matinal’, por lo que se enteró por su entrevistador, D. Hilario Pino, de que su ministerio había sido suprimido. Aseguró que nadie le había adelantado nada y rechazó hacer ningún tipo de valoración.
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EL ALCALDE DE VALLADOLID CRITICA QUE NOMBREN MINISTRA ‘A LA MORRITOS’
El alcalde de Valladolid y miembro del Partido Popular, D. Javier León de la Riva fue muy criticado por sus palabras burlonas sobre la nueva ministra Dña. Leire Pajín: «Cada vez que le veo esos morritos pienso en algo que prefiero no decir», comentó.
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Este Gobierno Rodríguez Zapatero será el encargado de finalizar la legislatura, aunque habrá un último cambio en el ministerio del Interior, cuando D. Alfredo Pérez Rubalcaba abandone el ministerio para asumir el cargo de candidato a la presidencia del Gobierno por el PSOE.
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LEIRE PAJÍN CESADA COMO SECRETARIA DE ORGANIZACIÓN DEL PSOE
Dos años duró Dña. Leire Pajín al frente de la Secretaría de Organización del PSOE. El Sr. Rodríguez Zapatero aprovechó aquel cambio de Gobierno para nombrarla ministra y apartarla del control del partido, donde había mantenido enfrentamientos con los barones. El nuevo Secretario de Organización sería uno de ellos, D. Marcelino Iglesias, de Aragón.
21 Octubre 2010
La rectificación
La reacción de alivio que experimentó el partido del Gobierno y, sin duda alguna, una parte importante del electorado de centroizquierda tras la remodelación del Ejecutivo anunciada ayer por el presidente Rodríguez Zapatero, ofrece la medida justa del momento desesperado por el que atravesaba el proyecto socialista por el elevado desempleo, el desplome en las encuestas y el distanciamiento de sus bases tras el giro en política económica forzado por la crisis financiera. De momentos así solo se sale con operaciones de envergadura. Y Zapatero ha cerrado dos en apenas unos días: un pacto parlamentario que le asegura la legislatura y la mayor remodelación de su Gobierno desde 2004, no solo por el número de ministros afectados, sino, sobre todo, por la impronta de la operación, lejos del gusto por la sorpresa que siempre ha caracterizado la formación de sus gabinetes. Una remodelación, en definitiva, dirigida a insuflar dinamismo en el último tramo del mandato y a ordenar la decisión sobre su tercera candidatura, o sobre su sucesión.
Era incoherente que el giro en las prioridades no hubiera ido acompañado por una modificación del equipo encargado de aplicarlas. Zapatero tenía la teoría de que introducir cambios ahora retrasaría la aplicación de las reformas. Ese criterio se mantiene en parte: no hubiera sido razonable que el día que se aprueba el Presupuesto se despida a la vicepresidenta que lo ha elaborado y responde de su cumplimiento.
Pero no es menos cierto que el presidente sí ha rectificado ese criterio en parte. El cambio más importante es la sustitución de la vicepresidenta Fernández de la Vega por Pérez Rubalcaba, que también asume la portavocía del Gobierno. Lo principal es el enorme protagonismo público y parlamentario que adquiere y que su ascenso sea compatible con su continuidad en Interior. Habría sido un error hacerlo a costa de dejar inconclusa la tarea para la que fue nombrado en 2006: el fin de ETA.
Otro acierto supone el nombramiento de Ramón Jáuregui como ministro de la Presidencia, después de haber prescindido incomprensiblemente de él como portavoz parlamentario adjunto para enviarlo al Parlamento Europeo. La carrera de Jáuregui, del Ayuntamiento donostiarra al Consejo de Ministros, pasando por todas las Administraciones, define una trayectoria inversa a la de tantos políticos llegados a la cumbre sin apenas experiencia de gestión. La sustitución de Corbacho en Trabajo ha resultado la más obvia al entrar un especialista como Valeriano Gómez, encargado de una tarea difícil: restablecer el diálogo con los sindicatos sin modificar la reforma laboral y pactando la de las pensiones para evitar desbordamientos a la francesa. La presencia de Rosa Aguilar, ex alcaldesa de IU en Córdoba, en Medio Ambiente es un gesto hacia el electorado de izquierda.
Es llamativo (y polémico, a la vista de las expectativas levantadas) que los dos ministerios que desaparecen en aras de la austeridad sean los de Igualdad y Vivienda, con la particularidad de que sus titulares, Aído y Corredor, siguen al frente de esas competencias, pero ahora como secretarias de Estado. También es significativa la salida de Moratinos. El principal cometido de su sucesora, Trinidad Jiménez, será definir una línea de política exterior más claramente identificable por sus prioridades. Su sustitución por Leire Pajín, desplazada del partido, guarda seguramente más relación con los equilibrios internos que con su preparación para el puesto.
De todo ello se deduce que el criterio esencial ha sido ahora el de rodearse de ministros con más peso político, capaces de formular y ejecutar políticas y no limitarse a enunciar la posición oficial. Al igual que con el giro en economía, el acierto de Zapatero consiste esta vez en su mayor rectificación: el abandono de su idea de que la política la hace el presidente, y que los ministros son meros auxiliares suyos.
21 Octubre 2010
Crisis, pero Zapatero sigue
21 Octubre 2010
Zapatero abdica en un virtuoso del trabajo sucio
LA REMODELACIÓN del Gobierno llevada a cabo por Zapatero corrobora que todo es empeorable en esta vida. Los cambios efectuados demuestran que su proyecto está agotado, que no da más de sí, porque el nuevo Ejecutivo no sólo va a tener menos capacidad de gestión sino que además pierde lo poco que quedaba de impulso democrático y del primigenio talante de Zapatero.
En primer lugar, existe una gran distancia entre las razones que esgrimió ayer Zapatero para recomponer el Gobierno y las decisiones que ha adoptado. Si el motivo de la remodelación era la creación de empleo y la recuperación de la economía, como dijo el presidente, no se entiende que siga en el puesto una persona tan incompetente como Elena Salgado. Y menos todavía que nombre ministro de Trabajo a Valeriano Gómez, un sindicalista de UGT que secundó la huelga general y acudió a la manifestación contra la política del Gobierno. Dado que Zapatero ha dado a entender que está dispuesto a negociar el reglamento de la reforma laboral, Gómez es la persona idónea para dar marcha atrás y recomponer la relación con los sindicatos a costa de volver a encrespar los mercados.
Bien está, en cambio, la supresión de los ministerios de Vivienda e Igualdad, que supone la degradación de Bibiana Aído y Beatriz Corredor a secretarias de Estado. También podría haber integrado Ciencia y Tecnología en Industria y Cultura en Educación. Igualmente, ha dejado pasar la oportunidad de relevar a Chaves, sin ninguna utilidad en el Gobierno más que acrecentar el opresivo peso del pasado.
Parece acertado el nombramiento de Trinidad Jiménez en Exteriores, sustituyendo al irrelevante Moratinos, aunque suena a premio de consolación tras su derrota en las primarias de Madrid. A Leire Pajín le agradece los servicios prestados al promocionarla a Sanidad, un cargo para el que es más que dudoso que esté preparada. José Blanco pierde posibilidades de ser el sucesor, pero Zapatero le compensa al poner en sus manos la organización de las campañas del partido con el respetado Marcelino Iglesias de intermediario.
Pero todo ello es accesorio comparado con lo que representa la concentración de poder sin precedentes en la persona de Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente, ministro y portavoz, que, además, servirá de interlocutor al CNI, depositario de muchos de los secretos del Estado, y seguirá siendo el principal valedor de Elena Salgado. Zapatero recurrió ayer a la coartada de que es un hombre «que se expresa muy bien», cayendo en el mismo tópico de la falta de comunicación del que echan mano todos los dirigentes que son incapaces de asumir sus errores.
El presidente se ha entregado a un profesional del trabajo sucio como refleja su historial: desempeñó un activo papel para ocultar los crímenes de Estado en el último Gobierno de Felipe González, fue el incitador del acoso a las sedes del PP en 2004, el responsable de Interior cuando se produjo el chivatazo del Faisán y el hombre que sigue obstaculizando la acción de la Justicia que impulsan las víctimas del 11-M. También resulta significativa la promoción de Ramón Jáuregui, otro veterano de la política que era delegado del Gobierno en el País Vasco y secretario del PSE cuando se crearon los GAL, aunque luego haya tenido una trayectoria digna en otros cometidos.
No resulta exagerado decir que Zapatero ha dejado España en manos de Rubalcaba al igual que los reyes depositaban el poder en manos de sus válidos. Lo que el presidente ha hecho es abdicar de sus responsabilidades al ceder a una sola persona áreas de gobierno que antes estaban repartidas. Por ello, quedará muy resentida la imagen de neutralidad en el funcionamiento de la Administración que había conseguido la incansable vicepresidenta Fernández de la Vega, elogiada ayer hasta por el cardenal Rouco.
Aunque Rubalcaba fuera la persona más brillante del mundo y el ser humano más íntegro sobre el planeta, resultaría una equivocación colocar en las mismas manos las competencias de Interior, donde se ejercen políticas de Estado que requieren consenso, y las propias de un vicepresidente y un portavoz, en las que priman criterios de rentabilidad política y electoral. A partir de ahora, la lucha antiterrorista va a ser interpretada en clave partidista, como baza electoral de un Gobierno que puede estar tentado a legalizar a la izquierda abertzale. según se puede desprender de ciertos gestos del Ejecutivo. Sin ir más lejos, el presidente aprovechó la crisis para valorar como «determinante» la evolución del entorno de ETA y recalcar que sus mensajes «no van a caer en balde».
¿A qué suena todo esto? Da la impresión de que Zapatero ha agotado su proyecto y confía en que le saque las castañas del fuego o le permita salvar los muebles un profesional de la política que representa todo lo contrario de lo que era su discurso cuando llegó al poder en 2004.
21 Octubre 2010
Todo el poder a los soviets de Fouché
26 Octubre 2010
Floreros
El alcalde de Valladolid es un machista. Burdo y chabacano. Pero es menos peligroso de lo que parece. Su estulticia es tan evidente que da para comentarlo en multitud de tertulias progres, pero ni siquiera infunde miedo. Existen, sin embargo, otras manifestaciones más sutiles de discriminación hacia las mujeres que, a la larga, pueden ser más dañinas. Se da por supuesto que Zapatero es el primer presidente feminista de la historia de España porque así se ha definido él mismo en alguna ocasión. Pero algunas de sus actuaciones han contribuido a alentar más el machismo en la política que las sandeces de los políticos misóginos como el vallisoletano.
Al margen de la ley de violencia de género o la del aborto, ser un presidente feminista ha consistido, para Zapatero, en nombrar a más ministras que ministros, en poner al frente de Defensa a una mujer embarazada y en crear el Ministerio de la Igualdad. Pero ser feminista es más difícil que todo eso. Si con la composición de un gobierno se desea transmitir un mensaje que ayude a las mujeres, Zapatero tenía que haberse garantizado que las ministras elegidas superasen en eficacia y aplomo a la media de sus compañeros para evitar que fueran juzgadas como floreros. Por supuesto que hay ministros hombres de escaso calado y pasan desapercibidos, pero ¿quién dijo que el mundo es justo? Con la designación de Bibiana Aído, Beatriz Corredor o Leire Pajín, Zapatero ha hecho un flaco favor a la causa femenina. Cuando un presidente diseña su gobierno es como un escultor modelando una figura de barro. En esa obra se reflejan sus obsesiones, miedos, fortalezas y debilidades, sus dependencias, desconfianzas, aversiones y manías.
Con su anterior ejecutivo, Zapatero se dejó llevar por los antojos, jugueteó con su poder y el resultado fue una escultura llamativa por fuera y hueca por dentro. Ahora, para convencernos de que ha bajado de la nube, que sabe cincelar el granito cuando toca, no duda en hacer añicos su obra anterior. Pese a la voluntad de enmienda, persiste el caprichoso encaje de Pajín en un ministerio, un ultraje al valor del mérito y, por tanto, motivo de indignación para muchas mujeres que se han formado mejor además de aplicarse con tesón a su carrera profesional.
Los gobernantes se ven constreñidos por equilibrios imponderables a la hora de formar sus gabinetes. Zapatero se impuso él mismo unos condicionantes en los que ha quedado atrapado. En Catalunya, la cuota femenina nunca ha sido motivo de gran preocupación, pero no por ello se han forjado gobiernos de mayor empaque. Aquí se encajan las piezas según el reparto de poder entre partidos, entre familias dentro de una misma fuerza política, con una pizca de representación femenina y mucho equilibrio territorial. Un batiburrillo incoherente. Y es que, en el fondo, cualquier presidente tiende a pensar que él es el guía y los demás, mera comparsa cuya principal cualidad debe ser no hacerle sombra.
Los que no suben
En una remodelación de gobierno no sólo cuenta quién sale y quién entra, sino también quién pensaba escalar posiciones o se daba por supuesto que lo haría y finalmente no ha sido así. Hay dos nombres que se incluirían en esa categoría: Carme Chacón y José Blanco, aunque este, de rebote, haya añadido Vivienda a su cartera de Fomento.
Hacer hueco a De la Vega
El primer signo evidente de que se estaba gestando un cambio de gobierno y que María Teresa Fernández de la Vega saldría del Ejecutivo se produjo el 9 de julio, cuando el Consejo de Ministros aceptó la renuncia de Miguel Vizcaíno Márquez como miembro permanente del Consejo de Estado, justo el puesto que finalmente ocupará De la Vega.
Cumbre en campaña
La cumbre euromediterránea de Barcelona que fue aplazada el pasado mes de junio y a la que tenía que asistir el presidente Barack Obama está prevista en principio para el 21 de noviembre, dos semanas después de la visita del Papa y en plena campaña electoral catalana. Aunque se están haciendo todos los preparatorios por si es posible convocarla, parece difícil que se celebre, puesto que la situación en Oriente Próximo no es previsible que mejore hasta el punto de que merezca la pena celebrar una cumbre que acabaría sin resultados.
El Análisis
La remodelación del Gobierno realizada por José Luis Rodríguez Zapatero en octubre de 2010 ha generado diversas interpretaciones en la prensa española, reflejando las diferencias ideológicas y editoriales entre los principales medios. Por un lado, El País percibe el cambio como una necesaria rectificación para revitalizar un Ejecutivo agotado por la crisis económica y el desgaste político. Según su análisis, la inclusión de figuras como Alfredo Pérez Rubalcaba y Ramón Jáuregui aporta la experiencia y el peso político necesario para afrontar los desafíos restantes del mandato.
En contraste, El Mundo y ABC critican la remodelación desde una perspectiva opuesta. Ambos diarios coinciden en que los cambios reflejan la desesperación de un gobierno en declive, más enfocado en salvar la imagen del partido que en resolver los problemas del país. El Mundo es especialmente duro al señalar que la concentración de poder en Rubalcaba es una muestra del agotamiento del proyecto de Zapatero, mientras que ABC considera que el nuevo gabinete es un mero «movimiento táctico» sin verdadero impacto en la resolución de la crisis económica. En resumen, mientras El País ve un intento de reorientación, El Mundo y ABC interpretan los cambios como un paso más hacia la decadencia del Gobierno.
J. F. Lamata