23 agosto 1992

La revista DAILY MIRROR se ha cebado con la condesa inglesa

Sarah Ferguson, duquesa de York, abandona su residencia en Reino Unido para vivir en Argentina acosada por la prensa

Hechos

En agosto de 1992 la prensa española informó que Sarah Ferguson abandonaría el país.

Lecturas

Los diarios sensacionalistas DAILY MIRROR (propiedad del grupo MGM presidido por David Montgomery) y  THE SUN  (propiedad de Rupert Murdoch) se ceban en el primer miembro de la familia real británica que protagoniza un divorcio sonado.

21 Agosto 1992

Los tribunales permiten la publicación de las fotos de Sarah Ferguson por su interés público

Luis F. Fidalgo

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La justicia ha dictaminado que la vida privada de la familia real interesa al público permitiendo así publicar las polémicas fotos de la Duquesa de York.

Tras la decisión de un tribunal británico, ante la falta de legislación concreta y por su interés público, ayer se publicaron en el Reino Unido las conmprometidas imágenes de Sarah Ferguson en «topless» junto al millonario tejano John Bryan. El escándalo volvió a salpicar ayer a la familia real británica al aparecer en varios periódicos la foto de uno de sus más polémicos miembros, la Duquesa de York, abrazada y besada por su teórico asesor financiero, el multimillonario americano John Bryan, en una piscina de Saint Tropez, en el sur de Francia. Los abogados de Bryan intentaron infructuosamente conseguir un mandato judicial. para evitar que esas fotografías fueran impresas, pero ante la ausencia de una normativa específica que regule la privacidad en el Reino Unido, los tribunales decidieron que los periódicos podían publicarlas. El Daily Mirror -que vendió todos los 3,5 millones de ejemplares que lanzó a la calle- hizo ayer un despliegue con las 22 fotografías de la pareja, en situaciones comprometedoras para quien todavía es la esposa de uno de los hijos de la Reina y que, por lo tanto, sigue recibiendo una sustanciosa aportación económica de las arcas del Estado. El asunto ha vuelto revitalizar la vieja polémica de si es ó no necesario tipificar una normativa específica de defensa de la intimidad como existe en otros países.

La decisión de los tribunales permitiendo la publicación de estas fotografías ratifica implícitamente el dictamen emitido por la Press Complaints Commission -el órgano de autocontrol de la propia prensa británica- hace sólo unas semanas con motivo del «affaire» del ministro David Mellor con una actriz. La organización reconocía que el público tiene derecho a conocer la conducta privada de los políticos si puede afectar a sus actividades públicas. Quienes ostenten un cargo público, argumentaba el órgano autorregulador de la prensa, deben quedar siempre sometidos al escrutinio público. Ayer mismo, tras la «revolución» originada en el país por las nuevas fotos de la Duquesa de York, el presidente de la Press Complaints Commission -en la que están presentes miembros de la prensa seria y de los tabloides y personajes representativos de la sociedad británica-, Lord McGregor of Durris, volvió a rechazar posibles leyes sobre la privacidad y afirmó que proteger la intimidad de personas privadas podría terminar protegiendo la mala conducta de personajes públicos. De nuevo en este caso de la duquesa de York, como lo fue en el del ministro Mellor, el concepto de «interés público» es el pilar central sobre el que se sustenta el derecho de la prensa a informar. Un pilar cuya interpretación ha originado polémica en la prensa y en el propio Parlamento, sin que hasta ahora se haya conseguida encontrar una posición definitiva al respecto. La colisión entre el derecho de los periódicos a informar y del público a ser informado, y el derecho a la intimidad y a la privacidad, sigue siendo una frontera difícilmente definible.

En 1990, una comisión creada a instancias del propio Gobierno y presidida por el ilustre abogado sir David Calcutt, rechazó la idea de sacar adelante una ley sobre la privacidad. El director de The Times, Simon Jenkins, aseguró ayer a la cadena de televisión ITV que «no es responsable pensar que unas fotos interesantes para el público se hubieran dejado de publicar. Hubiera sido ultrajante que se publicaran en toda Europa y no en nuestro país». Jenkins recordó también que los británicos, a través de los presupuestos del Estadó, financian las actividades de la familia real, «lo cual nos da derecho a conocer detalles de su vida». Ayer mismo, Buckingham Palace emitió un comunicado en el que desaprobaba la publicación de «unas fotos tomadas en esas circunstancias». El editor del Daily Mirror, Richard Stott, señaló que la publicación estaba justificada por la propia hipocresía que ha rodeado las relaciones entre la Duquesa de York y John Bryan desde que se hicieron públicas hace siete meses. «Las fotografías muestran a un hombre que ha intentado, con bastante éxito y cinismo, manipular a la prensa», afirmaba el periódico en un editorial. «No sabemos si el príncipe Andrés (el marido de Sarah Ferguson) o la Reina sabían que clase de hombre está «ayudando» a la Duquesa en estos momentos difíciles», añadía. El propio John Bryan, tras ver rechazado en los tribunales su intento de paralizar la publicación de estas fotografías, atacó la invasión de su intimidad y la falta de una ley adecuada en el Reino Unido. «No hay duda de que mi privacidad y la de la duquesa de York han sido manifiestamente violadas» declaró.