12 mayo 1976

'El Bunker' acusa a Fraga y a Areilza de traidores y a Arias Navarro de incapaz por no impedírselo

126 procuradores franquistas publican una carta de protesta contra Arias Navarro y Fraga por permitir la celebración del Congreso de la Unión General de Trabajadores

Hechos

El 12 de mayo de 1976 se difundió en prensa el ‘escrito de los 126’ firmado por 126 procuradores de Las Cortes.

Lecturas

Representantes de ‘el Bunker’

Entre los firmantes que acusan al Gobierno de estar incumpliendo la ley se encuentran los ex ministros D. José Antonio Girón de Velasco, almirante Nieto Antúnez, D. Raimundo Fernández Cuesta y D. José Utrera Molina. También el joven D. Miguel Primo de Rivera Urquijo.

Representante del Partido Carlista

D. Gabriel de Zubiaga Imaz, procurador perteneciente al ilegal Partido Carlista, también firmó el manifiesto. Su presencia es polémica, dado que el Sr. Zubiaga Imaz forma parte de la Junta Democrática.

 

 

13 Mayo 1976

Puntos oscuros en la contrarreforma

EL PAÍS (Director: Josep Melia)

Leer

¿Es posible, o mínimaniente razonable, que Gabriel Zubiaga Imaz, que perteneció a la Junta Democrática de España, y convoca con la oposición las manifestaciones de amnistía haya firmado el escrito de los 126 contra la reforma, el cambio, y en defensa del inmovilismo político?Curiosamente, sin embargo, el nombre de Zubiaga figura en la lista de firmantes del famoso escrito de los 126. En una lista que al hacerse pública contiene tan sólo, curiosamente, 114 nombres, ¿Dónde están los 12 que faltan? Creo que vale la pena decirlo. Porque 8 de ellos inmediatamente dijeron,que nada tenían que ver con el documento en cuestión, un noveno lo habrá hecho después, y los otros 3 es que pura y simplemente están muertos.

El tema es muy grave. Lo com prendo. Somos varios los que inquietos por la cuestión, logramos ver la primera relación de firimantes, que se había entregado a los periodistas. En aquella lista sí figuraban los 126 nombres. Pero entre ellos estaban los del señor Ferrer Lledó, el señor Pérez Pillado, y algún otro, que habían fallecido mucho antes de que ocurrieran los hechos a que hace referencia el documento. Del señor Ferrer Lledó por ejemplo, hizo un gran elogio necrológico Fernández- Miranda, el día que se aprobó la Ley de Relaciones Laborales, de la que pese a saberse devorado por un cáncer que ponía fecha fija a su muerte, el procurador había sido ponente. Y he ahí, sin embarlo, que su nombre figura. denunciando una reforma sindical que sólo ha sido conocida muchas semanas después.

¿Cómo es posible que ocurra esto? El tema, a mi modo de ver, tiene dos partes. Una, de carácter hist órico, y otra, de simple procediíniento. La primera, sólo puedo contársela a título de rumor.

Según parece, hace varios meses comenzaron a recogerse firmas para un escrito, que iba a encabezar cierto ilustre militar retirado que pertenece a las Cortes. Una recogida masiva, como se puede imaginar plantea grandes dificultad.es cuando los firmantes viven a lo largo de todo el país. Por eso, según impresiones recogidas en círculos parlamentarios, el proceso se habría dilatado más de la cuenta. Y los hechos, a su vez, habrían exigido a juicio de los inmovilistas un escrito más enérgico. Razón en virtud de la cual, el militar en cuestión desaparecería como primer firmante y daría entrada al señor Martín Sanz, que encabezaría así el grupo de discrepantes contra la reforma. Ese grupo a quien un editorial del diario YA, les pregunta si están ciegos.

Luego está la segunda parte del tema. En las Cortes las firmas han sido hasta ahora Un acto de cortesía. Como el reglamento exigía la existencia de 10 firmas para las enmiendas a la totalidad, era corriente que quienes viven en provincias aprovecharan los días de pleno o de comisión, para recoger firmas en documentos apenas esbozados e incluso en hojas en blanco. La confianza y el respeto permitían que esta práctica viniera a resolver problemas sin originar otros. Extremo que esta vez puede haber dado pie a un ligero abuso. O quizás a un exceso de confianza no tan ligero.

Me consta, por ejemplo, que el procurador Mateo Tarí, ha dirigido un escrito al presidente de las Cortes retirando su firma, y afirmando que fue sorprendida su buena fe al pedírsela para un escrito que no leyó. Creyó, habituado como está a las buenas, costumbres de vecindad política, que el escrito no contenía sino las habituales peticiones de rutina. Y como él, supongo, muchos otros están en su caso. Y que no sólo no están contra la reforma sino que están decididos a decir que les parece corta, y que resulta necesario ir mucho más lejos todavía.

Me temo, por tanto, que el escrito necesita ser defiactado, y que la contrarreforma tiene mucho menos contenido de lo que a primera vista puede parecer. Y como prueba de ello voy a citar un último ejemplo. Tengo noticias de que cierto consejero naciónal que aparece en la lista de firmantes repite a quien lo quiere oír, que él no ha firmado. Se comprenderá pues, que son demasiados puntos oscuros. Y que las cosas, a la hora de la verdad, no tendrán el sello que se les ha querido dar. Aunque, por supuesto se sigan oyendo las pataletas de los que no se resignan a admitir que la circunstancia histórica ha cambiado.