10 febrero 1986

Crece el poder de Miguel Herrero Rodríguez de Miñón en la vicepresidencia poniendo en peligro la autoridad de Jorge Verstrynge

7º Congreso de AP: Manuel Fraga es reelegido líder en el primer cónclave de Alianza Popular que se realiza con listas abiertas

Hechos

El 09.02.1986 se clausuró el VII Congreso de Alianza Popular.

Lecturas

El 9 de febrero de 1986 se clausuró el VII Congreso de Alianza Popular.

Por primera vez en un congreso del AP la elección de los 30 miembros del Comité Ejecutivo no ha sido realizada por designación del presidente D. Manuel Fraga Iribarne, sino por votación directa mediante un proceso de lista abierta en la que entrarían en la ejecutiva los 30 militantes más votados por los compromisarios. Un método que ya intento D. Fernando Suárez González en el VI Congreso sin éxito por la oposición, entre otros del secretario general D. Jorge Vestrynge Rojas y que en esta ocasión sí ha logrado establecer.

El presidente del partido, D. Manuel Fraga Iribarne, quedó al margen de la votación por lo que evita la posibilidad de que otro afiliado pudiera haber obtenido más votos que él.

Los 30 afiliados de AP más votados que estarán junto al Sr. Fraga Iribarne en el Comité Ejecutivo de AP son los siguientes:

  • D. Gerardo Fernández Albor – 1.857 votos.
  • D. Miguel Herrero Rodríguez de Miñón – 1.713 votos.
  • D. Arturo García Tizón – 1.649 votos.
  • D. Antonio Hernández Mancha – 1.641 votos.
  • D. Fernando Suárez González – 1.637 votos.
  • D. Adolfo Díaz Ambrona – 1.553 votos.
  • D. José Manuel Romay Beccaria – 1.540 votos.
  • D. Jorge Verstrynge Rojas – 1.466 votos.
  • D. Alfonso Osorio García – 1.443 votos.
  • D. Juan Manuel Fabra Vallés – 1.379 votos.
  • D. Carlos Ruiz Soto – 1.370 votos.
  • D. Ángel Sanchís Perales – 1.370 votos.
  • D. Gabriel Cañellas Fons – 1.312 votos.
  • D. Francisco Álvarez Cascos – 1.299 votos.
  • D. Mario Amilivia González – 1.268 votos.
  • D. Gabriel Camuñas Solis – 1.245 votos
  • D. José Cremades Mellado – 1.244 votos.
  • D. Roque Arambarri Epelde – 1.174 votos.
  • D. Carlos Manglano del Mas – 1.113 votos.
  • D. Jorge Fernández Díaz – 1.085 votos.
  • D. Luis Olarra Ugartemendía – 1.068 votos.
  • D. José Gabriel Díaz Berbel – 1.043 votos.
  • D. Santiago López Valdivieso – 1.014 votos.
  • D. Alberto Ruiz Gallardón Jiménez – 983 votos.
  • Dña. Isabel Tocino Biscarolasaga – 959 votos.
  • D. Francisco Tomey Gómez – 945 votos.
  • D. Joaquín Siso Cruellas – 926 votos.
  • D. Gabriel Elorriaga Fernández – 921 votos.
  • D. Roberto Sanz Pinacho – 865 votos.
  • D. Miguel Arias Cañete – 807 votos.

La elección mediante listas abiertas desató muchas tensiones internas en el seno de AP. Entre los ganadores puede señalarse a D. Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, que obtuvo más votos que otros posibles aspirantes a suceder al Sr. Fraga Iribarne como D. Jorge Verstrynge Rojas.

Ante este proceso el organismo de AP queda compuesto de la siguiente manera.

  • Presidente – D. Manuel Fraga Iribarne.
  • Vicepresidentes – D. Gerardo Fernández Albor, D. Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, D. Fernando Suárez González y D. Alfonso Osorio.
  • Secretario general – D. Jorge Verstrynge Rojas.
  • Secretarios generales adjuntos – D. Juan Ramón Calero Rodríguez, D: José María Aznar López y D. Rodrigo Rato Figaredo.
  • Presidente del Comité de Conflictos – D. Félix Pastor Ridruejo.
  • Presidente del Consejo Político – D. Juan de Arespacochaga.
  • Coordinadores Generales – D. Ángel Sanchis Perales y D. Carlos Robles Piquer.
  • Tesorera – Dña. Begoña Urquijo.
  • Secretario de Relaciones Exteriores – D. Luis Guillermo Perinat.
  • Secretaria de Condición Femenina – Dña. Isabel Tocino Biscarolasaga.
  • Secretaria de Política de Consumo – D. Antonio García Pablos.

UN CONGRESO CON CONFRONTACIONES

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Quitando D. Manuel Fraga Iribarne, que no se sometió a ese procedimiento al ser el presidente y su derecho a meter a 17 personas a dedo, los 30 restantes serían elegidos mediante a lista abierta.

En la votación por la lista abierta el más votado fue el presidente de la Xunta de Galicia con D. Gerardo Fernández Albor. En la pugna política entre el Secretario General, D. Jorge Vestrynge y el Vicepresidente D. Miguel Herrero de Miñón, aunque fuera una votación moral más que otra cosa, D. Miguel Herrero logró 1.713 votos de los delegados frente a los 1.466 del Sr. Verstrynge.

En la lista abierta también han sido elegidos D. Arturo García Tizón (presidente de AP en Castilla la Mancha), D. Antonio Hernández Mancha (presidente de AP en Andalucía), D. Carlos Ruiz Soto (presidente de AP en Madrid), D. Carlos Manglano del Mas (presidente de AP en Valencia), D. Jorge Fernández Díaz (líder de AP en Catalunya), D. Francisco Álvarez Cascos (líder de AP en Asturias), Los ex vicepresidentes del Gobierno D. Alfonso Osorio y D. Fernando Suárez, D. J. Manuel Romay Beccaria, D. Mario Amilivia, D. Gabriel Camuñas, D. Alberto Ruiz Gallardón, D. Gabriel Elorriaga, D. Santiago López Valdivieso, D. Miguel Arias Cañete, D. Francisco Tomey y una única mujer, Dña. Isabel Tocino.

TRES SECRETARIOS GENERALES ADJUNTOS: ‘LOS CACHORROS’ DE ALIANZA POPULAR

Aznar1986Rato_Calero  D. José María Aznar, D. Juan Ramón Calero y D. Rodrigo Rato, tres jóvenes de AP considerados muy afines al Sr. Fraga, ascienden a Secretarios Generales Adjuntos (el Sr. Rato ya ocupaba esas funciones) a las órdenes de D. Jorge Vestrynge.

PRESENCIA FRANQUISTA EN LA EJECUTIVA

FernandoSuarezAlfonso_Osorioorti_bordas Junto al propio Sr. Fraga, en la ejecutiva de Alianza Popular continuará habiendo diversas figuras vinculadas a la dictadura del General Franco, todas ellos dentro de los aperturistas del régimen: D. Fernando Suárez (que fue vicepresidente en la etapa final del General Franco), D. Alfonso Osorio y D. José Miguel Orti Bordás (que fueron consejero del Movimiento Nacional, el partido único del franquismo).

UN GALLARDÓN HIJO REEMPLAZA AL PADRE

gallardon_hijo1gallardon_padre1 D. José María Ruiz Gallardón, cuya salud se ha deteriorado, abandona la ejecutiva de Alianza Popular en la que había estado desde su fundación. Pero por contra su hijo, D. Alberto Ruiz Gallardón ha logrado ser elegido entrando en las listas abiertas con 983 votos.

Isabel_Tocino2 Dña. Isabel Tocino será la única mujer en la ejecutiva de Alianza Popular, es presidenta de las Mujeres Conservadoras ha entrado en las listas abiertas con 959 votos.

sanchis D. Ángel Sanchís, encargado de los asuntos financieros de AP y considerado como ‘el hombre oscuro’ del aparato, pudo ir en las listas de los designados a dedo por el Sr. Fraga, pero se quiso arriesgar en las listas abiertas y ha acabado consiguiendo ser elegido con 1.370 votos.

08 Febrero 1986

El congreso de Alianza Popular

EL PAÍS (Editorialista: Javier Pradera)

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El VII Congreso de Alianza Popular ha modificado sus estatutos a fin de que 30 de los 47 vocales de su Comité Ejecutivo Nacional puedan ser elegidos mediante un sistema de listas abiertas. El presidente de Alianza Popular -elegido de forma independiente- tendrá que designar a los cuatro vicepresidentes y al secretario general de la organización entre esos vocales electos. Sin embargo, el líder del partido conservador mantendrá la potestad para nombrar libremente a otros 17 miembros de la Comisión Ejecutiva, que ocuparán posiciones importantes, como las secretarías generales adjuntas, las presidencias del consejo político nacional, del comité de conflictos y disciplina y del comité electoral nacional, la tesorería y las secretarías de área. Alianza Popular mantiene la prohibición de las corrientes de opinión organizadas y afirma el principio del liderazgo en el partido.La innovación estatutaria de Alianza Popular merece el aplauso de todos quienes recelan -con razón- del proceso de burocratización de los partidos políticos españoles, tendencia que no hace sino confirmar el diagnóstico formulado a comienzos de siglo con carácter general por el sociólogo alemán Robert Michels. Esa esclerotización de las formaciones políticas, que conduce a la eternización de los líderes y al ahogamiento de las discrepancias, es el resultado de las estructuras organizativas, que consagran la dominación de los elegidos sobre los electores y de los mandatarios sobre los mandantes. La experiencia enseña, sin embargo, que la rigidez disciplinaria de los estatutos y las pautas autoritarias de los grupos dirigentes también pueden tropezar con fronteras insalvables, mas allá de las cuales los partidos estallan y se descomponen en mil pedazos.

La transición española -con la disolución de UCD y el fraccionamiento del PCE- aporta significativos ejemplos de esos frenos destructivos a la burocratización de los partidos. Alianza Popular ha sabido leer esos precedentes y ha buscado una válvula de escape para las tensiones internas que las aspiraciones de sus líderes subalternos o el conflicto entre distintas alternativas necesariamente crean. De esta forma, los votos de los compromisarios de su VII Congreso permitirán cuantificar los apoyos y los rechazos de aquellos dirigentes que representan idearios, sensibilidades o actitudes diferentes. Miguel Herrero, Alfonso Osorio, José María Ruiz Gallardón o Fernando Suárez tendrán oportunidad de conocer el respaldo que conceden las bases conservadoras a sus personalidades o a sus tesis.

Manuel Fraga -por ahora el indiscutido líder de Alianza Popular- no se verá obligado, sin embargo, a aceptar el equipo dirigente que los compromisarios designen. Como señalamos, no sólo se reserva el derecho a designar a los cuatro vicepresidentes y al secretario general del partido que han de secundarle en su trabajo cotidiano sino que retiene la facultad de nombrar a personas de su confianza para ocupar otros cargos. Con todo, se trata de un paso hacia adelante en la tarea de ajustar la vida interna de los partidos a las pautas democráticas, de acuerdo con el mandato de la Constitución, un mandato demasiadas veces despreciado por las planas mayores de las burocracias partidistas, con riesgo para su propia estabilidad interna (como demuestran las crisis de los centristas y de los comunistas) y para la estabilidad del sistema en su conjunto.

Alianza Popular discutirá también, en su congreso, las estrategias alternativas para disputar a los socialistas la hegemonía electoral. Frente al obsesivo dogma tradicional de la mayoría natural y del bipartidismo,va ganando terreno la línea de un fuerte partido conservador, orientado populistamente hacia el centro, capaz de mantener su coherencia interna y resuelto a prescindir en los carteles de la abigarrada y variopinta yuxtaposición de siglas que evocan vagamente imágenes liberales o democristianas pero que carecen del suficiente arraigo social. La clave de esa estrategia bien pudiera ser el temor de Alianza Popular a un futuro desenganche de los diputados y los senadores de otros partidos, elegidos en las urnas bajo la sombra protectora de Manuel Fraga pero dispuestos a actuar por su cuenta si la coyuntura facilita operaciones bisagras. No parece, en cualquier caso, que esa línea innovadora pudiera imponerse antes de que las elecciones generales de 1986 permitan conocer las posibilidades de la actual Coalición Popular, pacto que vincula a Alianza Popular -abrumadoramente hegemónica dento de la fórmula- con los democristianos del PDP y los llamados liberales de José Antonio Segurado.

Memorias de Estío

Miguel Herrero Rodríguez de Miñón

1993

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Pag. 335

Cuestión a debatir era el sistema de elección de los órganos directivos y, fundamentalmente, del Comité Ejecutivo Nacional. Hasta entonces, como en los demás partidos políticos, se había seguido el sistema mayoritario de lista completa cerrada y bloqueada. Ello llevaba en teoría, al a marginación de la lista minoritaria si la hubiere y, en la práctica, a la confección de una sola lista encabezad por el propio Fraga. Así había ocurrido en los congresos anteriores, provocando el apartamiento voluntario de la vicepresidencia de Fernando Suárez en 1984. La tesis democratizadora por éste defendida y que fue abriéndose paso entre los cuadros del partido y en la opinión pública, propugnaba la formación de la Ejecutiva por los más votados de entre los candidatos, pudiendo cada compromisario confeccionar su propia lista. Al final prosperó esta tesis acordándose la elección separada del presidente nacional, cargo para el que todos dábamos a fraga como candidato y del Comité Ejecutivo. (….)

El resultado que yo pretendía y así lo declaré, es que la Ejecutiva resultante no fuera mero séquito del presidente nacional, sino un conjunto de personalidades con propio peso.

Verstrynge organizó una campaña propugnando que no se nos votase a Fernando Suárez ni a mí, lo cuál disminuyó las expectativas de aquel, pero no las mías. Además, produjo una reacción contra las intrigas del secretario general que llevó a un voto de castigo contra él y su ocasional aliado, Osorio.

El resultado oficial es conocido. De los 30 elegidos fue el más votado con 1.713 sufragios, sólo superados por el voto institucional recibido por el doctor Fernández Albor, candidato a la presidencia del Gobierno gallego. La prensa destacó unánimemente mi confirmación como hombre fuerte del partido, y así fui felicitado aquella noche por amigos y rivales todos. Y ello pese a que Fraga mantuvo a Verstrynge, desautorizado por el congreso, en la secretaría general. Se inició una feroz campaña contra mi persona y mi gestión impulsada por Osorio y Olarra y consentida por el propio presidente nacional.

El Análisis

A LA DERECHA LE SIENTA MAL LA DEMOCRACIA INTERNA

JF Lamata

‘En una ocasión intentamos hacer un congreso con listas abiertas y de aquella experiencia casi se desintegra el partido’, el autor de la cita transcrita no es otro que D. José María Aznar, y su testimonio hace referencia al congreso de AP de 1986 que, teóricamente debía ser el congreso para catapultar al ex ministro franquista D. Manuel Fraga Iribarne, a la presidencia del Gobierno como candidato de Coalición Popular.

Pero el intento por ‘democratizar’ el congreso no sirvió más que para aumentar las muchas divisiones internas. A destacar el conflicto que había entre D. Miguel Herrero Rodríguez de Miñón por un lado y D. Jorge Verstrynge por otro. Una pugna en la que ambos parecían no competir tanto por ver quién era el ‘número dos’ del Sr. Fraga, sino más bien por ver quién le iba a ‘heredar’ si es que ambos ya preveían una evidente derrota electoral de Coalción Popular ante el PSOE en las Generales de 1986.

J. F. Lamata