9 febrero 1933

Herrera ya había abandonado su cargo al frente de Acción Popular al abogado José María Gil Robles

Ángel Herrera Oria abandona la dirección del periódico EL DEBATE, que pasará a ocupar Francisco de Luis y Díaz

Hechos

El 9.02.1933 el diario EL DEBATE anuncio el relevo en la dirección de D. Ángel Herrera Oria por D. Francisco de Luis.

Lecturas

D. Ángel Herrera Oria dimite como director de El Debate, cargo que ocupaba desde 1911, para aceptar la presidencia de la junta central de Acción Católica. El Consejo de Administración de EDICA designa a D. Francisco de Luis Díaz nuevo director de El Debate. El Consejo Editorial de EDICA queda formado por D. Alberto Martín Artajo, D. Rafael de Luis Díaz José Medina Togores, D. Fernando Martín Sánchez Julia, D. Luis Ortiz Muñoz y D. Nicolás González Ruiz. El secretario de redacción de El Debate será D. Vicente Gállego Castro.

El periódico es órgano de expresión de la CEDA. 

NOTA DE DESPEDIDA PUBLICADA EN EL DEBATE:

Periodista católico, hombre de acción (EL DEBATE, 9 de febrero de 1933)

Don Ángel Herrera y Oria, director de EL DEBATE durante veintiún años, ha cesado de su cargo para desempeñar la presidencia de la Junta Central de Acción Católica.

El Consejo de Administración del a Empresa de EL DEBATE ha designado para sustituirle en la dirección de este periódico a Don Francisco de Luis Díaz, hasta ahora redactor jefe del mismo.

Un periodista improvisado

Cuando la Empresa de LA GACETA DEL NORTE, propietaria de EL DEBATE en 1911 decidió ceder el periódico a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, Herrera hubo de asumir la dirección de él, como presidente de aquella. Ni había sido nunca periodista ni había pensado serlo. Ni aun entonces, al encargarse de la Dirección de EL DEBATE, tenía 24 años – pensó tampoco permanecer en ella más de seis meses. Y he aquí que en ese puesto ha vivido veintidós años porque era su providencial misión hacer realidad el gran anhelo de los católicos españoles, acariciado casi inmortalmente  y tras varios fracasos, cargado de imposible realización: crear lo que entonces se llamaba el gran rotativo católico nacional.

La expansión de EL DEBATE

Ni siquiera con ser lo que ha llegado a ser, han terminado en EL DEBATE los designios periodísticos de Herrera. La Agencia de información LOGOS, que sirve a medio centenar de diarios de provincias, es, a la vez una expansión del propio EL DEBATE, una garantía de Información sana para aquellos periódicos que – al caso contrario, no faltan precedentes – ya no tienen que buscar información amplia, veraz y rápida de agencias neutrales o de tendencia izquierdista.

Recientemente, además – EL SOCIALISTA  lo señalaba hace pocos días como un ejemplo a seguir – por requerimiento y petición reiteradísima de elementos derechistas de provincias, EL DEBATE ha anunciado la organización y creación de nuevos diarios, o la reorganización de otros ya existentes en varias capitales de provincias. EL IDEAL GALLEGO, de Coruña figura entre los últimos; IDEAL DE GRANADA y HOY DE BADAJOZ, entre los hechos de nueva planta. Y si el número de estos periódicos, fraternal e íntimamente unidos a EL DEBATE, no es ya mayor, es sencillamente… porque los periodistas no se improvisan; menos aún cuando se quiere – y es acertado el propósito – que estos periodistas de cuya labor en definitiva ha de responder EL DEBATE estén formados según su espíritu y según sus normas.

Más a esta necesidad rompiendo rutinas y prejuicios también han acudido la mente fecunda de Herrera, mediante la Escuela de Periodismo, cuya dirección conserva, aún después de cesar en la dirección de EL DEBATE. De la Escuela han salido ya redactores expertísimos que trabajan en EL DEBATE o en los periódicos creados bajo sus auspicios: de la Escuela han salido nuestro corresponsal en Barcelona y los directores de IDEAL y de HOY y la Escuela seguirá siendo el porvenir, plantel y vivero de los mejores y más preparados periodistas católicos españoles.

D. Ángel Herrera Oria también ocupará un puesto destacado en la político como uno de los fundadores de Acción Nacional / Acción Popular (CEDA).

También escalaría puestos en el clero llegando a ser obispo de Málaga.

El Análisis

El padre deja ir a su hijo

JF Lamata

Con la salida de D. Ángel Herrera Oria de la dirección de El Debate tras más de dos décadas al frente, no concluye simplemente una etapa en la historia del periodismo católico español, sino que se cierra una de las trayectorias más influyentes en la vida intelectual, política y espiritual del país contemporáneo. Fundador de lo que llegó a ser el “gran rotativo católico nacional”, Herrera convirtió un periódico menor en el principal órgano de expresión del pensamiento católico-social y en el alma doctrinal de una derecha que no se resigna ni al silencio ni a la violencia. El Debate bajo su dirección no fue solo una redacción; fue también una escuela, un laboratorio de ideas y un semillero de periodistas formados en el rigor, la doctrina y la dignidad profesional.

La asunción de la presidencia de la Junta Central de Acción Católica por parte de Herrera Oria demuestra la continuidad de su compromiso con la vida pública, ahora desde una posición que combina influencia eclesial y acción social organizada. El relevo en la dirección del periódico queda en manos de D. Francisco de Luis Díaz, conocedor íntimo de la casa, cuya mano firme y leal al espíritu fundacional asegura la permanencia del rumbo doctrinal. Lo acompaña un Consejo Editorial sólido, compuesto por nombres como Martín Artajo o Ortiz Muñoz, garantía de que El Debate seguirá siendo guía, faro y tribuna de espacio político católico (que está creando una nueva marca electoral, la CEDA) y de los católicos españoles, en tiempos de profundas tensiones políticas y culturales.

Sin embargo, este relevo no es un simple trámite. Con la transformación de El Debate en una red estructurada de medios provinciales, y con la proyección de la Agencia Logos y la Escuela de Periodismo, el legado de Herrera es también institucional, no solo ideológico. En un tiempo en que el régimen republicano avanza con impulsos laicistas y con señales inquietantes para la libertad religiosa, el paso de Herrera de director de periódico a dirigente eclesial y referente político representa una mutación coherente: del periodista al apóstol, del editorial al púlpito, de la redacción al episcopado. El Debate pierde a su arquitecto, pero no su misión. La obra continúa.

J. F. Lamata