28 mayo 1992

Juan Tomás de Salas asegura que el Gobernador del Banco de España es víctima de una conspiración del financiero De la Rosa respaldada por el diario EL MUNDO

CAMBIO16 sale en defensa de Mariano Rubio difundiendo conversaciones obtenidas por espionaje a Jesús Cacho (El Mundo) para presentarle como un mercenario de De la Rosa

Hechos

  • La revista CAMBIO16, cuya línea editorial era favorable a D. Mariano Rubio, transcribió una conversación telefónica entre un periodista de EL MUNDO y una de sus fuentes intentando demostrar que el Sr. Rubio era víctima de una campaña.

Lecturas

En febrero de 1992 había estallado el ‘caso Ibercorp’, desvelado desde las páginas de EL MUNDO por el periodista D. Jesús Cacho, en el que se acusaba al Gobernador del Banco de España de actitudes poco éticas – aunque aún no ilegales – por haber ocultado a la CNMV su vinculación con una sociedad que había obtenido ciertos beneficios.

El más interesado en defender al Sr. Rubio era el presidente del Grupo16 don Juan Tomás de Salas, que en aquel momento había asumido personalmente la dirección de la revista del grupo, CAMBIO16. El 28 de mayo de 1992 denunciaba que el ‘caso Ibercorp’ era una conspiración contra don Mariano Rubio del periodista don Jesús Cacho, al que presentaba como un “agente” del financiero don Javier de la Rosa. La prueba era, nuevamente un “pinchazo telefónico”. El ‘pinchazo’  había sido realizado al periodista don Jesús Cacho, cuyas conversaciones fueron transcritas en CAMBIO16: la más destacada era con don Juan Peláez (a quién la revista vinculaba con el Sr. De la Rosa), otra era con el propio abogado de la acusación, don Emilio José Rodríguez Menéndez, que por entonces aparecía como un aliado de EL MUNDO. De aquellas conversaciones CAMBIO16 pretendía demostrar que todo el caso era una conspiración contra el gobernador.

El propio Sr. De Salas reconocería en una entrevista posterior ser amigo personal tanto de don Mariano Rubio (ambos habían estado en la cárcel durante el franquismo y habían trabajado juntos en la primera etapa de la revista CAMBIO16) como de don Manuel de la Concha. Pero no era sólo una cuestión de amistad: Ibercorp había prestado 100 millones al Grupo16 [aunque EL MUNDO aseguraba que eran 1.500] y había descontado otros 700 de letras en la compra del edificio de DIARIO16.

Lo más llamativo es que el periódico del Grupo16, DIARIO16, no reprodujo la transcripción de las conversaciones telefónicas que realizó la revista CAMBIO16, lo que demostraba que en aquel punto no había demasiada sintonía entre el presidente del Grupo16, D. Juan Tomás de Salas y el Director de DIARIO16, D. Justino Sinova, que fue relevado del cargo a las pocas semanas. Eso no impidió que las transcripciones de CAMBIO16 si fueran reproducidas por un periódico: por EL PAÍS.

LAS CONVERSACIONES DE D. JESÚS CACHO TRANSCRITAS POR CAMBIO16

De Juan Peláez a Jesús Cacho

Juan_pelaez cachoJuan Peláez, Marqués de Aledo y Jesús Cacho

Juan Peláez- Oye, te tengo que dar una exclusiva que no quiero que la dé ningún otro periódico ni, lo que es más bonito, ningún otro periodista. Y no me vuelvas a mandar… a ese p … director tan feo que tienes, c …

Jesús Cacho- Es como un predicador

Juan Peláez– Sí, es como un predicador. 

Jesús Cacho– Es como un misionero… Mira, estuvimos anoche en una cena -esto no lo cuentes, por favor- con Rodrigo Rato preparando la pelea parlamentaria con don Carlos Solchaga, ¿sabes? Yo no quería ir, porque no me merece la menor confianza esta gente.

Juan Peláez- Son muy peligrosos los del PP.
 
Jesús Cacho- Y luego largan por ahí y hacen lo que les sale de las p… y así les va, ¿me entiendes? … Yo le vi por dónde cojea el Rato éste y le dije cuatro cosas y me callé la boca: digo, bah, un domingo por la noche voy a venir a adoctrinar a éste. Bueno, pues el Pedro J. se pasé como un predicador, como un misionero: y mira, punto uno y punto dos, y si dices esto te lo metes en el bolso, y si no, no sé qué y no sé cuál. Y yo le decía a Casimiro [García Abadillo]: pero qué vocación tiene éste, pero, joder, si es que tenía que ser el líder de la derecha.
 
Juan Peláez- Te tengo que contar alguna cosa divertida que va a pasar dentro de…. a ver, qué día es hoy, ah, 16, yo creo que va a pasar hacia el viernes: el juez penal va a requerir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores para que paralice los expedientes y remita todo al juzgado. ¿Qué te parece esto como noticia?
 
Jesús Cacho- ¡Joder, joder! ¿Quién es el juez este?
 
Juan Peláez- Uno que se llama Carlos Ollero, que es el que entiende de las querellas y de las denuncias contra los chicos de Ibercorp. Oye, chato, pero todavía no se ha presentado el escrito. Se va a presentar mañana, así es que no me jodas, porque yo te doy las cosas antes de que pase el desencadenante. Te estoy contando la consecuencia.
 
Jesús Cacho- Estaba esperando ahora una llamada importante de la zona de Ferraz para ver cómo se ve este tema y a ver si hay alguna novedad con respecto al tratamiento de don Mariano, y no sé nada… Oye, explícame: ¿esto así, por qué tiene que abstenerse la comisión?
 
Juan Peláez- Joder, que te voy a dar el miércoles el escrito para que lo entiendas.
 
Jesús Cacho- Pero esto es un bombazo, ¿no?
 
Juan Peláez- Por eso, como es un bombazo quiero que lo publique primero mi amigo Cacho, y todos los demás que se jodan y que se vayan a Salamanca a aprender, ¿eh?
 
Jesús Cacho- Venga, esto es cojonudo. Y si lo pide el juez, la comisión lo tiene que cumplir, ¿no?
 
Juan Peláez- Hombre, y si no los empuran, así de fácil. Yo creo que tu amigo Mariano, el día 26, sale con unos grilletes, eso sí, de plata, hacia Carabanchel.
 
Jesús Cacho- Pero eso no se ha confirmado, que le vayan a llamar a declarar.
 
Juan Peláez- ¿Cómo que no se ha confirmado? Está citado para el día 26 a la misma hora, y el problema que hay en Ferraz ahora mismo es que, joder, que claro, que qué número el gobernador del Banco de España haciendo pasillos en los juzgados, a ver si lo coge o no lo coge el juez, y que lo va a tener dos horas en el pasillo y que, claro, eso no puede ser. ¿Te das cuenta? El que está moviéndose mucho y dando mucho el coñazo y yendo a todos los lados es tu otro señorito, el del peluquín. (…) Es que me he enterado que va diciendo cosas y tal. Y de repente pregunta, porque éste, como está a medias entre el esnobismo social, me llama Juan Alella. Pues éste está llamando a las altas instancias y preguntando qué opina Juan Alella y no sé qué. Y, claro, luego me lo cuentan. Oye, no me has contado lo de la protección de los mossos d’esquadra que te mandaron de Barcelona». (…) ¿Estoy informado o no? Verás tú como lo cuente yo al DIARIO16.
 
Jesús Cacho- Oye, no me jodas. Mira, acepté eso porque lo hizo manu militari y acepté día y medio, ¿eh? Es decir, eso fue un jueves y la mañana del viernes y la tarde del viernes los despedí a Málaga, su punto de origen. ¿Lo entiendes?
 
Juan Peláez- Los mossos d’esquadra, para que nadie supiera quién te había mandado la protección.

De Emilio José Rodríguez Menéndez a Jesús Cacho

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Rodríguez Menéndez- Soy emilio Rodríguez, que me has llamado

Jesús Cacho- Hombre ¿Cómo estás? Ha estado por aquí Casimiro [García Abadillo] y me ha dicho que habías quedado en principio en vernos a las cinco y, claro, me cuenta que nos vendría mucho mejor por la mañana.

Rodríguez Menéndez- Nos vemos si quieres en el despacho a la una y media.

Jesús Cacho- Venga, a mí me viene muy bien eso. Díme dónde estás.

Rodríguez Menéndez- Orense, 8. Además, tú estás muy bien informado: estuviste hablando con mi amigo Juan.

Jesús Cacho- ¿Cuándo?

Rodríguez Menéndez- Ayer

Jesús Cacho- Ja, ja. Orense, 8

Rodríguez Menéndez- Piso 13. ¿O no es cierto?

Jesús Cacho- Ja, ja. Un perioidsta no debe decir sus fuentes.

Rodríguez Menéndez- No, pero si Juan Peláez y yo somos íntimos amigos.

Jesús Cacho- Venga, un abrazo

¿Cómo consiguió el Sr. De Salas acceso a esas conversaciones? En aquel momento el equipo de investigación de CAMBIO16 lo formaban don Manuel Cerdán y don Antonio Rubio, que más tarde serían los mejores investigadores de EL MUNDO, pero que en ese momento le hicieron flaco favor.

Don Pedro José Ramírez ante las acusaciones de su ex jefe publicó un editorial del 29 de mayo en el que decía: “En su afán por exculpar las sinvergonzadas de sus protectores, esa revista y ese editor presentan como prueba de la conspiración contra Ibercorp la sensacional revelación de que el director de EL MUNDO cenó una noche con Rodrigo Rato. Es una lástima que durante esa semana también cenara o almorzara con dos miembros del Gobierno (…) Todo es tan estúpido que no  merece la menor atención por nuestra parte”.

23 Marzo 1992

El periódico que divulgó las conversaciones de Cacho debe desenmascarar a quien le «pinchó» el teléfono

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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EL microtransmisor retirado por los Servicios Especiales de la Guardia Civil del cajetín telefónico del domicilio de Jesús Cacho no es sólo el símbolo de la campaña de acoso y amedrentamiento desencadenada contra nuestros periodistas desde que iniciaron su investigación sobre Ibercorp, sino también el hilo que puede permitir llegar hasta quienes no dudan en cometer o inspirar actos delictivos en beneficio de sus intereses económicos. Está claro que todos los defensores de la libertad de expresión -y se supone que todos los profesionales del periodismo lo son- deben sentirse concernidos y agraviados por este episodio que necesariamente ha de ser contemplado en relación con las amenazas de muerte denunciadas hace veinte días por Cacho, con la vigilancia y seguimiento del que tanto él como su compañero de investigación han sido objeto y con la propia campaña de calumnias que llevará muy pronto ante el juzgado al editor de un semanario afín a Ibercorp. Pero existe un colectivo de periodistas que tiene en sus manos no ya la posibilidad de expresar su solidaridad con el compañero agredido, sino la posibilidad de descubrir y desenmascarar ante la opinión pública a los autores y responsables de este acto delictivo. Nos referimos al equipo directivo del diario en cuyas páginas se publicó el pasado jueves el contenido detallado de una de las conversaciones telefónicas interceptadas a Cacho. Queremos dejar claro que descartamos de plano que nuestro colega tenga nada que ver con el «pinchazo» telefónico. Es probable que sus responsables ni siquiera supieran cuál era el origen de esa información atribuida a «fuentes solventes». Nuestra primera reacción, como se recordará, fue tomar el asunto a guasa, toda vez que se trataba de una más de las muchas conversaciones de Cacho con sus múltiples fuentes y existía además el ridículo agravante de que lo divulgado por: este colega. ni siquiera se había publicado en EL MUNDO, por tratarse de datos inexactos. Pero entonces no sabíamos que lo divulgado había sido obtenido mediante un acto delictivo. La dimensión del caso es ahora completamente diferente. Nuestro compromiso con la defensa del secreto profesional -que para todo periodista no es sólo un derecho, sino también un deber- nos impide sugerir a quien tanta prisa se dio en revelar en primera página la supuesta gran fuente de Jesús Cacho, que ahora airee las suyas. A lo que sí nos consideramos autorizados es a invocar la decencia profesional de . todos y cada uno de los implicados, para reclamar de nuestro colega un serio ejercicio de periodismo investigativo, de forma que, partiendo de sus «fuentes de toda solvencia», sea posible aclarar quién colocó el microtransmisor en el domicilio de Cacho y quién le pagó para hacerlo. Una cosa es que el caso Ibercorp tenga, como dice hoy García Bloise, un trasfondo de «melée de tiburones» y otra que los medios de comunicación se presten a hacerles el trabajo sucio. Lo único que debe preocupar a un periodista es la búsqueda de la verdad, le venga bien a Agamenon o a su porquero. Ni una sola de las informaciones publicadas por EL MUNDO desde que estalló el escándalo ha podido ser desmentida. Eso es lo que importa. Entre otras cosas porque los «tiburones» pasan y para que un medio permanezca, su credibilidad debe quedar a salvo.

23 Marzo 1992

Espionaje telefónico al servicio de Ibercorp

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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El periodista Jesús Cacho, responsable junto con Casimiro García-Abadillo de las investigaciones realizadas por EL MUNDO en torno al caso Ibercorp, ha sido objeto en los últimos días de una operación de espionaje telefónico ilegal. El material obtenido en estas escuchas ha sido utilizado, al servicio de los gestores de Ibercorp y del gobernador Mariano Rubio, para intentar demostrar que las informaciones que les implican en el caso son parte de una campaña orquestada al servicio de intereses financieros y políticos. Especialistas de la Guardia Civil procedieron el pasado sábado, 21 de marzo, a retirar de los cajetines de entrada de Telefónica existentes en la casa en la que reside Cacho, un microtransmisor de VHF instalado en la línea privada del periodista. Jesús Cacho presentó en la mañana del citado sábado una denuncia en la 112 Comandancia de la Guardia Civil del puesto de Aravaca, Madrid, contra los autores del «pinchazo» teléfonico descubierto. En el texto de la mencionada denuncia ante el comandante del puesto de Aravaca, el periodista hace constar la relación existente entre el «pinchazo» ilegal y varias informaciones aparecidas en el periódico Diario 16, así como con las amenazas de muerte recibidas días atrás y también denunciadas, todo ello en el marco global del llamado «escándalo Ibercorp». Las sospechas de Cacho de que el teléfono de su domicilio privado pudiera hallarse ilegalmente intervenido se confirmaron el pasado jueves, día 19 de marzo, cuando el periódico Diario 16 publicó una información a cuatro columnas titulada «Un abogado de De la Rosa informa y asesora a EL MUNDO de los pasos a dar en el caso Ibercorp». La información del citado periódico era transcripción casi literal de una conversación telefónica mantenida por Cacho desde su domicilio en torno a las 10 de la noche del pasado lunes, 16 de marzo, con un abogado madrileño. Al día siguiente, viernes 20 de marzo, el mismo periódico aportaba nuevos datos que permitían concluir sin lugar a error que los autores o inspiradores de las informaciones disponían de los textos, o las cintas grabadas, de otras conversaciones de Cacho con sus fuentes informativas de distinto signo.

Ante tales evidencias, el viernes, 20 de marzo, el periodista contrató los servicios de una empresa especializada en el descubrimiento de «pinchazos» telefónicos y «barridos» de escuchas ilegales, y sobre las 8,30 de la noche, llegó a su domicilio de Aravaca en compañía de tres técnicos de la firma especialista. Tras localizar el cajetín terminal de Telefónica, intalado en los accesos del garaje colectivo, en la planta sótano, de la finca en la que reside, los técnicos procedieron a abrir manualmente la caja metálica, descubriendo al instante el «pinchazo» en cuestión. El artilugio, perceptible a simple vista, constaba de una conexión tipo serie, efectuada en la línea del denunciante, de un microtransmisor telefónico de V.H.F, seguramente controlado a cristal de cuarzo, de escasa potencia, que utilizaba la propia línea telefónica como antena. Los técnicos de la firma especialista sospecharon que el receptor debía encontrarse en las cercanías del cajetín, dada la escasa potencia del transmisor y el apantallamiento de la propia caja metálica, por lo que procedieron a efectuar una inspección ocular por el garaje, sin que se descubriera nada. Igualmente se realizó una comprobación exterior para tratar de descubrir algún automóvil estacionado en los alrededores de la finca, que pudiera estar actuando como receptor del microtransmisor instalado en los acceso del garaje. La Guardía Civil trabaja ya en la identificación de un conductor que en la noche de autos realizó maniobras sospechosas por los alrededores de la finca, y cuya matricula pudo ser tomada.

Avisado inmediatamente el cercano puesto de la guardía civil de Aravaca, perteneciente a la 112 Comandancia, se personó en el domicilio del periodista el comandante del puesto y un número que testificaron el descubrimiento del «pinchazo». A la mañana siguiente, Cacho acudió a efectuar la correspondiente denuncia ante el Comandante del puesto de Aravaca de la Guardia Civil. También en la mañana del sábado, dos especialistas de la Guardia Civil procedieron a retirar el microtransmisor del cajetín telefónico en que fue descubierto, para incorporarlo a las investigaciones policiales del caso. En su denuncia ante la Guardia Civil, Cacho hace constar su convencimiento de que los autores del pinchazo telefónico son las mismas personas que fechas atrás le amenazaron de muerte, y que tratan con ello de dificultar la investigación sobre el caso Ibercorp mediante la persecución y amedrantamiento de los dos periodistas que descubrieron el escándalo, el propio Cacho y su compañero Casimiro García-Abadillo. Cacho, en efecto, recibió el pasado 2 de marzo una amenaza telefónica en su domicilio. A las 11 de la noche de aquel día, una voz anónima le conminó a abandonar la investigación del asunto Ibercorp, y a «dejar en paz a esos señores», si no quería que su Renault11 saltara por los aires y que otros miembros de su familia se vieran también involucrados. Las amenazas telefónicas a Cacho no han vuelto a repetirse desde entonces. El anónimo comunicante dio datos suficientes como para concluir que sus mentores disponen de datos muy completos sobre los

28 Mayo 1992

CONSPIRACIÓN

Juan Tomás de Salas

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Que se sepan las mañas utilizadas por un enorme poder económico para aplastar al gobernador, publicamos extractos de conversaciones entre el abogado de De la Rosa, Juan Peláez, y el periodista debelador de los beautiful, Jesús Cacho, donde se remacha hasta la saciedad la realidad de la conspiración.

Aunque el gobernador del Banco de España acaba de declarar en televisión que no cree que exista una conspiración contra él, haberla hayla. Y es tan importante para el interés general que se sepan las mañas utilizadas por un enorme poder económico para aplastar al gobernador, que esta semana publicamos extractos de conversaciones entre el abogado de De la Rosa, Juan Peláez, y el periodista debelador de los beautiful, donde se remacha hasta la saciedad la realidad de la conspiración.

Hasta ahora sabíamos que el señor De la Rosa distribuía entre las víctimas de la campaña dossiers feroces contra ellos que, casualmente, eran los mismos utilizados después por el gran jurisconsulto Emilio Rodríguez Menéndez para llevar a los tribunales a Mariano Rubio, Miguel Boyer, Manuel de la Concha et al, víctimas todos de la campaña. Y saber esto ya era saber bastante y ya se merecía explicación detallada.

Pero ahora sabemos más. Sabemos que el abogado de De la Rosa, Juan Peláez, el mismo que recibía órdenes del financiero catalán para poner en marcha la Operación 3G contra los Albertos, es quien informa al gran debelador de los beautiful, al periodista Jesús Cacho, sobre la marcha de la campaña contra el gobernador. Sabemos también que le informa sobre ‘aviones’ comprados por Sistemas Financieros, la empresa de Manuel de la Concha blanco principal de los ataques y empresa de la que, sorpréndase, el señor Peláez fue secretario del consejo durante años.

Y sabemos también que el señor Peláez, que de seguro conocía la lista de accionistas de Sistemas Financieros por razón de su cargo, ha llamado a algunos de ellos para ofrecerle sus servicios (¿O los servicios de ese ‘abogado que es un raro de coj…. Que es el de la Dulce Neus y el Dioni, el Rodríguez Menéndez). Y sabemos también que el señor Pelaez prepara papeles jurídicos en nombre del raro abogado Rodríguez Menéndez, cuyo historial, por cierto, sería la envidia de sus peores clientes. (¿Y el Colegio de Abogados de Madrid se inhibe ante este escándalo de un abogado en ejercicio a quien se acusa, entre otras cosas, de no serlo?).

Tan grave es lo que aparece en estas grabaciones que, sin duda, estos asuntos deben salir a la opinión pública (y saldrán también en el juicio que el señor De la Rosa ha iniciado al parecer contra esta revista). Lo demás que publicamos, el hecho de que el periodista espere ‘llamadas importantes de la zona de Ferraz para… ver si hay alguna novedad con respecto al tratamiento de don Mariano (Rubio)’ o el hecho de que un director de periódico se dedique a asesorar al portavoz de la oposición sobre sus interpelaciones parlamentarias contra el ministro Carlos Solchaga (blanco último de todas estas bajezas), todo eso es peccata minuta comparado con la prueba palpable de la conspiración.

Encima de la mesa está todo. Aquí no hay un heroico periodista buscando infrmación con el único fin de denunciar la injusticia, como no hay tampoco un grupo de accionistas perjudicados que tratan de defender sus derechos ante el juez, acudiendo a un abogado. Aquí no hay lo que parece, sino justo lo contrario.

Aquí el heroico periodista está siendo manipulado por el poder de De la Rosa – que hasta le manda guardaespaldas (mossos d´esquadra) para protegerle ante sospechosas amenazas telefónicas. Aquí la información se le pasa al periodista el abogado de De la Rosa, y probablemente, los demás servicios puestos en marcha para aplastar al gobernador.

Y aquí tampoco hay sufridos accionistas expoliados que se defienden, sino justo lo contrario. Aquí hay un abogado, que a lo mejor ni lo es, que busca a accionistas sufridos para que le sirvan de base sobre la que montar querellas con dossieres que le entregan en Barcelona, iguales a los de De la Rosa.

Aquí las cosas van al revés de lo que parece porque aquí, aunque el gobernador no crea en conspiraciones, lo único que ocurre es que está en medio de la más perniciosa conspiración político-económica jamás urdida en este país. ¿Quién paga a Peláez y quién paga a Rodríguez Menéndez?

Juan Tomás de Salas

29 Mayo 1992

Txantxangorri ataca de nuevo

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Los hay que no aprenden. La misma revista [CAMBIO16] que hizo el olímpico ridículo de confundir a la dirección de ETA con una estudiante de Derecho y a Urrusolo con su novio «Txantxangorri», el mismo editor grillado que contagió su paranoia a dos hasta entonces prestigiosos reporteros, vuelven a la carga en términos parecidos. Esta vez la «gran exclusiva» que merece su portada, en la semana de la huelga general y el asesinato del juez Falcone, es la transcripción de una irrelevante conversación en la que un chisgarabís de poca monta transmite a Jesús Cacho una información falsa -la supuesta fecha en que Mariano Rubio iba a ser llamado a declarar- que ni siquiera llegó a publicarse en EL MUNDO. En su afán por exculpar las sinvergonzadas de sus protectores, esa revista y ese editor presentan como prueba de la «conspiración» contra Ibercorp la «sensacional revelación» de que el director de EL MUNDO cenó una noche con Rodrigo Rato. Es una lástima que durante esa semana también cenara o almorzara con dos miembros del Gobierno, un alto dirigente del PSOE y el coordinador general de IU. En fin, todo es tan pueril y estúpido que no merecería la menor atención por nuestra parte, si la divulgación de la transcripción de la conversación de Cacho no corroborara la intervención ilegal de su teléfono, en su día denunciada. Quienes han tenido acceso a ese material tienen la posibilidad real y la obligación moral de investigar quienes pincharon el teléfono a Cacho, después de proferir graves amenazas contra él y su familia. Si no lo hacen, habrá que pensar que es a ellos a quienes se refiere Rubio cuando dice que le sorprende comprobar «cómo se puede caer tan bajo».

27 Julio 1992

Un testigo vincula a De Salas y De la Concha con las escuchas ilegales realizadas a Cacho

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Un testigo ha vinculado ante el juez al editor de Cambio 16, Juan Tomás de Salas, y al ex presidente de Ibercorp, Manuel de la Concha, con la intervención ilegal de los teléfonos del’ periodista Jesús Cacho. El que fuera redactor de Cambio 16 Teodoro Guerrero Piñero declaró, el pasado día 21, ante el titular del Juzgado número dos de Madrid que, en las semanas en que sucedieron los hechos, «es cierto que le comentó al señor Rodríguez Menéndez (abogado) que este trabajo de intervenir los teléfonos había supuesto un gasto de 20 millones de pesetas que había pagado el señor De la Concha a través del señor De Salas», según indica el texto del acta de su declaración judicial. Guerrero Piñero añadió que recuerda que «en la conversación con el abogado Rodríguez Menéndez le comentó que también habían sido intervenidos los teléfonos del señor Peláez (el abogado Juan Peláez), del señor J. Ramírez (Pedro J. Ramírez, director de este diario) y del periódico EL MUNDO, aunque no recuerda si también mencionó a Izquierda Unida». Piñero dice que no recuerda la fecha exacta en que mantuvo la conversación con el abogado Rodríguez Menéndez, pero sí que. se produjo después de que Juan Tomás de Salas hubiera publicado en la revista las conversaciones – captadas de forma ilegal en el teléfono de Jesús Cacho.

Según el acta de su declaración ante el juez, Piñero recuerda «que en el mes de febrero o marzo, en una conversación mantenida con el señor Tomás de Salas, estando presente el director adjunto (de Cambio 16), Angel Carchenilla, el señor De Salas le dijo al declarante (Piñero) que «quería saber todo del señor Cacho», preguntando el declarante «qué significa todo»». Guerrero Piñero afirma que Juan Tomás de Salas le preguntó, además, si conocía alguna empresa que se dedicara a la actividad de intervenir teléfonos, a lo que, según el acta, el periodista contestó que no lo sabía pero que «podía ponerse en contacto con personas vinculadas a esta actividad». El ex periodista de Cambio 16 declara también que, en ese momento, «no estaba dispuesto a hacer esa actividad pero sí quería saber hasta dónde estaba dispuesto a llegar el señor Salas». Guerrero Piñero cuenta también al juez que entró en contacto con una empresa que se dedica a este tipo de actividades de pinchar teléfonos, a través de un intermediario, y que «se enteró de cómo funcionan, cómo operan, qué servicios prestan y el dinero que puede costar». Asegura que «el tiempo suele ser de dos a seis meses» y que el precio por el servicio de pinchar el teléfono «suele costar de 5 a 20 millones de pesetas», y que esas empresas «garantizan el anonimato al cliente».

Tras esas gestiones, según declara el ex redactor de Cambio 16, «le dice al señor Salas que él se mantiene al margen, pero que le puede poner en contacto con un intermediario de la empresa, facilitándole estos datos y esta información al señor De Salas y, a continuación, después de un silencio absoluto y de no recibir por parte del señor Salas ningún comentario más sobre el tema, en el mes de marzo, aparecen las publicaciones». Guerrero Piñero, según el acta, declara también otro hecho que ocurrió unos quince días después de la primera conversación con De Salas cuando, atendiendo a la petición de su amigo Graciano Palomo, también periodista, lo recomendó al editor de Cambio 16. Según el acta, «unos días después, el señor Salas le dice al declarante «vaya amigo que tienes, te ha puesto a parir en una conversación mantenida con el señor Cacho», mostrando su sorpresa el declarante de que el señor Salas supiera estos datos, que se le informó que la conversación entre el señor Palomo y el señor Cacho decía que otros periodistas «te están investigando la vida», refiriéndose al declarante en términos injuriosos». Guerrero Piñero asegura también que la falta de entendimiento y la frialdad con Juan Tomás de Salas surge a partir de que el redactor de la revista se niega a participar en los temas de las publicaciones de las intervenciones telefónicas.

El Análisis

LA CUENTA ATRÁS DEL GRUPO16

JF Lamata

La decisión de D. Juan Tomás de Salas de salir a apoyar a su amigo D. Mariano Rubio, ante las acusaciones de corrupción contra él iba a ser el último gran error del fundador de CAMBIO16 y DIARIO16. El éxito inicial de la revista CAMBIO16 era gracias a su estilo rebelde, y ahora estaba dando argumentos para que sus rivales la presentaran como una revista ‘en apoyo de los poderosos’. El archienemigo del Grupo16, el diario EL MUNDO, ya había dado a entender que – con el despido de D. Pedro J. Ramírez en 1989 – el Grupo16 se convertiría en un diario al servicio del Gobierno felipista y la ‘Beautifulle People’. DIARIO16 había hecho esfuerzos para intentar demostrar que no potenciando la investigación del caso GAL y las acusaciones contra el gobierno felipista. Pero salir en apoyo del Sr. Rubio, reventaba esa imagen. La cuenta atrás del Grupo16 había comenzado y con él, la pérdida de poder mediático del Sr. Salas.

La guerra entre el Grupo16 y EL MUNDO, que se escenificó en televisión en programas como ‘La Clave’ de ANTENA 3 TV, no interesaba tanto al diario de D. Pedro J. Ramírez, que tenía muchas más ganas de medirse con EL PAÍS, el diario líder. Por eso nada debió celebrar más el Sr. Ramírez que ver como EL PAÍS se alineaban junto al Grupo16 unos días después contra ellos.

J. F. Lamata