3 diciembre 1932

Tras un retroceso electoral en las elecciones de noviembre, los nacional-socialistas de Hitler rechazan formar parte de su gobierno y harán bloqueo parlamentario junto a los comunistas

Crisis política en Alemania: el General von Schelicher intenta formar un gobierno de concentración tras la caída política de von Papen

Hechos

El 3.12.1932 se constituyó un nuevo Gobierno de Alemania presidido por el general von Schleicher, que reemplazaba así a Franz von Papen.

Lecturas

El 3.12.1932 se constituyó un nuevo Gobierno de Alemania con el general von Schleicher como canciller, que reemplazaba así a Franz von Papen, que ocupaba el puesto desde el pasado junio.

Schleicher fue nombrado canciller del Reich el 3 de diciembre de 1932 e intentó conseguir un amplio consenso social para su política. Aspiraba a lograr una política de pacto social con los sindicatos, y quiso ganarse a la clase trabajadora mediante un programa de creación de empleo. Pero su intento de dialogar con todas las fuerzas políticas fracasó a causa de la caldeada atmósfera política provocada por la difícil situación económica.

EL NUEVO GOBIERNO:

  • Canciller: General von Schleicher
  • Comisario del Reich en Prusia: General von Schleicher
  • Exteriores: von Neurath
  • Interior: Bracht
  • Hacienda: Scherig von Krosig
  • Trabajo: Syrup
  • Justicia: Guerter
  • Comunicaciones: von Eltz Ruebenach
  • Ministro sin Cartera: Popitz
  • Comisario del Reich en la lucha contra el paro: Grerko-

La estrategia de Von Schleicher pasa por ofrecer la vicecancillería a un dirigente del Partido Nazi crítico con Hitler como es Gregor Strasser. 

01 Diciembre 1932

El difícil proceso de la crisis

Agusuto Assía

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Cuando escribo esta crónica lleva el Reich cinco días viviendo un Gobierno dimisionario. Los dos jefes de partido, Hitler y el prelado Kaas, llamados por Hindemburg para substituir a von Papen se han vist obligados a declinar el ofrecimiento.

Hitler está hoy, personalmente, más lejos del Gobierno que estaba antes de las elecciones: la derrota que el nacionalsocialismo ha sufrido en las urnas ha tenido un reflejo correspondiente en su estimación política. Antes de las elecciones, Hitler imponía condiciones; ahora le son impuestas a él. La radicaliación de las masas señalada por el éxito de los comunistas y la ola de movimientos huelguísticos que se desarrolla a través de Alemania han forzado la presión que contra von Papen se había originado ya hace meses, a rai de la formación de su política arancelaria. (…) Como ocurre con todos los gobiernos desde hace cinco años en Alemania, el Gobierno von Papen ha muerto en una soledad horripilante. Ni una sola voz se ha levantado para defenderle, incluso los nacionalistas de Hugenberg, sus aliados de ayer, le han neado radicalmente en el último momento. (…)

Hitler no puede prestarse a ninguna combinación gubernamental que conserve, aunque sólo se aparentemente, una forma democrática. Si Hitler se aviniera a formar parte de un Gobierno de coalición y bajo tal Gobierno se convocaron nuevas eleccions, la derrota que el nacionalsocialismo obtendría constituiría casu su entierro (…)

El Análisis

Von Schleicher humilla a Von Papen

JF Lamata

La República de Weimar cambia nuevamente de timonel, pero sigue navegando en aguas tormentosas. El presidente Paul von Hindenburg ha retirado su confianza al canciller Franz von Papen —aislado, sin base parlamentaria y superado por la magnitud de la crisis— y ha encargado la formación de un nuevo gobierno al general Kurt von Schleicher, apodado en los círculos políticos como el general sindicalista por sus anteriores contactos con sectores obreros y sindicales, inusuales para un militar de su rango. Schleicher ha logrado convencer a Hindemburg que aparte del poder a Von Papen, que ahora se ve humillado por no saber anticipar la habilidad de su antiguo aliado para ganarse su favor.

Von Schleicher hereda un país gobernado más por el caos que por las leyes. El Reichstag continúa empantanado por el bloqueo sistemático que ejercen nazis y comunistas, unidos por el deseo de destruir el sistema desde dentro, aunque por motivos radicalmente opuestos. Nadie espera que el general pueda lograr una entente con los comunistas, subordinados a las consignas de Stalin y empeñados en derribar lo que ellos consideran una democracia burguesa decadente. La única vía que el nuevo canciller parece explorar con cierta esperanza es una ruptura dentro del partido nazi, buscando el apoyo del sector más social, más revolucionario en lo económico, encabezado por Gregor Strasser, rival interno de Hitler y crítico con la negativa del Führer la oferta de que los nazis se integraran en el Gobierno de Von Papen en junio.

La maniobra es arriesgada. Schleicher espera poder dividir al movimiento hitleriano y atraer a los elementos dispuestos a participar en un gobierno de “reconciliación nacional” con tintes sociales, aislando a Hitler y debilitando su autoridad dentro del partido. Pero el riesgo es elevado: el tiempo juega en contra del régimen, la economía sigue desplomada y la población desesperada escucha cada vez con más atención a los profetas del extremismo.

J. F. Lamata