8 noviembre 1932
En vez de la política del 'dejar hacer' en economía de Hoover, el inválido Roosevelte propone un plan intervencionista, el 'New Deal'
Elecciones EEUU 1932 – Franklin D. Roosevelt (Demócrata) desbanca al hasta ahora presidente Hoover con una promesa de cambio
Hechos
El 8.11.1932 se celebraron elecciones en Estados Unidos de América en las que fue elegido presidente Franklin Delano Roosevelt.
Lecturas
El Partido Demócrata se ha impuesto en las elecciones presidenciales que marcan una inversión radical en la relación de fuerzas entre los dos grandes partidos de Estados Unidos. Así, el demócrata Franklin Delano Roosevelt se ha convertido en el nuevo presidente con 20.193.000 votos contra 14.202.000 del candidato republicano, el presidente saliente, Herbert Hoover. A pesar de que Hoover ganó con fuerza las elecciones de 1928, su popularidad se hundió a raíz del hundimiento de la bolsa de Wall Streat.
En vez de la política del ‘dejar hacer’ en economía de Hoover, el inválido Roosevelte propone un plan intervencionista, el ‘New Deal’, para combatir la crisis económica que asola el país desde 1929. Ya durante los primeros cien días de gobierno de Franklin Delano Roosevelt, en 1933, el Congreso de Estados Unidos promulgó algunas leyes de gran importancia destinadas a asegurar un ‘nuevo resurgimiento económico’ (a New Deal) al pueblo estadounidense.
En 1932, cuando Franklin Delano Roosevelt fue elegido presidente de Estados Unidos de América, la crisis económica había alcanzado su punto álgido. El nuevo presidente se apoyó en consejeros muy competentes a la hora de articular su política orientada a superar la crisis: el New deal fue elaborado por el Brain Trust, un equipo de expertos en economía de la Universidad de Columbia. Se basaba en el supuesto de que la capacidad de producción de la economía estadounidense había superado la necesidad de consumo de los campesinos y obreros, y que había que comprometer a los grandes grupos empresariales en la causa del bienestar común. Inmediatamente después de tomar posesión de su cargo, Roosevelti nició la anunciada ‘experimentación atrevida y tenaz’.
Durante sus cien primeros días como presidente presentó al Congreso quince proyectos de ley fundamentales. Así, por ejemplo, creó el Cuerpo de Protección Civil, que reclutaba jóvenes para efectuar proyectos de repoblación forestal y combatir la erosión del suelo en los parques nacionales. Con la Ley de Asistencia Federal se llevó a cabo una política agraria nacional, y la Ley de Hipotecas Agrícolas puso a disposición de los campesinos una serie de medios para la explotación de su granjas. La ley de Reactivación de la Industria Nacional contenía una serie de directrices para crear condiciones laborales y comerciales justas, además de estipular la fundación del Comité del Trabajo Nacional, al que podían presentarse reclamaciones. La Ley de Reajuste Agrario pretendía reducir la producción agrícola mediante primas por la reducción de la superficie agrícola, de tal modo que aumentaran los precios en favor de los campesinos. Con la creación del Departamento del Valle del Tennessee se inició un gran proyecto para reactivar la economía del sur que preveía la obtención de energía eléctrica a bajo precio y la adopción de una serie de medidas para prevenir inundaciones y catástrofes.
Con la Ley para la Obtención de unas Condiciones Laborales Justas, el presidente limitó el tiempo de trabajo semanal, introdujo el salario mínimo y abolió el trabajo de los niños. Una buena parte de estas leyes se promulgó en forma de programas de emergencia, pero el Tribunal Supremo vetó algunas de las medidas del New Deal por anticonstitucionales.
El New Deal no logró poner fin a la depresión – de la que no saldrían hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial – pero sí contribuyó a disminuir la miseria de muchos e impidió que la crisis siguiera agudizándose. Además, convirtió a Estados Unidos en un país pionero en la búsqueda del bienestar social, introdujo la seguridad
Debido a la creciente crítica a su política económica intervencionista y a una nueva recisión, a partir de 1938 Roosevelt ya no pudo imponer tan fácilmente su programa reformista.
Las siguientes elecciones están previstas para noviembre de 1936.
El Análisis
El pueblo de los Estados Unidos ha hablado con claridad en las urnas: el presidente Herbert Hoover ha sido derrotado por el gobernador de Nueva York, Franklin Delano Roosevelt. Se trata de un vuelco político de enorme calado. No se derrotaba a un presidente en ejercicio desde William Howard Taft en 1912, al que le quedaba la excusa de la escisión del Partido Republicano de Teddy Roosevelt, excusa que no tiene Hoover. La voz del pueblo ha sido unánime: la gestión de Hoover ante la catástrofe del Crack de 1929 ha sido un fracaso.
La elección de Roosevelt no solo supone un castigo para Hoover, sino la apuesta por una nueva esperanza. Su programa, bautizado como New Deal, promete un cambio de paradigma: que el Gobierno deje de limitarse a confiar en el mercado para convertirse en agente activo del bienestar ciudadano. Desde la creación de empleo público hasta el apoyo directo a los agricultores y parados, Roosevelt no teme hablar de intervención ni de reforma. Promete actuar con decisión frente a la inercia. Lo que no todos sus votantes saben —o quizá prefieren no saber— es que su nuevo presidente es un inválido. Tras haber sido víctima de la poliomielitis, Roosevelt apenas puede caminar, pero ha logrado proyectar una imagen de vigor, coraje y liderazgo que ha eclipsado su debilidad física.
A partir de ahora, una nueva página se escribe en la historia de la democracia americana. Un país herido y desconfiado ha depositado su fe en un hombre que ha sabido hablar de esperanza sin negar la gravedad de la crisis. Las promesas son muchas, los desafíos inmensos, y la paciencia del pueblo, limitada. Pero esta victoria es también el signo de que, en los peores momentos, los pueblos pueden optar por el cambio en lugar de resignarse al colapso. El experimento del New Deal comienza. El mundo entero observa.
J. F. Lamata