24 marzo 1994

Dimite el Jefe del Estado Mayor Británico, Peter Harding, por sus relaciones extramatrimoniales con la española Bienvenida Pérez Blanco, que se hará famosa concediendo entrevistas en España

Hechos

El 24 de marzo de 1994 Dña. Bienvenida Pérez es entrevistada en ‘La Máquina de la Verdad’ de TELECINCO.

Lecturas

El 13 de marzo de 1994 Sir Peter Harding, jefe del Alto Estado Mayor de la Defensa, miembro de mayor graduación del estamento militar británico, asesor especial del primer ministro John Major y consejero de la Reina, presenta la dimisión tras descubrirse en uno de los periódicos dominicales su «affaire» con Bienvenida Pérez-Blanco, una española de 32 años de la que se separó el pasado año sir Anthony Buck, ex diputado conservador y antiguo secretario de Estado de Defensa.

El semanario NEWS OF THE WORLD, dirigido por el Sr. Piers Morgan y propiedad del Sr. Ruper Murdoch, fue la publicación que desveló la relación sexual que le costó su puesto a Harding y disparó la popularidad de Dña. Bienvenida Pérez.

El 24 de marzo de 1994 Dña. Bienvenida Pérez es entrevistada en el programa ‘La Máquina de la Verdad’ de TELECINCO de D. Julián Lago con la participación entre otros de D. Francisco Umbral.

16 Marzo 1994

La española cuando besa

Manuel Hidalgo

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LA española cuando besa en Inglaterra no es lo mismo que cuando besa en España. En España, nunca pasa nada, pero en Inglaterra, cuando la española besa, siempre acaba dimitiendo algún pez gordo.

Bienvenida Pérez-Blanco, mal hallada un día por el baranda máximo de la Defensa británica, ha terminado vendiendo sus besos y las cartas de amor del ilustre militar a la prensa del domingo.

Mientras aquí las cristinas están en la batalla del cuarenta por ciento y de la democracia paritaria, en Inglaterra, a lo que se ve, tenemos un quintacolumnismo femenino, que, infiltrado en las filas del conservadurismo, está causando estragos.

Primero fue Antonia de Sancha con aquel ministro hincha del Manchester o del Celtic, David Mellor, que se ponía la camiseta con los colores del club para hacer precalentamiento e iniciar la internada. Mellor acabó pasando a la reserva, que es donde acabará de inmediato sir Peter Harding, un mandamás de la Defensa que bajó sus defensas ante el empuje de la española.

Esto es una tradición. Mientras que a Francia exportábamos empleadas del hogar para ocupar las mansardas de París, a Inglaterra hemos mandado de siempre un tipo de mujer que armaba el taco.

Vita Sackville-West ya escribió, en el arranque del siglo, más o menos, un libro sobre Pepita, una muchacha racial que lió a la Inglaterra eduardiana más de lo que estaba. Y, desde entonces, ha habido mucho ambiente con las españolas en Londres.

No conviene generalizar, que luego llegan cartas de protesta, pero empieza a estar claro que el vicio inglés no era fustigar a bachilleres en los colegios sino huliganear con españolas de buen mirar. Imposible calcular el porcentaje.

25 Marzo 1994

Bienvenida Pérez, dama sin tacha

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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A juzgar por sus palabras, Bienvenida Pérez Blanco, la ex amante del jefe del Estado Mayor británico cuyas revelaciones obligaron a éste a presentar su dimisión, es una dama sin tacha. Según lo que manifesta en la larga entrevista que hoy publica EL MUNDO, todos sus problemas -que no está muy claro cuáles son- provienen de que es mujer, extranjera y crítica del establishment británico. Extraños problemas los suyos, que le llevaron a adquirir muy pronto una posición económica harto confortable por métodos que no acaba de aclarar -ella habla de la conjunción entre su ambición y la ayuda de personas «muy importantes», pero no desvela cómo casaron la una con la otra- y que la permiten hoy, gracias a su audaz política de ventas -vende sus poses fotográficas, vende sus apariciones en televisión…- seguir acumulando rentas.

25 Marzo 1994

Bienvenida Pérez: «Me atacan por ser mujer y extranjera»

Entrevista de Luis F. Fidalgo

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Le cuesta hablar en castellano porque, dice, apenas si lo ha practicado desde que vino a Inglaterra hace veinte años. Bienvenida Pérez Blanco es alta incluso sin los zapatos de larguísimos tacones que lleva, y presenta un aspecto bastante diferente al ofrecido en las fotos con su ex amante, el máximo jefe militar del Reino Unido, o en las que aparecía ligera de ropa en el periódico al que vendió su explosiva historia. Lleva un discreto maquillaje, y su larga melena de un rubio teñido, recogida por dos prendedores, cae sobre un cuello largo desprovisto de joyas. Tan sólo dos pendientes de perlas.

Viste un conjunto negro -chaquetilla sobre una ajustada blusa de punto- con falda estrecha que descubre las piernas que hicieron entonar a sir Peter Harding los apasionados versos que terminaron por costarle su carrera. Bienvenida, la mujer que descabezó al máximo jefe militar británico, probablemente la mujer más odiada del Reino Unido, a la que no se perdona haber vendido su historia, no lamenta lo que ha hecho.

«Nací en Valencia en 1957 -explica-, mis padres se separaron cuando yo tenía sólo unos meses, mi abuela fue la que se encargó de mí. A los 16 años vine a Londres». En un rápido recuento de su vida, Bienvenida recuerda que trabajó duro y tuvo oportunidad de conocer a personas que la ayudaron mucho. «Tuve una relación con un hombre que me dejó económicamente una posición maravillosa que me permitió llevar una vida muy elegante. Viajé por todo el mundo, viví en los Estados Unidos. Tengo un piso maravilloso en Londres. En 1989 conocí al que fue mi marido, sir Antony Buck, y me vi metida en la política. Trabajé a su lado. Durante mi matrimonio me di cuenta de que mi marido tenía problemas con la bebida y mi vida se hizo muy difícil. Le pedí que me diera el divorcio y me dijo que no. Pasaron unos meses y me dijo que si quería un divorcio esperase hasta las próximas elecciones -las de abril de 1992- para que él no tuviese problemas. Fue un error. Durante ese tiempo conocí a sir Peter Harding. Tuvimos una relación muy íntima, pero mi marido se enteró, porque tenía la costumbre de meterse en mis cosas privadas y de leer mis cartas».

Pregunta.-¿Le abría su correspondencia?

Respuesta.-Sí. Se enteró así de las cartas que me enviaba y me dijo que si le dejaba no sólo me iba a destruir a mí, sino también que iba a contarlo todo a la prensa. Me estuvo haciendo esta clase de chantaje durante tres años, hasta que decidí ir yo misma a la prensa porque ya estaba cansada de sus agresiones y de su chantaje mental.

P.-Pero si su marido le abría las cartas es porque tendría sospechas de usted y de su comportamiento…

R.-No, no es eso. Al ser una persona mayor y con inseguridades, estaba obsesionado con que yo tuviera otras amistades. El me quería mantener en un ambiente muy privado, no me daba la oportunidad de tener la libertad que todas las personas necesitamos.

P.- ¿Cuándo se dio cuenta de que su matrimonio no funcionaba?

R.- Nada más casarme. Noté que tenía un problema de bebida enorme y eso me causó muchos problemas. Entre nosotros no había una facilidad de comunicación que hay entre personas casadas, ni tenía confianza en él.

P.- ¿Y él en usted?

R.- Me manipulaba mentalmente, porque es un hombre muy extraño. Y además me estuvo amenazando.

P.- ¿Le llegó a amenazar físicamente?

R.- Sí, hubo momentos, cuando bebía mucho, que se ponía brusco conmigo, y tuvimos problemas de esa naturaleza. En un momento determinado, la situación llegó a un estado en el que tuve que echarle de casa.

P.- ¿Por qué da ese paso, con una persona así y que le saca tantos años de diferencia, usted que no se había casado nunca?

R.- Es cierto que no me había casado, pero cuando le conocí ví en él a una persona mayor, buena, inteligente y muy simpática. Sabía que tenía un problema con la bebida, pero pensé que eso se podría cambiar. Además, como yo estaba falta de familia, pensé que era el momento adecuado para tener una relación y asentarme. Además, como mujer y en un país extranjero, ha sido siempre muy difícil tener un nivel de seguridad no financiera, que eso lo tenía personalmente, sino a nivel social y de negocios. Para una mujer es muy difícil en este país mantener negocios por sus propios medios y, sobre todo, cuando se es joven y, especialmente, extranjera.

P.- ¿Cuándo conoce a sir Peter Harding?

P.- A finales de septiembre de 1990, en una cena organizada por el embajador de la India, el señor Harding estuvo sentado a mi lado. Fue algo fortuito. No fue planeado ni debido, como se ha dicho, a motivos militares o de espionaje, sino simplemente fue una coincidencia.

P.- Y usted se sintió atraída por él…

R.- Sí, era un hombre muy atractivo, muy inteligente y muy sensible, que en un militar son cualidades poco frecuentes.

P.- Cuando inició sus relaciones con sir Peter Harding, ¿era consciente de los riesgos?

R.- Desde luego. Eso es lo primero que pensé, porque yo ya estaba acostumbrada a andar con mucho cuidado desde que mi marido, sir Antony Buck, había aparecido en una lista como posible objetivo del IRA. Se supone que el señor Harding tendría las mismas medidas de seguridad. Pero nos habíamos conocido de una forma muy normal y no había por qué preocuparse por estos problemas.

P.- Pero pronto iniciaron una relación mucho más íntima.

R.- Sí, muy íntima. Empezamos a vernos íntimamente a partir de febrero de 1991, unas semanas después de la guerra del Golfo.

P.- ¿Fue lo suficientemente indiscreto en algún momento como para que si usted hubiera sido una espía, le hubiera sacado información confidencial?

R.- Oh, sí. Si yo hubiera tenido interés en sacar información de ese tipo hubiera sido muy fácil, hablaba mucho de sus cosas.

P.- ¿Por ejemplo?

R.- De temas políticos, de sus visitas al primer ministro, de sus encuentros con el Gabinete, temas del día, de los problemas que sucedían en el Golfo…Como cualquier hombre que habla de sus negocios, él hablaba de estas cosas. Si yo hubiera querido obtener ese tipo de información la podría haber obtenido. Pero no estaba interesada en los asuntos políticos o militares. Para mí la relación era íntima. Pero si en vez de ser yo hubiera sido otra persona interesada en obtener información militar, le hubiera resultado muy fácil conseguirla. El problema es que él corría riesgos al salir conmigo. Alguien podría haberle visto y haberle hecho chantaje, o incluso podría haber sido un objetivo terrorista.

P.- ¿Qué reacción tuvo usted cuando le acusaron de ser una espía?

R.- Escuché esas acusaciones en la televisión. Estaba en el sur de Francia bajo contrato con el periódico (News of the World, al que vendió la exclusiva de su historia), y me resultaba imposible reaccionar. Me lo tomé muy mal, porque esas acusaciones son muy serias. Relacionarme con espionaje para un país extranjero, y sobre todo árabe, es algo que entra de lleno en la seguridad nacional e internacional, y eso no me causa mucha gracia.

P.- Pero usted tiene bastantes amistades árabes e iraquíes.

R.- Tengo amigos de todos los países. Vivo en una zona de Londres muy cosmopolita, donde hay una sinagoga, una mezquita y dos iglesias. Pero el problema real es que la prensa ha manipulado la historia porque estaba protegiendo el establishment. Y yo he sido una mujer extranjera que he tenido el coraje de ponerme en contra de ese establishment. La prensa me ha manipulado toda la historia y me han condenado sin juzgarme y sin que pudiera defenderme porque estaba bajo contrato con el periódico. Sólo he podido empezar a hacer esto desde el lunes, pero una vez que la gente ya te ha condenado, es muy difícil cambiar esa imagen.

P.- ¿No cabe la posibilidad de que usted haya sido utilizada por alguna de esas amistades?

R.- No, porque las personas con las que me relaciono son unas amistades más o menos controladas. Sé con quien hablo y las cosas de las que hablo, y desde luego no he hablado de nada que pueda ser un peligro para la nación.

P.- Se ha publicado que alguno de sus amigos era familiar de Sadam Husein.

R.- Esas son alegaciones que no tienen ningún fundamento. No es verdad en absoluto. Esas son alegaciones que la prensa de este país está manipulando. Si eso que dicen es verdad, ¿por qué no mencionan nombres?

P.- Han citado el nombre de Valerio Viccei.

R.- Valerio Viccei no tiene nada que ver con esto. Valerio Viccei es un chico joven que vivía en mi zona, donde éramos vecinos. Me enteré años más tarde que había estado implicado en un robo muy famoso en este país (el de cajas de seguridad en la zona londinense de Knightsbridge por 60 millones de libras, por el que fue condenado a 22 años de cárcel), y eso fue una sorpresa. En esa época yo estaba casada con sir Antony, que es abogado de profesión, y me preguntó si podía ayudarle para que terminara de cumplir su sentencia en Italia, más cerca de su familia. Fue por mi marido por lo que la prensa se enteró de que yo le conocía. Pero han intentado presentarlo de una forma en la que pareciera que yo tenía con él una amistad íntima, que no es cierto.

P.- ¿Cómo justifica usted contar todos los detalles de una historia que iba a provocar muchos problemas a otras personas?

R.- El problema es que yo tenía que haber hecho eso hace más de un año. Y no lo hice porque quise protegerlos. Protegí a mi marido de forma pública, cuando aún era miembro del Parlamento y protegí a sir Peter por su posición militar durante dos años y medio. Pero al obtener el divorcio de sir Antony, me hizo demandas económicas explosivas, muy irracionales. E incluso desde que me he vuelto a casar, este hombre continúa llamándome día y noche, no me deja tranquila.

P.- ¿Pero no cree que el haber vendido la historia por dinero daña totalmente su imagen y la credibilidad de sus argumentos?

R.- Bueno, puede que la gente no vea esto muy bien, pero tengo que pensar en mí misma porque he estado protegiendo a estos dos hombres, que en realidad son personas que no han hecho nada por mí, personas que han sido muy egoistas. Pero ante todo he terminado con las amenazas de sir Antony.

P.- Pero sir Peter no le ha tratado mal, y usted ha provocado su caída.

R.- Sir Peter es una persona adulta que sabía los riesgos que estaba tomando. El vino a mi casa el día 28 de febrero pasado, sabiendo que estaba casada, y quería tener incluso de nuevo relaciones conmigo. Yo no encuentro que esto sea propio de una persona con dignidad.

P.- ¿Contó usted la historia por venganza?

R.- No, en absoluto. Lo hice simplemente para terminar con las amenazas. Me enteré de que sir Antony iba a vender él mismo la historia.

P.- ¿Cuáles fueron sus relaciones con su madre?

R.- Vine a vivir con mi madre, pero mis relaciones con ella no fueron de mucho cariño. Nunca me trató como a una hija. Yo creo que no estaba acostumbrada a tenerme a su alrededor. Yo vívía en España con mi abuela. Vine a Londres, a los 16 años, cuando ésta murió. Quería estar con mi madre, y quería tener un ambiente de familia, pero no creo que ella estuviera muy contenta al tenerme a su lado.

P.- ¿Es verdad que no invitó a su madre a su boda?

R.- Al contrario, la invitamos muchas veces, pero nunca quiso venir.

P.- Pues ella ha hecho unas declaraciones diciendo exactamente lo contrario de lo que usted dice ahora.

R.- Mi madre es una mujer cuyas palabras no se pueden creer, porque cambia continuamente de opinión. No creo que sea una persona muy estable mentalmente. Pero no la veo desde hace muchos años y no quiero saber nada de ella.

P.- ¿No le apena tener esta ruptura familiar?

R.- No, ahora no. Durante muchos años me he esforzado en recuperarla, pero llega un momento en que el abuso personal no se tolera más. Mi madre abusó de mí a todo nivel, abusó de mí de una forma de la que es casi inmoral hablar. Para mí no existe.

P.- ¿Era mejor su relación con su padre?

R.- Al estar criada por mi abuela, no llegué a conocerle mucho, pero tuve oportunidad de verle a los 18 años, en Valencia. La gente que le conocía hablaba siempre muy bien de él y él quería ponerse en contacto conmigo. Pero era una edad en la que todavía yo no tenía control de mi propia vida y no pude ayudarle como hubiese querido.

P.- ¿Podría concretar más cómo salió a flote económicamente cuando vino a Inglaterra?

R.- Trabajé en una compañía de ingeniería, llamada Halcrow, en una embajada árabe, en Mercedes Benz y en el Colegio de Higiene y Medicina Tropical. Durante mi trabajo llegué a conocer a ciertas personas, tuve amistades muy importantes, y con mi ambición y la ayuda de otras personas salí adelante. Mi deseo, ante todo, era tener una casa a mi nombre.

P.- ¿Y cómo lo consiguió?

R.- Con trabajo y ayuda. Era una época en la que en Inglaterra el sector inmobiliario era una buena inversión. He comprado y vendido 14 pisos.

P.- Antes ha criticado el establishment británico ¿Cuál es la opinión que tiene usted de la sociedad de este país?

R.- Mi opinión de ahora es la misma que tenía antes. Es una sociedad muy hipócrita. Aquí valoran la amistad no tanto por cómo es la persona, sino por el dinero que se tiene, por donde se vive, y por las personas a las que se conoce. Aquí la amabilidad, la simpatía y el buen corazón no cuentan. La hipocresía es enorme.

P.- ¿A qué se va a dedicar ahora?, porque no ha quedado muy claro cuáles son sus habilidades profesionales…

R.- Estudié diseño en América, en Dallas, y marketing de moda. Después estuve en Sotheby»s, pero no trabajé, porque no tenía necesidad de ello. Disponía en esa época de una posición económica muy desahogada y lo hice simplemente por interés personal. Pero ahora que estoy casada de nuevo, quiero dedicarme a mi marido. Quiero que la gente me deje en paz.

P.- Algo que parece difícil por una temporada.

R.- Por una temporada. Pero tengo la suerte de que no dependo de esta sociedad y puedo hacer lo que quiero. Me están atacando porque soy extranjera, mujer, y porque tengo el coraje de meterme con el sistema. En realidad no tengo nada que perder.

25 Marzo 1994

Bienvenida Pérez

Francisco Umbral

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Naturalmente, no voy a hablarles a ustedes del programa de anoche, pues que no lo he visto, ya que intervine en él. Bienvenida Pérez Blanco está entre la viuda alegre de Alberto Moravia y una dependienta de mercería, con todo mi amor para las dependientas. Pelo negro endrino español, teñido de anglosajón rubio y un collar que le llega hasta el coño.

Julián Lago ha elegido ser el Truman Capote vallisoletano de los albañales españoles y extranjeros, y yo sólo acepté aparecer en su programa por tratarse del primer programa político que realiza. Bienvenida Pérez es una Agustina de Aragón, una Manolita Malasaña de la lucha contra los ingleses, en este caso. Lo que a uno le importa no es si ha hecho o no ha hecho espionaje, sino que, mediante sus relaciones con el señor Harding, secretario de Defensa de Inglaterra, ha convulsionado una vez más un Imperio que ya no lo es y que está basado desde siempre en el puritanismo, que quiere decir victorianismo, que quiere decir, en fin, hipocresía. Aquí lo de menos es que Bienvenida Pérez, listilla y horterilla, con tacones Gilda y muslos de pavo navideño, haya hecho espionaje con el secretario inglés de Defensa, ya que de momento no pensamos declarar la guerra a la Gran Bretaña, como en su día glorioso hiciera La Codorniz. Aquí lo importante es que la española Bienvenida Pérez ha vuelto a poner en peligro, como sin querer, la estabilidad política de los ingleses, que hoy son nuestros aliados en el tema europeo del bacalao, pero que mañana pueden volver a ser Drake y Nelson contra los galeones de España.

Durante la grabación del programa, he tenido a mi espalda a los señores Bristow e Ilya. Este último tiene nombre y cabeza de Lenin adolescente, pero ya se sabe que a los ingleses les da igual y lo aprovechan todo, he ahí el gran talento político de ese gran pueblo. Los hijos de la Gran Bretaña, en las pausas publicitarias, me acosaban por cofa con preguntas sobre mi pasado político, sólo porque yo acabé gritando, como Franco, «Gibraltar español». Uno no cree que el señor Harding esté dotado de un Peñón particular, de uso íntimo, como el de Gibraltar, de modo que su relación con la española Bienvenida Pérez me parece de conveniencia, social, política, sentimental o de espionita, aunque la Bienve, tratada en crudo (estuvo toda la noche en los estudios preparando su imagen), está todavía muy pija para Mata-Hari. No es exactamente Greta Garbo:

-Tengo muchas cosas que contarte, Umbral, dame tu teléfono.

Y se lo di. Los ingleses han jugado a minimizar el incidente/Bienvenida, durante todo el programa. Le pregunto a Bristow, que lee el ABC con pasión, si esto de la Bienve no es una campaña de los laboristas contra los conservadores:

-Estamos en plena crisis económica; no es momento de campañas así.

Fascinante lección de política. Las guerras intestinas se dejan para tiempos de prosperidad. Los españoles, en cambio, en plena crisis, en lugar de unirnos para superarla, andamos a la chaira, el viva mi dueño, el hierro y la castoreña. Bienvenida Pérez Blanco, en fin, es una Mata-Hari de Casa Regional. Yo no creo que haya espiado nada, no la veo nada espionita, pero habla su español con un acento inglés que manifiesta su urgente, ingenua y constante vocación de triunfar en los mundos anglosajones. Aunque tiene fotogenia, a mí no me suliveya como chai. Hay que ser muy inglés, muy ministro y muy tonto para jugarse el carrerón por un cuerpecillo así, aunque a lo mejor hace muy bien el carrete. Eso nos lo dirá Mariñas.