26 septiembre 2022

El PSOE retiró su confianza a Pérez Tornero al que ya sólo respaldaban los consejeros del PP

Dimite el presidente de RTVE, Pérez Tornero después de haber permanecido poco más de un año en el cargo, por presiones del PSOE, le sustituye Elena Sánchez Caballero

Hechos

El 26.09.2022 D. José Manuel Pérez Tornero anunció su dimisión como presidente de RTVE desde la página web rtve.es.

Lecturas

El 26 de septiembre de 2022 D. José Manuel Pérez Tornero anuncia su dimisión como presidente de Radio Televisión Española (RTVE), la radio televisión público, en un carta publicada en la web de la televisión pública. Asumió la presidencia hace 18 meses.

Su dimisión se produce después una campaña del partido político Podemos, uno de los partidos que forma parte del Gobierno de coalición en España, contra su gestión por considerarle demasiado próximo a los partidos de la oposición a partir de su decisión de retirar a  Dña. Mónica López Moyano como presentadora de ‘La Hora de La 1’ (efectuada el 1 de julio de 2021) y de su decisión de suprimir la tertulia Las Cosas Claras de D. Jesús Cintora, (que deja de emitirse el 22 de julio de 2021), considerados hasta ese momento dos espacios estimados por el partido político Podemos.

La campaña comenzó en el digital de este partido LUH Noticias en el que se publican la nota titulada ‘Pérez Tornero traiciona a PSOE y Podemos y entrega el control de RTVE al PP’ el 15 de julio de 2021),

Los dos representantes del partido político Podemos en el consejo de administración de RTVE, D. José Manuel Martín Medem y D. Roberto Lakidain Zabalza, realizan en mayo de 2022 un informe en el que consideraban que había demasiados tertulianos de derechas en algunos de los programas de TVE como ‘La Hora de la 1’. El 11 de mayo de 2023 el Sr. Lakidain Zabalza en una entrevista al diario Público denunciaba que TVE “favorece a los intereses del PP y deja fuera a Podemos”. El fundador de Podemos, D. Pablo Iglesias Turrión, también realizó duras críticas contra RTVE desde sus redes y sus tertulias.

Finalmente el 26 de septiembre de 2022 D. José Manuel Pérez Tornero dimite como presidente de RTVE. Ante la imposibilidad de un nuevo presidente de la televisión pública designado por consenso PP-PSOE, asume la presidencia de forma provisional el 27 de septiembre de 2022 Dña. Elena Sánchez Caballero, consejera a propuesta del PSOE.  

26 Septiembre 2022

Carta del presidente de la Corporación RTVE

José Manuel Pérez Tornero

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Hace dieciocho meses, las Cortes, al concederme la presidencia de RTVE, me encargaron la misión de llevar adelante el proyecto de gestión que presenté al concurso público. Un proyecto que diseñaba una transformación profunda de la corporación. Y en el que quedaba meridianamente claro que no se trataba de una simple operación de maquillaje, ni de un simple lavado de cara.

Los objetivos eran muy explícitos. Gestionar con un consenso amplio, sin partidismos; con profesionalidad e independencia; afianzar el pluralismo interno y dejar atrás la fragmentación corporativa. Pero, sobre todo, se trataba de hacer que RTVE contribuyese a crear una esfera pública sosegada, dialogante y sin polarización. Lo importante, pues, era lograr que RTVE acompañara la transformación del país, la profundización de la democracia, el avance de la ciencia, de la cultura y del bienestar social.

Fui, desde un principio, consciente de la complejidad y dificultad de la tarea; y de que estábamos ante un proceso que -como todos los de transformación- eran de largo recorrido; que requerían una paciencia que muchos no tendrían.

Pero, pese a todos estos inconvenientes, siempre me dio fuerza y paz interior el saber que, por un lado, tanto mi equipo como yo mismo, pondríamos lo mejor de nosotros en cumplir la misión. Y, por otro, que, en cualquier caso, en el mismo instante en que yo tuviese indicios de que el proyecto que me habían encargado las Cortes no era viable, lo reconocería públicamente -sin dudarlo un segundo-y nunca me aferraría a la presidencia. Pues bien, ese momento ha llegado. Es ahora.

Creo, honesta y humildemente, que hemos avanzado mucho en estos pocos meses y que se han sentado las bases de la transformación. Pero, al mismo tiempo, he de reconocer que, tomando en cuenta muchos factores, ya no se dan las circunstancias para sostener la viabilidad de mi proyecto.

Es, pues, el momento de dar cuenta de lo avanzado y de explicar por qué se impone dar un paso al lado.

Debo exponer que, en estos meses de mi mandato, con la entrega y el entusiasmo de muchas personas -con mis errores y aciertos-, hemos conseguido algunos objetivos nada desdeñables.

Hemos contribuido al diálogo sereno, respetuoso e informado; a hacer avanzar un periodismo de calidad propio de RTVE, introduciendo más contextualización y análisis; y hemos ampliado nuestro compromiso con la programación relacionada con ciencia, la cultura, el cine español, las artes creativas y el deporte.

Hemos renovado, en muy poco tiempo, formatos, programas y planes de producción que se encontraban, como mínimo, estancados. Consiguiendo nuevos formatos musicales y de concursos, apostando por los grandes eventos deportivos y culturales, lanzando nuevas líneas de ficción y colocando al cine español en primera línea. Lo que hace esperar una mejora de todos los índices de recepción.

Hemos mejorado nuestra salud financiera y productiva; avanzado en el saneamiento económico (con casi treinta millones de euros de beneficios en 2022 y la perspectiva de equilibrio en 2023); y movilizando plenamente nuestra capacidad de producción.

Hemos progresado en la descentralización de nuestra actividad, proyectando dos nuevos centros de producción en- Andalucía y Valencia; hemos estabilizado la plantilla con el próximo lanzamiento de una oferta pública de empleo de casi 2.000 puestos; y hemos sido capaces de movilizar más de 120 millones de euros de los fondos de recuperación para desarrollar nuestra tecnología, formación audiovisual, y promover la alfabetización digital.

Hemos reforzado nuestra proyección internacional. Integrándonos en el canal europeo ARTE; hemos puesto las bases para mejorar nuestro canal informativo para Iberoamérica; nos hemos integrado en el comité ejecutivo de la Unión Europea de Radiotelevisión, y en la presidencia de la Conferencia Permanente del Audiovisual Mediterráneo; y hemos creado los foros permanentes de televisiones iberoamericanas e hispano-árabes.

Hemos conseguido, también, a través de la gran consulta, que cientos de miles de ciudadanos participen en construir la RTVE que quieren. Hemos podido, también, avanzar en la igualdad con la firma de nuestro segundo plan de igualdad, así como en nuestro compromiso con el desarrollo sostenible, cooperando con las televisiones públicas europeas en la eliminación de la huella de carbono.

En resumen, hemos avanzado considerablemente, creo que se puede demostrar con datos y, sin embargo, insisto: creo que ya no se dan las circunstancias para seguir avanzando. Porque he constatado que, dentro del máximo órgano de administración de RTVE -y pese a los esfuerzos ímprobos realizados por algunos de sus componentes- ya no se dan las condiciones mínimas para el consenso transversal, ni para la conformación de una mayoría plural, estable y coherente; y, en muchas ocasiones, ni tan solo el clima propicio al diálogo que necesitamos para culminar el proyecto. Lo cual dificulta mucho la gobernabilidad de la empresa, e impide llevar a cabo la transformación con la que todos nos habíamos comprometido.

Por esta razón, antes de tener que de dejar de lado mis convicciones y mi responsabilidad institucional con el compromiso adquirido, tengo la intención, en las próximas horas, de presentar mi renuncia a la presidencia de RTVE, y a formar parte de su consejo de administración.

Vine a sumar y a construir, y me voy con la conciencia tranquila. Vuelvo a mi universidad con la satisfacción de haber hecho todo lo posible por contribuir a edificar una radiotelevisión pública, plural e independiente a la altura de las exigencias de nuestro tiempo y como nuestro país merece.

Me siento agradecido a las Cortes generales y a los grupos parlamentarios por la confianza que me dispensaron. Agradezco a todas las instituciones y colectivos que, con ilusión y entusiasmo, han cooperado con nosotros y han creído en nuestro proyecto; a todas las trabajadoras y trabajadores de RTVE que, desde el primer momento me han mostrado su apoyo. Y soy especialmente deudor -con un cariño especial-, a mi equipo más cercano que, literalmente, se ha desvivido en su trabajo con profesionalidad y lealtad al proyecto.

Finalmente, quiero manifestar que mantengo intacto mi compromiso con el servicio público de radiotelevisión, y la convicción de que sigue siendo esencial para nuestras democracias. También conservo muy viva la esperanza de que, entre todos, con perseverancia y constancia, siempre será posible alcanzar nuestros ideales.

José Manuel Pérez Tornero

28 Septiembre 2022

El cese en RTVE dinamita nuevos acuerdos

EL MUNDO (Director: Joaquin Manso)

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LA DIMISIÓN forzada de José Manuel Pérez Tornero, el ya ex presidente de RTVE, constituye un nuevo y revelador capítulo de la estrategia del Gobierno para hacerse con el control de organismos e instituciones públicas desde los que influir a favor de las directrices políticas emanadas del Ejecutivo. Pérez Tornero reconoció la necesidad de dar «un paso al lado» tras perder el apoyo del resto de consejeros del PSOE -como ya sucediera hace meses con los de Podemos con la excusa de que el alto cargo se había «puesto a las órdenes del PP»-, lo que hacía inviable el gobierno del ente público al no darse «las condiciones mínimas para el consenso».

De los 10 miembros que componen el consejo de administración de RTVE, José Manuel Pérez Tornero fue uno de los cuatro propuestos por el PSOE en las negociaciones tuteladas en 2021 por Félix Bolaños y Teodoro García Egea, y que dieron como resultado sendos acuerdos para la renovación del Tribunal de Cuentas y del máximo órgano directivo de la radio y la televisión públicas. El candidato socialista obtuvo el apoyo del Parlamento para liderar un renovado consejo, hasta entonces aplazado por el accidentado proceso del concurso público, que mantuvo al frente del organismo a Rosa María Mateo en calidad de administradora provisional única. Una provisionalidad que se prolongó en la práctica durante casi 33 meses. El respaldo al nuevo presidente del ente supuso, de hecho, el único gran pacto en aquel momento entre el partido en el Gobierno y el principal de la oposición, liderado entonces por Pablo Casado.

Esta ruptura unilateral por parte de los socialistas del trato rubricado para reactivar RTVE tiene un alcance que supera en mucho una nueva y preocupante paralización del ente, pues entraña un claro retroceso en la confianza institucional necesaria para llegar a nuevos acuerdos entre el PSOE y el PP en orden a desbloquear el funcionamiento de otras instituciones pendientes de renovación. Los casos más sangrantes son los del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Tribunal Constitucional (TC). Este grosero asalto a la cúpula de RTVE por parte de los mismos responsables políticos que promovieron el pacto para aupar al cargo a su candidato no contribuye a alimentar el clima de lealtad imprescindible para negociar.

Es preciso que el Gobierno desista de su afán por copar instituciones y organismos públicos con ánimos propagandísticos, como en el ya mencionado caso de la Justicia -sobre el que Bruselas le ha advertido reiteradamente-, la sustitución al frente de Inteligencia perpetrado con la destitución de Paz Esteban o este último capítulo -especialmente paradójico ante las insistentes llamadas a la independencia que tanto Sánchez como sus socios de Podemos reclaman a los medios de comunicación-.

28 Septiembre 2022

"El periodista más facha"

Leyre Iglesias

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HACE trece días el ex vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias dedicó su pódcast a explicar por qué, gobernando el PSOE y Podemos, la televisión pública española es de derechas. Al presidente de RTVE lo definió como «Tornero, el periodista más facha del mundo entero». Es probable que oliera la sangre. Le salió un programa redondo. Por allí desfiló un miembro del consejo de administración nombrado por Podemos y la historia que se contó es que José Manuel Pérez Tornero se había entregado al PP porque la mayoría de los contertulios son «de derechas» o de «centro», o sea, del PSOE.

La operación derribo que la Moncloa ha diseñado contra Tornero ha sido casi inhumana. No debería sorprender en política; menos aún con el Gobierno que nombró fiscal general a una ex ministra. La canción dice que el periodista prestaba obediencia al monstruo popular y que estaba hundiendo TVE. Lo primero no es cierto; basta con ver la tele. Lo segundo sí; también que las audiencias no eran mucho mejores con Rosa María Mateo.

Tornero ha caído -Moncloa le ha empujado a dimitir, presión tras presión- víctima de la soledad. Podemos arremetió contra él desde el principio, cuando retiró el polémico programa Las cosas claras de Jesús Cintora, y el PSOE ya no le defendía. La gota que colmó el vaso, según fuentes de la radiotelevisión, fue cuando el 13 de septiembre Xabier Fortes entrevistó a Pedro Sánchez en prime time y cosechó un raquítico 5,9% (787.000 espectadores). El mensaje fue evidente: TVE ya no influye. Cabe imaginar el enfado de un Gobierno que enfila a la baja un año electoral. Hasta el último becario de provincias le hace falta.

El presidente Sánchez, que en su actual estación pendular emula a su socio de coalición, está muy preocupado por la conspiración mediática contra el progreso que él encarna. Haría mejor en no maniatar a la televisión de todos, o al menos disimularlo. A esa tentación también ha sucumbido en varias ocasiones el PP, sí, ¿pero no estábamos en la era de la regeneración democrática?

Tornero se va con peor trato que resultados. «Yo quería y no he podido», dijo ayer en su última reunión ante el consejo de administración. Y citó a Séneca: «Pero lo que habrás de hacer, si topas con un tiempo desapacible en la política, es asignarte más para tu ocio y tus letras, y poner rumbo al puerto de inmediato (…)». La lección es sombría: el mayor enemigo de RTVE son sus más encendidos entusiastas. Están haciendo lo imposible por condenarla.

29 Septiembre 2022

Una televisión al servicio del Gobierno

Daniel Gascón

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En otros tiempos, la izquierda presumía del esfuerzo de Rodríguez Zapatero por despolitizar la gestión de RTVE. Progresistas y centristas lamentaban que el PP prefiriese hacer una televisión de partido

En Valencia un hombre intentó acceder desnudo a un juicio por exhibicionismo y en la Cadena SER dos exvicepresidentes del Gobierno explicaron al periodista Aimar Bretos que los medios públicos deben responder a las mayorías electorales. Según Carmen Calvo, tienen que mostrar “sensibilidad” con las urnas: “Lo contrario es terrible: es dejar a un profesional que pagamos con dinero público que [actúe] con arreglo a su criterio y a uno que conoce y a la ideología que más le guste a él”. Pablo Iglesias señalaba un informe lunático-maccarthista que evaluaba la ideología de los tertulianos en un gráfico de quesitos. Así justificaban la dimisión forzada de José Manuel Pérez Tornero como presidente de Radio Televisión Española, y más que lamentarnos por la exhibición de posiciones netamente antiliberales deberíamos celebrar la claridad, tan valiosa en tiempos de confusión.

En otros tiempos la izquierda presumía del esfuerzo de José Luis Rodríguez Zapatero por despolitizar la gestión de RTVE. Progresistas y centristas lamentaban que el PP prefiriese hacer una televisión de partido: fue en la era remota del regeneracionismo. Se defendía el respeto a las instituciones, pero solo como forma de llegar hasta ellas. El reformismo es una flor delicada y solo prospera en la oposición, a ratos. Un cambalache entre partidos permitió escoger a los miembros del Consejo de Administración de RTVE. Civio señaló que solo cuatro de los diez miembros habían aprobado el concurso. Uno de ellos era Pérez Tornero. Entre los que no habían superado el criterio del comité de expertos estaban Jenaro Castro, Ramón Colom y Elena Sánchez (su proyecto “parece un manual copiado de Wikipedia”). Sánchez es la presidenta interina del ente. Ahora sabemos que según algunos —no creo que sea el caso de Elena Sánchez— la función de un medio público no es difundir información para todos los ciudadanos, siguiendo criterios profesionales que aspiren a un ideal de objetividad, sino ofrecer una representación de la realidad acorde a la mayoría parlamentaria, que es una forma perifrástica de decir propaganda. No está claro el efecto electoral: Leszek Kolakowski advirtió de que el poder de las palabras no es ilimitado porque la realidad impone sus condiciones. Una televisión de parte está condenada a la irrelevancia, pero serviría para colocar a algunos de los nuestros, para desacreditar un medio lleno de profesionales excelentes y hacer solo de unos lo que debería ser de todos.

29 Septiembre 2022

Iglesias, sin coleta, no da una

Pablo Iglesias

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Pablo Iglesias sigue con su cruzada fake contra los periodistas que más casos de corrupción por metro cuadrado han denunciado en los últimos 40 años. El ex secretario general de Podemos sigue con su campaña de victimización, tras explotar los casos de las supuestas cloacas de Villarejo, la tarjeta chamuscada de Dina y las balas preelectorales que, según él, recibió por correo de la carroña fascistoide.

Su última ocurrencia chirría hasta en lo más alto del pirulí de Torre España: la existencia de un trato de favor a periodistas de OKDIARIO que, según él, saturan la tertulia nocturna del Canal 24 Horas y que se merecen la checa de Cuatro Caminos en lugar de los estudios de TVE. Pero como le viene sucediendo últimamente, desde que se cortó la coleta -como Sansón- Iglesias no da una. Su última ocurrencia: Pérez Tornero, el recién dimitido presidente del ente audiovisual estatal, es “un señor tan facha” que “ha poblado TVE de tertulianos de derechas y de ultraderecha” y con medios como “OKDIARIO u otro tipo de panfletos”.

Pues ni Pérez Tornero es “facha” ni los periodistas de OKDIARIO han ocupado las sillas de las tertulias de la televisión pública, cuyos honorarios profesionales para Iglesias serían “fondos de reptiles”. Todo lo contrario: sus periodistas han sido vetados y soy testigo de ello.

Primero, sobre Pérez Tornero facha. Conocí al catedrático en la ciudad universitaria de Bellaterra (Barcelona) en los años 70, ya con Franco en la tumba, pero con una España todavía preconstitucional, en la que el líder morado llevaba sólo unos meses en la tripita de su madre. Y, mientras él braceaba en el líquido amniótico, Pérez Tornero y su peña (Juan Tortosa y José María Perceval, entre otros) se enfrentaban a los grises y a algún que otro fascista para restablecer la Democracia en España.

Cuando Iglesias nació el 17 octubre de 1978 -20 días antes de la aprobación de la Constitución- aún quedaba mucho por hacer en España, pero aquella generación de jóvenes universitarios -entre quienes me incluyo- y también de jóvenes obreros lograron un mundo mejor para que el niñito frapero con el tiempo, gracias a las becas fascistas que potenció UCD y los felipistas de la “cal viva”, se subiera en un coche oficial -del que no se baja- le regalaran una nómina de 100.000, heredara un piso en el barrio cayetano de Madrid y se comprara un casoplón de un millón en territorio nacional, además vigilado por agentes con tricornio.

Segundo, sobre OKDIARIO y TVE. Ningún periodista de este diario ha pisado en los últimos años, desde que Sánchez llegó a La Moncloa, la moqueta de La Noche en 24 Horas. Y me pongo de ejemplo. Desde los años 80 -desde el programa de Victoria Prego “Debate”- colaboraba de manera asidua con TVE durante los gobiernos de distinto signo político y directores tan diferentes como Pilar Miró, Solana, Calviño, Cafarell, Fernández, Oliart, Echenique o José Antonio Sánchez hasta que Podemos se hizo con el poder en la televisión pública. Iglesias no alcanzaba el cielo del CNI, pero sí se hizo con el control de TVE. Y fue cuando de manera sectaria comenzaron a rodar las cabezas de los profesionales más críticos.

Llevaba colaborando con el Canal 24 Horas desde que Vicente Vallés fue nombrado director del canal en septiembre de 2008. Por la Noche en 24 Horas pasaron de presentadores el propio Vallés, Ana Roldán, Sergio Martín, Víctor Arribas y el sectario Xabier Fortes. El tipo más intolerante y secuaz que me he echado a la cara. Cuando se reunía con su equipo solía gritar: “Pero qué rojos somos”. Pero vivía en Madrid a cuerpo de rey con dietas de la cadena pública, además de su salario.

El sectarismo de Fortes

Pues bien, tras la caída del Gobierno de Rajoy y el ascenso a los cielos de Sánchez e Iglesias, Xabier Fortes, también conocido como El Lechero, recuperó su plaza de comisario político y me fusiló al alba como el franquismo tiroteó a su paisano Sánchez Bravo. ¿Y por qué ese paseíllo? Porque una noche, cuando ya estaba cantado que Rajoy iba a ganar las elecciones en 2011, comenzó a lloriquear en directo como una plañidera con el siguiente discurso: “Ahora cuando llegue el PP nos echarán a todos y pondrán a otro aquí en esta silla”. Y yo le repliqué sin morderme la lengua: “Hombre Fortes, y tú cómo llegaste aquí. Echarían a otro para ponerte a ti. ¿No?”. Y le razoné: “La culpa la tenemos los periodistas porque lo consentimos y nos sometemos a la tiranía de los políticos. Si nos plantáramos, no rodarían las cabezas ni con populares ni con socialistas”. Desde ese día, al margen de las consignas podemitas para controlar el contenido del programa de Fortes, OKDIARIO y servidor quedaron laminados.

Pérez Tornero, a quien ahora Iglesias llama “facha”, consintió el chiringuito de Fortes y su cuchipanda. TVE tiene un gran plantel de profesionales, pero el sectarismo de algunos y el control político desde La Moncloa han provocado que, en cuatro años, la cadena pública se pegue un batacazo en la audiencia.

Y tiene su gracia que Podemos, después de las boutades fakes de Iglesias en una radio indepe catalana que definió como “cloaca” a los periodistas que más han investigado en España, se sirva del esfuerzo de todos ellos para presentar un escrito en la Mesa del Congreso para abrir una comisión de investigación sobre Juan Carlos I, que ha sido rechazada por PSOE, PP y Ciudadanos. Resulta paradójico que Echenique, Iglesias y Cía se aprovechen para hacer campaña contra el Rey Emérito del trabajo de quienes huelen a azufre, portan fasces y tienen fotos en la mesita de noche de Meloni y Olona.

Y con todos sus antecedentes de posverdad, sectarismo, bulos y noticias fakes el ex secretario general de Podemos tiene la desfachatez de presentarse a una plaza de profesor en la Facultad de Ciencias de la Información. Me imagino que el tribunal tendrá en cuenta el perfil disfuncional del político populista por el bien de los futuros periodistas.

Iglesias desde el revolcón que sufrió de Isabel Díaz Ayuso en las urnas de las últimas elecciones autonómicas ha perdido el control. Está desbocado. Sus huestes ya comentan que sin coleta -como Sansón- no da una, ni en la política ni en los tribunales.

02 Octubre 2022

IGLESIAS EL ILIBERAL

José Ignacio Torreblanca

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EN UNA intervención en radio merecedora de incluirse como estudio de caso en los libros sobre la destrucción de las democracias, Pablo Iglesias ha mostrado su irritación por el hecho de que RTVE no solo no estuviera al servicio de la coalición de gobierno, sino «superpoblada de columnistas de derechas, e incluso de extrema derecha». Al parecer, la idea de que la televisión de todos tiene que ser un servicio público al servicio de todos (o por lo menos intentarlo y ser juzgada contra ese criterio, no por su capacidad de servir a la mayoría gubernamental), no tiene cabida en el pensamiento de Iglesias.

Una vez más, Iglesias nos exhibe sin pudor la pulsión iliberal que recorre su pensamiento, que es lo que une hoy a los extremismos, de izquierda y derecha. Porque si hay algo que Orban e Iglesias tienen en común es no poder soportar la idea de que, en una democracia, ganar las elecciones no significa acumular todo el poder. En reiteradas ocasiones, Iglesias ha mostrado que considera una grave anomalía democrática la existencia de actores económicos o mediáticos no sometidos al poder político, cuando toda la teoría democrática postula lo contrario. Lo mismo sostiene en relación con la separación de poderes y la existencia de pesos y contrapesos al Ejecutivo: especialmente en el Parlamento y los tribunales, que son otro elemento central de la democracia.

Todo eso que los politólogos denominan «instituciones contramayoritarias» o «poderes moderadores» son rechazados por Iglesias como antidemocráticos. Es obvio que Iglesias no cree en el modelo democrático vigente, que es liberal, sino en uno iliberal, en su caso de «democracia popular». Que ese modelo, como sabemos, lleve a la dictadura, orbanita, putiniana o bolivariana, le resulta indiferente.

Todo lo anterior no es una disquisición teórica entre politólogos sino, en el caso de Iglesias, Monedero, Echenique, la explicación de sus tácticas de señalamiento, intimidación y matonismo de periodistas en las redes sociales, como tuve la oportunidad de experimentar recientemente por osar cuestionar en TVE la afirmación sin pruebas de Echenique de que el atentado contra Cristina Kirchner era un magnicidio orquestado por la oposición. El chequista Iglesias ha iniciado la limpia de RTVE con juicios sumarísimos y ejecuciones en redes sociales. Pérez Tornero, ¡Dios!, Pérez Tornero, ha sido acusado de «facha», una categoría para Iglesias equivalente a la de enemigo del pueblo, antesala del ostracismo social. En el gulag mediático de Iglesias no cabe el pensamiento independiente ni crítico.

06 Octubre 2022

¿IMPORTA MUCHO OTRA ALCALDADA EN RTVE?

Víctor de la Serna Arenillas

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LA VETERANA PRESENTADORA Elena Sánchez, ahora que llega a la edad de jubilación (edad mínima, naturalmente: se puede seguir, claro) se acaba de ver propulsada a presidenta de Radiotelevisión Española con plenos poderes, sin debate ni votación en el Congreso, por el sistema del ordeno y mando, o del Real Decreto, a diferencia de su predecesor el hoy defenestrado José Manuel Pérez Tornero, que sí fue confirmado por el Parlamento en votación de todos los partidos.

Hay un precedente a esta alcaldada, el de la administradora provisional que no llegó a ser presidenta, Rosa María Mateo, pero que pese a ello gozó de plenos poderes por decreto. En el caso de ésta, el Tribunal Constitucional ya sentenció que el nombramiento había sido inconstitucional pero -si te he visto, no me acuerdo- el Gobierno de Pedro Sánchez ha vuelto a incurrir sin remilgos en la infracción de la Carta Magna para colocar a su nueva persona de confianza, después de que Pérez Tornero les saliese poco fiable, al mando del ente.

Este incidente viene a agregarse a todos los demás casos de ocupación partidista de las principales instituciones públicas del Estado por el actual Gobierno socialista. Pero en el caso del único medio de comunicación público de alcance nacional el escándalo adquiere su propio aspecto, más anecdótico.

De nuevo oímos voces pidiendo el cierre de las televisiones públicas, con RTVE a la cabeza, por ser puros órganos de propaganda de los gobiernos, nacional o regionales, que las controlan. Es una posibilidad. Pero cuando la audiencia y la influencia de RTVE han caído al abismo, ese cierre no tendría gran impacto en lo que importa: el acceso por los ciudadanos a información y análisis sin sesgos partidistas en los medios públicos. Los medios audiovisuales privados se han adueñado de las audiencias, y sus espacios teóricamente informativos se han convertido en abrasivas tertulias que, en general, respaldan los intereses propagandísticos del poder. La Moncloa -un conglomerado que hoy va mucho más allá del PSOE- manda en el medio audiovisual, así que RTVE ha perdido importancia para los gobernantes.

Un medio audiovisual público controlado por un órgano -podría ser hasta una fundación- independiente del poder ejecutivo, dedicado a la información de calidad y sin sesgos, sí puede ser útil en una democracia occidental. Pero en una situación anómala como la de España en la actualidad, no importa mucho que RTVE cierre o prosiga en su labor de adoctrinamiento y de desinformación a favor del poder. Todo su entorno, cadenas públicas y privadas, seguirá como hasta ahora, y el impacto de una Sánchez, una Mateo o un Pérez Tornero continuará siendo marginal.

21 Abril 2023

Elena Sánchez

Luis María Anson

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«Es una periodista seria, responsable, ecuánime y sagaz, que ha acumulado experiencia a lo largo de una intensa vida profesional»

Sería yo un miserable si no publicara mi opinión sobre Elena Sánchez, ahora que algunos la agreden, la desdeñan o se mofan de ella. He seguido a la actual presidenta de RTVE desde que empezó su carrera profesional. Es una periodista seria, responsable, ecuánime, con vasta experiencia, extraordinariamente sagaz. Conoce la profesión a fondo y ha dedicado a ella toda su vida. Noam Chomsky, al desmenuzar el mundo de la comunicación, hace hincapié en el valor de la experiencia.

Los éxitos de Elena Sánchez son innumerables. En los años ochenta ya competía, y muchas veces con ventaja, con Piqueras o Luis de Benito. Potenció el canal 24 horas. Sustituyó a Piqueras en el espacio de debate Enfoque y multiplicó su audiencia. Resultó clave en el espacio Imprescindibles y demostró generosidad hacia los profesionales del periodismo. Nunca fue sectaria ni excluyente. Iñaki Gabilondo, el gran periodista audiovisual que debería estar en la Real Academia Española, distingue con su admiración a Elena Sánchez. Como Defensora del Espectador realizó una ingente labor en defensa de los derechos de todos aquellos que se informan o entretienen ante la pequeña pantalla.

Elena Sánchez es una mujer de gran inteligencia, sosegada, y prudente. Se distingue también por su capacidad para el trabajo. No se cansa nunca. Es constructiva y positiva. Como secretaria general de RTVE conoció el laberinto interno de la televisión pública y tuvo conciencia de los problemas que agobian a la Institución. Fue también presidenta del Observatorio de Igualdad de RTVE.

Elena Sánchez tiene derecho a pensar como quiera. Y, por supuesto, con ella se puede coincidir; de ella se puede discrepar. Tendrá sin duda defectos, como los tenemos todos. Lo que no resulta de recibo, es insultarla o menospreciar su capacidad profesional. Televisión Española tiene hoy en su cabeza a una de las mejores periodistas que ha generado nuestro país en el último medio siglo y que está avalada por largos, larguísimos años de ejercicio profesional. Lo menos que pueden hacer los discrepantes, de forma especial los políticos, es respetarla profesionalmente y criticar su labor sin descalificaciones.

He dedicado, en fin, mi larga vida al ejercicio del periodismo. Escribir estas palabras de reconocimiento a la calidad de una compañera excepcional me parece que es un deber. Y además una satisfacción.

15 Septiembre 2023

Éxito de Elena Sánchez

Luis María Anson

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«Elena Sánchez ha levantado RTVE, que se hundía hacia el quinto puesto. Ahora se ha consolidado en el segundo con éxitos continuos»

Desde la independencia que he mantenido siempre a lo largo de mi dilatada vida profesional, denuncié en esta misma sección, el pasado 21 de abril, los sectarismos con que se atacaba a Elena Sánchez. Esos sectarismos envenenan las agresiones de los políticos. Elena Sánchez tiene derecho a pensar como quiera. Y, por supuesto, con ella se puede coincidir; de ella se puede discrepar. Tendrá sin duda defectos, como los tenemos todos. Lo que no resulta de recibo es insultarla o menospreciar su capacidad profesional. Televisión Española tiene hoy en su cabeza a una de las mejores periodistas que ha generado nuestro país en el último medio siglo y que está avalada por largos, larguísimos años de ejercicio profesional. Lo menos que pueden hacer los discrepantes, de forma especial los políticos, es respetarla profesionalmente y criticar su labor, si procede, sin descalificaciones.

Elena Sánchez se puso al frente de RTVE cuando la televisión pública estaba relegada a un tercer lugar y tanto la Cuatro como la Sexta la arañaban, a punto de desplazarla a un quinto puesto. No me equivoqué en lo que escribí en canela fina hace seis meses. Elena Sánchez y yo hemos trabajado juntos y conozco su alta calidad profesional. En solo seis meses, Televisión Española se ha instalado de forma destacada en el segundo puesto, ha cosechado continuados éxitos y ha recuperado el crédito en un ancho sector de la audiencia. La presidenta de RTVE ha demostrado que su instinto periodístico permanece vivo y también su capacidad de gestión y decisión.

Emilio Azcárraga, el Tigre, me dijo un día en la época que centré mi trabajo en la mexicana Televisa: «La televisión abomina la rutina. Es imaginación, sentido periodístico y trabajo incansable». La armonía entre la información y el entretenimiento obliga al esfuerzo tenaz, a caminar sobre la realidad y a intuir lo que demanda la gente.

Elena Sánchez ha levantado RTVE. Y lo ha hecho en un tiempo brevísimo. La objetividad exige reconocerlo así. Y sobre la huella de estas palabras dejo mi testimonio desde el largo camino, más de setenta años, que he recorrido en el ejercicio del periodismo, todos los días y sin dejar un solo día.