10 octubre 1973

El nuevo vicepresidente será Gerald Ford

Dimite el Vicepresidente de Estados Unidos, Spiro Agnew, acusado de corrupción y trastoca toda la administración del Gobierno Nixon

Hechos

El 10.10.1973 se hizo pública la dimisión de Spiro Agnew como Vicepresidente de los Estados Unidos de América.

Lecturas

Segunda dimisión de la historia de un Vicepresidente

Spiro T. Agnew es la segunda vez que dimite un Vicepresidente de los Estados Unidos de América desde que se creara el puesto el 30.04.1789 para John Adams. Ocurrió en 1832 cuando John Calhoun renuncio para poder ser senador.

EL NUEVO VICEPRESIDENTE

GeraldFord1974 La enmienda vigésima quinta de la constitución de los Estados Unidos prevé que en caso de vacante en la vicepresidencia, el Presidente de la nación nombrará un sustituto que habrá de ser confirmado posteriormente por votación por ambas Cámaras del Congreso. Richard Nixon propuso al congresista republicano Gerald Ford ante el rechazo que generaba entre los democratas la figura de John Connally, secretario de Tesoro, que fue su primera idea.

11 Octubre 1973

Dimite Agnew

José María Carrascal

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Después de dos meses de acusaciones contraacusaciones, nubes de humo y frases indignadas, el vicepresidente Agnew sucumbió ayer no en una batalla política, sino ante un Tribunal de Justicia. Recordarán que sobre él pendían los cargos de haber aceptado dinero de constructores siendo gobernador de Maryland. El lo negaba, pero había por lo menos tres contratistas que declaraban lo contrario. Por algún tiempo trató de esconderse en la barrera de la inmunidad. Luego cargó las culpas a los periodistas, y cuando ya tenía los cuernos de la justicia a un centímetro de su piel ha hecho un amaño con ella: dimitir y reconcoerse culpable de un cargo menor, el de evasión de impuestos, a cambio de que no se le persiga por los grandes. El juez ha abierto la manga y cerrado los ojos y no le ha mandado a la cárcel, sino que se limitó a multarle con diez mil dólares y a ponerle tres años en libertad condicional. Agnew tuvo todavía  prestancia para pronunciar unas palabras solemnes de despedia: “Dimito, porque creo que es en interés nacional y para evitar el brutal efecto que todo el asunto está produciendo en mi familia”.

El juez, más discreto, ha dicho que si accedió a la componenda es para no causar al país un mayor shock que el que ya le causa la dimisión de su segundo magistrado.

Uno podría extenderse al respecto en ambas direcciones sobre política, la justicia y el sistema americano, donde si es verdad que puede perseguirse a un vicepresidente por delitos comunes, también lo es que se le prepara un colchón para que caiga en blando. Pero no vale la pena ni enseñarse con Mr. Agnew, un día llamado Mr. Clean (Mr. Limpio) y hoy despedido por la vida pública por la puerta trasera.

No vale la pena, porque gracias a Dios, este país tiene un dinamismo impresionante, y los ojos ya no se vuelven a Mr Agnew porque buscan a quien le sucederá. La constitución es clave al respecto: el presidente lo elegirá y ambas cámaras lo ratificarán. Pero eso forece una enorme dificultad, en ambas cámaras hay mayoría demócrata. A Nixon le gustaría Conally o Rockefeller, o Reagan, pero no creemos que los demócratas se lo acepten. La idea entre ellos es que debe elegirse a alguien sin aspiraciones presidenciales, tal como el ex secretario de Estado Rogers o el ex secretario de Defensa Laird o el presidente del Tribunal Supremo, Burger, del propio Goldwater, hoy la figura más respetada de su partido. Esto es sólo un bosquejo de la batalla política que se cierne sobre Washington. El vicepresidente ‘ ha muerto’ pero todavía no podemos gritar viva el vicepresidente.

José María Carrascal