4 mayo 1998
El cierre del diario Perfil fue portada en los diarios Clarín, La Nación y Página/12
El diario argentino Perfil, de Jorge Fontevecchia, que pretendía imitar al diario EL PAÍS de España se estrella tras tan sólo dos meses
Hechos
El 9 de mayo de 1998 nació el periódico Diario Perfil. Cerró el 31 de julio de 1998.
Lecturas
ARTÍCULO DE PÁGINA/12 SOBRE EL CIERRE DE CLARÍN:
POR QUE FRACASO (¿FRACASO?) EL DIARIO «PERFIL»
«Capricho de nene que salió mal»
¿Por qué fracasó Perfil?, ¿fracasó Perfil?, ¿se le dio tiempo suficiente para madurar?, ¿es cierto, como escribió anteayer Jorge Fontevecchia, director del diario, que uno de los mayores problemas fue «haber construido un diario europeo, ideal para sociedades donde los sectores medios y altos de la población disponen de más tiempo personal y de mayor inclinación a la lectura»? Página/12 consultó dos comunicólogos, un semiólogo y un publicista.
«No es posible medir en tan poco tiempo si a un medio le va bien o mal», disparó Alicia Entel, comunicóloga. «Creo que hay dos formas de hacer periodismo: por impacto y por sedimentación. A Fontevecchia le gusta hacer lo primero, impactar cuando abre un medio e impactar cuando lo cierra. El problema es que en el ínterin quedan trabajadores de prensa en el aire, compromisos con el público y con la sociedad civil y promesas sin cumplir», siguió Entel, quien cree que durante el tiempo que salió a la venta, el diario no colmó las expectativas porque «aunque era una apuesta interesante buscaron unir La Nación con Página/12. Tuvo trabajos de investigación periodística llamativos, pero no de alto vuelo». Sobre la escasa «tendencia a la lectura» de los argentinos esgrimida por Fontevecchia, Entel habló de «un fondo de discriminación en los editores del diario».
«Nunca pude entender la cantidad de plata que invirtieron en publicidad para lanzar Perfil», dijo a este diario el publicista Gabriel Dreyfus, para quien el diario fue «un capricho de nene que salió mal». Dreyfus cree que quisieron hacer La Opinión copiando EL PAÍS. «De EL PAÍS les salió el formato, pero no la ideología. Quedó una revista cotidiana y la clave del fracaso es que buscaron una neutralidad informativa que a mi entender no existe».
«En principio creo que los números de venta difundidos, si son ciertos, no son tan catastróficos teniendo en cuenta la cantidad de diarios que hay en el país», afirmó el semiólogo Oscar Steimberg. «Por otro lado creo que está mal que se culpe al lector del fracaso. Es realmente gracioso esgrimir que los argentinos tienen poca inclinación a la lectura. Es una suerte de elitismo a posteriori. Deberían haber previsto antes que el lector argentino no tenía tendencia a la lectura. Esa costumbre de justificar con digresiones sociológico-antropológico-filosóficas un fracaso puede llevar a generalizaciones erróneas.»
Jorge Berneti, profesor de Ciencias de la Comunicación en la UBA, periodista, y hasta ayer colaborador de Perfil, cree que el cierre del diario fue «descalificante». «Me resulta increíble que con el grado de preparación que tuvo, con tamaña convocatoria, se haya derrumbado a las ochenta ediciones». Berneti se preguntaba ayer por la «planificación» de la que hablaban los directores del proyecto. «Este cierre es muy improvisado. Tengo que pensar en la hiperconcentración mediática, la situación me obliga a desconfiar», agregó. Y finalizó: «Fue terrible que los lectores se enteraran antes que los trabajadores».
Romina Calderano