6 diciembre 1919

La nueva III Internacional se enfrenta a la II Internacional socialdemócrata

El dictador ruso Lenin funda la Komintern, Internacional Comunista, para agrupar a todos los partidos socialistas del mundo

Hechos

El 2 de marzo de 1919 se celebró en Rusia el congreso fundacional de la Komintern.

Lecturas

La Internacional Comunista fundada en 1919 por Vladimir I. Lenin debía extender la dictadura del proletariado a todo el mundo. En el curso de su historia llegó a convertirse en un instrumento de la política internacional soviética. 

En 1917 la revolución había triunfado en Rusia, pero los comunistas también parecían avanzar en otros países. Con la revolución mundial, Lenin convocó el 2 de marzo de 1919 en Moscú el congreso fundacional de la Internacional Comunista (Komintern), la organización mundial de los partidos comunistas. Según las tesis de Lenin, la crisis internacional sólo podría superarse mediante una revolución proletaria en todo el mundo. Lenin pensaba que la revolución únicamente estaría asegurada en Rusia cuando lograse imponerse también en los países europeos industrializados. En ellos el desafío iba dirigido sobre todo a los partidos socialistas y socialdemócratas moderados, a los que los comunistas reprochaban haber traicionado la revolución.

En el II Congreso Mundial del Komintern, celebrado en agosto de 1920, Lenin formuló las condiciones de admisión, que estipulaban la supremacía del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) como el único partido que hasta entonces había conseguido liderar con éxito una revolución. Los restantes partidos tendrían que renunciar a su independencia, organizarse según el modelo de los bolcheviques y subordinarse como secciones de la central moscovita.

El congreso mundial era, formalmente, el órgano supremo, pero no se reunió cada año, como se había estipulado, sino que lo hizo sólo siete veces en 24 años. Así pues, el comité ejecutivo dominado por los soviéticos asumió la dirección en Moscú. Podía intervenir en los asuntos internos de cada partido miembro, de ahí que la política del Komintern reflejara en todo momento las estrategias del PCUS, siendo un órgano internacional que serviría a los comunistas rusos para influir en todos los demás partidos comunistas hermanos.

A finales de 1922, el Komintern cambió de estrategia respecto a la revolución internacional en su IV Congreso Mundial. Cuando resultó claro que el movimiento revolucionario mundial no iba a consolidarse, Lenin cambió de táctica y ordenó el frente único: se estimuló la colaboración con los partidos socialdemócratas como medio para lograr el acceso al poder. Cuando las posibilidades de una revolución en Europa occidental siguieron empeorando, la actividad principal del Komintern se desplazó hacia África y Extremo Oriente, donde se postulaban alianzas entre proletariado, campesinado y burquesía contra las aristocracias dominantes.

Con la teoría del socialismo en un solo país, Stalin se alejaría todavía más del objetivo de extender la revolución al resto del mundo y concibió la Komintern como un medio para imponer los objetivos políticos de la URSS. En 1928 dispuso un giro a la izquierda: la lucha se dirigió a partir de entonces contra los socialdemócratas, calificados de socialfascistas. Esta política impidió en Alemania, por ejemplo, la resistencia conjunta de ocmunistas y socialdemócratas a los nazis.

Sólo en el II Congreso Mundial, celebrado en julio de 1935, el Komintern empezó a abogar por una coalición de comunistas, socialdemócratas y partidos burgueses contra el fascismo.

Tras la inasión de la Unión Soviética por las tropas alemanas en 1941, el Komintern se convirtió en un estorbo para las relaciones soviéticas con las potencias occidentales. Por ello, el 15 de mayo de 1943 Stalin disolvió la organización.