16 mayo 1951

El Ejército de Bolivia anula las elecciones para evitar que el Movimiento Nacional Revolucionario de Víctor Paz Estenssoro pueda acceder al poder

Hechos

El 6 de mayo de 1951 se celebraron elecciones en Bolivia.

Lecturas

Villarroel fue depuesto en 1946

A sólo 10 días de celebrarse las elecciones presidenciales en Bolivia, este 16 de mayo de 1951, el presidente Mamerto Urriolagoitia, cuyo mandato expiraba, ha entregado el poder a una junta constituida por diez altos mandos militares, y que preside el general Hugo Balivián. Urriolagoitia es presidente desde octubre de 1949, a causa de la renuncia de Hertzog por motivos de salud.

Con la entrega del poder a los militares, se intenta burdamente evitar que Víctor Paz Estenssoro – líder del MNR (Movimiento Nacional Revolucionario) sea ratificado como nuevo presidente de Bolivia. Paz Estenssoro venció en las elecciones del pasado 6 de mayo, al lograr imponerse sobre los partidos oficialistas con el apoyo del ilegal Partido Comunista Boliviano y el apoyo del marxista Partido Obrero Revolucionario. Han sido precisamente estos apoyos los que han servido de excusa para la intervención del ejército.

Como Víctor Paz Estenssoro ha sido calificado de comunista y el Partido Comunista fue puesto fuera de la ley el 10 de abril de 1950 por el Gobierno de Urriolagoitia, la conclusión que saquen los militares parece obvia: quedarse en el poder para cerrar el camino a un gobierno de izquierdas.

Una insurrección le dará el poder en 1952. 

El Análisis

Las elecciones abortadas de 1951 y el preludio de la revolución boliviana

JF Lamata

Bolivia no logra salir del círculo vicioso de crisis política y militarismo que la ha marcado desde la caída de Villarroel en 1946. Tras su linchamiento, el país fue conducido por gobiernos débiles: primero el interinato de Tomás Monje, luego el presidente Enrique Hertzog, que abandonó el cargo en 1949 acosado por los levantamientos y las presiones de las Fuerzas Armadas, y más tarde Mamerto Urriolagoitia, que gobernó con mano dura y sin respaldo popular. Ese contexto desembocó en las elecciones de 1951, donde por primera vez en años se vislumbraba la posibilidad de un cambio auténtico, con el retorno a la arena política del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), encabezado por Víctor Paz Estenssoro.

Las urnas dieron un resultado sorprendente y revelador: Paz Estenssoro obtuvo la victoria, con apoyo de sectores medios, obreros y campesinos, desplazando a los candidatos oficialistas y a las opciones más conservadoras. Su perfil como economista reformista, nacionalista y crítico del poder de la oligarquía minera lo convirtió en el abanderado de las demandas de transformación. Sin embargo, la élite y las Fuerzas Armadas no aceptaron el veredicto popular. El fantasma del comunismo, amplificado en plena Guerra Fría, sirvió de excusa para que Urriolagoitia ejecutara el célebre “Mamertazo”: en lugar de entregar el poder al vencedor, renunció y dejó el mando en manos de una Junta Militar, abortando así el triunfo democrático del MNR.

El golpe no resolvió nada; al contrario, profundizó la crisis de legitimidad del Estado boliviano. El MNR, desplazado del poder pese a su victoria electoral, optó por la vía insurreccional. La frustración acumulada en las bases populares, el descontento de los trabajadores mineros y la marginación de los campesinos indígenas convirtieron aquella negación del voto en la chispa que conduciría a la Revolución Nacional de abril de 1952

J. F. Lamata