2 diciembre 1954

Una moción de censura le destituye como presidente del Comité de Investigación de Actividades Antiamericanas que es disuelto

El Senado y el Presidente de Estados Unidos, Eisenhower, acaban con la caza de brujas del senador Joseph McCarthy

Hechos

El 2.12.1954 el senado de Estados Unidos de América tramitó la moción de censura contra el senador republicano Joseph McCarthy como Presidente del Comité de Investigación de Actividades Antiamericanas.

Lecturas

En 1950 el senador Joseph R. McCarthy asumió la presidencia de la Comisión para la investigación de Actividades Antiamericanas. De ese modo la caza de supuestos comunistas alcanzó su momento culminante.

La historia de esta comisión del senado se remonta a 1938 cuando, a instancias del presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, se promulgó una ley que prohibía a los funcionarios del gobiernos las ‘actividades políticas disgregadoras’. Ese mismo año se ponía en marcha la Comisión para la Investigación de Actividades Antiamericanas.

En 1947 el presidente Harry S. Truman presentí unas nuevas directrices de política exterior, encaminada a evitar la penetración de la influencia comunista afín a la Unión Soviética. Bajo la dirección de J. Edgar Hoover, jefe del Buró Federal de Investigación (FBI), dio comienzo una límpieza del país de personas de talante antiamericano. Las autoridades abrieron más de 100.000 expedientes a ciudadanos que ocupaban puestos de responsabilidad en la administración la industria y la economía. El desarrollo de los acontecimientos políticos internacionales avivó el miedo a los comunistas; en China, el gobierno apoyado por Estados Unidos se vio obligado a retirarse en 1949 a Taiwan para dar paso a los comunistas liderados por Mao Zedong. En el ámbito de la investigación nuclear, la URSS había igualado a Estados Unidos, y el inicio de la guerra de Corea representó, en 1950 el primer momento de tensión de la guerra fría.

En ese contexto, las consignas de McCarthy, senador republicano por Wisconsin, hallaron terreno abonado. El 9 de febrero de 1950 este hombre declaró que las actividades de espionaje en el Ministerio de Asuntos Exteriores podían constituir una seria amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Ese mismo año, asumió la presidencia de la renacida Comisión para la investigación de Actividades Antiamericanas y puso todo su empeño en espolear el miedo al comunismo. Se empecinó en descubrir a presuntos comunistas en la vida pública estadounidense. Entre sus víctimas preferidas, que debían justificarse ante la Comisión en interrogatorios que duraban días enteros, figuraban intelectuales, artistas y actores. Un clima de sospecha y denuncia atenazaba la vida pública estadounidense. El dramaturgo Arthur Miller, quien plasmó el fenómeno del macartismo en su obra ‘Caza de brujas’, opinó en cierta ocasión que se sentía como si viviera ‘en un país ocupado, donde absolutamente todo el mundo es susceptible de ser un espía enemigo».

En la cima de su poder, McCarthy, se sobreestimó. En el curso de un interrogatorio al general Ralph W. Zwicker y tras unas insultantes afirmaciones del senador, se desató un conflicto del ejército. Los militares reprocharon al senador que hubiera ejercido presiones para lograr que uno de sus colaboradores también fuera relevado del servicio. También se le acusó de haber ocultado una serie de datos fiscales, así como de haber tratado de manera indigna a algunas personas que había interrogado. El 2 de diciembre de 1954 el Senado de Estados Unidos reprobó a McCarthy. Cuando al poco tiempo el senador se atrevió  a acusar públicamente de traición al propio presidente Eisenhower, este le destituyó de su cargo. Con ello concluyó la era McCarthy, uno de los más oscuros capítulos de la historia de Estados Unidos.

PROTAGONISTAS Y VÍCTIMAS DE LA ERA MC CARTHY

Charlie Chaplin

Este actor británico y director de cine es el creador del vagabundismo tragicómico, prototipo del hombre humilde que lucha contra la coacción de la sociedad y a favor de la libertad del individuo. Chaplin, que residía en Estados Unidos desde 1913, decidió afincarse en Europa en 1953, tras una gira de promoción de su película ‘Candilejas’. El motivo fue el anuncio oficial de que también él debería comparecer a su regreso ante la Comisión de Actividades Antiamericanas.

Dashiel Hammett

En su novela ‘El halcón maltés’ (1930) este escritor creó el perosnaje del detective duro y parco en palabras que habría de ejercer una notable influencia sobre el género de la novela policiaca. En 1951 se negó a declarar ante el comité de McCarthy por lo que permaneció encarcelado hasta 1952.

Arthur Miller

La crítica social que practicaba este dramaturgo puso a las autoridades sobre aviso a principios de los años cincuenta. En su obra ‘Caza de brujas’, Miller narra la historia de los habitantes de una ciudad, los cuales, influidos por los postulados morales puritanos, organizaban una terrible caza al vecino, con la que se desencadenan una oleada de denuncias y la histeria masiva. Sospechoso de apoyar el comunismo, Miller se negó a declarar ante la Comisión de Actividades Antiamericanas, motivo por el cual fue castigado a un año de prisión condicial.

Elia Kazan

Cineasta, especializado en la adaptación cinematográfica de obras de la literatura estadounidense contemporánea, aupó al estrellato a los actores Marlon Brando y James Dean. En 1952 fue requerido por la Comisión de McCarthy para rendir cuentas de su pasado comunista. A diferencia de muchos de sus colegas, que rehusaron colaborar con la Comisión, Kazan denunció a numerosas personas del mundo del cine que había conocido en la época en que militó en el Partido Comunista de Estados Unidos (ilegal).

 

04 Diciembre 1954

La política norteamericana del momento

LA VANGUARDIA (Director: Luis de Galinsoga)

Leer

El Senado de los Estados Unidos, antes de terminar su periodo de sesiones en el Congreso que este año acaba su vida ha votado la resolución de censura contra Mc Carthy. Por 67 votos contra 22. Dejando aparte los juegos de palabras que intentan algunos de los macarthystas – se trata, dicen, de una reprimenda, no de una censura, que sería más grave – la verdad es que el propio senador por Wisconsis ha dado a la votación su comentario más adecuado. “No se trata, precisamente, de un voto de confianza”, ha dicho, respondiendo a una pregunta.

Este asunto de McCarthy, aun dejando aparte y admitiendo la extraordinaria inflación que ha sufrido, sobre todo por parte de algunos comentaristas es revelador de la evolución, interesantísima, de la política interior de los Estados Unidos, en relación con la posición de la gran Unión en el mundo. McCarthy ha representado un elemento que ha empezado ya a ser superado: este elemento, para llamarle por su nombre propio, es el miedo. Los Estados Unidos, después de la gran ilusión de los últimos años de la guerra y los primeros de la paz, sufrieron la tremenda decepción que les causó la actitud de la Rusia soviética, en la que habían querido ver el ‘gran aliado democrático, con cuya colaboración se establecería la paz del mundo”.

Al darse cuenta, de pronto, de que esto no era así, los Estados Unidos sintieron vacilar bajo sus pies la seguridad de la tierra sobre la que se habían establecido y crecido. La bomba atómica, además, y, en general, los progresos de la técnica moderna, les convencieron de que estaban amenazados de cerca en su propio suelo, situación en la que nunca se habían encontrado: todas las grandes guerras internacionales se habían desarrollado a miles de kilómetros de distancia. Y el carácter tenebroso de la conspiración comunista les pareció, al propio tiempo, la más grave amenaza interior que el país sufriera nunca.

Tal estado de espíritu explica a Mc Carthy el macarthysmo, y la audiencia que el senador encontró en el país. Pero, ahora, los Estados Unidos “se han instalado ya en la inquietud”: Que es lo mismo que decir que se han puesto a vivir ‘a la europea’ puesto que la vieja Europa siempre ha estado instalada sobre el volcán de sus complicaciones con la harta frecuencia terminadas en catástrofes. Adquirida, y con notable rapidez, hay que decirlo, la nueva mentalidad – por lo menos claro está en las altas esferas dirigentes. Mc Carthy ha resultado ser un dislate. Porque con su política de violencia verbal, con su desprecio por ciertas reglas del gran juego institucional y político de los Estados Unidos, podría hacer hecho correr al país el peligro de derivar hacia rumbos en que se vieran amenazadas las propias bases ideológica y espirituales del país. El miedo a lo desconocido  puesto que el miedo, en sí mismo no es en realidad un defecto del país bien al contrario: sus soldados figuran entre los mejores del mundo – ha remitido. Y, por lo tanto, se hace frente a la nueva, y tan desagradable situación, con serenidad infinitamente mayor que un par de años atrás, por ejemplo. Este cambio de actitud, y sus exageraciones de lenguaje y de su conducta poco correcta en muchos puntos ha sido la base de la caída de Mc Carthy.

De la misma manera que es la base de la modificación de la postura de la Casa Blanca y, por ende del Departamento de Estado respecto a los grandes problemas básicos del momento. Es la nueva, una postura de gran serenidad, acompañada de una sensación incluso de mayor firmeza que antes. Así basta considerar que no existe la menor relación entre la actual evidente postura de Eisenhower, en favor de una negociación con Rusia, ni con el apaciguamiento, ni, desde luego con la teoría de la guerra preventiva.