28 abril 1998

Los accionistas que gestionaron TELECINCO en su primer periodo hicieron cambios fraudulentos de propiedad de acciones

Estalla el ‘caso TELECINCO’: El juez Garzón imputa a todos los antiguos accionistas del canal, incluidos Berlusconi y Miguel Durán

Hechos

  • El 28.03.1998 el juez Baltasar Garzón imputó a D. Silvio Berlusconi y D. Javier de la Rosa por fraude.
  • El 28.04.1998 el juez Baltasar Garzón decretó libertad bajo fianza para el ex presidente de TELECINCO, D. Miguel Durán, ex vicepresidente D. Santiago Muñoz Machado, y los ex accionistas D. Rafael Álvarez Buiza y D. Ángel Medrano.

Lecturas

El 23 de julio de 1997 el juez Baltasar Garzón Real hará pública la instrucción para investigar a 38 persona por posibles irregularidades en la composición del capital de Telecinco. Entre los investigados por posibles delitos se encuentran Miguel Durán Campos, Santiago Muñoz Machado, Silvio Berlusconi, Paolo Berlusconi, Javier de la Rosa, Alfredo Fraile Lameyer y Maurizio Carlotti.

Desde El Mundo Antonio Burgos Belinchón publicará un artículo burlón contra Miguel Durán Campos el 12 de abril de 1998 que será respondido por este el 14 de abril.

06 Abril 1998

El ayer de Tele 5 y el avispado Miguel Durán

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

Una minuciosa investigación llevada a cabo por la Fiscalía Anticorrupción y el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón -recogida en un auto del que hoy da detallada cuenta EL MUNDO- pone de manifiesto la existencia de un auténtico cúmulo de actuaciones verosímilmente ilegales realizadas por varios de quienes fueron responsables de la cadena privada de televisión Tele 5 en sus primeros años de vida. En esas irregularidades aparecen mezclados en inextricable maraña, cuando no lisa y llanamente fundidos, diversos intereses políticos y financieros. Cómo no: era lo característico de la época.

En sus orígenes, Tele 5 fue una iniciativa en la que se juntaron, en teóricas condiciones de igualdad accionarial (25% de la propiedad para cada uno), tres grupos empresariales estrechamente relacionados -cuando no directamente vinculados- al Gobierno socialista: la editorial Anaya, cuyo buen entendimiento con el sector guerrista del PSOE era sobradamente conocido; la ONCE, dependiente del Ministerio de Asuntos Sociales, y, en fin, el consorcio de Silvio Berlusconi. El que andando el tiempo se convertiría en líder de la derecha italiana tenía a la sazón un notable ascendiente en la Internacional Socialista, a través del hoy prófugo Bettino Craxi, cuya intercesión permitió a Berlusconi entrar por la puerta grande en el mundo de la televisión privada en España, con el beneplácito personal de Felipe González.

Todavía no había empezado a emitir Tele 5 y ya se desató una guerra a muerte en su interior para dilucidar quién conseguiría el control empresarial -y político, por ende- de la cadena. Fue Berlusconi, en onda con el felipismo y en alianza con la ONCE, presidida por Miguel Durán, quien logró imponerse a Anaya, que se retiró de la liza. Dispuesto a hacerse con el máximo de la propiedad de la cadena, Silvio Berlusconi empezó a comprar más acciones. La ONCE decidió venderle una parte de sus títulos, colocados a nombre de testaferros. Son las operaciones que Durán y su vicepresidente Muñoz Machado realizaron con ese fin las que han alertado a la Fiscalía Anticorrupción y a la Audiencia Nacional. Creen que ambos pudieron desviar hacia su patrimonio personal gran parte de las ganancias obtenidas de esa venta.

Es otro prototipo del éxito empresarial de aquella época, otro modelo social de los 80, otro avispado self made man de la era del pelotazo, un hombre admirado por su capacidad de sobreponerse a una minusvalía hasta el extremo de presidir una televisión siendo invidente, el que parece correr también el peligro ahora de derrumbarse ante los atónitos ojos de la opinión pública. No damos nada por hecho: Durán tiene el derecho -y el deber- de defenderse y de responder a las imputaciones judiciales, que, de todos modos, no están hechas a la ligera, sino basadas en un minucioso trabajo de investigación.

La Justicia ha dejado al margen y excluido de las eventuales responsabilidades del caso a los actuales gestores de Tele 5. Ni el Grupo Correo ni Mauricio Carlotti tienen nada que ver con lo investigado. Pero, precisamente por ello, se entiende aún menos que Muñoz Machado, vicepresidente en los tiempos de Durán, siga en el cargo. Su presencia desluce el borrón y cuenta nueva.

06 Abril 1998

Don once por ciento

Raúl Heras

Leer

Durante una década, Miguel Durán Campos supo lo que era tener al poder de las Españas al otro lado de la puerta de su despacho. A caballo entre el último quinquenio de los años 80 y el inicio de los 90, como director general de la ONCE, fue asediado, invitado, halagado y amenazado por todos los grandes bancos y banqueros del país, desde Pedro Toledo y José Angel Sánchez Asiaín a Mario Conde; por casi todos los grandes empresarios, desde Juan Llopart a los primos Albertos; por ex ministros como Miguel Boyer y por gobernadores del Banco de España como Mariano Rubio. Con apenas 32 años, tenía miles de millones de pesetas listos para invertir en cuantos negocios se presentasen, generados por una máquina incansable de producir beneficios que se llamaba y se llama Organización Nacional de Ciegos, de la que le vino el «mote» o apodo que le pusieron en los círculos de aquella beautiful people que se enseñoreaba del poder socialista: don once por ciento.

Miguel Durán y José María Arroyo, como director general y presidente, respectivamente, lograron que la organización de los cupones se convirtiera en un inversor de lujo en la gran época del pelotazo. La cultura del dinero hizo que en la ONCE se pensara en construir un gigantesco holding en el que tenían cabida bancos, constructoras, empresas de seguridad, hoteles y medios de comunicación, en un abigarrado conjunto por el que desfiló la jet del lujo y del dinero.

El impulsor de todo el engranaje era un joven de Azuaga, un pequeño pueblo de la provincia de Badajoz, que se había licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona y había llegado a la dirección general de la ONCE para, de forma inmediata y merced a sus buenas relaciones con el poder socialista, empezar a escalar posiciones dentro de la organización hasta oscurecer al resto de los miembros de la cúpula directiva.

Miguel Durán nació el 2 de julio de 1955, bajo el signo de cáncer, de cabeza redonda, cuerpo fuerte y dos ojos a los que la pérdida de la visión no les quitaría nunca la sensación -para quien los mirase y se sintiera mirado- de ver mucho más allá de los que tenía delante, incluso para poder disparar durante una cacería de patos que Angel Sanchis, el hombre que fuera responsable de las finanzas del PP, le organizó en su finca de Argentina, o descubrir que siempre se viaja más cómodo y más rápido en avión privado que en el de línea regular, tal y como tuvieron ocasión de comprobar José María Arroyo y él mismo de la mano y los dineros de Javier de la Rosa.

En la cumbre de su gloria y de su poder, Miguel Durán se convirtió en presidente de la cadena de televisión Tele 5, codo a codo en esa aventura con el magnate italiano Silvio Berlusconi; pero, como pasa en todos los imperios, desde dentro de la ONCE y desde los cambios que comenzaban a afectar al poder socialista se le hizo ver que su momento había pasado y que lo mejor que podía hacer era pasar a la trastienda.

Lo hizo, y montó su despacho privado en Barcelona y Madrid, desde el que asesora en materia de juego y expansión del negocio a la patronal AEMAR, y, sobre todo, a uno de los reyes de las máquinas tragaperras, el grupo de los hermanos Franco. Una operación que le devolvió algo de visión en sus ojos; y los negocios privados le hicieron olvidar con rapidez el puente de mando de la ONCE que han ocupado algunos de los que fueron sus colaboradores.

La llegada del PP al poder reforzó a José María Arroyo, y muy atrás quedaron los tiempos en los que la organización consiguió su gran autonomía, en continua batalla con la por entonces ministra Matilde Fernández, a la que no le gustaban nada las inversiones en Isla Margarita, en el BBV, en Conycon y en Cartera Central, la gran operación montada desde el poder para que los hombres de la beauty se quedaran de un plumazo con los por entonces dos mayores bancos del país: Banesto y Central.

Junto a Miguel Durán estuvieron dos hombres clave: el abogado Santiago Muñoz Machado y el ejecutivo y empresario José Manuel Dolader Poblador. Eran sus brazos armados, los encargados de organizar y ejecutar la agresiva política de expansión que se había fijado la ONCE y de protegerla de miradas curiosas y de maniobras hostiles.

Los tres formaron una perfecta y honorable sociedad que se creía prácticamente invencible e invulnerable a comienzos de los años 90, y que sería capaz de replegarse de forma ordenada cuando la ofensiva de sus adversarios se hizo insostenible.

Ya no tenían a la ONCE como portaviones desde el que operar, desde la madrileña calle del Prado, apenas a 200 metros del Congreso de los Diputados, pero el cuidado y discreto despacho del barrio de Salamanca en el que se habían instalado Durán y Dolader era una buena base de operaciones, siempre, claro está, que no se removieran los recuerdos, ni el carbono 14 de la curiosidad comenzara a investigar en la gran década en la que todo era posible, hasta que un ciego dirigiera una televisión.

07 Abril 1998

El derecho a defenderse

Miguel Durán

Leer

El editorial de EL MUNDO de ayer dice, además de otras cosas interesantes, que tengo el derecho y el deber de defenderme. Gracias por la aclaración; pero no resulta fácil:

Primero.- Porque no hay cosa más difícil que defenderse de una verdad aparente; y verdad aparente es la que construye el señor Castresana, fiscal adscrito a la Fiscalía Anticorrupción.

En efecto, cosas que son perfectamente normales en el mundo empresarial, pueden revestir, sin embargo, ribetes delictivos para quien sólo las mira con la estrecha lupa del Derecho Inquisitorial (con todos los respetos, éste es, a mi juicio, el grave error de la Fiscalía).

Segundo.- Cuando llegué a hacerme cargo de la dirección de la ONCE muchas eran las cosas que quedaban por hacer:

Incrementar sus reservas, mejorar sus servicios, multiplicar su plantilla de trabajadores, granjearle una imagen social distinta; en suma, hacerla más fuerte y útil. Creo que lo conseguimos en gran medida (con nuestros errores), como lo demuestra la fortaleza que todavía mantiene.

Tercero.- Cuando asumí la presidencia de Tele 5 «nadie daba un duro» ni siquiera por el hecho de que pudiera emitir; pero emitió, ¡vaya si emitió!, emitió contra viento y marea, saltando zancadillas de no pocos poderosos mediáticos, ante la mirada recelosa de no pocos políticos y con un afán de innovar, de salirse de los esquemas habituales.

Cuarto.- Es verdad que, gracias a la desdichada ocurrencia del Gobierno Socialista de entonces de establecer un límite del 25% para cada accionista en las televisiones, se vino a introducir el caldo de cultivo de la ingobernabilidad; y es también cierto que los empresarios tuvimos que hacer «virguerías» para entendernos con tan difícil panorama (espero que el Gobierno del PP y sus socios se carguen pronto esa entelequia).

Quinto.- Como presidente de Tele 5, no tuve nunca poderes ejecutivos, ni lo quise (a la ONCE le importaban las plusvalías y sus sorteos); pero doy fe de que nada reprobable hicimos, ni frente a la Hacienda Pública, ni frente a los demás socios.

Sexto.- «Estoy hasta los pelos» de tanto «pisa verde» que se ha venido abonando durante todos estos años a la teoría de que Angel Medrano y Rafael Alvarez Buiza han sido testaferros de la ONCE (que verdad es que en España no se perdona a quien hace buenos negocios). Y es que Angel y Rafael han tenido y tienen todo su derecho a hacer un buen negocio con Tele 5, como lo ha hecho la ONCE, como lo habrá hecho el señor Berlusconi, como lo hace y lo hará sin duda el Grupo Correo, el señor Kirch y los demás accionistas.

Séptimo.- Cuando yo me iba a ir de la ONCE, no pocas puertas se me cerraron.

Amigos de siempre te daban una helada palmada en la espalda, que más sonaba a empujón que a consuelo; otros, más audaces, «jodían cuanto podían». En ese contexto, Angel Medrano y Rafael Alvarez Buiza, agradecidos hacia mí por haberles posibilitado la entrada en Tele 5 y, por tanto, la realización de un buen negocio, me dieron amparo en la mejor forma que supieron, o sea, fichándome para ellos a fin de colocar en el mercado activos de sus empresas (ahí sí tuve buenos amigos). Pero, ahora, el fiscal se empeña en darle otros tintes a aquello: allá él con sus ganas de incriminar inútilmente. Yo estoy tranquilo, porque cualquier dinero que yo he recibido, lo he recibido por mis méritos, consten o no la verdadera prestación de mis servicios ante el señor fiscal, la acepte él o no la acepte. Y, además, ninguna peseta que haya entrado en mi patrimonio lo ha sido a costa del de la ONCE o del de Tele 5.

Pero el caso es que nos encontramos bien envueltos en un «formidable merdé». Ahora, por virtud de la trascendencia mediática de este asunto, favorecida (me consta) con todo entusiasmo por la Fiscalía (no quiero buscarme más enemigos, pero las cosas son lo que son), parece que, excepto matar a Manolete, hemos hecho todo lo peor. Pues es mucho más sencillo, señores:

Ni uno es tan bueno cuando le dicen bueno, ni tan abyecto cuando lo vilipendian. Las cosas son mucho más sencillas:

Hay gente que hace negocios a costa de otros, disminuyendo el patrimonio de otros; y hay otros que los hemos podido hacer sin perjuicio de nadie.

Creo firmemente en la equidad del juez Garzón y, también, si llega el caso, en la de los magistrados que hayan de juzgar nuestras actuaciones. Mi conciencia está tranquila y la moral alta. Puedo seguir mirando a los ojos a todos mis conciudadanos, aunque no vea de qué color los tienen; y, lejos de rendirme, cuanto más dura sea la puya más grande será la embestida, sobre todo, contra las aves de presa que dan por muerto con demasiada antelación al que todavía vive.

¿Servir a la Justicia?, ¡por supuesto! ¿Plegarse a sus equivocaciones?, ¡nunca jamás!

En mi dilatada vida de gestión tuve no pocos errores que me tientan a escribir mis memorias (pronto llegarán); incluso, por defender a la ONCE arrostré peligros físicos y penales (no los que aquí se buscan). Me arrepiento de los errores y volvería a correr los peligros, aparte de que el mayor consuelo es que la sociedad española ya no tiene de los ciegos y minusválidos, en general, el concepto que antes tenía.

Hemos avanzado.

07 Abril 1993

Tele 5 y la afición de Berlusconi por las dádivas políticas

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

El juez Baltasar Garzón, que investiga posibles operaciones financieras de carácter ilegal cometidas por algunos de los propietarios de Tele 5 en la fase inicial de la cadena privada de televisión, cree que Silvio Berlusconi sobornó en 1991 a «algún partido» para poder superar el tope máximo de participación accionarial impuesto por la Ley de Televisiones Privadas. El juez vincula una serie de pagos misteriosos hechos en Suiza por Fininvest, empresa del magnate italiano, con una consulta que sus abogados hicieron en aquellos mismos días para saber cómo estaba regulada en España la financiación privada de los partidos políticos. En este caso, hablar de «algún partido» no pasa de ser un eufemismo: el único partido que podía asegurarle a Berlusconi lo que pretendía era, obviamente, el que entonces estaba en el Gobierno. La sospecha del juez es cualquier cosa menos descabellada: a los datos que obran en su poder se une el hecho, bien conocido, de que las dos partes en cuestión -de un lado Berlusconi, del otro el PSOE- estaban por entonces muy familiarizadas con toda suerte de pagos y cobros, realizados con diversos do ut des político-financieros como telón de fondo. Sabiendo además que fue el archivenal y protocorrupto Bettino Craxi, hoy prófugo de la justicia italiana, quien hizo de introductor de Berlusconi ante González, parece sensato temerse lo peor. Miguel Durán escribe hoy en EL MUNDO en su defensa. Sostiene que la Fiscalía Anticorrupción ha mirado «con la estrecha lupa del Derecho inquisitorial» cosas «que son perfectamente normales en el mundo empresarial». No entra de momento en demasiados detalles. Deberá hacerlo.

12 Abril 1998

Miguel Durán, da el cuponazo

Antonio Burgos

Leer

Durán, hijo, me has decepcionado. No sabía yo que le ibas a hacer a la ONCE esta jugada. No hay derecho. No hablo de la venta de acciones, ni de Berlusconi, ni de Carlotti, que luego vienen y anuncian querellas, como Jesulín anuncia lo del 9 para llamar a la Jesulina. Que digo, Miguel, que has perdido la oportunidad del siglo para hacer la gran propaganda a tus ciegos de tu alma. Mira, cuando salió todo esto de los miles de millones, tenías que haber dicho que es que te había tocado el cuponazo.

EL CUPONAZO bien entendido, Miguel, como la caridad, empieza por uno mismo. «Nadie da lo que no tiene», ¿y cómo tú, si no eras rico, podías hacer rica en España a tanta gente? Tenías que haber hecho como un consejero de Economía que había en la Junta de Andalucía, que acabó de consejero de uno de los grandes de la banca, y que en el fragor de la batalla del enronquecimiento de los socialistas que llegaron al poder con una mano detrás y otra delante, le tocó dos veces el gordo de la Lotería, fíjate qué suerte. Creo que contrató a un lotero para decir que él era quien le había dado el gordo al consejero. Podrías Miguel, haber contratado, ¿qué digo yo, a Maspapas de la Isla, uno de los más famosos vendedores del cupón, para que hubiera dicho que él fue el que le dio el cuponazo al señorito? Y así, además, el resto hubiera quedado precioso. Yo te daba mucha relevancia, Miguel, la importancia del dinero, pero ahora ya, no sé…

Y YO QUE me creía que media Extremadura era tuya… ¿Quién va a comprar un cupón después de esto, si con el cupón no se puede comprar media Extremadura ni nos saca de pobres? Tus cortijos cuadraban perfectamente con las ovejitas de Carmen Sevilla. Bucólico y perfecto: tú ponías los cortijos y Carmen Sevilla, las ovejitas. Espero que si Carmen Sevilla es la próxima parada de Garzón en su viaje por la España del pelotazo no diga que sus ovejitas son de los paquetes de Norit…

Antonio Burgos

14 Abril 1998

Durán replica a Antonio Burgos

Miguel Durán

Leer

Aprovecho su magnanimidad para contestar una columna publicada el pasado domingo por mi querido Antonio Burgos. A él me dirijo.

Das por cierto, Antonio, lo de los millones que se me atribuyen. Te juro que, si los encuentro, nos vamos a pegar tú y yo, en compañía de otros (ya sabes a quiénes me refiero), la juerga más notable y «ostentórea» que imaginarte puedas. Pero, el caso es que no los tengo, Antoñito de mis entretelas; que los busco y no los veo: ¿será, quizá, un problema de gafas? Está claro que tengo que ir al oculista o a Rappel ¿quién sabe?

Yo no jugué al cupón mientras dirigí la ONCE. Imagínate mi salado e irónico Antonio: si hubiera jugado y me hubiera tocado, aunque el mismísimo Maspapas hubiera certificado sobre la Biblia, todos, incluido tú (que tienes una especial propensión a la credulidad en lo que a mí respecta), habrían pensado que yo había amañado el sorteo y las «locuciones» de nuestra querida Carmen Sevilla. ¡Quien evita la tentación, evita el peligro!

El dinero que tengo proviene, mi querido Antonio, del trabajo y no de ningún cuponazo (la ONCE sabe hacer su propia publicidad). En parte, proviene del «medio kilo» que a ti y a mí nos pagaba Telecinco por cada uno de los programas de El repaso.

En cuanto a las ovejas de Carmen Sevilla, no podrán pastar en mis fincas de Extremadura y de Andalucía, sencillamente, porque miente quien me las atribuye, o sea, que no las tengo. ¡Tonto de mí! Pero es verdad, querido Antonio, que en España hay ovejas, cabras, cabrones y cabronadas. Tú, por supuesto, al igual que yo, no tienes ni ovejas ni cabras; pero yo te deseo para ti y para todas tus plumas la mejor suerte en eso de escribir y ganar pasta, que ya sabes, Antoñito de mi alma, que eso no es pecado.

Lamento no poder acceder a hacer trampas para que te toque el premio gordo en el casino Bahía de Cádiz en el que nos obsequias con algunas de tus visitas. Sería como hacer trampas en el juego y tú sabes, amado Antonio mío, que eso sí que es pecado.

Por lo demás, Antonioburgos de nuestra querida Cádiz, sabes que te querré siempre, a pesar de ovejas, cabras, cabrones y cabronadas.

Miguel Durán Campos. Ex director de la ONCE y ex presidente de Telecinco. Madrid

06 Abril 1998

Miguel Durán se apropió ilícitamente de más de mil millones, según Garzón

Juan Luis Galiacho

Leer

Miguel Durán, ex director general de la ONCE, desvió ilícitamente hacia sus sociedades patrimoniales al menos 1.100 millones de pesetas, fruto de la venta de acciones de Tele 5, entre 1990 y 1993. Así consta en el auto dictado por el juez Baltasar Garzón tras la investigación realizada por la Fiscalía Anticorrupción. En el auto, del pasado 27 de marzo, Garzón emplea los términos «enriquecimiento indebido» y «desplazamiento patrimonial injustificado», y textualmente afirma que «se procuró un negocio jurídico ficticio para encubrir un beneficio tan ilícito como personalísimo en favor de Miguel Durán».

En el periodo investigado, Durán figuró como presidente de la cadena de televisión en representación de la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) sin poseer ninguna acción a título personal. Y aunque la ONCE abandonó Tele 5 en abril de 1993, Miguel Durán permaneció en el cargo de presidente hasta el 15 de mayo de 1996, con la aquiescencia de Silvio Berlusconi.

El magnate italiano, a cambio de colaborar en estas operaciones, se hizo, de manera «clandestina», con el 65% del capital social de Tele 5, en contra de lo permitido por la Ley. Esto se desprende del informe de la Fiscalía Anticorrupción, que hace suyo el juez Baltasar Garzón, titular del Juzgado Central de Instrucción número 5.

El magistrado, que inicialmente llevaba la causa contra Tele 5 por un presunto delito fiscal y vulneración de la Ley de Televisión Privada, ha detectado ya, en la actual fase de las diligencias 262/97, 18 presuntos hechos delictivos. Fuentes jurídicas consultadas por EL MUNDO afirman que dichos delitos están enmarcados dentro de las figuras jurídicas de estafa y apropiación indebida.

MUÑOZ MACHADO, CLAVE

Miguel Durán, el abogado Santiago Muñoz Machado, todavía vicepresidente de Tele 5, y los empresarios pacenses Angel Medrano Cuesta y Rafael Alvarez Buiza Diego, consiguieron en esos años unas plusvalías irregulares de 5.371 millones de pesetas por la venta del paquete de la sociedad instrumental Promociones Calle Mayor S.A., que poseía el 15% de la cadena privada de televisión, aunque el desembolso había sido realizado por la ONCE.

Promociones Calle Mayor es una sociedad inactiva que, según la Inspección de Tributos de Badajoz, carece de empleados y únicamente se dedica a la tenencia de un patrimonio. Esta sociedad fue introducida por Miguel Durán en el accionariado inicial de Tele 5 porque la ONCE necesitaba un testaferro al no poder superar el límitel establecido por ley, del 25%. Este porcentaje ya lo tenía cubierto a través de su sociedad instrumental Divercisa.

EL MUNDO ha tenido acceso al informe de la Fiscalía Anticorrupción. En él se recoge que «entre Divercisa y Promociones Calle Mayor S.A existía una vinculación muy superior a la de Anaya con Fernández Montreal; no sólo porque los socios de Promociones Calle Mayor, Alvarez Buiza y Medrano Cuesta, eran absolutamente ajenos al negocio audiovisual y fueron introducidos como socios de la cadena por Miguel Durán, sino también porque los desembolsos necesarios para la suscripción de las acciones de Telecinco SA, que tenían que hacer los extremeños (Medrano y Buiza), los pagó Divercisa (ONCE)».

El constructor Angel Medrano y el joyero Rafael Alvarez-Buiza, amigos personales y socios en diversos negocios del abogado Muñoz Machado y de Miguel Durán, figuraban como accionistas fundacionales de Tele 5 sin haber depositado una sola peseta.

OPERACIONES FICTICIAS

Las operaciones con las que engrosaron sus cuentas corrientes, que Garzón califica en su auto de «ficticias y falsarias», comenzaron tras la salida del accionariado de Tele 5 en enero de 1990 del propietario de la editorial Anaya, Germán Sánchez Ruipérez, y del entonces propietario de Chocolates Trapa, Juan Fernández Montreal.

En esa fecha, el paquete del 15% de Fernández Montreal fue adquirido por la ONCE a través de Divercisa por 2.250 millones de pesetas. De esta forma, se hacía con un 40%, porcentaje que superaba el límite marcado por la Ley, por lo que hubo que «maquillar» dicha compra. Los cerebros de la «trama financiera» fueron el abogado Muñoz Machado y Miguel Durán, según la Fiscalía Anticorrupción.

Un 10% de estas acciones se registró a nombre de la sociedad instrumental Invermedia, que con carácter fiduciario lo pasó a la empresa de Muñoz Machado, Asesores Jurídicos Tributarios SA. Este paquete fue luego vendido a Servifilms Spain Cinematográfica SA, propiedad de Jacques Hachuel, quien actuaba bajo la supervisión de Mario Conde, entonces presidente de Banesto.

La transmisión de estas acciones se realizó sin que la Secretaría General de Comunicaciones tuviera conocimiento. Finalmente, el paquete afloró en 1997, cuando Prensa Española de Medios Audiovisuales S.A adquirió las acciones. Poco después, en enero de 1998, fueron vendidas a Planeta Corporación, de José Manuel Lara.

El otro 5% restante de Fernández Montreal fue traspasado a Promociones Calle Mayor, que de esta manera se situaba con el 15% del capital social de Tele 5. Con su venta paulatina, Miguel Durán, Muñoz Machado, Medrano y Alvarez Buiza consiguieron importantes plusvalías, que la Fiscalía Anticorrupción cifra, por el momento, en 5.371 millones de pesetas.

DESVIACION MONETARIA

Las desviaciones monetarias se iniciaron en diciembre de 1991 cuando se traspasó el 8% de Promociones Calle Mayor, por 4.000 millones de pesetas, a la empresa instrumental de Silvio Berlusconi, Deinde, con sede en el Banco Internacional de Luxemburgo. Según la Fiscalía Anticorrupción, «el grupo Fininvest compró el paquete del 8% de Tele 5, con lo que su participación en la cadena superó, aunque fuera clandestinamente, el límite legal, ascendiendo hasta el 33%, vulnerando no sólo la Ley Administrativa, sino orquestando toda una maniobra falsaria con la colaboración fundamental de Santiago Muñoz Machado y Miguel Durán».

Con esta operación, Durán, Muñoz Machado, Medrano y Alvarez Buiza consiguieron un beneficio de 3.200 millones de pesetas respecto a los 800 millones pagados en su día.

El dinero fue repartido en varias operaciones. Primero, se justificó un pago, en concepto de «servicios varios», por un importe de 426.956.521 pesetas a beneficio de la sociedad DINV SA, una sociedad patrimonial de Miguel Durán ubicada en Cataluña, donde reside en la actualidad y ha montado la base de sus nuevos negocios inmobiliarios y recreativos.

Según el juez Garzón, «no consta que tales servicios fueran prestados nunca; no consta que DINV tuviera actividad alguna fuera de la provincia de Barcelona, donde tiene su domicilio fiscal y su actividad declarada; no consta tampoco que Promociones Calle Mayor tuviera nunca actividad alguna fuera de Cataluña; y, finalmente, ni DINV ni Promociones Calle Mayor han declarado IVA repercutido o soportado».

La cifra declarada de negocios de DINV en el ejercicio de 1993 fue de 429.500.000 pesetas. Es decir, que, en ese año, su única actividad prácticamente fue el cobro procedente de Promociones Calle Mayor.

Otra partida de 200 millones de pesetas se desvió a Media Investment SA. Esta sociedad, que luego cambiaría su denominación por Albavieja SA, es propiedad de Santiago Muñoz Machado, Alvarez Buiza y Angel Medrano, y su objeto social es la promoción inmobiliaria en la provincia de Madrid. Según el auto judicial, no existe «el menor indicio de que Media Investment o Albavieja prestaran servicio alguno».

La Fiscalía, en los casos de Durán y de Muñoz Machado, indica que «como quiera que las cantidades que pudieran haber sido defraudadas al Fisco exceden de los 15 millones de pesetas, pueden haberse cometido, con independencia de otras operaciones, sendos delitos contra la Hacienda Pública, tanto en el Impuesto de Sociedades como en el IVA».

Y finalmente, del beneficio obtenido de los 3.200 millones de pesetas de la venta del 8% de Promociones Calle Mayor, se desviaron 1.000 millones hacia la sociedad Golf del Guadiana S.A. por la supuesta «comisión de intermediación en la venta de acciones de Tele 5». Según las investigaciones judiciales, «no existe constancia alguna de que Golf del Guadiana, cuyo objeto social no tiene relación alguna con los medios de comunicación, realizara intermediación alguna en ninguna venta de acciones de Telecinco S.A».

Golf del Guadiana es una sociedad inmobiliaria radicada en Badajoz que pertenece a Alvarez Buiza, Medrano, Muñoz Machado (a través de su sociedad patrimonial Jaralta S.A) e, indirectamente, a Miguel Durán, que disponía de participaciones en las parcelas que se comercializaban junto al campo de golf de Badajoz.

Otra de las operaciones especulativas fue la venta del 1% de Promociones Calle Mayor a Extremeña de Comunicación SA, cuyos principales accionistas son Medrano y Alvarez Buiza y en la que figura como administrador único Muñoz Machado. Esta venta supuso para ellos un beneficio de 395 millones de pesetas.

Este paquete accionarial fue después traspasado a dos sociedades instrumentales, Deinde y Media Investments. Esta última es controlada por Muñoz Machado, quien más tarde vendió su mitad logrando con otra plusvalía de 380 millones.

NUEVAS PLUSVALIAS

En 1992, Silvio Berlusconi y Miguel Durán decidieron otra transmisión de acciones de Tele 5, con el fin de distribuir, supuestamente, un 5% del capital entre sus directivos. Para ello, se empleó como intermediarias a las sociedades Octubre de Comunicación S.A y Televisión y Espectáculos S.A., ambas constituidas en el despacho de Muñoz Machado.

(Pasa a página siguiente)

(Viene de página anterior)

En este contrato se establecía que, si bien el valor de las acciones que se transmitían era de 1.600 millones de pesetas, «el precio que ha sido necesario satisfacer para hacer efectiva la transmisión de las acciones asciende a 3.376 millones de pesetas». Así, se desviaban 1.776 millones del patrimonio de Tele 5 hacia las cuentas personales de Miguel Durán y sus socios.

Las plusvalías se distribuyeron de la siguiente manera: 500 millones de pesetas fueron transferidos a Pléyade S.A, una sociedad controlada por Muñoz Machado y cuyo administrador único es Miguel Durán, según las investigaciones judiciales. El pago se hacía en concepto de la adquisición de una productora cinematográfica por Telecinco, operación que nunca se realizó. La Fiscalía Anticorrupción considera que «el enriquecimiento indebido derivado de esta operación debe corresponder a los imputados Muñoz Machado y/o Durán Campos».

Además, Pléyade S.A no justificó este cobro, lo que supuso otro presunto fraude en la tributación del Impuesto de Sociedades. Según el auto judicial, «el pago correspondía a un negocio jurídico ficticio; ésta y las demás sociedades fueron utilizadas como meras pantallas de una maniobra contractual groseramente urdida con el único fin de dotar de cobertura formal a un desplazamiento patrimonial injustificado».

Los 500 millones de pesetas transferidos a Pléyade S.A fueron repartidos en cuatro partes. Primero, 150 millones de pesetas se entregaron a la empresa de Miguel Durán DINV «en concepto de un préstamo», del que no consta el motivo ni la devolución.

En segundo lugar, otra sociedad de Durán, Sirdam S.A, recibió también un supuesto préstamo de 80 millones de pesetas. Después, unos 244 millones se invirtieron en letras del tesoro y, por último, se concedió un préstamo de 26 millones a Aglafow S.A., una sociedad controlada por Francisco Javier Muñoz Machado, hermano del actual vicepresidente de Tele 5.

BENEFICIOS PERSONALES

Parte de los 1.776 millones de pesetas de plusvalías obtenidos por la venta del 5% de Promociones Calle Mayor fueron a la empresa inmobiliaria Golf del Guadiana, en concreto 976 millones.

De esta cantidad, Golf del Guadiana transfirió 175 millones de pesetas a DINV (M. Durán) por servicios supuestamente prestados en el ejercicio de 1994. El auto judicial recoge que «como quiera que no se conoce actividad alguna de Golf del Guadiana en Cataluña, forzoso es suponer que nuevamente se procuró un negocio jurídico ficticio para encubrir un beneficio tan ílicito como personalísimo a favor de Miguel Durán».

Para completar la desviación de los 1.776 millones, se realizaron otros dos pagos. Uno de 200 millones de pesetas y otro de 100 a favor de Medios Audiovisuales Extremeños, sociedad controlada por las mismas personas.

El pago de estos 200 millones se justificó, según la Fiscalía, «por supuestas prestaciones de servicios relativos a retransmisiones deportivas en Extremadura, que jamás se prestaron y para los que Medios Audiovisuales Extremeños carecía de infraestructura, personal, capacidad y alta en el registro correspondiente». La Inspección de Tributos de Badajoz considera que «esta sociedad no tiene gastos de personal, por lo que es una sociedad inactiva».

El otro pago de 100 millones de pesetas a Medios Audiovisuales Extremeños sirvió para suscribir fondos de inversión en 1993.

El magistrado Baltasar Garzón ha citado, para el próximo día 17 de abril, a Miguel Durán, Muñoz Machado, Medrano y Alvarez Buiza, con el fin de ampliar su declaración como imputados.

La Fiscalía Anticorrupción señala a este grupo de empresarios y directivos de Tele 5 como los auténticos artífices de toda la ingeniería financiera urdida para obtener plusvalías superiores a 5.000 millones de pesetas, desviadas hacia sus cuentas. Todas estas operaciones, según la Fiscalía Anticorrupción, se realizaron con el visto bueno de Berlusconi.

Este periódico trató ayer de ponerse en contacto con Miguel Durán, para recabar su opinión sobre esta información, pero no contestó a las llamadas telefónicas.

.

APOYO

Sarasola, puente entre González y Berlusconi

J.L.G.

Las gestiones del grupo empresarial italiano Fininvest para obtener la concesión de una cadena de televisión privada en España comenzaron en 1985. Ese año, el presidente del grupo, Silvio Berlusconi, gestionó a través del entonces primer ministro italiano, el socialista Bettino Craxi, una entrevista con el presidente del Gobierno español, Felipe González. El encuentro tuvo lugar durante una comida en La Moncloa.

Después de este contacto, en diciembre de 1985, Berlusconi compró los Estudios Roma, en Fuencarral (Madrid), operación que realizó a través de la sociedad Video Time Finanziaria, que invirtió 1.100 millones de pesetas. La empresa pasó a denominarse Video Time España y luego Estudios Tele 5.

Tras esta primera adquisición, se produjeron nuevos contactos de Berlusconi con personas relacionadas con los medios de comunicación españoles y con el partido gobernate, el PSOE. Hasta Milán viajaron el editor Antonio Asensio y el empresario Enrique Sarasola Lerchundi, amigo personal de González, quienes visitaron a Silvio Berlusconi, «asegurando haber sido enviados por el presidente del Gobierno español y manifestando el interés de éste en que Fininvest participase en el mercado televisivo español», según el informe de la Fiscalía Anticorrupción.

Después de estos contactos, y un año antes de ser concedida a Gestevisión Telecinco la cadena privada de televisión, Fininvest constituyó un grupo de sociedades filiales, que servirían de infraestructura al grupo Berlusconi en España: Redespaña (junio 1988), Istifi España (septiembre de 1988) y Publiespaña (octubre de 1988). Esta última, destinada a gestionar en exclusiva la publicidad de la nueva cadena televisiva, que todavía no existía.

Incluso antes de que Finivest se incorporase al proyecto de Gestevisión, que promovían la editorial Anaya y la ONCE, se produjo un nuevo contacto de Berlusconi con el gobierno español, con el objeto de saber si el PSOE iba a concederle una cadena de televisión. Así sucedió el 25 de agosto de 1989:, el Consejo de Ministros adjudicaba una de las tres cadenas al grupo Berlusconi.

En todas las operaciones participó el abogado Muñoz Machado, quien continúa como vicepresidente de Tele 5. Recientemente, Muchoz Machado invitó a los consejeros de Tele 5 a una gran fiesta con capea incluida de su ganadería Jaralta, que cuidan los hermanos Peralta.

–%>

17 Abril 1998

Informe de una causa penal

Santiago Muñoz Machado

(Vicepresidente de Telecinco)

Leer

Me ha asombrado el desparpajo con el que se ha trasladado a EL MUNDO por un periodista apresurado el contenido de la causa que se instruye contra Telecinco, sus socios y sus administradores en el juzgado del señor Garzón.

Me ha dejado la publicación tan severamente herido que he tardado días en reaccionar.

Vaya por delante que, como han señalado casi todos los medios de comunicación escritos, lo publicado es «una interpretación» de lo que dice el informe del Fiscal y el auto del Juez, «añadiéndole circunstancias y estableciendo conclusiones que ni uno ni otro se han atrevido a sacar». Pero ni siquiera deseo entrar en interpretaciones. De modo más rotundo me parece necesario recordar que no es posible en nuestro sistema jurídico publicar, sin contrastarlo con los interesados, el informe de un fiscal ni el auto de un juez de instrucción. Unos y otros son documentos, por naturaleza, acusatorios. Están redactados recogiendo opiniones del fiscal y del juez que pueden llegar a ser difamatorias, pero que contienen difamaciones no punibles porque se amparan en la peculiaridad del proceso judicial y en las necesidades de la acusación, que los ciudadanos debemos aceptar hasta que la sentencia aclare las cosas y decida si tenía razón el acusador o la tenía el acusado.

El periodista que divulga, sin contrastarlo, el informe de acusación de un fiscal, lo saca del ámbito procesal en el que es legítimo y lo abre a la opinión pública. Este cambio del foro donde los hechos se debaten exige, porque el artículo 20 de la Constitución lo impone, que el informador «se esfuerce en indagar la verdad, contrastándola con todas las partes afectadas». No se puede oficializar la verdad de la acusación como la única posible. Se incurre en una grave infracción de la libertad constitucional de información, y vulnera el honor de las personas quien actúa de tal manera ligera y desprevenida. Mucho más en un caso como éste en el que la instrucción está en curso, y el juez no ha establecido aún sus conclusiones que, con toda seguridad, serán completamente distintas de las hasta ahora publicadas.

Contenido del proceso.- Naturalmente, este contraste, que la Constitución impone y la pura lógica reclaman, entre lo que dice una parte y lo que afirman las demás, hubiera sido muy importante en este caso porque la opinión pública hubiera quedado cabalmente informada sobre el contenido del proceso a Telecinco, sus accionistas y administradores.

Habría podido saber, por ejemplo, que se está tratando de poner en cuestión la presencia del señor Berlusconi en dicha cadena de televisión. El impulso viene de Italia y ha sido acogido aquí con un calor sorprendente. A Berlusconi se le debe el esfuerzo de haber creado una empresa rentable con centenares de puestos de trabajo ocupados por una plantilla joven y entusiasta. Este milagro se ha hecho en ocho años de inversión y de imaginación empresarial. Y como no es posible descalificar la obra y la riqueza creada, existe el empeño de apartar a quienes son los indudables protagonistas de tan inmensa tarea creativa.

He tenido el honor de estar en medio de ese proceso, sosteniéndolo y alentándolo como jurista. Posiblemente alguien crea que alguna columna básica de ese edificio, que yo contribuí a fundar, tiene su basamento en mis espaldas y piense que también conviene quebrantar mi credibilidad como jurista. Se equivocan, desde luego, porque los juristas siempre somos esencialmente sustituibles.

En todo caso, si alguien se hubiera molestado en preguntar, podría haber tenido a su disposición un baúl de documentos con los que la opinión pública hubiera recibido una información incontestable sobre extremos tan esenciales como los siguientes:

-Que todos los accionistas históricos y presentes de Telecinco han sido beneficiarios de enormes plusvalías, realizadas o latentes, que no son otra cosa que el reflejo de la potencia económica creciente de una empresa de éxito.

-Que la ONCE nunca ha sido propietaria de más del 25% del capital de Telecinco. Así lo ha declarado el Tribunal Supremo en una sentencia del 22 de septiembre de 1997 que la información publicada ni menciona.

-Que Leo Kirch existe y que es el dueño de uno de los imperios empresariales de comunicación más importantes de Europa. En modo alguno puede ser considerado un testaferro de Berlusconi.

-Que la Banca Internacional de Luxemburgo (BIL) es un banco tan respetable como cualquiera de los bancos españoles que participan en el accionariado de las demás empresas de televisión. Y la BIL es la propietaria incontestable del 15% del capital de Telecinco.

-Que la falta de diligencia de la Administración Pública algunas veces, y las dificultades padecidas para encontrar socios definitivos, son las únicas complicaciones reales que han afectado a los cambios accionariales de Telecinco. Pero no ha habido jamás equívocos ni ocultación. Sí, en cambio, un esfuerzo ejemplar del grupo Fininvest y de la ONCE por colocar las acciones de los socios que han abandonado la empresa.

-Que el delito fiscal que se imputa a Telecinco resulta de un ejercicio de imaginación de un funcionario de la Agencia Tributaria que ha sido absolutamente descalificado por sus superiores jerárquicos y por la Agencia Tributaria como institución.

-Que ni Berlusconi, ni Durán ni los administradores de Telecinco durante los años 90-93 podían dedicarse a defraudar a Hacienda porque, además de no ocuparse de las cuentas de la sociedad, sólo tenían como problema las enormes pérdidas de aquellos años, en los que era imposible que resultaran cuotas positivas en favor de Hacienda.

-Que yo no he sido propietario desde el año 91, a medias con Berlusconi, de la sociedad Extremeña de Comunicación, titular del 1% del capital de Telecinco. He instrumentado en 1996 su venta a la BIL.

-Que sí he actuado en muchas ocasiones descritas en el informe del fiscal en atención a encargos profesionales que he recibido de mis clientes, la ONCE, Telecinco, la Banca Internacional de Luxemburgo y el Grupo Kirch, especialmente.

-Que Pléyade no se constituyó en mi despacho en 1991, sino 20 años antes por personas que no conozco. Que nunca he tenido una sola acción de esa sociedad, ni la he administrado, ni he sido el destinatario de la cantidad de 500 millones que recibió en 1992, aunque otra cosa hubiera sido también legítima.

-Que en la venta que Promociones Calle Mayor hizo a sociedades vinculadas a directivos de Telecinco del 5% del capital de la empresa, por un precio total de 3.300 millones de pesetas, yo no recibí ni un real, ni siquiera por mi intervención profesional, ni directa ni indirectamente. Lamentablemente, no tenía ningún acuerdo de participación con los propietarios de las acciones.

-Que no he obtenido ni una sola peseta como dueño o accionista de Golf del Guadiana, sociedad a la que he servido profesionalmente, pero de la que no conservo ni una sola acción.

-Que soy muy viejo y buen amigo de Miguel Durán, pero que nunca he sido socio suyo en ningún negocio. Yo me dedico a la universidad y a la abogacía. El a las empresas.

La lista de informaciones de interés, avaladas por sacos de documentación y por decenas de testimonios de quienes las han vivido, podría alargarse mucho más. Pero sólo me permite el espacio disponible añadir alguna consideración sobre la información que, en una segunda entrega, divulgó el periodista sobre mi patrimonio rústico.

Raíces.- Me ha atribuido la propiedad de no sé cuántas fincas, grandes como todos los estadios de fútbol de España juntos. Me hace la gracia de adjudicarme la propiedad de la finca El Río, que es de la Fundación ONCE, en la que lleva a cabo una importante labor educativa de personas con minusvalías. Me asigna la titularidad de la explotación La Esperanza, que es un trozo de dehesa boyal, del Ayuntamiento de Pozoblanco, donde una asociación de padres de minusválidos psíquicos está haciendo un trabajo formidable. Y, en fin, también me hace propietario de no sé cuántos otros inmuebles imaginarios.

Si también en esto hubiera hecho el menor esfuerzo por averiguar la verdad, sabría y habría podido contar que soy propietario de una hermosa finca, en el mismo lugar donde están mis raíces familiares. Está hecha de trozos que he comprado, mejorado y ampliado con el trabajo de 20 años de abogado. Después de resolver en mi despacho más de 15.000 asuntos de importancia económica con la ayuda de un equipo de 30 personas, y de haber pagado a la Hacienda Pública, de modo puntual y exacto todo lo debido.

Escribo este dolido desahogo, por primera y última vez, en honor a tantas decenas de amigos que me han llamado y escrito, para darles las gracias por su incondicional apoyo.

.

Santiago Muñoz Machado es catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y vicepresidente de Tele 5.

29 Abril 1998

Durán: ¿a qué vienen los chistes?

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

El juez Garzón, que investiga las irregularidades cometidas por Miguel Durán en la etapa inicial de Tele 5, ha rechazado la prisión incondicional que pedía el fiscal, pero ha determinado que el ex presidente de la cadena deberá depositar una fianza de 100 millones si no quiere ir a la cárcel. Otros 150 millones deberá depositar el abogado Santiago Muñoz Machado, actual vicepresidente de Tele 5, y cerebro del presunto fraude, según las investigaciones de Garzón. El magistrado tiene sobrados motivos para imponer esas fianzas. Los hechos que se les imputan son objetivamente «graves», tal como reza el auto. Podría tratarse de cinco delitos contra la Hacienda Pública, uno de falsedad en documento mercantil, otro continuado de apropiación indebida y otro más de maquinación para alterar el precio de las cosas. Pero Durán parece tomarse todo eso a chacota y recurre a chistes frívolos. No tiene la menor gracia que quien ocupaba el máximo cargo de una entidad con fines benéficos (la ONCE) haya sido puesto en la picota por la Justicia por cometer irregularidades de las que presuntamente se aprovechó personalmente.

03 Junio 1996

Tele 5: de aquellos polvos vienen estos (confusos) lodos

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

Ni conjura de la Fiscalía Anticorrupción ni fabulación de este periódico. El auto dictado ayer por el juez Garzón imputa graves delitos a 17 personas en la compraventa de acciones de Tele 5. El magistrado de la Audiencia Nacional impone fianzas por importe de 181.000 millones en concepto de responsabilidad civil, aunque elude motivar el porqué de esta impresionante suma. A Miguel Durán le exige 13.500 millones. Y otras fuertes cantidades a Santiago Muñoz Machado, a Silvio Berlusconi, a cuatro ejecutivos de Fininvest, a Javier de la Rosa y a Tele 5 como tal. La situación de Tele 5 es paradójica, ya que aparece a la vez como imputada y perjudicada. Hay una explicación: los actuales gestores, con Maurizio Carlotti a la cabeza, y los nuevos accionistas (el grupo Correo) no tienen nada que ver con este asunto pero Tele 5 sí es responsable civil subdiaria en la medida que estos presuntos delitos los cometieron sus anteriores directivos y accionistas. No parece, pues, afortunado su comunicado de ayer denunciando que está pagando su «independencia empresarial». Aunque sí tiene razón en quejarse de que la fianza impuesta (unos 12.000 millones) es desproporcionada y puede desestabilizar su brillante y meritoria trayectoria reciente. Lo que Garzón investiga es la comisión de delitos de estafa, apropiación indebida y fraude fiscal. En suma, de la obtención de lucros personales con recursos ajenos. Precisamente ayer un tribunal de Milán solicitaba cinco años de cárcel para Berlusconi por haber pagado comisiones al PSI y a Craxi. Todo un estilo de hacer negocios que Sua Emitenza desarrolló en complicidad con los máximos dirigentes del socialismo del sur de Europa.

25 Julio 1998

Berlusconi, o el mundo por montera

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

Silvio Berlusconi, acostumbrado en los negocios como en la política a saltarse las normas que rigen para los demás humanos, se dignó ayer pasarse un ratito por Madrid. El juez Baltasar Garzón le quería interrogar sobre un presunto fraude de apenas 5.000 millones de pesetas por parte del anterior equipo gestor de Tele 5, entonces controlado por el magnate italiano. Así que Berlousconi se presentó con cinco limusinas negras en la Audiencia Nacional, entró por el garaje -privilegio, en su caso: normalmente sólo acceden por allí al edificio los detenidos para ser conducidos a los calabozos-, se acogió a su derecho a no declarar, le dijo al juez que necesitaba más tiempo para enterarse de los cargos contra él, obtuvo ese favor (volverá en septiembre), declaró a los periodistas que los cargos son tan políticos como los que se le imputan en Italia, y se marchó. Con mucha desenvoltura y poca seriedad. Berlusconi no habló de las tres condenas por corrupción que ya han recaído sobre él en Italia. También debería saber ya -están en el auto de Garzón- los detalles de unos cargos relacionados con la venta de acciones a allegados suyos, a través de testaferros, para superar el tope legal del 25% de las acciones de Tele 5. Cuando EL MUNDO dio noticia del auto, Berlusconi descalificó las falsedades y atacó a nuestro diario y a su director; ahora habla de politización. (Sigue pendiente, por cierto, el caso de supuestos pagos a políticos españoles por parte del ex primer ministro). Nada de todo esto es muy serio. Por fortuna para Tele 5, su actual gestión no tiene nada que ver con las circenses volteretas de este señor, que no debería seguir riéndose de la Justicia… y al que el PP debe dejar de apadrinar en el Partido Popular Europeo.