3 septiembre 2001

El grupo de Jesús López (que destituyera a Diego Marquez en 1995) deberá cambiar su denominación en las elecciones por la de 'La Falange'

Éxito judicial de Diego Márquez Horrillo: su grupo político se queda con la denominación ‘Falange Española de las JONS’

Hechos

En septiembre de 2001 los juzgados fallaron a favor de D. Diego Márquez Horrillo para el uso en papeletas electorales de la denominación ‘Falange Española de las JONS’.

Lecturas

VARAPALO PARA EL GRUPO DE JESÚS LÓPEZ:

 D. Jesús López, que reemplazó en el cargo de ‘Jefe Nacional’ de Falange Española de las JONS a D. Gustavo Morales. Ahora que los tribunales dan la razón al grupo del Sr. Diego Márquez Horrillo como el único que pueda usar las siglas ‘Falange Española de las JONS’ y FE-JONS, le obligará ahora a usar únicamente la denominación ‘La Falange’ y las siglas FE-La Falange.

La Reconquista del Estado

Ricardo Sáenz de Ynestrillas

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En realidad, que un hombre de cerca de 90 años sea conservador y nostálgico no es extraño. Lo sorprendente es que se perpetúe como mando de una organización que aspira a llevar a cabo el ‘Discurso a las juventudes de España y que diga ser el estandarte de la juventud revolucionaria nacional’.

Diego Marquez Horrillo es el anciano de bastantes más de ochenta años que se ha perpetuado como jefe de Falange Española de las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas (FE de las JONS) desde el año 1983. Antes fue subjefe de la misma organización a las órdenes de otro anciano que también superó con creces los 80 años al mando de la Falange, Raimundo Fernández-Cuesta, desde que su fundador, José Antonio Primo de Rivera, lo nombrara secretario general del partido.

Diego Márquez Horrillo ingresó tempranamente en la OJE (Organización Juvenil Española) de donde pasaría a ser inspector nacional de albergues del Movimiento Nacional (partido único franquista, aunque Diego vaya ahora de antifranquista) y presidente de los Círculos Doctrinales José Antonio (CJA) en 1972 con los que concurriría las elecciones de 1977 como partido político.

En 1979 los CJA se integran en FE de las JONS y Diego Márquez se convierte en Subjefe Nacional de Falange, concurriendo a las elecciones generales en coalición con Fuerza Nueva bajo el nombre de Unión Nacional, tras las cuales conseguirían un escaño para Blas Piñar, líder de Fuerza Nueva.

Desde que ocupó la jefatura tras ser elegido en un Congreso Nacional del partido, se ha permitido el lujo de sentar cátedra sobre el genuino nacionalsindicalismo al tiempo que servía de tapón, de obstáculo para los auténticos objetivos de cualquier proyecto falangista que pudiera tenerse como tal: la revolución pendiente, a través de la cual se nacionaliza tierra, agua y todos los grandes servicios públicos, promoviendo la autogestión y el cooperativismo.

El conservadorismo inmovilista y arcaico de Márquez Horrillo, su contrarrevolucionarismo, se desarrollo menospreciando a quien no estuviera bajo su mando, expidiendo certificados de autenticidad falangista y realizando toda suerte de ejercicios de medición con un instrumento virtual que en el mundillo falangista ha llegado a tomar el nombre de falangistómetro, en su afán de definir quién podía ostentar el título de campeón nacional del falangismo auténtico como portaestandarte de una autoridad moral de la que se ha revestido a si mismo, suponemos que, como Franco, por otra gracia de Dios.

Aun a pesar de que fue el sucesor de uno de los más inveterados cargos franquistas, Fernández-Cuesta, y a pesar de haber formado parte de la coalición con Fuerza Nueva, Alianza Nacional 18 de Julio – en 1977 – y repetir socio bajo el nombre de Unión Nacional – en 1979 – ha resaltado por sus ejercicios de hipocresía antifranquista, por su aparente purismo nacionalsindicalista, martillo de herejes falangistas y baluarte modélico de las más sagradas y profundas raíces revolucionarias y sindicalistas.

En sus esperpénticos ejercicios de funambulismo marginal y político ha llegado a estrechar la mano y a enlazar en sus páginas oficiales, al multimillonario embaucador subvencionado por el Estado, Esteban Ibarra, con tal de no engrosar el saco de los fachas apestados del sistema.

Su egolatría y ansias de protagonismo le han llevado a pedirle al juez Garzón, en 2009, que le inculpara como responsable en el proceso contra los crímenes de la Guerra Civil Española y la dictadura franquista, sin conseguir hacer otra cosa que no sea el ridículo.

Lo más reprochable, lo más hipócrita, lo peor de su actitud y su mandato ha sido la forma en que se ha ganado la vida en las últimas décadas: como testaferro de chiringuitos financieros, máxima expresión del ultracapitalismo explotador y fraudulento, perseguido por el propio sistema capitalista vigente y por su Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Me consta que Diego Márquez Horrillo ha sido al menos a partir del año 2001, Consejero Delegado de Agrupación Empresas Ibéricas y Administrador Único y Socio Único de Alternative Investment Markets S. L., Cap Mov Asesores Financieros S. L., Capital Movimieto Sl L. Inverholding Análisis Financieros S. L., E Imaglobal S. L.

El Análisis

Abusando de un cadáver

JF Lamata

Debate profundo sería determinar si la formación política Falange Española estuvo alguna vez viva, pero para el año 2000 podía establecerse que estaba muerta.  De ahí que resultara bastante patético la pugna por una siglas que electoralmente estaban muy lejos de los 100.000 votos que parecen necesarios para ser considerada una formación nacional con relevancia parlamentaria.

En los siguientes comicios Falange Española de las JONS logró 12.000 votos y La Falange unos 10.000 votos. ¿Y? Si el Sr. Marquéz Horrillo quería presumir de tener las siglas, vale. Si quería hacer política lo tenía difícil.

J. F. Lamata