14 noviembre 1921

El Comité Ejecutivo lo formarán Antonio García Quejido, Anguiano, Virginia González Polo, Evaristo Gil, Manuel Núñez de Arenas y Facundo Perezagua, todos ellos antiguos miembros del PSOE

Las escisiones socialistas partidarias de acogerse a la disciplina de la URSS fundan el Partido Comunista de España

Hechos

Del 7 al 14 de noviembre de 1921 se celebró la conferencia fundacional del Partido Comunista de España.

Lecturas

Es la consecuencia de los congresos del PSOE en 1920 y 1921 sobre la entrada o no en la Internacional Comunista promovida por la URSS por el cuál el PSOE debía convertirse en la ‘sección española’ de un Partido Comunista Internacional dirigido desde Moscú. Aunque en 1920 el PSOE se abrió a la posibilidad de integrarse en esa Internacional, en el de 1921 a instancias de D. Pablo Iglesias Posse y los otros dirigentes históricos se impuso el ‘No’ por considerar que las condiciones de sometimiento que exigía la URSS eran excesivas.

LA PRIMERA EJECUTIVA COMUNISTA

EjecutivaPCE1921  El Comité estará formado por D. Antonio García Quejido, D. Daniel Anguiano, Dña. Virginia González Polo, D. Evaristo Gil, D. Manuel Núñez de Arenas y D. Facundo Perezagua que se han puesto el objetivo de que España sea regido bajo un modelo de consejos (soviets) bajo el modelo de la Unión Soviética.

Posteriormente el liderazgo quedará en las manos de D. José Bullejos que asumirá el cargo de primer secretario del comunismo español como Sección Española de la Internacional Comunista.

El Análisis

Comunistas frente a socialistas, un tema de sumisión

JF Lamata

La reciente constitución del Partido Comunista de España, resultado de la ruptura definitiva entre las corrientes socialistas enfrentadas dentro del PSOE, marca un nuevo capítulo en la fragmentación de la izquierda española. La escisión, nacida tras la negativa mayoritaria en el Congreso socialista a aceptar los férreos veintiún puntos exigidos por la Internacional Comunista de Moscú, ha dado lugar a un nuevo partido que, lejos de buscar una vía propia para la transformación social en España, se proclama abiertamente como la «Sección Española» del comunismo internacional que lideran Lenin y el cada vez más poderoso Stalin.

No se trata aquí de una discrepancia menor sobre táctica o calendario. El socialismo español tradicional –pese a su propio desprecio por las soluciones burguesas o parlamentaristas como las que intenta implantar el malogrado Ebert en Alemania–, ha preferido mantener una cierta autonomía nacional, rechazando ser un mero brazo ejecutor de los dictados del Kremlin. El nuevo PCE, en cambio, nace con la vocación de sometimiento ideológico y estratégico a los postulados del bolchevismo ruso, y bajo una férrea disciplina internacionalista. Su primera ejecutiva, con nombres conocidos en el movimiento obrero como García Quejido, Anguiano, Virginia González Polo, Evaristo Gil, Núñez de Arenas y Perezagua, representa la fusión de distintos núcleos radicales que han decidido romper amarras con cualquier idea de convivencia dentro del marco legal.

Con la posterior designación de José Bullejos como primer secretario general, el comunismo español entra en una etapa de férreo alineamiento con Moscú, donde cualquier matiz nacional será considerado desviacionismo. Frente al PSOE, que se reclama revolucionario pero aún busca una vía propia y adaptada a la realidad española, el PCE parece dispuesto a repetir en España la experiencia soviética, aunque la tierra, la cultura y la historia sean muy distintas. El tiempo dirá si esa sumisión doctrinal da frutos… o si convierte al nuevo partido en una pieza más del engranaje exterior del poder soviético, antes que en un verdadero instrumento para los obreros españoles.

J. F. Lamata