16 octubre 2016

Iceta, al igual que su rival, basó su campaña en prometer un 'no' a Rajoy, frente a la fórmula de la abstención que propone la Gestora que rige el PSOE

Miquel Iceta es reelegido líder del PSC tras ganar en las primarias a la alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, Nuria Parlon

Hechos

El 15.10.2016 Se celebraron las primarias para el cargo de Primer Secretario del Partido de los Socialistas Catalanes (PSC), en el que fue elegido D. Miquel Iceta, que ocupa el cargo desde 2014.

Lecturas

El 15 de octubre de 2016 se celebraron primarias para la elección del cargo de primer secretario del PSC. El hasta ahora secretario general D. Miquel Iceta Llorens se presentaba a reelección y frente a él se presentaba Dña. Nuria Parlón Gil, alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, que defiende un giro del PSC más hacia la izquierda.

El resultado de las primarias da un triunfo para el Sr. Iceta Llorens con un 54% frente al 46% de Parlon Gil.

Ambos candidatos rechazaban la posibilidad de permitir una investidura de D. Mariano Rajoy Brey en contra del criterio de otros barones del PSOE como D. Guillermo Fernández Vara (Extremadura), D. Javier Fernández Fernández (Asturias), D. Javier Lambán Montañés (Aragón), D. Emiliano García Page (Castilla La Mancha) o Dña. Susana Díaz Pacheco (Andalucía). Y anuncian que, si el PSOE decide permitir que Gobierne el PP para evitar una repetición de las elecciones, los diputados del PSC romperán la disciplina de voto y mantendrán su ‘No’.

Votos a favor de D. Miquel Iceta – 4.889 votos

Votos a favor de Dña. Núria Parlon – 4.142 votos

 

16 Octubre 2016

Los retos del PSC

LA VANGUARDIA (Director: Marius Carol)

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Miquel Iceta y Núria Parlon se enfrentaban ayer en las primarias para elegir al líder de los socialistas catalanes. La votación se presentaba muy igualada y así lo confirmó el resultado, con un 54% de votos para el vencedor. Iceta, que alcanzó la primera secretaría del PSC hace algo más de dos años, hizo valer en campaña su experiencia como un valor decisivo en los tiempos difíciles que atraviesa esta formación política. Parlon, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet desde el 2009, se reivindicó como una apuesta por el cambio y como garantía de supervivencia para el PSC. Pese a los distintos perfiles personales, sus proyectos políticos no diferían en exceso. Al final, los votantes se inclinaron por Iceta, que seugirá al frente de las riendas del PSC.

Estas primarias han llegado en un momento en que el PSC se enfrentaba a dos problemas serios. Por una parte, la recuperación del propio partido, que en pocos años ha pasado de ser la fuerza más votada en Catalunya a ocupar, en las elecciones del 2015, la tercera posición, tras Junts pel Sí y Ciudadanos. Por otra parte, las relaciones entre el PSC y el PSOE atraviesan una fase delicada. Así ocurre, entre otros motivos, porque Iceta apoyó con convicción al después dimisionario Pedro Sánchez. Y, también, porque el PSC de Iceta ha defendido para Catalunya la vía del referéndum a la canadiense, mientras que en Ferraz no quieren ni oír hablar de este tipo de solución acordada.

Históricamente, el PSC se ha presentado como un partido con dos almas. A menudo esto se ha visto como un defecto, como un rasgo de indefinición, de sumisión o de desestabilización, según el analista de turno. Pero también podría verse como una virtud, puesto que no nos referimos a un producto de laboratorio, sino de una sensabilidad polifacética que coincide con la de no pocos catalanes y, por supuesto, con la de no pocos socialistas, incluso tras las fugas registradas en el PSC. Esas dos almas son una realidad que requieren atención.

En este sentido, ,creemos que el PSOE debe tratar de dar aire al PSC, y en ningún momento tratar de someterle a una disciplina férrea. Primero, porque en Catalunya se ven las cosas más allá del blanco o negro. Y, en segundo lugar, porque las posibilidades de recuperación del PSC requieren la empatía con el electorado catalán, y este difícilmente suscribirá planteamientos que supongan una rendición incondicional al PP, ni que sea por la vía de la abstención en la investidura.

Tanto el PSOE como el PSC deben recordar que se necesitan. Y que harán bien en colaborar en pos de objetivos comunes, reconociendo las diferencias entre ambos y buscando vías de acuerdo y convivencia.

17 Octubre 2016

Negar a Rajoy hace catalán

Alex Salmon

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EL LÍDER del PSC, Miquel Iceta, tiene pocos traumas, por no decir que ninguno. Su partido los tiene todos. Vienen de lejos. Tanto como 36 años, cuando no pudieron gobernar Cataluña tras su derrota relativa de manos de Jordi Pujol. Ese trauma se acrecentó con el escándalo Banca Catalana porque no supieron encontrar eso que ahora denominamos «relato». De esos malos mares, estas tempestades. La crítica de los nacionalistas era sencilla: se trataba de un partido obligado a la disciplina de Madrid. Así hasta ahora, siempre bailando al son de la más difícil de explicar.

Escribí hace semanas que en el seno del partido comenzaba a formarse una máxima inspirada en aquella idea de José Zaragoza de «si tú no vas, ellos vuelven». Es como si el PSC fuera más catalán negando a Rajoy. El error es de base. Sin embargo tiene una explicación. Y eso en política vale mucho. La explicación se inspiraría en contrariar a Ferraz. Y en este momento tal acción les podría servir para construir un relato. Sin embargo, el momento del país, al menos de los auténticos socialistas, no se basa en ir contra un partido que ha ganado las elecciones incrementando su voto, sino contra el enemigo interior. Y no se llama Rajoy.

17 Octubre 2016

Menguantes y quizá menguados

Santiago González

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UNA de las viñetas de Schulz que mejor definían la delicada melancolía de su Charlie Brown era la confesión del personaje: «Hoy he tomado 600 decisiones y todas mal». Los socialistas catalanes, que son almas más simples, tenían que tomar sólo una decisión con dos opciones y las dos eran erróneas por igual. No se han equivocado al elegir a Miquel Iceta. Núria Parlon habría sido otro error del mismo nivel.

Iceta es un símbolo del fracaso. Fue elegido primer secretari del PSC cuando el partido tenía 14 diputados en el Congreso. Sus antecesores, José Montilla y Pere Navarro, lo habían dejado en esa cifra desde los 25 que alcanzó en marzo de 2008. Ahora lo ha dejado en siete. Otro que tal, Patxi López, que había alcanzado cumbre en las generales de 2008, con nueve diputados, llevó su marca nacional hasta los tres escaños. Hace tres semanas, el partido con el que se aupó hasta la Lehendakaritza con 25 parlamentarios, quedó el cuarto en la cámara autonómica, empatado a nueve escaños con el quinto.

Así las cosas, es bastante comprensible que los dos sean grandes valedores de Pedro Sánchez, el increíble hombre menguante que cogió al PSOE en su mínimo histórico (110 escaños) y lo bajó, primero a 90, y después a 85. Para Iceta y López, Sánchez es el milagro de la inmunidad para su propia incompetencia. Por eso aspiran a nuevas elecciones. Rebajar sus propias marcas no es tan grave para ellos como admitir el Gobierno de la minoría mayoritaria, algo en lo que ¡Jesús Eguiguren! les daba ayer una lección de sentido común en El Correo: es mejor abstenerse, no corráis que es peor.

Ayer también, Metroscopia publicaba en El País una encuesta que este par de atunes debería estudiarse con atención: los votantes del PSOE creen que lo mejor para el partido es abstenerse. Cuestión relevante, porque entre los socialistas no hay vínculo más estrecho que el que mantienen los votantes, salvo que el título de militante se adquiera por ocupación de cargo público. El PSOE no es un partido de militantes, sino de afiliados, por más que la socialista orensana que recoge firmas con el alcalde de Jun para limitar las funciones de la Gestora y obligarla a convocar congreso, haya llamado a lo suyo pomposamente Militantes en pie. En pie, famélica legión, pero esto pertenece a la tradición comunista. Sólo un socialista de cierto nivel, Ramón Jáuregui, se ha referido a la peña como «los afiliados». El caso es que la encuesta ofrece resultados espectaculares: el PP sube cinco puntos, mientras el PSOE baja 4,7. La distancia entre ambos se eleva en casi 10 puntos sobre la del 26-J, quedando el PSOE con menos de la mitad de votos que el PP (18% frente al 37,8%) y 4,1 puntos por detrás, Podemos. Este par de lumbreras y otros como ellos han empeñado todo el optimismo de su voluntad para derrotar al pesimismo que no puede permitirse su inteligencia.

Volverán a conjurarse «para derrotar a las encuestas» como hace un mes y resultó que no, que las ocho publicadas que auspiciaban una mayoría absoluta del PP en Galicia y un desplome espectacular del PSE en Euskadi se cumplieron rigurosamente.

Quieren ir a terceras. Es comprensible que los afiliados a un partido –incluso los militantes si los hubiera–, piensen en términos partidistas. El asunto es que eso sea compatible con el interés general. En este caso y en la misma semana en que se han cumplido 80 años del enfrentamiento de Unamuno con Millán Astray en Salamanca, cabe recordar las últimas palabras del rector a su antagonista: «Me parece inútil pediros que penséis en España. He dicho».