Muere el gran magnate mexicano Emilio Azcárraga Milmo ‘El Tigre’, propietario y fundador del grupo mediático Televisa de México

Ayer perdió su batalla contra el cáncer el hombre que hacía televisión para «una clase jodida», que elevó la telenovela -Los ricos también lloran, por delante de todas- a la categoría de fenómeno sociológico exportable hasta a Rusia, que se apoyó en el partido del Gobierno durante un cuarto de siglo… y que redujo, a cambio, su cobertura informativa hasta que sólo fue un murmullo complacido y complaciente. Emilio Azcárraga Milmo, el mayor magnate informativo de lengua española de todos los tiempos, fallecía en Miami y abría una etapa de incierta transición en su imperio, centrado en el grupo Televisa.

Polémico por su concepto populista y rosa de la televisión y de las relaciones entre un medio informativo y el poder, Azcárraga recibió en cambio, nada más conocerse su muerte, reconocimientos a su valía personal y su honradez. Así, el escritor Carlos Fuentes declaraba: «Fue un gran empresario, un hombre inteligente, de gran visión, virtudes a las que hoy quisiera rendir homenaje a pesar de las diferencias que tuve con el contenido de sus trabajos de televisión, de ciertas orientaciones políticas y de entretenimiento. Más allá de esos reparos, reconozco su personalidad. Fue (…) un hombre honrado al que no se le pueden atribuir pillerías propias de la vida política y económica mexicana».

En la última etapa, marcada por el desastre económico del final del mandato de Carlos Salinas de Gortari y por el paulatino alejamiento de Azcárraga, enfermo, se produjeron cambios en su imperio que anuncian otros más profundos por venir. La crisis económica mexicana golpeó duramente la rentabilidad de su grupo, que pese a todo está actualmente valorado en 3.800 millones de dólares (su fortuna personal, según la revista Forbes, era el año pasado de 2.000 millones). Se consolidaba una competencia (Televisión Azteca, MVS Multivisión) antes inexistente; fracasaba el canal teletienda de Televisa. Por otra parte, quien siempre se definió a sí mismo como «un buen soldado del PRI» iba abriendo los espacios informativos de Televisa a un más amplio abanico ideológico, al socaire del reformismo del presidente Zedillo. Un portavoz del izquierdista PRD recalcaba ayer que, actualmente, en la cadena se da «un trato cordial y respetuoso» a su partido.

En el camino queda un cuarto de siglo de éxitos y algunos fracasos sonados -como el diario deportivo estadounidense The National- desde que Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre, sucediese a su padre, Emilio Azcárraga Vidaurreta, El León -un self-made man de origen navarro-, a la cabeza de la que ya era una gran empresa de comunicación.

En tres años, Azcárraga Milmo había sumado a su Canal 2 de televisión los 4 y 5, y luego el canal 9 de Monterrey, formando en 1975 Televisión Vía Satélite (Televisa). Su crecimiento, auspiciado por el Partido Revolucionario Institucional, fue constante, extendiéndose al sector discográfico, la prensa escrita y el fútbol: Televisa es propietaria de cuatro clubes de la Primera División mexicana (América, Necaxa, Atlante y Guadalajara).

Pese al desgaste de su dominio monopolístico, Televisa sigue representando el 85% de la oferta de televisión en México. Pero el año pasado entró en pérdidas y su endeudamiento es de 2.500 millones de dólares. Las limitaciones del mercado mexicano tras las últimas crisis incrementaron el interés de sus operaciones extranjeras, en particular la cadena hispana Univisión, en Estados Unidos. En España, bajo el mando de Luis María Anson, el grupo de Azcárraga había adquirido recientemente la Cadena Ibérica de radio y se había sumado a la plataforma digital liderada por Telefónica.

A lo largo de una vida sentimentalmente agitada, Azcárraga se casó cinco veces. Su heredero -al que hace menos de dos meses cedía el mando en Televisa, desde su lecho de muerte- es Emilio Azcárraga Jean, el hijo que tuvo con su tercera mujer. Sólo tiene 29 años. Sobreviven al empresario otras tres hijas y su quinta esposa, Adriana Abascal.