10 septiembre 1999

Francisco Giménez Alemán justifica su cese en la dirección al 'sometimiento' del diario al Gobierno del PP

José Antonio Zarzalejos nombrado nuevo director del periódico ABC por Nemesio Fernández Cuesta reemplazando a Giménez Alemán

Hechos

El 10.09.1999 Prensa Española designó a D. José Antonio Zarzalejos nuevo director del periódico en sustitución de D. Francisco Giménez Alemán.

Lecturas

El nombramiento de D. José Antonio Zarzalejos como director de ABC le convierte en el primer director de periódico nombrado por D. Nemesio Fernández Cuesta Luca de Tena desde que asumió la presidencia de Prensa Española. Sustituye a D. Francisco Giménez Alemán, nombrado Director en 1997 cuando la empresa aún estaba presidida por su tío D. Guillermo Luca de Tena Brunet. El Sr. Zarzalejos tiene que hacer frente a muchos retos, entre ellos a la vieja competencia con EL MUNDO y a la nueva competencia de LA RAZÓN. El Sr. Zarzalejos aparece como un director bien visto por La Moncloa y el propio Sr. Fernández Cuesta se reunió con el presidente del Gobierno, D. José María Aznar, para informarle de su nombramiento como director. El primer mandato del Sr. Zarzalejos al frente de ABC duraría hasta el año 2004.

BAJO LA SOMBRA DE SU HERMANO

99_JavierZarzalejos D. Javier Zarzalejos es Secretario General de la Presidencia y un colaborador director y personal del actual presidente D. José María Aznar, por lo que resulta inevitable ver la sombra monclovita detrás de la designación de su hermano como director del periódico ABC.

SE RESTITUYE EL CARGO DE ‘DIRECTOR ADJUNTO’

gonzalez_besada El Sr. Zarzalejos ha decidido recuperar la figura del Director Adjunto de ABC para tener así un ‘número 2’ en la redacción, que será D. José Luis González-Besada. La figura del ‘Director Adjunto’, habitual en EL PAÍS, en el diario ABC ha existido de forma ocasional (la última vez la ocupó, precisamente, el ahora director saliente, Sr. Giménez-Alemán). Junto con él habrá cuatro Subdirectores (D. José Alejandro Vara, D. José Miguel Santiago Castelo y D. José Antonio Álvarez-Gundín y D. Rodrigo Gutiérrez del Barrio).

LOS PECULIARES ELOGIOS DE ANSON AL GIMÉNEZ ALEMÁN ANTE SU DEFENESTRACIÓN:

titularanson_aleman De todas las reacciones a la destitución de D. Francisco Giménez Alemán al frente de ABC la que más llamó la atención fue que D. Luis María Anson publicara en LA RAZÓN un recuadro de apoyo al Sr. Giménez Alemán. Básicamente porque había sido la irrupción de LA RAZÓN en el panorama mediático lo que había supuesto un golpe sideral para ABC y lo que, a la larga, había costado al Sr. Giménez Alemán su defenestración. ¿Una cuestión de sarcasmo o de galantería por parte del Sr. Anson?

CAMBIO EN LA SECCIÓN DE RELIGIÓN

schlichting La periodista Dña. Cristina López Schlichting , conocida por su labor durante muchos años como corresponsal de guerra, será la nueva responsable de religión sustituyendo a D. Santiago Martín. Según el comentarista de la COPE, D. Federico Jiménez Losantos (que desde hace unos meses se ha reincorporado al ABC como columnista y consejero editorial) el cambio se produce para facilitar un acercamiento mayor entre ABC y su empresa editora Prensa Española y la Iglesia Católica (propietaria de la COPE) a la que disgustaba la línea progresista del Sr. Martín.

10 Septiembre 1999

GIMÉNEZ-ALEMÁN

Luis María Anson

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No he participado nunca ni de las críticas ni de las descalificaciones que pública o privadamente se han hecho de Francisco Giménez-Alemán en los últimos tiempos. Ni he permitido que en mi presencia se hablara mal de él. Despellejar es tarea fácil. Construir resulta más complicado. Giménez-Alemán es un profesional veterano que conoce todos los recovecos del oficio. Tenaz, trabajador, discreto, firme en sus ideas, flexible en el trato, el periodista ha sido un eficaz difrector de ABC durante dos años especialmente complejos en los que ha abordado con audacia la renovación del periódico y su rediseño. Que a algunos les guste más y a otros menos es propio de toda obra humana.

Giménez-Alemán es autor de una novela, Elvira Bubión, que critican los que no la han leído y que tiene un estupendo acierto literario en su desenlace. Esa vocación por la literatura de ficción es complementaria pues lo que predomina en quien hasta ahora ha sido director del querido ABC es el periodista de vocación indeclinable. Le conozco bien porque ha trabajado muchos años conmigo y siempre le he admirado por su seriedad profesional y por su coherencia. Estoy seguro de que la Casa de ABC, tan generosa siempre, sabrá demostrar el agradecimiento que se merece la excelente gestión que ha hecho Giménez-Alemán al frente de una cabecera instalada en la mejor historia del Periodismo.

Luis María Anson

20 Septiembre 1999

De la difícil misión de Zarzalejos

Luis G. Del Cañuelo

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El nombramiento de José Antonio Zarzalejos como nuevo director de ABC supone un nuevo paso en el proceso de desansonización emprendido el año 1997 por el veterano rotativo de la familia Luca de Tena, propietaria de más del 80% del capital, cuando Francisco Giménez Alemán sustituyó al frente de este periódico a Luis María Anson. Giménez-Alemán, durante su gestión procuró moderar el ABC emblemático portavoz de la derecha más clásica o tradicional convenientemente aguijoneada por Anson desde que hacia 1982 accediera a la máxima responsabilidad periodística de la mencionada cabecera.

El principal mérito de Anson fue, sin duda, llevar a Prensa Española – la empresa editora de ABC – del naufragio económico al que parecía irreversiblemente condenada. Lo consiguió dotando al diario monárquico de un valor ideológico de enorme dureza, cuya contundencia, por lo demás, llegó a ser con frecuencia demoledora. La actualidad fue puesta al servicio del apriorismo doctrinal, sin escrúpulos perceptibles ni otras zarandajas de carácter ético o moral. Se transformó el rotativo en un perverso ariete contra los sucesivos Gobiernos socialistas buscando la cohesión de las distintas derechas y el desgaste sistemático e González. El ABC de Anson, junto a otras plataformas mediáticas y otros periodistas obsesivamente antisocialistas ocupó un puesto relevante en el proceso de acoso y derribo al que fue sometido el PSOE y logró ir abriendo el camino al PP, a través de todos los procedimientos imaginables hasta que se produjo el relevo en la Moncloa. Esta, en buena parte, es una historia bastante conocida. EL propio Anson acabó reconociéndolo en declaraciones a Santiago Belloch. Era el momento de un cierto desengaño y de no poco afán revanchista por parte de un Anson caído en desgracia y al que Aznar no le había recompensado suficientemente por los notorios servicios prestados a la causa conservadora.

Apartado Anson de su tarea rectora en ABC – lo que no se hizo sin grandes dificultades y alambicadas combinaciones – situación a la que también había contribuido la leyenda negra, muy extendida y, al parecer fundamentada, aunque nunca haya sido probada, sobre determinados e inconfesables impuestos revolucionaros fijados por Luis María y su hermano Rafael, en la etapa de Giménez-Alemán puede considerarse de transición. Atemperó los furores ansonianos, orientó el diario hacia posturas más templadas, bajo el diapasón de las atronadoras filias y fobias de su antecesor y protagonizó el cambio tecnológico y de maqueta tan reciente. Pero también cometió algún error de gran calado desde la perspectiva del poder político vigente del que, por otra parte, procedía el nuevo hombre fuerte de ABC, Nemesio Fernández Cuesta, estrecho colaborador del ministro de Industria, Josep Piqué, a lo largo de los dos primeros años de gobierno derechista. Téngase en cuenta asimismo, que Fernández-Cuesta – como adelantaba hace dos semanas EL SIGLO – empieza a ser tenido como la longa manu de Aznar en el territorio mediático, hasta el punto de que en l practica habría sustituido a Juan Villalonga en la ejecución de la estrategia de comunicación del actual Gobierno.

Pues bien, se dice en los mentideros de la villa y corte que la sonaba entrevista concedida a Victoria Prego para ABC por Felipe González, en plena precampaña de las municipales y autonómicas donde el ex presidente vertebró un discurso de defensa de la españolidad democrática – que Piqué calificó de joseantoniano- provocó una tempestad contra Giménez-Alemán. Fue Josep Piqué quien dirigió la ofensiva contra el aún director de ABC, cuya continuidad, al fin y al cabo dependía de Fernández-Cuesta, mano derecha del portavoz de Aznar.

Zarzalejos llega a la cúpula de ABC tras una carrera brillante y prestigiosa. Su fama es la de un periodista pragmático y riguroso, naturalmente escorado hacia el ámbito conservador, pero liberado de inquinas persecutorias contra los socialistas. Se ha formado en el Grupo Correo, ha sido director de EL CORREO Español El Pueblo Vasco y ha procurado no alinearse en las grandes batallas del periodismo madrileño en los últimos años. Recompensado con importantes galardones profesionales, bien relacionado con tirios y troyanos, capaz de ser interlocutor de éstos y de aquellos, Zarzalejos proyecta una buena imagen de marca bastante por encima de Giménez-Alemán, un correcto funcionario del ABC de siempre sin excesivos oropeles. Giménez-Alemán estuvo a la sombra de Anson, aunque terminó por sustituirlo. Zarzalejos encarna, en cambio, un nuevo estilo. EL CORREO Español no es EL PAÍS – lo digo desde su perfil editorial – pero tampoco ha jugado las bazas de Anson, Pedro J. Ramírez, Jiménez Losantos, etc. etc. Es decir, hubiera resultado impensable que Zarzalejos se hubiera dado de alta en AEPI, la asociación madre del ‘sindicato del crímen’ ahora felizmente difunta.

Pero que nadie crea que el aznarismo, globalmente entendido, ha bajado la guardia en ABC. Ni mucho menos. El miércoles 8 de septiembre el diario EL MUNDO facilitaba la noticia de la designación inminente de Zarzalejos como director de ABC. La noticia firmada por José María Zavala incluía estos párrafos: “Zarzalejos es, a la vez un candidato bien valorado en Moncloa, donde su hermano Francisco Javier es secretario general de la Presidencia. Es también un hombre de confianza del presidente de Prensa Española, Nemesio Fernández Cuesta, quien durante dos años fue el número dos del ministro Piqué al frente de la scretaría de Estado de Energía y Recursos Minerales (…)”.

El papel de Fernández Cuesta en el universo mediático del PP ya ha sido subrayado por mí en este artículo y, en su momento, lo fue por esta misma revista. Pero no deja de ser, desde luego, un dato significativo la relación familiar del nuevo director de ABC con el secretario general de la Presidencia del Gobierno. Francisco Javier Zarzalejos, además, no es sólo un secretario general de contorno funcionarial, sino que goza del extraordinario predicamento en el sanedrín de José María Aznar. Pertenece al círculo reducido de sus consejeros aulicos, hasta el punto de que com oes sabido, ha tenido mucho que ver en los contactos del Ejecutivo con ETA. Francisco Javier Zarzalejos es una persona de gran influencia ante Aznar y sus colaboradores más directos. ¿Dónde ha de situarse, pues, el nivel de autonomía de José Antonio Zarzalejos a la hora de desempeñar sus cuestiones en el frente de mando de ABC? Este es, ciertamente, el gran reto de Zarzalejos, un vasco con sentido de Estado, que puede convertir, por fin, el diario ABC en un órgano equilibrado, abierto a todas las opciones que erradique el muy presente aún alma ultramontano – con nombres y apellidos cotidianos – y que sitúe el diario en una lógica homologable a lo que en Barcelona es LA VANGUARDIA o en Bilbao EL CORREO.

¿Será posible que se produzca el milagro? Difícil misión, en este sentido, la de Zarzalejos. La voracidad del PP respecto a los medios de comunicación es insaciable. Se está viendo en ONDA CERO con ministros en la presentación de los programas de esta temporada y sin que se haya registrado el más leve indicio de rectificación en el caso Otero. La periodista ha señalado que su verdugo fue Pedro Antonio Martín Marín, menudo centrista, con la complicidad de Sáenz de Buruaga. Todo esto lo ve hasta un ciego, por mucho que el coro aznarista se esfuerce estos días por minimizar el asunto. El artículo de Alfonso Ussía el pasado 10 de septiembre era de vergüenza ajena. Con su reaccionaria ironía, que tanto agrade a las gentes de Serrano y alrededores, Ussía se burlaba de los apoyos recibidos por Julia Otero: una nueva ONG ha irrumpido en el panorama social de España. Me refiero a la ONG ‘Los amigos de Julia Otero’ (…) La tragedia consiste, sencillamente en que una empresa privada no se ha considerado obligada a renovarle el contrato laboral de colaboración”.

Ussía silencia que por cierto esa misma empresa privada – describir así a Telefónica resume a la perfección el altísimo grado de cinismo de este petimetre de las letras – lo mantiene a él en el programa de Luis del Olmo, en su nómina, al lado de otro monárquico de pitiminí como Antonio Burgos – entre EL MUNDO y ÉPOCA – y del histórico falangista Jaime Campmany: el trío de ases de la ONDA CERO gubernamental. En todo caso el convenio de cooperación suscrito entre ANTENA 3 TV y EL MUNDO – ambas empresas protegidas por el mismo paraguas telefónico – garantiza que el acreditado periodismo de investigación que impulsa Pedro j. Ramírez se difundirá a través de la pequeña pantalla. Suma y sigue.

Luis G. Del Cañuelo

Historia de ABC

Víctor Olmos

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Entre las personas del Gobierno con quien más cómodo se encuentra Fernández-Cuesta está el catalán Josep Piqué, de quien fue segundo cuando éste era ministro de Industria. Charla con él y le hace ver que está buscando a alguien para dirigir el periódico. Fernández-Cuesta no pretende, ni mucho menos, que el Gobierno le sugiera el nombre del director de ABC, pero tampoco le gustaría elegir a alguien que pudiera resultar incómodo a aquel.

Se barajan dos nombres, el de Federico Jiménez Losantos y el de José Antonio Zarzalejos. El primero es columnista del periódico y tertuliano radiofónico de gran renombre. Es un liberal de pluma afilada (venenosa según sus oponentes) próximo a la ideología del PP, que ha escrito en ABC las más feroces y más comentadas diatribas contra el Gobierno anterior del Partido Socialista. Zarzalejos es un vasco antinacionalista, que en esos momentos es director editorial del Grupo Correo, cuyo buque insignia, EL CORREO Español-EL Pueblo Vasco, él mismo había dirigido.

Ambos candidatos parecen ser aceptables política e ideológicamente, pero pronto se sabe que al Gobierno de la nación le encanta Zarzalejos, cuyo hermano gemelo, Francisco Javier, es secretario general de la Presidencia del Gobierno y brazo derecho de Aznar en la lucha antiterrorista. Dos y dos son cuatro: la candidatura de José Antonio Zarzalejos gana puntos a la velocidad de un Ferrari. Por otra parte, la personalidad y la trayectoria del vasco son intachables y encajan perfectamente en el estilo de ABC. Es joven, de 45 años, escribe con contundencia y es persona, a juicio de los que le conocen, equilibrada y sensata”.

De la Noche a la Mañana

Federico Jiménez Losantos

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El 9 de septiembre, apenas comenzado el curso radiofónico y político, Alemán fue relevado al frente de la dirección de ABC por José Antonio Zarzalejos, un hombre hecho en todos los escalones del Grupo Correo y que contaba con el nada despreciable aval de su hermano – otro de los enviados de confianza de Aznar a tratar con ETA – fuera secretario general de la Presidencia del Gobierno. La primera entrevista como nuevo director se la hice yo en La Linterna y en términos de simpatía peligrosamente cercanos al compadreo. Zarzalejos insistió varias veces en lo mucho que nos apreciaba a Luis Herrero y a mí desde que coincidimos en la Hora Cero que dirigía Balbín en ANTENA 3 RADIO. Y, por supuesto, en la colaboración que esperaba desarrollar desde Prensa Española con la COPE, en nuestra común identificación con un ideario liberal-conservador y una clara idea de España. El no va más de la cordialidad y el afecto.

Con esta entrevista, que muchos entendieron como el espaldarazo a Zarzalejos de quien podía disputarle el puesto quedó aventada una de las serpientes del verano de 1999 más oficialmente pertinaces: que yo debía ser el próximo director de ABC.

Tras hacerle el impagable favor de presentarlo como uno de los nuestros en la COPE para la mayoría de lectores de ABC que nos oye a diario, me incorporé de inmediato a la tarea para la que me habían contratado: escribir la columna, participar semanalmente en el Consejo Editorial y favorecer la óptima relación entre las dos empresas para las que, desde julio, trabajaba.

Las discusiones semanales en el Consejo Editorial, el tiempo que duraron, tenían tres partes: el debate propiamente dicho, el discreteo posterior y, a menudo, el almuerzo en ABC. En el Consejo se dibujaron de inmediato dos bancos: el tridente liberal de Recarte, Marco y yo, frente a la triada antiliberal y democristiana liquidacionista: Dario Valcárcel, Días-Amborna (que defendía las mismas tesis que su amigo y subvencionado Tusell en EL PAÍS) y, para gran sorpresa nuestra, Gabriel Cisneros, que pese a haber sido víctima del terrorismo etarra (o tal vez por eso) defendía uqe había que llevarse bien y no pelear demasiado a cara de perro con el PNV y mucho menos con Pujol. La sumisión al nacionalismo

ABC, Vocento y la derecha

José Antonio Zarzalejos

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Cuando llegué a ABC me di de bruces con un periódico y una empresa sumidos en una profunda crisis de identidad y desconcierto. Nemesio Fernández-Cuesta me había ofertado en julio la dirección del diario ‘para no antes del mes de diciembre’ pero a la vuelta de las vacaciones de agosto de 1999 me urgió a que, de inmediato, me incorporase. Lo hice el 10 de septiembre con una precipitación que en el Grupo Correo se interpretó con injusticia severidad, sabedores su responsabilidades del hartazgo de la situación profesional en la que entonces se encontraba.

El verano había sido para ABC una verdadera sangría: sus ventas habían disminuido y su reputación se había visto cuestionada. A penas si lograba reunir 56 páginas acogiendo temas sin calado, con escaso latido informativo y mínimo nervio editorial.

Sin embargo el desafortunado diseño de Milton Glaser no era la dolencia más grave del casi – por aquel entonces – centenario periódico. Guillermo Luca de Tena había cedido un año antes la presidencia ejecutiva del Consejo a su sobrino, Nemesio Fernández Cuesta, hijo de su hermana María Victoria, e investido como editora a su hija mayor, Catalina. Su abandono de la gestión de la Compañía coincidió con la ‘traición’ – así se decía en la Casa – de Luis María Anson, quien, después de haber dirigido el rotativo durante quince años decidió cruzar la acera y fundar con Antonio Asensio – luego haría la travesía con José Manuel Lara, al que abandonó por Julio Ariza, para terminar pleiteando con el dueño de Intereconomía – lo que dijo iba a ser un verpertino que se convirtió en un matutino generalista clónico de ABC, al que copió hasta los aspectos más evidentes del carísimo diseño que Glasser había ocnfeccionado para Prensa Española: LA RAZÓN. El nuevo periódico se nutrió además de profesionales de ABC, que él mismo y alguno de sus más íntimos colaboradores – el ahora recuperado columnisata de ABC, Tomás Cuesta – reclutaron con resultados desiguales. El nuevo rotativo estaba en la calle en noviembre de 1998. Y tuvo un buen arranque en el mercado.

El mal profundo que afectaba al periódico consistía en definitiva, en una ausencia de diagnóstico general, porque todas sus referencias se habían volatilizado: su presidente, Guillermo Luca de Tenal se había retirado: el sempiterno director, Luis María Anson, les abandonaba, sus signos externos – formato y diseño – cambiaban; parte de su Redacción se afanaba en un proyecto editorial que le agredía, y desde 1996 gobernaba una derecha democrática, con el apoyo de los nacionalistas catalanes, e inicialmente también de los vascos, para que ABC no resultara ni el único ni el principal referente mediático.

Nemesio Fernández Cuesta era un tipo muy perspicaz, con sentido de la anticipación y grandes dosis de pragmatismo. Por eso, no dejó de consultar su salto al sector privado al mismo presidente del Gobierno, José María Aznar, que no le puso reparo alguno.

Defendió mi candidatura a la dirección de ABC, garantizándose las mejores bazas para que prosperase – mi nombre concurrió con otros como el de Federico Jiménez Losantos – pero obtuvo una aceptación muy general, incluyendo la de Catalina Luca de Tena.