21 noviembre 1923

Nuevo conflicto entre ABC y EL SOL: Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio acusa a Nicolás María de Urgoiti Achúcarro de falsificación documental

Hechos

El 21.11.1923 el periódico ABC acusó a D. Nicolás María de Urgoiti Achúcarro de falsificación documental.

Lecturas

El Sol y La Voz acusan al propietario de ABC de D. Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio de beneficiarse de subvenciones de manera irregular, el ABC responde acusando a D. Nicolás María de Urgoiti Achúcarro, presidente de La Papelera y dueño de El Sol y La Voz de haber cometido un delito de falsificación documental durante la disputa por El Imparcial con D. Ricardo Gasset Alzugaray. El Sr. Urgoiti Achúcarro demandará al Sr. Luca de Tena Álvarez-Ossorio por calumnias.

El Director de la Papelera falsifica un documento público

ABC (Director: Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio)

21-11-1923

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No tenemos la costumbre de inventar falsedades ni de falsificar documentos, y, por tanto, no podemos competir en este terreno con el Sr. Urgoiti. Pero para que el público de ABC conozca de una vez la honorabilidad y los procedimientos que emplea en sus discusiones este personaje, vamos a reproducir una de sus afirmaciones, poniendo a continuación nuestra respuesta.

 

“Hemos demostrado que ABC aumentó su cupo artificiosamente para cobrar el anticipo, no sobre el 80% de su consumo real, sino sobre la totalidad del papel invertido, yendo en contra de la letra y del espíritu de la ley. Por cierto que, furioso por este descubrimiento que hemos demostrado al público, lanza todo contra sus compañeros a quienes cree capaces de adoptar sus procedimientos para ahorrarse algunos centenares de miles de pesetas”.

Todo esto se ha permitido decir que nosotros el Sr. Urgoiti, sin probarlo naturalmente. He aquí nuestra respuesta:

Todos los periódicos habían aumentado sus tiradas durante los primeros años de la guerra, y teniéndolo así en cuarto: ‘Dicho auxilio se limitara al ’80 por ciento’ de la cantidad de papel que cada periódico tiene acreditada en el ministerio de Hacienda, como máximun a que puede llegar o a igual proporción del a que demostrasen haber gastad durante los cuatro primeros meses de 1918.

La comprobación del papel empleado en la tirada de cada diario, para deducir en vista de este dato, el 80% a que se refiere el párrafo anterior se practicará por el ministerio de Hacienda’.

A imitación de lo hecho por la mayoría de los periódicos, solicitó ABC de acuerdo con lo dispuesto en el citado artículo cuarto, una revisión de su tirada durante los cuatro primeros meses de 1918, y dos inspectores del ministerio de Hacienda, según consta en acta firmada que obra en nuestro poder fijaron nuestro consumo de papel.

La prueba más elocuente que además de la citada acta podemos aducir de la infamia que comete el Sr. Urgoiti afirmando que hemos tratado de defraudar al Estado figurando para recibir papel con anticipo un consumo que no teníamos, podríamos hacerla con las facturas de la propia Papelera, pues en ellas consta el papel que gastamos en los citados años.

En el oficio que el director del Tesoro nos comunicaba el cupo de consumo, se lee lo siguiente: “Vista el acta levantada en el domicilio del periódico que al margen se expresa y de conformidad con lo dispuesto en la regla II de las dictadas para la ejecución de la ley del 29 de julio de 1918, esta Dirección general ha fijado a dicha publicación el consumo medio anual de papel en 3 millones 919.656 kilogramos’.

Esta cantidad de kilos de nuestro comprobado consumo debía reducirse al 80% por lo que sólo teníamos derecho al anticipo sobre 3 millones 135.652 kilos.

En los últimos meses de 1918 y durante el año 1919 gastamos aproximadamente los citados kilos, pero sin alcanzar el cupo, y no así en 1920, que, por haber aumentado nuestra tirada, el consumo de papel alcanzó a 3 millones 499.292 kilos; o sea una cantidad de papel superior al cupo fijado de 363.640 kilos que tuvimos que adquirir sin anticipo.

El público se preguntará: Pues sabiendo esto el Sr. Urgoiti, y por las mismas facturas de La Papelera, ¿cómo se atreve a afirmar lo que le consta que es falso? Porque el Sr. Urgoiti, decimos nosotros, no repara en falsificar lo que le conviene para conseguir sus propósitos, como lo demuestra el siguiente hecho:

Cuando quiso apoderarse violentamente del periódico EL IMPARCIAL falsificó un acta. El abogado de dicho periódico, extrañándole lo que en el acta se afirmaba, tuvo la clarividencia de preguntar en la Casa de la Moneda la fecha en que se había vendido el papel sellado y numerado en que el acta estaba extendida, y resultó que dicho pliego no se había puesto en venta hasta varios días después de la fecha en que el acta aparecía extendida y firmada por el señor Urgoiti.

El abogado de EL IMPARCIAL presentó entonces la correspondiente denuncia ante el Juzgado. El Sr. Urgoiti, cogido in fraganti delito de falsedad y temiendo ir a la cárcel, cedió en sus pretensiones de apoderarse violentamente de EL IMPARCIAL y, valiéndose de sus amigos ‘del antiguo régimen’, consiguió esquivar el proceso.

Quien se atreve a falsificar un documento público para despojar a sus legítimos dueños de un negocio ¡de que no será capaz!

¿Conocían los accionistas de La Papelera Española este rasgo de honradez de su director?

Queda contestado el Sr. Urgoiti como se merece, ya que, a sabiendas de que decía una falsedad, no ha dudado en querer deshonrarnos afirmado que había

Y como no estamos dispuestos a seguir dialogando con quien ha cometido tan feo delito, en lo sucesivo nos limitaremos  a contestar al director de La Papelera con la violencia que se merecen los hombres descalificados.

 

RUEGO DEL SEÑOR URGOITI AL DIRECTORIO

Nicolás de Urgoiti Achúcarro

22-11-1923

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Excelentísimo señor presidente del Directorio militar:

Don Nicolás María de Urgoiti, mayor de edad, ingeniero de Caminos, vecino de Madrid, con cédula personal que exhibo y recojo, a V. E. respetuosamente expongo: Que me veo en la necesidad de molestar su respetabilísima atención sometiéndole un caso de orden político y jurídico que se me presenta en un momento en que necesito defender mi honor.

El periódico ABC, en el número correspondiente al día 21 de este mes de noviembre, página 11, columna tercera, informa de un modo terminante y con epítetos injuriosos que yo, como director de La Papelera Española, falsifiqué en cierto tiempo un acta. No necesito explicar a V. E. la realidad de lo sucedido entonces, porque no trato de defenderme ni de mover el juicio de V. E. respecto a mí en ningún sentido. Bástame afirmar que la imputación es falsa, totalmente falsa, absolutamente falsa e irremisiblemente falsa.

El articulista, por consiguiente, me calumnia. Pero lo hace con tal falacia, que me invita a acudir a los Tribunales para perseguirlo, amenazándome con que demostrará la verdad de su aserto. Yo estoy, en efecto, dispuesto a querellarme por calumnia, no por lo que en realidad me importan las imputaciones de ese género, sino porque parecería mal que no acudiera a los Tribunales cuando expresamente se me requiere para ello, diciéndome que hay ánimos para probar el ataque que se me infiere. Pero es el caso que en esta ocasión, como en tantas otras, se declara autor del agravio. D. Torcuato Luca de Tena, senador vitalicio, propietario y director de ABC. Ya era bastante favorecido su trato en el régimen político ordinario, pues no se podía proceder contra él sino acudiendo al Tribunal Supremo pidiendo que éste elevase al Senado suplicatorio para procesarlo, y aguardando pacientemente a que la Cámara resolviese; pero, al fin y al cabo, entonces existía tal Cámara, y, aun en el supuesto de estar disuelta, podía contarse con que volvería a constituirse en un plazo determinado.

Una corriente de necesidades públicas, que V. E., ha interpretado como ha juzgado mejor para el interés del país, lo ha llevado a disolver las Cámaras y anunciar que ninguna prisa corre la convocatoria de nuevo Parlamento, y que habremos de pasar sin él un espacio de tiempo indefinido. De manera que en este momento la inmunidad de los senadores vitalicios es indefinida también, y resulta tanto más irritante cuanto que no hay otros representantes del país, mejor o peor elegidos, que puedan alegar la misma situación de privilegio; por donde se viene en consecuencia de que el trato de favor no está acordado sino en provecho personal y exclusivo de un par de centenares de señores, que, al amparo de tan extraña situación, pueden delinquir a mansalva.

Muy cándido sería yo si, aceptando la invitación que mi calumniador me hace, perdiese el tiempo emborronando pliegos de papel de oficio para pedir un procesamiento que, hoy por hoy, nadie puede dictar, y que ha de estrellarse ante la argucia de aquella inmunidad. Quizá por esto ha habido la valerosa decisión de calumniarme. Si quien lo ha hecho supiera que tenía que responder ante un Tribunal de justicia, como me ocurre a mí y a todos los demás ciudadanos, acaso hubiera experimentado un substraendo su temple heroico.

Pero como no es justo que yo y cualquiera persona que se encuentre en mis circunstancias tropiece con la imposibilidad absoluta de pedir justicia, por n haber quien se la pueda administrar, entiendo que mi caso personal viene a adquirir la categoría de cuestión políticoojurídica, y que al pedir caminos por donde encuentre mi agravio la satisfacción judicial necesaria no abogo en mi personal provecho, sino que planteo una cuestión que importa a todos cuantos, como yo, puedan ser algún día víctimas de delitos perpetrados por cualquiera de los doscientos españoles que han venido a quedar por encima de todas las leyes y de todas las potestades.

Por lo expuesto

Suplico a V. E. que, tomando en consideración estas manifestaciones, se sirva dictar la resolución que estime ajustada a derecho, para que puedan responder judicialmente de su conducta los senadores vitalicios mientras las Cortes atraviesan la situación excepcional en que ahora, y por plazo indefinido, se encuentran. Es de justicia.

Nicolás María de Urgoiti

COMUNICADO DE TORCUATO LUCA DE TENA

Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio

22-11-1923

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En documento publicado ayer, el señor Urgoiti ha pedido al Directorio militar que decrete la supresión de la inmunidad de que siguen gozando los senadores que forman la parte no disuelta del Senado de ABC, Sr. Luca de Tena.

El Sr. Luca de Tena, que ya estaba dispuesto a facilitar por todos los medios la acción judicial a que ha invitado al Sr. Urgoiti, compareciendo a todas las diligencias y respondiendo a todos los llamamientos, declara públicamente, por estas líneas, su conformidad absoluta con la reclamación del Sr. Urgoiti. Entiende que es perfectamente realizable la supresión de la inmunidad. Y si el Directorio creyera más llano limitar su resolución el caso particular de que se trata, el Sr. Luca de Tena, anticipando aquí en absoluto asentimiento a la medida con la solemne renuncia de su derecho a la inmunidad, suprime el único obstáculo que puede encontrar el Directorio para una disposición asilada.

De este modo no quedará la menor excusa para que el Sr. Urgoiti deje de acudir adonde le hemos emplazado, con el propósito de probar lo siguiente:

1 – Cuando en junio de 1917 intentó el Sr. Urgoiti apoderarse del periódico EL IMPARCIAL, para justificar su supuesto carácter de presidente de la Sociedad anónima del mismo nombre, adujo un acta de una sesión que decía haberse celebrado el 25 de mayo de aquel año.

2 – Este acta apareció extendida en dos pliegos de papel de undécima clase, números 5.257.186 y 5.257.187, los cuales resultó que habían sido vendidos en 1 de junio, es decir, seis días después de la fecha en que aparecían escritos. El hecho quedó probado por certificación de la Compañía Arrendataria de Tabacos. Los pliegos se habían extendido en un estanco situado al lado de las oficinas de La Papelera en la calle de Fernando VI número 2.

3 – El Sr. Urgoiti publicó extractos de esa extraña acta en todos los periódicos, y la transcribió casi íntegramente en una escritura pública, que otorgó ante el notario Sr. Turón, en 5 de junio del mismo año, atribuyéndose el carácter de presidente de la Sociedad anónima EL IMPARCIAL.

4 – El abogado de EL IMPARCIAL pidió que se dedujese el tanto de culpa ante el Juzgado de instrucción correspondiente, incoándose sumario con ese motivo.

5 – El director de EL IMPARCIAL negó que se hubiese celebrado la supuesta sesión de 25 de mayo.

He aquí nuestras acusaciones terminantes. Sobre ellas puede fácilmente el Sr. Urgoiti basar la querella que anuncia.

A nosotros nos tocará probarlas, y lo haremos hasta la evidencia.