9 enero 1989

CANARIAS 7 acusa a Javier Moll de Miguel, Guillermo García-Alcalde y Lorenzo Olarte de querer controlar Canarias

Nuevo enfrentamiento entre la prensa de Canarias entre LA PROVINCIA (Prensa Ibérica) y CANARIAS 7 por la Caja Insular

Hechos

El 9 de enero de 1989 el periódico Canarias 7 publicó un editorial denunciando que había una maniobra de ‘poderes económicos extraños a Canarias, quieren  gobernarla’.

Lecturas

El enfrentamiento entre el presidente del Gobierno de Canarias, D. Lorenzo Olarte Cullén (CDS) y el presidente de la Caja Insular, D. Juan Francisco García González tiene su reflejo en los medios de comunicación.

Los periódicos Diario de Las Palmas y La Provincia (ambos del Grupo Prensa Ibérica de D. Javier Moll de Miguel, afín al Sr. Olarte Cullén) son la punta de lanza contra la continuidad de García González al frente de la caja de ahorros de Canarias mientras que el periódico Canarias 7, propiedad precisamente del Sr. García González, repitiendo la situación de 1983, con la diferencia de que ahora el presidente de Canarias aparece como el principal instigador de la campaña contra García González  llegando a celebrarse un debate entre Olarte Cullén y García González en la TVE de Canarias.

El 2 de enero de 1989 el periódico  Diario de las Palmas publica un amplio reportaje en el que denuncia que ‘un grupo de presión pretende acabar con Olarte sin darle la más mínima tregua’. Este grupo de presión estaría liderado por D. Juan Francisco García desde la Caja Insular. La portada de La Provincia, periódico dirigido por D. Melchor Fernández Díaz, del 8 de enero de 1989 recoge la petición de dimisión al Sr. García pedida por el partido del presidente canario. 

El 9 de enero de 1989 el periódico Canarias 7, dirigido por D. José Luis Torro Mico,  propiedad del presidente de la Caja Insular publica un editorial («Los mismos perros») y un reportaje («Poderes Económicos extraños a Canarias nos quieren gobernar»)  denunciando que había una maniobra de extranjeros que querían controlar el archipiélago en referencia al presidente del grupo Prensa Ibérica, el catalán Francisco D. Javier Moll de Miguel, su principal periodista el asturiano D. Guillermo García-Alcalde Fernández y el presidente de Canarias D. Lorenzo Olarte Cullén, nacido en Galicia, definido como un grupo ambicioso que actuaba como una banda desde 1978 y justificando la creación de Canarias7 en 1982 precisamente para que siguiera habiendo un medio autóctono canario que hiciera frente a los medios ‘de fuera’.

09 Enero 1987

LOS MISMOS PERROS

CANARIAS 7 (Editor: Juan Francisco García González)

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Quienes defienden la tesis del sentido cíclico de la historia tendrán en las actuaciones de la troika que forman el catalán Javier Moll, el gallego Lorenzo Olarte y el asturiano Guillermo García, una prueba a su favor. Asistimos otra vez, sin sorpresa y sin temor, a un nuevo capítulo de una historia y una histeria que estos tres personajes pretenden escribir para su personal beneficio y a costa de los intereses de Canarias. Rizando el rizo, volviendo sobre sus pasos, la troika ha diseñado una nueva estrategia que, por sus primeras manifestaciones, es tan vieja como la de 1983.

Los lectores más jóvenes de CANARIAS 7 y aquellos que se han incorporado a nuestra sociedad en años posteriores, tal vez desconozcan algunos aspectos de este asunto que ya se planteó en iguales términos y por los mismos personajes hace casi seis años. Y el problema no es otro que el desmedido afán de controlar desde su poder informativo a la sociedad canaria.

El catalán Javier Moll, que pasó de oscuro empleado de banca a ser propietario de Prensa Canaria gracias a los oficios de Lorenzo Olarte, que se convirtió en accionista de la empresa, aunque posteriormente vendiese sus acciones por 30 millones de pesetas, intentó hacer un trípode desde el que dominar para su capricho personal y querencias a Canarias toda. Poco faltó para que sus planes se alcanzasen. Primero con la compra a precio de saldo de un periódico hasta entonces en manos canarias como era LA PROVINCIA. Después con la puesta en marcha del Banco de las Islas Canarias. Ya tenía los dos soportes. Faltaba el tercero, el poder político, que reservaba para Lorenzo Olarte, pero que éste no materializó por la crisis hacia la que caminaba la UCD, pero no por ello consideraba irrenunciable la conquista de los tres poderes con los que hacer y deshacer a su antojo en Canarias.

En los planes de este trío formado por un catalán, un gallego y un asturiano no figuraba el que un grupo de empresarios y profesionales liberales de esta tierra, hartos ya del monopolio asfixiante al que condenaba Prensa Canaria decidiese poner en marcha CANARIAS7. A partir de octubre de 1982, año en que comienza su andadura informativa nuestro periódico, estos tres personajes, nacidos lejos de Canarias, y sólo preocupados por ella en la medida en que fuese rentable a sus intereses, iniciaron una batalla con tal de frenar la imparable expansión de CANARIAS7.

Bien pronto comenzaron las escaramuzas, incluso antes de que éste periódico viese la luz, negándome a insertar publicidad relacionada con su nacimiento. Y después, todo un rosario de actuaciones puntuales que se contabilizan por fracasos a la vista del imparable crecimiento de CANARIAS7. Esa tenacidad y constancia puesta al servicio de tratar de impedir el pluralismo informativo, no ha servido para nada más que para e incordio, la bobería, la envidia y los cielos.

Y llegamos a este nuevo episodio. Aun siendo los mismos perros, los protagonistas han dispuesto de nuevos collares, uno de los cuales han colocado a una parte del CDS grancanario, que se ha prestado a oficiar de mamporrero. Los inspiradores deben sentirse satisfechos por la complicidad de una mínima parte de un partido político como el CDS que en estos momentos preside el Gobierno de Canarias. Muchos militantes centristas, por el contrario y así nos consta, se sienten apesadumbrados por el papelón que Olarte les ha adjudicado en esta ópera bufa y ya hablan de la patrimonialización que el presidente del Gobierno hace del CDS para contrarrestar los efectos de una serie de informaciones puntuales que sobre sus negocios ha venido ofreciendo este periódico.

El affaire inmobiliario, descubierto precisamente por el periódico LA PROVINCIA, desapareció de sus páginas una vez Olarte comprobó que esas informaciones tanto podrían perjudicarle. Y el periódico de Moll-García Alcalde, una vez más, se prestó a los manejos e intereses de Olarte. Calló por completo y mantuvo un sospechoso silencio, hasta que vieron de nuevo a Olarte en posición ganadora gracias el equívoco apoyo de Suárez y Caso que lo impusieron como candidato a la presidencia de Canarias. A partir de ese momento el periódico del catalán Moll varió de estrategia. Su dueño retomó una vieja acariciada idea: la de volver a controlar el Banco de las Islas Canarias, que parece perdió por imposición de una institución de la Plaza de Cibeles, manipulación de una institución de la Plaza de Cibeles, manipulando la información desde sus periódicos y con un Olarte al frente del Ejecutivo canario, pensó en la posibilidad nunca olvidada de imponer sus criterios en Canarias. Pero una vez más ese pretendido monopolio informativo tropezaba con la actitud crítica de CANARIAS7, periódico en el que, por cierto, fracasaron los intentos de control ejercidos por Olarte y sus satélites. Así pues cuando se las prometían muy felices, una vez más esa hegemonía se vio truncada.

Hay más que contar, y días tenemos por delante para hacerlo. Vaya de momento nuestro repudio a quienes aspirando a convertir a nuestra tierra en una masía o en un pazo en el que poder hacer y deshacer a su antojo, no dudan en tergiversar y confundir la realidad de una sociedad como en INFORCASA, editora de CANARIAS7, que a través de su Consejo de Administración y de su Redacción, profesional e independiente, una vez más, reivindica su derecho a informar libre y responsablemente.

Fue ese objetivo de garantizar los principios fundacionales de CANARIAS7, que recogían la conveniencia de que ningún accionista pudiera dominar la sociedad, con el fin de garantizar la independencia y el pluralismo informativos, por lo que un grupo que incluye a la mayoría de los accionistas, constituyó una sociedad capaz de salvaguardar aquellos principios fundacionales del periódico. Objetivos éstos del todo opuestos a aquellos con los que mediante insinuaciones y falsas imputaciones, una parte del CDS ha pretendido tergiversar la realidad de INFORCASA/CANARIAS7. Su Consejo de Administración y su Redacción, reafirmamos que, sin vínculos, ni ataduras a nada que no sea nuestra tierra y nuestras gentes, seguiremos informando y opinando y lo haremos con acento canario, como lo hemos hecho desde que nacimos.

CANARIAS7

LOS ATAQUES DE CANARIAS7 y LORENZO OLARTE

Guillermo García Alcalde (Directivo Prensa Canaria - Prensa Ibérica)

Declaraciones a La Hemeroteca del Buitre (2020)

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Pasó por muchos altibajos la relación entre Olarte y Juan Francisco García González, que le nombró – como presidente que era del Cabildo Insular y  de la entidad bancaria – director general de la Caja Insular de Ahorros de la que, hasta ese momento era jefe de Informática. Olarte había sido  abogado de EDITORIAL PRENSA CANARIA en la etapa anterior a Javier Moll y trató de seguir vinculado a su Consejo en la nueva etapa. Más allá de las acciones que recibió por sus servicios en la compraventa, muy pronto vendidas a EDITORIAL PRENSA CANARIA por su propia voluntad,  no tuvo entonces más relación con la empresa que la de su amistad con Guillermo García-Alcalde, generosamente secundada por Moll.

Al concluir su etapa madrileña en el entorno de Adolfo Suárez y UCD, regresó a Las Palmas. Intentó recuperar su influencia política completamente convencido de que no lo lograría sin tener  su servicio un media de comunicación influyente. Al  no lograrlo con LA PROVINCIA, dada la imparcialidad de este medio, vocacionalmente apolítico, se volcó con Juan Francisco García González, su antiguo “pupilo”, que proseguía dirigiendo la Caja Insular. El proyecto de  CANARIAS7, aún dudoso, recibió con el apoyo del político el impulso final y apareció a finales de 1982.

El  carácter neurótico y desconfiado de García  cambiaba de horizonte de manera constante, y su ignorancia de una mínima deontología de la comunicación  convertía  sus ataques a LA PROVINCIA en libelos desesperados. Por razones no precisadas, pronto comenzó a hacer lo mismo con Olarte, que vio frustrada  querencia de un periódico a su servicio. EDITORIAL PRENSA CANARIA nunca supo si Olarte participaba en la redacción de aquellos miserables artículos, pero lo cierto es que no quiso o no pudo evitarlos. Más aún, cuando García viró contra él, los denuestos eran mucho más ofensivos.

La dirección de la Caja era usada por García para financiar las promociones del periódico llegaron a tales niveles de gasto que, además de no ser rentables en audiencia, debilitaban la Caja, ya en decadencia.

García fue cesado de la noche a la mañana por un Cabildo ya democrático, y redobló sus improperios, con el añadido de utilizar anónimos amenazadores de autoría inconfundible.  Fueron años desagradables para todos, pero los resultados de EDITORIAL PRENSA CANARIA crecían en cada ejercicio.

En uno de los intervalos de reativa bonanza, Olarte cayó candorosamente en la trampa, urdida por García, de hacer con él un coloquio en  directo para la TV canaria, que provocó por su tono violento mucha verguenza ajena. Ambos quedaron a muy bajo nivel, pero es difícil recordar si dijeron algo memorable màs allá de los improperios.

De esta actitud ha querido vivir C7, con el resultado de que está en venta. Los señores Moll y García-Alcalde que, en unión de Olarte, fueron calificados por dicho diario de “asediar Canarias”,  probablemente piensan que esas palabras han sido las más leves y amables que les dedicó García. El motivo de la difusión era recurrente,  pero el odio y la envidia de un descerebrado, que ya lleva mucho tiempo sin aparecer en público, es lo único que puede explicar su sufrimiento.

Finalmente es falso que EDITORIAL PRENSA CANARIA haya apoyado a Olarte  en su acceso  a la Presidencia de Canarias. Era vicepresidente cuando una moción de censura desplazó al titular, Fernando Fernández, y Olarte, pasó estatutariamente a ocupar el cargo. Una carambola que hizo posible la histórica creación de la Universidad de Las Palmas, hecho más destacado de los dos años y  medio de presidencia olartiana. Con Fernàndez, tinerfeño y profesor de La Laguna, esto era insoñable.