23 octubre 1956

Destrucción de símbolos comunistas por todo el país

Revuelta anti-comunista en Hungría: El aperturista Imre Nagy es restituido como primer ministro para calmar a la población

Hechos

  • El 23.10.1956 Imre Nagy fue restituido de su cargo como primer ministro de Hungria.

Lecturas

LAS MEDIDAS APERTURISTAS DE NAGY

– Supresión de la dictadura comunista

El 30.10.1956 el primer ministro Imre Nagy anunció la supresión de la dictadura comunista de partido único (Partido Socialista Obrero Húngaro) que sería reemplazado por un gobierno con distintas tendencias ideológicas.

El 30.10.1956 se comunicó que el dictador Erno Gerö, secretario general del Partido único hasta ese momento, había huido del país en dirección a la URSS, al igual que su antecesor Matias Rakosi.

El 01.11.1956 Imre Nagy anunció la salida de Hungría del Pacto de Varsovia, la alianza militar con la URSS y proclamó la neutralidad internacional del país.

ACTOS ANTICOMUNISTAS POR CIUDADES DE HUNGRIA

1956_simboloscomunistas Desde numerosas ciudades húngaras se han realizado manifestaciones y actos en los que se retiraba la simbología comunista de las banderas y demás símbolos nacionales del país.

¿CÓMO RESPONDERÁ LA UNIÓN SOVIÉTICA A LA PROVOCACIÓN?

Kruschev_2 El anuncio de que Hungría podría abandonar su presencia en el Bloque del Este podría causar consecuencias para la dictadura de la Unión Soviética que encabeza Nikita Kruschev y que no es probable que se quede de brazos cruzados ante la posibilidad de una baja en el Pacto de Varsovia.

25 Octubre 1956

Guerra Civil en Hungria

Torcuato Luca de Tena Brunet

(Corresponsal desde Budapest)

Leer

Imre Nagy, ex primer ministro de Hungría desposeído ‘con vilipendio’ del cargo en 1955, por titoísta volvía anoche al Poder. Lo dispuso así, según parece, el Comité Central del Partido Comunista húngaro bajo la presión del pueblo y de un número considerable de jefe y oficiales del Ejército nacional. Luego, Irme Nagy liquidaba a sangre y fuego – con tropas y aviación soviéticas – la contrarrevolución que le había llevado desde el ostracismo a la Jefatura del Gobierno. Los tanques rusos pasearon su acero y la represión por las calles de Budapest. Cazas a turbina ametrallaban a la multitud. Los caídos – cuyo número se desconoce todavía – no son ya sino elementos peligrosos al servicio de la burguesía y de intereses capitalistas, que pretendían destruir nuestra democracia popular. Rakosi, predecesor del martir en este último periodo de la historia húngara, fue acusado de la estrangulación de la economía del país; Nagy democratiza el comunismo del país asesinando al país…

En su ilusión de que les devolvieran la vieja Hungria, el azul del Danubio, los violines y los xilófonos gitanos, muchos han debido morir en estado de candor; entre sus reformas que exigían figuraba la adopción por el Ejército húngaro de los unifor de fin de siglo. La lucha ha sido feroz.

Nada de lo que haya sucedido o suceda en la tierra sometida a los sátrapas turnantes de la Unión Soviética será inútil. Se abre, por último, la cortina del desprecio a Rusia, del rencor que levanta su opresión y de la miseria que extiende. El cinturón de satélites dispuesto por el Ejército Rojo como defensa, es hoy su mayor riesgo.