27 junio 1995

Se cree que los terroristas lo asesinaron cuando intentaba escapar y optaron por ocultarlo para poder cobrar igualmente el dinero

Terroristas del GRAPO secuestran a Publio Cordón y lo hacen desaparecer pese a cobrar los 400 millones del rescate

Hechos

El 26.06.1995 desapareció tras salir a hacer ‘footing’ D. Publio Cordón.

Lecturas

LOS CRIMINALES

Cuadra_Ortin_Concepcion  Los terroristas Enrique Cuadra, José Ortín y Concepción González formaban el comando que hizo ‘desaparecer’ a D. Publio Cordón a cambio de dinero.

EL CEREBRO

Silva_sande  El dirigente de la organización terrorista Grupo Revolucionario Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) fue quien ordenó a los criminales Cuadra, Ortin y González que secuestraran al Sr. Cordón.

 

07 Julio 1995

Los GRAPO vuelven a secuestrar diecinueve años después

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Los GRAPO han reaparecido y, además, han dado un inquietante salto cualitativo. En una carta enviada desde París al periódico «Heraldo de Aragón» han reivindicado el secuestro del empresario Publio Cordón, que desapareció en las proximidades de su domicilio zaragozano, el pasado 27 de junio. En la misiva, los terroristas acusan a la Policía de confundir a la familia con «falsas hipótesis» y justifican el secuestro con el surrealista argumento de que las empresas de Publio Cordón «tenían el proyecto de participar en la privatización de la Seguridad Social». Se trata de la primera actuación de estas características en casi diecinueve años, desde que, en diciembre de 1976, los GRAPO secuestraron a Oriol y Villaescusa. El grupo terrorista ha pasado de los palos de ciego y de los atracos, pequeños, mal planeados y aislados, al secuestro de un importante empresario en busca de dinero para reorganizarse. La víctima es un self-made-man, que controla un grupo de seguros sanitarios con una facturación de 18.000 millones de pesetas, pero que atraviesa graves dificultades.

08 Julio 1995

Un viejo conocido

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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LA POLICÍA ha dado bastante credibilidad a la reivindicación por los GRAPO del secuestro del desaparecido empresario zaragozano Publio Cordón. De ser así, ha bría surgido otra vez desde las sombras este grupo terrorista nada misterios o -se sabe cuándo nació, quiénes son sus fundadores, y hay mucha documentación sobre su sangrienta trayectoria-, pero que aparece y desaparece como un Guadiana, siempre en momentos inquietantes, y al que las autoridades han dado mil veces por desarticulado. La última reaparicion de los GRAPO fue precisamente en Zaragoza, hace. unos dos años, cuando asesinaron a los empleados del furgón blindado que atracaban. Y ahora parece que vuelven a recurrir al secuestro -como hace 18 años con Oriol y Villaescusa- con el peregrino argumento de que la víctima escogida proyectaba «participar en la privatización de la Seguridad Social». Cuesta trabajo comprender que, siendo tan pocos sus integrantes y careciendo de la más mínima base social, sobreviva y tenga ahora la infraestructura para realizar un secuestro. La policía no logra controlar a unos pocos militantes sobradamente conocidos por ella.

Los GRAPO, en los que siempre han convivido móviles políticos con la delincuencia común, vuelven a la actualidad. Pero si secuestrar a alguien no es difícil, sí lo es la posterior gestión para la negociación y cobro del rescate. Esperemos que la policía demuestre algo más de eficacia en este caso y detenga pronto a sus autores. Se producirá entonces otra desarticulación de los conocidos y a la vez misteriosos GRAPO.

12 Noviembre 1995

El fantasma de Cordón

Juan Carlos Escudier

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Los escoceses no le aguantaron más. Así que dieron un toquecito al castillo de naipes de Publio Cordón y éste se vino abajo. Scottish Widows, la mutua de seguros más antigua de Escocia, el socio que había pagado 6.000 millones de pesetas por un pedazo de su imperio, Previasa, quería irse a toda costa y se deshizo de las acciones (un 40%) que poseía en su filial Previasa Vida. Fue el último mazazo.

Cordón, que se había hecho de la nada y que ahora tenía un Rolls y un avión privado, que había empezado vendiendo seguros en bicicleta con quince años y que se pavoneaba con 50 de que se iba a merendar a Maphre en un «pispas», estaba al borde del precipicio, endeudado hasta la médula y con problemas, incluso, para pagar la nómina de su cuadro médico.

En esas estaba cuando Enrique Cuadra Echeandia, Concepción González y José Ortín le introdujeron en la mañana del 27 de junio por la fuerza en una furgoneta y pusieron rumbo a Toulouse, dejando al collie, al setter y al pastor alemán que velaban el footing del empresario zaragozano compuestos y sin dueño.

En esos días, Cordón debía haber presentado las cuentas de la compañía. El acto se había retrasado. Cuadraban mal. La reorganización del grupo, incluida la fusión de tres de sus filiales -La Verdadera Previsora, La Fuencisla y Unión Médica Previsora- en una sóla -Unión Médica La Fuencisla-, la venta de activos y las desinversiones inmobiliarias no habían servido para levantar cabeza. Y lo de los escoceses, su socio extranjero, había sido la gota.

Si 1993 y 1994 fueron malos años, 1995 empezaba peor. Las autoridades se habían fijado ya en la mortecina marcha de las empresas de Cordón. En las fechas del secuestro, la Dirección General de Seguros, que había adoptado medidas cautelares con Previasa y había obligado al grupo a rendir cuentas de sus actuaciones para recuperar su solvencia financiera, estaba prácticamente decidida a intervenir la empresa y apartar a Cordón de la dirección.

De hecho, según ha podido contrastar este diario, la Dirección General de Seguros había sondeado la disponibilidad de un ejecutivo del sector, José Merlo, para que asumira estas tareas. Tiempo atrás, Merlo había recibido un encargo similar para hacerse cargo de la Nueva Mutua, hasta su venta al grupo GMF.

En declaraciones a este diario, Merlo reconoció que, desde la Administración se le había preguntado si estaría dispuesto a asumir la dirección de una empresa del sector en dificultades. «Me preguntaron si estaba libre, pero no me informaron del nombre de la empresa», aseguró.

La explicación de Previasa es radicalmente distinta. Según José Luis Lanaspa, director general adjunto, los escoceses se marcharon porque no lograron controlar la filial y vendieron su 40 por 100 al holding, en el que mantienen su 13 por ciento, así como su posición minoritaria en el Grupo Quirón. La empresa está sometida a controles exhaustivos, pero no distintos de los que sufren otras sociedades del ramo. La situación -sostiene- es saneada. El único cambio ha sido el nombramiento de un abogado de Madrid, José Ramón Rubio, como consejero delegado, para servir de nexo con la familia.

Sin restar méritos al industrial soriano -nació en Villar de Moya y se afincó en Zaragoza-, Publio Cordón se hacía notar por su audacia, por su autoritarismo, por su ostento y -así lo definían algunos interlocutores de este diario- por «ser un fantasma», y no precisamente por su capacidad para desaparecer.

Y es que Cordón, por ejemplo, presumía tanto de sus aventuras empresariales que llegaba a afirmar sin rubor que cuando abriera su oficina en Nueva York lo único que se vería en Manhattan sería el rótulo luminoso de Previasa o que las mujeres que le rodeaban eran las más guapas del mundo y parte del extranjero.

Portugal fue el botón de muestra de su obsesión por la conquista del mercado internacional. En 1988 dijo que antes del verano abriría allí sus oficinas; en 1989 explicó que negociaba su implantación en Portugal; en 1991, afirmó que había comprado una planta de un edificio en Lisboa para empezar a funcionar; en 1992 aseguró que había adquirido unas oficinas en Oporto para crear un policlínica; en 1993 justificó no haber captado ningún asegurado el año anterior por problemas de representación; ese mismo año, destacó que había presentado un plan a las autoridades portuguesas para comenzar a operar antes del mes de mayo; en la actualidad, al parecer, se le ha retirado la autorización para desarrollar en Portugal la actividad aseguradora.

Con estos antecendentes, cuando los GRAPO anunciaron en agosto su puesta en libertad tras haber recibido en París más de 300 millones en concepto de rescate y Cordón no aparecía, se dispararon las especulaciones.

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Pies en polvorosa

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Antes de confirmarse el secuestro a manos de los GRAPO, la Policía había barajado la hipótesis de que el industrial, antes sus problemas empresariales, había puesto pies en polvorosa. Se realizaron investigaciones en Luxemburgo, Suiza, Francia, Inglaterra y Centroamérica -Guatemala hizo a Cordón cónsul honorario en Zaragoza-, que se reabrieron con posterioridad porque Cordón seguía «missing» (desaparecido o esfumado).

Y es que a sus captores sólo le quedaba jurar en arameo que le habían puesto en libertad. Cuadra Echeandía llamó hasta tres veces desde el 17 de agosto para confirmar su liberación y, tras ser detenido, declaró casi implorando que le creyeran, que habían trasladado a Cordón desde Francia a Barcelona y que en el barrio de Sarriá le dijeron adiós con la mano.

En su conversación con este periódico, el portavoz de la familia Cordón, el abogado Ruiz Galbe, sólo veía dos opciones: o seguía retenido o tenía trastornadas sus facultades psíquicas, es decir, que había perdido el juicio. Sólo así podría entenderse que mantuviera en vilo a su familia sin dar ninguna señal de vida.

Negaba, además, que el empresario estuviera aquejado de un grave enfermedad. Porque el último rumor era que Cordón sufría un cáncer -de colon o de recto- en fase terminal que le había sido diagnosticado en la clínica Quirón. Lo único confirmado era que necesitaba una medicación periódica.

Desde la trágica muerte en Lleida de su único hijo varón en un accidente cuando pilotaba un ultraligero, Cordón había entrado en una fase de abatimiento, que se había trasladado a sus negocios.

El, que había llegado en 1955 al Igualatorio Médico Quirúrgico y de Especialidades (Provisión Sanitaria), que había protagonizado la expansión desde Zaragoza a la Rioja y al País Vasco, que logró ser socio en 1966, que había impulsado su conversión en sociedad anónima, que estudio Derecho y Medicina para estar a la altura de las circunstancias, que había llevado a su empresa a lo más alto, veía que todo se tambaleaba.

«Siempre me he dado cuenta de la evolución de las cosas antes de que sucedieran», decía Cordón en 1994. Es para no creerle.

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APOYO

Enésimo golpe

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La historia de los GRAPO es también fantasmal, de guadianescas apariciones y desapariciones.

La reciente captura de tres de los principales dirigentes de la banda -Enrique Cuadra, Concepción González y José Ortín- constituye el enésimo golpe de la Policía que, periódicamente, anuncia su completa desarticulación.

En esta ocasión no se ha llegado a tanto. Primero, porque dos de sus dirigentes históricos -el escurridizo Fernando Silva Sande y el considerado principal cabecilla Manuel Pérez Martínez, «camarada Arenas»- siguen en libertad, presumiblemente en Francia; y, segundo, porque la operación que condujo a la desarticulación de buena parte de su infraestructura no halló a Publio Cordón.

Los GRAPO hicieron de Francia su centro neurálgico. No es extraño que el empresario fuera trasladado durante su cautiverio a territorio galo. Y desde allí planificaron su nueva estrategia, en la que se abdica de la comisión de asesinatos y atentados mortales.

Esta parece ser la línea impulsada por el «camarada Arenas», limitada a la obtención de fondos para la supervivencia de la organización y a la realización de acciones destinadas a apoyar reivindicaciones obreras.

Por ello, la Policía dio crédito a Cuadra Echaendia cuando insistió en mantener que Cordón había sido liberado. Por eso, y porque así se recogía explícitamente en la documentación que fue incautada a los presuntos grapos detenidos.

15 Noviembre 1995

Cordón: la Policía trabaja con la hipótesis de la huida

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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¿Qué ha sido del empresario zaragozano Publio Cordón? ¿Continúa secuestrado? ¿Fue asesinado? ¿O se ha «eclipsado» voluntariamente, después de que la familia pagara parte del rescate? Todas las incógnitas siguen abiertas, pero después del testimonio ante el juez de dos de los secuestradores, la Policía trabaja con la hipótesis de que ha desaparecido por su cuenta. ¿En qué se basan? En las versiones coincidentes de los grapos Cuadra y Ortín. Primero, éstos aseguran que Cordón les pidió un DNI falso para el momento de la liberación, porque quería «permanecer un tiempo en la clandestinidad». Segundo, después de que los terroristas negociaran con la familia el rescate, Cordón escribió una carta a su mujer advertiéndole que tardaría unos días en hacer pública su liberación. Además, resulta llamativo que los familiares hayan rehusado reunirse con los responsables de Interior, tras la detención de los secuestradores. De hecho, la Policía investiga el entorno de Cordón y su posible presencia en Centroamérica – según ha podido saber EL MUNDO- a donde podría haber huido, acuciado por los graves problemas económicos de sus empresas.

20 Febrero 1996

El extraño secuestro

Alfonso Rojo

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Enfrente, demudada, con los cristales de las gafas empañados por las lágrimas que asomaban en sus ojos, estaba Benita Munilla. En las arrugadas manos, con las yemas de los dedos como si temiera estropearla, sujetaba una fotografía de su hijo, en la que Publio Cordón aparece casi de perfil, con la boca ligeramente entreabierta y el aire atento.

Sin moverse, como si escuchara su propia voz en una cinta magnetofónica, la mujer comenzó a recitar: «Publio, hijo mío, hace doscientos días que estás en cautiverio; vas a ser abuelo y yo, por primera vez bisabuela; me siento mayor y tengo muchas ganas de verte, de sentirte, de abrazarte; tu no has hecho nada malo a nadie; ven pronto, te necesito…».

Han transcurrido ya 50 días desde que Antena 3 TV-Aragón lanzase al aire el patético mensaje de Benita Munilla y más de siete meses desde que Publio Cordón fuera secuestrado por los terroristas del GRAPO cuando practicaba «footing» en las inmediaciones de su domicilio.

El pasado 30 de enero, por primera vez, miles de aragoneses se lanzaron a las calle para exigir su liberación y, de vez en cuando, los empleados zaragozanos de Previasa, acuden a la Plaza del Pilar, despliegan una pancarta, se alinean cautelosos y solicitan que reaparezca el empresario. Todo sin el más mínimo resultado.

«Inicialmente, la familia nos pidió que guardáramos silencio», explica Alberto Tejero, miembro del Comité de Empresa en Zaragoza. «Pensaban que la forma mejor de manifestar solidaridad con Publio Cordón era que todo funcionara en la compañía como si el presidente siguiera presente y al principio nos pareció bien; cuando pasaron 100 días decidimos que había llegado el momento de movilizarnos».

Tejero, un muchacho alto, fornido y atildado, que parece un baloncestista retirado y trabaja en el departamento financiero de la central zaragozana de Previasa, insiste en que su principal objetivo es evitar que Publio Cordón caiga en el olvido. «Los culpables, los únicos culpables, de lo ocurrido son los terroristas», puntualiza Tejero con inusitada firmeza. «Pero siempre hemos dicho que a este secuestro, si en lugar de hacerlo el GRAPO hubiera sido ETA, se le hubiera dado otro matiz».

Entre líneas, se adivina un reproche a las autoridades. Los empleados de Previasa no acusan a nadie ni buscan cabezas de turco en las alturas, pero tampoco ocultan cierto malestar.

«Se portan de manera distinta en el caso de José María Aldaya que en el de Publio Cordón», aclara Tejero. «Nos han sorprendido algunas declaraciones del ministro del Interior, Juan Alberto Belloch, y a veces da la sensación de que intentan dar carpetazo al caso».

El pasado 17 de enero, un día después de que se le atribuyera una frase en la que se daba casi como seguro el fallecimiento del empresario secuestrado por el GRAPO el 27 de junio del año pasado, Belloch emitió una nota oficial en la que se recalcaba que la Policía prosigue la investigación y no descarta hipótesis alguna, «excepto la de su muerte».

El extraño, terrible y misterioso secuestro de Publio Cordón es uno de esos hechos que deberían haber provocado profundas reacciones, tanto políticas como sociales, pero no ha sido así.

Las 11.000 personas que dependen laboralmente de Previasa, que nació en 1932 como una pequeña clínica y que en 1987 sólo tenía 87 empleados, siguen trabajando casi normalmente. El día 27 de cada mes, los que están en Zaragoza se plantan ante la Basílica del Pilar y dan testimonio. Después, retornan a su rutina. La Policía, que el 4 de noviembre detuvo a los tres terroristas autores materiales del secuestro, continúa sin saber el paradero del empresario.

Sugieren en privado que puede encontrarse en el sur de Francia, en manos del perverso Silva Sande, pero no saben nada a ciencia cierta. La familia, que el pasado 9 agosto -según asegura algún periodista local- pagó en París los 390 millones de pesetas que los terroristas exigían como rescate, sigue rezando y esperando. El largo secuestro del transportista José María Aldaya, retenido por ETA desde el 9 de mayo de 1995, ha suscitado un vigoroso movimiento político y hasta ha alterado la convivencia ciudadana en muchos puntos del País Vasco. El secuestro de Publio Cordón, casi tan prolongado en el tiempo, da la impresión de generar el mismo tipo de sentida, pero tibia, reacción que producen las catástrofes metereológicas.

El drama de Aldaya no provocará un cataclismo electoral en el País Vasco, pero tendrá consecuencias en la votación del próximo 3 de marzo. La tragedia de Cordón no se notará en las urnas aragonesas. Con notable sensatez, partido alguno ha intentado utilizar el secuestro en campaña, ni siquiera para aprovechar malévolamente la circunstancia de que el ministro del Interior, Juan Alberto Belloch, encabece la lista del Partido Socialista (PSOE) por Zaragoza.

Tras el descalabro sufrido en las pasadas elecciones autonómicas, el PSOE parece haber iniciado la recuperación y comenzado a salir del hoyo en el que le arrojó la desastrosa gestión del conflictivo José Marco. Paradójicamente, es la presencia de Belloch uno de los factores que más van a jugar electoralmente a favor de los socialistas. Las encuestas vaticinan al PSOE un bajón de cerca de tres puntos con relación a los votos obtenidos en 1993 y la pérdida de tres de los 7 diputados que disfrutaron en la anterior legislatura. Izquierda Unida (IU), que sube considerablemente, se tendrá que conformar con el escaño que se le pronostica en Zaragoza. El Partido Popular (PP), coaligado en esta ocasión con el Partido Aragonés Regionalista (PAR) y con la alcaldesa zaragozana Luisa Fernanda Rudi como ariete, vive momentos de entusiasmo. Si se cumplen las previsiones de los sondeos, el PP subirá hasta el 45 por ciento de los votos -12 puntos más que en las generales de 1993- y cosechará la friolera de 8 escaños.

22 Abril 1996

El enigma de Publio Cordón

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Se cumplen ya trescientos días desde que Publio Cordón desapareció. Su secuestro sigue siendo un enigma. Las pesquisas policiales para dar con el paradero del industrial zaragozano se han ampliado a Libia y Honduras, donde Cordón tenía actividades empresariales. Su familia insiste en que continúa estando en manos de los GRAPO, a pesar de haber cumplido con las exigencias de los secuestradores. La Policía, que no descarta que esté en un lugar cercano a Zaragoza, baraja las más diversas conjeturas: que esté muerto o vivo, dentro o fuera de España… Todas: desde que muriera durante el secuestro, o incluso durante el trance de su liberación, después de pagar el rescate, hasta que sean ciertas algunas rocambolescas historias que se cuentan sobre la fuga voluntaria del propio Cordón. Apostando por todas las hipótesis es imposible fallar. Ahora, hasta agentes del CESID se han puesto a buscarlo. Sólo un punto está claro: que han pasado trescientos días, y que trescientos son demasiados días como para que la Policía no tenga ni una sola pista segura.

09 Junio 1996

Noticia de un secuestro

Juan Carlos Escudier

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Guatemala, Venezuela Texas o Brasil son algunos de los lugares en donde la Policía ha buscado al empresario zaragozano. Esta semana se supo que Cordón podría haberse puesto en contacto telefónico con un amigo de su familia en el sur de España. La respuesta del Ministerio del Interior fue una negativa: no tenía conocimiento de este hecho. Se dice que Cordón no está solo y que puede estar recibiendo ayuda de personas de su entorno.

Algo debía pasar por la cabeza de Pilar Muro, la esposa del desaparecido Publio Cordón, cuando a mediados del mes de julio de 1995 se puso en contacto con una sociedad de inversión de grandes capitales, Mercapital, y exploró las posibilidades de poner a la venta Previasa, la empresa de la familia, si su marido no aparecía.

Eso, sin duda, era previsión. No había pasado un mes desde que Cordón había sido secuestrado y faltaba otro para que los GRAPO anunciaran que le habían puesto en libertad en Barcelona. No era una acción desesperada para conseguir el dinero con el que pagar el rescate de Publio. Al parecer, Pilar pensaba que lo de su marido podía ir para largo y que podía afectar a la marcha de sus empresas, lo cual entonces ya constituía una exhibición de profetismo.

Lo cierto es que no se equivocaba. Cordón no apareció en agosto, y eso que sus secuestradores se desesperaban al teléfono anunciando que estaba vivito, coleando y en libertad. Ni en lo que quedaba de año. Hoy, casi once meses después, sigue sin dar señales de vida y el propio Ministerio del Interior tiene que reconocer que la Policía le ha buscado por medio mundo, que es como decir que en esta historia, si alguien miente, no son los GRAPO.

En septiembre, la mujer de Cordón autorizó formalmente la búsqueda de comprador para Previasa. La Dirección General de Seguros hacía tiempo que había detectado que los cimientos de la empresa sólo se asentaban en la megalomanía de Cordón y estaba barajando seriamente hacer intervenir a la Comisión Liquidadora de Entidades de Seguros (CLEA) y nombrar a un administrador, puesto para el que ya había encontrado un nombre: José Merlo.

Varios factores se aliaron para que esto no sucediera. Primero, el hecho de que Cordón pudiera seguir secuestrado desaconsejaba por motivos de imagen la intervención; segundo, porque la maniobra de buscar un comprador y nombrar como consejero delegado a un hombre de confianza de la Dirección -José Ramón Rubio había liquidado La Providence- había tranquilizado a la Administración; y tercero, porque la inminencia de las elecciones generales aconsejaba pasar la patata caliente a los ganadores de los comicios.

Como se ve, la ausencia de Cordón maniataba en cierto modo a la Dirección General de Seguros para adoptar medidas contra Previasa, más allá de la fiscalización constante de sus cuentas. La pregunta que se hacen muchos de los que descartan que siga secuestrado es si la declinante marcha de sus negocios ha sido determinante para que se prolongara su situación de desaparecido.

Mercapital y Paribás empezaron a trabajar en la búsqueda de una nueva propiedad para Previasa. Durante cuatro meses elaboraron un dossier, cerrado a junio de 1995, sobre la situación financiera de la empresa y llegaron a encargar un informe jurídico que determinara si era posible la venta sin la presencia física de su dueño y si, en último extremo, se podía conseguir que se le declarara oficialmente como desaparecido.

A la primera cuestión, la respuesta fue positiva. Había capacidad legal para vender, y ello, gracias al sistema de participaciones cruzadas con los que la familia Cordón controlaba Previasa, es decir, a través de sociedades interpuestas, cuyos consejos podrían decidir la venta de acciones de Previasa sin la presencia de Publio. La segunda llevaba a un callejón sin salida. Aun en las circunstancias de un secuestro, no era posible declarar desaparecido al empresario sin que transcurriera un plazo de cinco años.

Varias sociedades -entre ellas la británica PPP o la propia Adeslas- se interesaron por Previasa. Sin embargo, quien mostró más interés fue la Caja de Madrid, con la que se llegó a elaborar un protocolo de intenciones de 45 folios para proceder a la venta.

La transmisión, finalmente, se paralizó. Fuentes próximas a la familia Cordón indicaron a este diario que la entidad financiera no quería comprometer su imagen, dando la impresión de que se aprovechaba de la desgraciada situación familiar y que, además, temía una furibunda reacción del empresario ante la venta si éste llegaba a dar señales de vida. Un portavoz de la Caja se limitó a decir que la adquisición no se había desechado aún y que seguían esperando respuesta a alguna de las cuestiones que habían planteado.

La mayoría de los 17.000 millones pactados como precio hubieran ido, sencillamente, a tapar agujeros y a cumplir compromisos como la recompra del 13 por ciento de la aseguradora que seguía en manos de la mutua escocesa Scottish Widows. La familia, según las fuentes antes citadas, hubiera recibido menos del 10 por ciento de esta cantidad, en torno a los 1.500 millones, pero conservando su mayoría en el Grupo Quirón, también endeudado hasta la médula.

Hablando de deudas, los negocios de los Cordón han ido de mal en peor. Algunas de las sociedades inmobiliarias que habían montado o estaban en disolución y embargadas por Hacienda, como Unipresa (dedicada a la venta de pisos) o tenían impagados por casi 20 millones, como Inmuebles y Raíces. En algunas de ellas, participaba el ejecutivo que había sido la mano derecha de Publio Cordón en Previasa, su amigo y consejero José Luis Lanaspa Castán (Unipresa e Infradesa Inmobiliaria).

Mientras se sucedían los intentos de venta de Previasa, la Policía trataba de explicarse qué estaba pasando con Publio Cordón. Tras el anuncio de su liberación y la posterior captura de varios de los integrantes del comando que le había secuestrado, las primeras averiguaciones concluyeron que existía un altísimo índice de probabilidades de que el empresario ya no estuviera en su poder.

De hecho, sus declaraciones fueron coincidentes en algunos detalles del secuestro, como en lo referido al pago de los 400 millones de rescate. Las dudas en Interior crecieron ante la propia actitud de la familia que, como ejemplo, se negó a acudir a la identificación de un cadáver desfigurado y sin huellas dactilares hallado en Barcelona.

Comprobada la versión facilitada por los terroristas -que recientemente hicieron pública una carta de Cordón en la que él mismo anunciaba su liberación y su intención de resolver algunos asuntos antes de volver con su familia-, la Policía dio mayor crédito a la hipótesis de una desaparición voluntaria y procedió, según confirmaron fuentes solventes, a la intervención de algunos de los teléfonos del entorno de la familia y al control de las cuentas corrientes del empresario.

A Cordón se le ha buscado en Guatemala, Venezuela, Brasil y Estados Unidos (Texas), mientras su familia se ponía al frente de las movilizaciones populares en las que se pedía a los GRAPO que Cordón fuera liberado.

Si Cordón llegara a aparecer con vida y se demostrara que estuvo ausente por voluntad propia tras ser liberado, el fraude a la ciudadanía sería innegable. Judicialmente, podría ser acusado de simulación de delito, por hacer creer que continuaba secuestrado, aunque sobre este tema existen distintas versiones.

Mientras continúe esta situación, todo son especulaciones más o menos fundadas. Los GRAPO lo tienen tan claro que han mandado su particular mensaje a la familia: «No nos mezclen con sus enredos».

05 Octubre 1998

El misterio Cordón

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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El empresario zaragozano Publio Cordón fue secuestrado por los GRAPO el 27 de junio de 1995. Según los miembros del grupo terrorista que van a ser juzgados hoy, fue puesto en libertad el 17 de agosto de 1995, después del pago de un rescate de 400 millones de pesetas. Pero su familia afirma que no lo han vuelto a ver desde el momento del secuestro, del que han pasado ya más de tres años, y que tampoco conocen su paradero. Los secuestradores insisten en que lo liberaron en Barcelona. El paradero de Publio Cordón es un misterio a primera vista inexplicable e inextricable, a pesar del planteamiento, aparentemente sencillo, que implica el delito de secuestro. El hecho desnudo es que Publio Cordón desapareció sin dejar rastro en 1995.El juicio que comienza hoy pretende determinar la culpabilidad de los presuntos autores del secuestro, los miembros de los GRAPO Enrique Cuadra, Concepción González y José Ortín, para quienes el fiscal pide 28 años de prisión. Hay que confiar en que el juicio sirva además para arrojar alguna luz sobre una desaparición tan intrigante como dolorosa. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, ha declarado en alguna ocasión que el paradero de Cordón es el gran reto pendiente de su ministerio. Es natural. Resulta muy difícil asumir que pueda darse una desaparición perfecta sin rastro ni posibilidad de obtener indicios. Un acicate más para que la investigación policial y judicial no ceje hasta aclarar el enigma.

10 Noviembre 2000

¿PUNTO FINAL A LOS GRAPO?

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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En una operación impecablemente ejecutada por la policía francesa con información suministrada por la Guardia Civil española, siete miembros de la cúpula de los GRAPO fueron detenidos ayer en París. Se trata del golpe más fuerte asestado a la organización terrorista, ya que implica la captura de los dos líderes, Manuel Pérez Martínez, alias camarada Arenas, y Fernando Silva Sande, además de la desarticulación de lo que el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, denominó «Comité Central» y «Comando Central Operativo».

En varias ocasiones, las detenciones de algunos miembros y la inactividad de los GRAPO durante meses llevaba a pensar que se había desmantelado la organización. Pero la reiteración de atentados de los últimos meses hacía temer nuevos zarpazos de un grupo armado que ha matado a 80 personas en los últimos 25 años. Precisamente anteayer los GRAPO se atribuían, en un comunicado delirante, el atentado contra la sede de EL MUNDO en Barcelona y diversos ataques a empresas de trabajo temporal en las últimas semanas.

El Ministerio del Interior sigue teniendo pendiente aclarar qué fue de Publio Cordón, secuestrado por los GRAPO en 1995. El detenido Silva Sande puede mejor que nadie aportar a la policía judicial francesa datos sobre su paradero, ya que fue la última persona que tuvo contacto con el empresario aragonés.

En el año 96 los GRAPO no supieron aprovechar la ocasión que se les ofreció a sus presos de acogerse a beneficios penitenciarios. El camarada Arenas y Silva Sande habían reactivado la organización una vez que cumplieron sus primeras condenas y fueron puestos en libertad. Sin ellos, ese GRAPO difícilmente podrá salir adelante. No se puede descartar que otras personas, sumidas en la misma espiral de violencia y fanatismo, vengan a tomar el relevo para hacer resurgir a la organización, pero de momento la acción policial ha rendido un gran servicio a la sociedad.

26 Junio 2011

Silva Sande: «Publio cayó del tejado y al ver que no respiraba le hice el boca a boca»

Fernando Lázaro

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Cuando están a punto de cumplirse 16 años del secuestro, Fernando Silva Sande, el último grapo que vio con vida a Publio Cordón, ha enviado una carta a la familia del empresario en la que pide perdón y ofrece nuevos datos sobre su muerte.

Lo primero que hace el terrorista es reiterar lo que declaró en febrero de 2009 en la Audiencia Nacional: que Publio Cordón murió de manera accidental cuando trataba de huir. Pero añade algunos detalles que la Guardia Civil entiende que pueden permitir una segunda búsqueda exitosa del cadáver del empresario. Además, ofrece detalles muy precisos de cómo se produjo, según su versión, el fallecimiento del secuestrado.

Silva Sande insiste en que el cuerpo se encuentra enterrado en la misma zona donde la Guardia Civil puso en marcha una operación de búsqueda en febrero de 2009, en Mont Ventoux, en un lugar al sureste de Francia donde había mucha nieve y donde resultó imposible localizar el cadáver.

La carta de cuatro folios insiste en que el cuerpo del empresario debe estar enterrado allí. Tras recibir la misiva, la familia del empresario contactó con la Guardia Civil, que inmediatamente puso en marcha un nuevo despliegue de búsqueda del empresario en la misma zona.

Los agentes están convencidos de que localizarán a Publio Cordón en la zona marcada por Silva Sande. De hecho, ya están utilizando material tecnológico de última generación, mucho más moderno que el utilizado en la primera búsqueda, en 2009.

«Hace tiempo que pedí perdón públicamente a las víctimas por el dolor y daño causados por mi actividad terrorista. Lo reitero con ustedes en particular aunque sé que no puedo mitigar ni el dolor ni la pérdida porque no puedo cambiar el pasado», arranca la carta envidiada por Silva Sande a Pilar Muro, esposa de Publio Cordón.

«El cuerpo de Publio Cordón ha sido enterrado en la zona que les indiqué a los investigadores españoles y franceses. Lamentablemente, soy incapaz de precisar con exactitud el sitio concreto en la zona delimitada».

En febrero de 2009, Silva Sande contactó con los investigadores y trató de delimitar la zona donde mantenía que Publio Cordón había sido enterrado. Pero tras semanas de búsqueda, los agentes de la Guardia Civil y de la policía francesa abandonaron la tarea ante la gran cantidad de nieve que había en la zona y la poca fiabilidad de los sistemas que en aquella época estaban utilizando para tratar de localizar el enterramiento.

«Para mí había sido un alivio cuando en el verano de 2006 o 2007 se acercaron a mí dos personas que se identificaron como miembros del Ministerio del Interior para pedirme datos de la desaparición de Publio. Desde el principio les aclaré que iba a resultar una tarea difícil pese a que mi disposición era y es total. El problema, además del largo tiempo transcurrido, es que aquella tragedia la vivo como una pesadilla de la que apenas me quedaron grabadas en la memoria algunas escenas», añade la misiva.

Silva Sande aclara que los demás integrantes de los Grapo que saben de Publio Cordón no están dispuestos a colaborar: «En un caso porque se ha negado en redondo, y en el otro porque haría falta que se le autorizase u ordenase el líder Arenas. La relación de participantes o implicados es conocida del juez y del equipo investigador». «Prácticamente la totalidad de la organización ha participado en una u otra fase del secuestro», añade.

En la misiva, el grapo Silva Sande aporta un nuevo dato. Asegura que en el lugar en el que fue enterrado Publio Cordón está también «el pico con el que se excavó la tumba. Pero hasta la fecha, los métodos de detección siguen sin dar resultados». Asegura que el secuestrado «no sufrió malos tratos en ningún momento, aparte, claro está, de lo que se supone en sí de inhumano el propio secuestro». «Pienso también que Publio pensó en la fuga desde del primer momento del secuestro y así lo intentó cuando se le presentó la ocasión», dice. Porque la tesis que mantiene el grapo es que el empresario aragonés falleció como consecuencia de un accidente cuanto trataba de escapar. «Aprovechó un momento de relajación de la vigilancia para forzar la cadena antirrobo (de las que se les ponen a bicis o motos) sujeta a la puerta y al marco de ésta por unas simples alcayatas. Logró salir por la ventana de la habitación vecina (vacía en ese instante) y acceder al tejadillo de la segunda planta (de una vivienda tipo chalé) y posiblemente por los nervios se cayó».

El relato de Silva Sande a la familia del empresario continúa: «No parecía una altura suficiente como para sufrir un golpe mortal al caerse. De hecho se quejó de que le dolía la parte baja de la columna». El grapo explica que se le suministraron cápsulas de medicación para tratar de calmar el dolor «A la segunda o tercera cápsula ya no la tragó. Al ver que no respiraba y tenía un ojo como apagado le practiqué la respiración artificial boca a boca y masaje en el pecho pero sin resultado y murió a los pocos minutos de caerse», asegura en la misiva el terrorista.

Silva Sande añade que en aquella época «nos manteníamos en contacto a través del busca (al menos los que estábamos en Francia). Propuse dejar el cuerpo en el coche, en un sitio público. Pero el que estaba de responsable del comando, y después de consultar con el líder, vino con la orden de enterrar el cuerpo, lo que hicimos al día siguiente».

En esta breve carta, quien fue uno de los autores materiales del secuestro de Publio Cordón constata que ha estado en varias ocasiones en la zona en la que asegura que fue enterrado el empresario aragonés tratando de localizar el punto exacto. Y señala que sigue «predispuesto» a colaborar en la búsqueda del cuerpo.

Ya en 2009, este terrorista aseguró a las autoridades judiciales y a la Guardia Civil que estaba dispuesto a ubicar la zona de la Provenza francesa, en la falda del Mont Ventoux, donde su comando enterró el cuerpo de Cordón. Y los agentes del Instituto Armado, en colaboración con colegas franceses, estuvieron realizando labores de búsqueda durante meses sin éxito. Bajo la supervisión del juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska se utilizaron dispositivos tecnológicos más precisos incluso que los buscadores de metales.

Pero no se logró ubicar la zona. La cantidad de nieve y los posibles cambios orográficos desde que se produjo el enterramiento pudieron ser la causa de estos resultados infructuosos.

Mañana, lunes, se cumplirán 16 años desde que fue secuestrado por un comando de los Grapo cuando practicaba footing en los alrededores de su domicilio. Ahora la Guardia Civil se ha puesto de nuevo manos a la obra y, de nuevo también con la colaboración francesa y con material tecnológico de última generación, ha reanudado las labores de búsqueda del empresario aragonés que desapareció el 27 de junio de 1995.

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El eterno caso inconcluso

El empresario Publio Cordón Munilla, fundador de la empresa Previasa y del Grupo Hospitalario Quirón, fue secuestrado por los Grapo el 27 de junio de 1995 cuando practicaba ‘footing’ en los alrededores de su casa de Zaragoza. Dos días después, este grupo terrorista reivindicó la acción. Mes y medio después, la familia del empresario pagó en París 400 millones de pesetas a los secuestradores. Pero, desde entonces, nada se supo sobre su paradero. Un portavoz de los Grapo comunicó que fue puesto en libertad el 17 de agosto de aquel mismo año, pero el empresario no apareció. Las hipótesis se dispararon. Ni siquiera la caída, uno tras otro, de todos los implicados en el secuestro arrojó luz definitiva sobre el paradero de Cordón. La detención de Fernando Silva Sande, en París, en 2000, dio esperanzas. Pero aún tardó nueve años en comenzar a aportar los datos que pueden facilitar la resolución de un caso que, 16 años después, sigue inconcluso.