2 octubre 1949

Estados Unidos y la ONU se niega a reconocer al nuevo régimen, cosa que sí hacen todos los países comunistas con la Unión Soviética a la cabeza

Tras ganar la Guerra Civil china, Mao Zedong proclama la ‘República Popular’ con él como dictador comunista

Hechos

El 1.10.1949 fue proclamada la República Popular China por Mao Zedong.

Lecturas

Las cabezas del nuevo Estado comunista (no reconocido por la ONU) son Mao Zedong [Mao Tse-Tung], Liu Shaoki, el mariscal Chu-Té y Song K´ingling (viuda de Sun Yat-sen) como Vicepresidentes. Mientras Chou Enlai dirigirá el Consejo de ministros.

Tras una cruenta y prolongada guerra civil entre las tropas nacionalistas de Chang Kai-Shek y las del Partido Comunista, se acabaron imponiendo en 1949 las unidades de Mao Zedong apoyadas por Moscú.

Con la fundación de la República Popular China llegó a su fin la guerra civil iniciada a mediados de los años veinte entre las tropas nacionalistas chinas de Chang Kai-Shek y los comunistas liderados por Mao Zedong.

El conflicto militar en el viejo imperio del Centro había vuelto a estallar violentamente al término de la Segunda Guerra Mundial, después de que los comunistas y el Kuomintang nacionalista firmaran en 1937 un pacto de no agresión que duró hasta 1945: bajo el impacto del ataque japonés contra China, los diversos grupos políticos chinos tradicionalmente enemistados se vieron obligados a unir sus fuerzas contra los ejércitos imperialistas del país vecino.

Durante este periodo, el Partido Comunista liderado por Mao Zedong consiguió ganarse la confianza de la población rural y organizar milicias de gran combatividad. En 1945 cuando los combates volvieron a arreciar en China, el Ejército Rojo se encontró por primera vez en una posición de superioridad frente al Kuomintang, que empezó a retroceder ante las unidades de Mao.

Con la ayuda decisiva de la Unión Soviética, las tropas comunistas lograron hacerse con el control del 30% del país hasta 1949. Sin embargo a mediados de ese mismo año, el Partido liderado por Mao controlaba ya las dos terceras partes de l población y la práctica totalidad del potencial económico de China. El acorralado Kuomingtang empezó en vano una ampliación de las ayudas que habían ido llegando desde Gran Bretaña (Reino Unido) y Estados Unidos. Los estados occidentales apostaban por un pronta finalización de la guerra civil y no aumentó los créditos ni los suministros de armas. A Chang Kai-Shek tan sólo le quedaba la huida: juntamente con numerosos seguidores se instaló en la isla de Taiwan.

Mao, el vencedor de la guerra civil convocó en Pekin el 20 de septiembre de 1949, la llamada Conferencia Consultiva de los Pueblos de China, cuya tarea consistió en elaborar una nueva constitución e instaurar un gobierno popular. Al cabo de una semana la asamblea aprobó una ley fundamental que convirtió a la República Popular China en una dictadura popular democrática, donde la clase obrera debía de controlar el poder político. Un consejo gubernamental popular con Mao Zedong como dictador absoluto obtuvo plenos poderes y quedó bajo la hegemonía del Partido Comunista.

Junto a Mao Zedong, el primer ministro y ministro de Asuntos Exteriores Zhou Enlai (Chou) se convirtió en el segundo hombre fuerte de la República Popular China. Importantes tareas aguardaban al nuevo gobierno: la guerra había destruido extensas regiones del país y empobrecido por completo a los campesinos que habían respaldado a Mao durante la guerra civil. En su favor inició el gobierno una amplia reforma agraria con el fin de expropiar a los grandes terratenientes. China fue reconocido oficialmente por la Unión Soviética y el resto de países comunistas el 2 de octubre de 1949, pero el resto del mundo se negó a hacerlo.

LOS NACIONALISTAS DE CHIANG KAI-SHEK MANTIENEN SU GOBIERNO EN TAIWÁN

ChangKaiSeng_1934 Aunque Mao Zedong ha abolido oficialmente la República Nacionalista China para reemplazarla por la República Popular China tras ganar la Guerra Civil, los nacionalistas liderados por Chiang Kai-Shek se han refugiado en la isla de Taiwán, donde se han hecho fuertes y mantendrán su gobierno en nombre de toda China. La ONU (por Estados Unidos y Reino Unido) seguirá reconociendo como voz oficial de China a la de Chiang Kai-Shek mientras ignora y niega reconocimiento a la República Popular China de Mao, que sólo ha sido reconocida por los países comunistas (URSS y satélites).

22 Febrero 1948

Los comunistas chinas han conseguido otro éxito en Manchuria

ABC (Director: Ramón Pastor)

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Sería interesante saber si para la mayoría de los políticos norteamericanos la ayuda a China es un medio de tranquilizar su conciencia y ‘lavarse las manos’ o si, por el contrario, expresa un sincero deseo de salvar al gran país del derrumbamiento. Los chinos han indicado a los norteamericanos que agradecen en cuanto valen los 560 millones de dólares, pero que no los consideran suficientes para resolver el problema y alejar el peligro. El propio general Marshall emite ya la hipótesis de que el mariscal Chiang pudiera caer y ser sustituido por algún ‘quisling’ comunista si el apoyo norteamericano no es más pronunciado. Después de la caída de casi toda Manchuria en manos de la ‘quinta columna’ soviética, la amenaza se agiganta. No sería posible exagerar la importancia de la desaparición del régimen de Chiang, el único cuyos intereses armonizan con los de los occidentales. ¿Cuál sería la posición de los norteamericanos en las islas japonesas si frente a ellas dominan los rusos? Es como si Francia y Alemania formasen un bloque hostil a la Gran Bretaña; los ingleses no lo admitirán nunca, como lo atestiguan sus luchas contra Napoleón y contra la Alemania de Guillermo II y de Adolfo Hitler.

Si China perdiese su independencia a manos de la URSS la hábil labor del general Mac Arthur habría resultado estéril. Para salvar a China no hay cantidad ni esfuerzo excesivo. La lucha contra la hegemonía japonesa no era ningún capricho por parte de los anglosajones, sino fruto del convencimiento de que una China organizada por el Japón se convertirá en un terrible peligro económioo para el mundo occidental. El standart-carne no puede competir con el estándat-arroz. El dumping nipón hubiera sido un juego de niños comparado con el dumping chino, es decir con los recursos y la mano de obra de China organizados por la técnica japonesa. Pero no merecía la pena acabar con peligro japonés para permitir que los rusos realicen la misma política expansionista en contra de los intereses del Occidente. Y tampoco se debe olvidar que no sólo existe el peligro del Anschluss de China a la Unión Soviética, sino también otra amenaza mayor aún: la formación de un gigantesco bloque en la Asia Oriental, incluyendo al Japón. La creación de un Estado soviético en el Norte de Corea es una seria advertencia, un indicio de posibilidades ilimitadas.