6 julio 2007
Entran los Sres. Chacón, Molina y Soria y salen Jordi Sevilla, Carmen Calvo y María Antonia Trujillo
Zapatero cambia su Gobierno dando entrada a Carme Chacón Piqueras, su principal ‘ficha de confianza’ en el PSC
Hechos
El 6.07.2007 se anunció un cambio en el Gobierno presidido por D. José Luis Rodríguez Zapatero que incluyó la entrada como ministra de Dña. Carme Chacón
Lecturas
En julio de 2007 se produce una remodelación del Gobierno Rodríguez Zapatero. El último cambio de Gobierno fue el nombramiento de D. Mariano Fernández Bermejo como ministro de Justicia en sustitución de D. Fernando López Aguilar.
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GOBIERNO ZP:
- D. José Luis Rodríguez Zapatero – Presidente del Gobierno
- Dña. María Teresa Fernández de la Vega – Vicepresidenta Primera y portavoz del Gobierno
- D. Pedro Solbes – Vicepresidente Segundo y Ministro de Economía y Hacienda
- D. José Antonio Alonso – Ministro de Interior
- D. Miguel Ángel Moratinos – Ministro de Exteriores
- D. José Antonio Alonso – Ministro de Defensa
- D. Jesús Caldera – Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.
- D. Mariano Fernández Bermejo – Ministro de Justicia.
- Dña. Mercedes Cabrera – Ministra de Educación
- Dña. Elena Salgado – Ministro de Administraciones Públicas.
- D. Bernat Soria- Ministra de Sanidad
- D. José Montilla – Ministro de Industria, Turismo y Comercio.
- Dña. Carme Chacón – Ministro de Vivienda.
- Dña. Cristina Narboba – Ministra de Medio Ambiente
- Dña. César Antonio Molina – Ministra de Cultura
- Dña. Elena Espinosa – Ministra de Agricultura y Pesca
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VIVIENDA: Dña. Carme Chacón Piqueras asume la cartera que hasta ahora ocupaba Dña. María Antonia Trujillo:
Dña. Carme Chacón Piqueras y Dña. María Antonia Trujillo
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS: Dña. Elena Salgado sustituye a D. Jordi Sevilla:
Dña. Elena Salgado y D. Jordi Sevilla
CULTURA: D. César Antonio Molina reemplaza a Dña. Carmen Calvo:
Dña. Carmen Calvo y D. César Antonio Molina (entre ellos la Sra. Fernández de la Vega)
SANIDAD: D. Bernat Soria sustituye a Dña. Elena Salgado:
Dña. Elena Salgado y D. Bernat Soria
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El siguiente cambio de Gobierno no será hasta después de las elecciones generales de 2008, cuando se presentará un nuevo consejo de ministros.
07 Julio 2007
Impulso político
Después de imponerse a Mariano Rajoy en el debate del estado de la nación, Rodríguez Zapatero ha decidido tomar la iniciativa con el objetivo de ampliar su ventaja ante las próximas elecciones generales. Durante estos tres años de legislatura, el Partido Socialista no conseguía despegar en los sondeos, a pesar de la oposición más bronca que consistente del Partido Popular. La razón habría que buscarla en la perseverancia con la que el Gobierno y el presidente han centrado sus esfuerzos en la cuestión territorial y, después, en el problema terrorista. La prueba de que el Ejecutivo no estaba obligado a aceptar la agenda promovida por el PP, como ha repetido en demasiadas ocasiones, es que le ha bastado plantear el último gran debate de la legislatura en otros términos para salir de un pantano que amenazaba con seguir reduciendo sus apoyos.
Tras tomar la agenda política en sus manos, Zapatero ha tomado también la iniciativa con este inesperado cambio de Gobierno a ocho meses de las elecciones. El efecto euforizante del abandono del FMI por Rodrigo Rato para regresar a Madrid ha quedado neutralizado por este golpe de efecto. El mensaje que quiere transmitir es claro: no habrá adelanto electoral alguno, la legislatura está viva. De ahí que tenga sentido la sustitución de dos ministras, la de Cultura y la de Vivienda, que han padecido una fuerte erosión. También está claro que hay ideas y proyectos para seguir otra legislatura más: no se ficha a un prestigioso científico como Bernat Soria como ministro de Sanidad o se remueve a un gestor cultural como César Antonio Molina, acreditado por la expansión del Instituto Cervantes en el mundo en los últimos cuatro años, sólo para mejorar la imagen electoral del Gobierno.
Las claves del cambio en el Ministerio de Administraciones Públicas escapan de este marco. Jordi Sevilla ha sido un decidido impulsor de la nueva regulación de la función pública y de la Administración electrónica, dos iniciativas que Zapatero exhibió en el balance de su gestión realizado con ocasión del último cara a cara con Rajoy. La opción de colocar en su vacante a Elena Salgado, hasta ahora titular de Sanidad, estaría motivada por la capacidad de gestión que la ministra ha acreditado. Sevilla probablemente ha tenido que dejar un hueco que permitiera mantener la paridad.
La nueva titular de Vivienda, por el contrario, parece responder directamente a un criterio político: la elección de Carme Chacón en sustitución de María Antonia Trujillo es, sobre todo, un mensaje al PSC y al electorado catalán, cuya tendencia a la abstención preocupa en La Moncloa. Chacón se encontrará en ese departamento con los mismos problemas que su antecesora, en particular la falta de competencias definidas, y por este motivo Zapatero no le ha hecho más encargo que el de publicitar los logros realizados.
Rodríguez Zapatero parece haberse convencido de que la selección del terreno de confrontación será determinante para decidir las elecciones, y ha jugado con habilidad. Entretanto, Rajoy, amarrado a sus obsesiones, sigue reclamando hablar de terrorismo.
07 Julio 2007
Un simple golpe de Efecto
07 Julio 2007
El Gobierno gana telegenia
No es un secreto para nadie que la condición de ministro está devaluada desde hace mucho tiempo. Si a ello se añade el excluyente protagonismo que ha asumido Zapatero como jefe de este Gobierno, no resulta exagerado concluir que los cuatro cambios en el Gabinete anunciados ayer por sorpresa resultan más de trascendencia cosmética que política.
Las tres nuevas incorporaciones -Bernat Soria, Carme Chacón y César Antonio Molina- son personas con un común denominador: son cordiales, tienen una buena imagen en los medios de comunicación y disfrutan de tirón en el electorado socialista. Chacón y Molina tienen estrechos vínculos -de índole diversa- con Miguel Barroso, antiguo responsable en La Moncloa de las relaciones con los medios, cuya influencia se ha notado en la remodelación.
Los tres nuevos fichajes van a desempeñar carteras secundarias (Sanidad, Vivienda y Cultura), mientras que Zapatero ha optado por mantener a los cuatro pilares que sustentan su Gobierno: Fernández de la Vega, Solbes, Rubalcaba y Caldera.
Hay que reconocer que el presidente ha manejado esta remodelación con habilidad y ha conseguido el efecto sorpresa, por mucho que sus consecuencias políticas sean prácticamente inexistentes porque restan ocho meses como máximo para acabar la legislatura y sólo tres de actividad parlamentaria. Ello va a permitir a los nuevos ministros poco más que continuar la labor de sus predecesores sin acometer cambios importantes.
La remodelación llevada a cabo por Zapatero pone de relieve que, como él mismo señaló en el Congreso, tiene la firme intención de convocar las elecciones para marzo próximo, agotando los plazos constitucionales. También refuerza ese talante amable que caracterizó su primer año de mandato y que ahora quiere recuperar conforme se acercan los comicios.
El nombramiento más discutible es, sin duda, el de Bernat Soria, un científico que carece de experiencia como gestor, que es lo que hace falta en el Ministerio de Sanidad. Soria aseguró ayer que Zapatero se merece «el Nobel de la honestidad y la solidaridad», un ditirambo que pone en duda tanto su buen juicio como su sentido del ridículo.
Por muy mal que lo haga, Carme Chacón siempre lo hará mejor que María Antonia Trujillo, cuya labor en Vivienda ha resultado tan desafortunada como desapercibida. Chacón será seguramente la número uno de la lista del PSC en Barcelona en las elecciones generales.
Carmen Calvo y Jordi Sevilla también han pasado con más pena que gloria por sus respectivos ministerios. Sevilla será enviado contra su voluntad a liderar el partido en Valencia, donde no va a ser bien recibido por Plá y el aparato.
La polémica Elena Salgado, que tuvo que dar marcha atrás con la ley del vino, será la nueva responsable de Administraciones Públicas, donde tendrá que reprimir su fuerte carácter para negociar con las comunidades autónomas.
Por resumirlo en pocas palabras, Zapatero ha realizado un cambio superficial pero hábil que permitirá a su Gobierno ganar en telegenia. Lo cual no deja de ser importante si recordamos que Rajoy aseguró en el Foro de EL MUNDO que de cara a la campaña teme más a las televisiones que al propio presidente.
El Análisis