29 noviembre 1975

El líder de Comisiones Obreras (y dirigente del PCE) Marcelino Camacho considera insuficiente el indulto

El nuevo Rey Juan Carlos I ordena la libertad de los dirigentes de Comisiones Obreras (CCOO) condenados en el ‘Proceso 1.001’

Hechos

  • El 29.11.1975 el nuevo Rey de España, D. Juan Carlos I concedió un indulto ‘prerrogativa de gracia’ que alcanzó a todos los condenados por el llamado ‘Proceso 1.001’, el proceso contra los dirigentes del sindicato ilegal Comisiones Obreras (CCOO).

Lecturas

El Proceso 1.001 fue en 1973. 

LOS INDULTADOS:

D. Marcelino Camacho, D. Nicolás Sartorius, D. Juan M. Muñiz Zapico, D: Emilio Solo, D. José Luis Arranz Pino, D. Eduardo Saborido, D. Francisco García Salve y D. Fernando Soto.

Marcelino_Camacho_Nicolas_Sartorius  D. Marcelino Camacho (condenado a 20 años de prisión) y D. Nicolás Sartorius (condenado a 19 años de prisión).

Eduardo_Saborido  D. Eduardo Saborido (condenados a 20 años de prisión).

El Análisis

Marcelino Camacho, líder sindical capaz de eclipsar a UGT

JF Lamata

El 29 de noviembre de 1975, apenas unos días después de jurar como Rey, don Juan Carlos I ha ejercido la prerrogativa de gracia indultando a los condenados en el célebre Proceso 1.001, entre ellos a Marcelino Camacho, líder de la entonces ilegal Comisiones Obreras. El gesto, cargado de simbolismo, proyecta hacia el exterior la imagen de un nuevo tiempo en España, donde la represión política empieza a dejar paso a la reconciliación y a la apertura. El proceso había sido concebido por el tardofranquismo como un golpe contra el sindicalismo clandestino, pero la liberación de sus dirigentes convierte a aquellos condenados en protagonistas de la nueva etapa.

Comisiones Obreras, fundada en 1962, más joven que la veterana UGT, ha logrado en apenas unos años gran prestigio entre los trabajadores, gracias a su capacidad de movilización en fábricas y barrios. La figura de Camacho, con su célebre jersey de lana, se ha convertido en todo un símbolo de la resistencia pacífica. Militante comunista y admirador de los regímenes del Este, su ideología provoca recelos en amplios sectores de la sociedad. Pero su defensa constante de los obreros, la dignidad con la que ha soportado su paso por prisión y su estrategia de confrontación no violenta con el régimen le han granjeado un respeto que trasciende fronteras ideológicas.

El indulto convierte a Camacho y a sus compañeros en rivales de peso frente a la UGT de Nicolás Redondo, y sitúa al sindicalismo en el centro de la España que empieza a caminar hacia la democracia. El Rey ha querido marcar con este gesto que su reinado no será continuidad sin matices, sino una transición hacia nuevas formas de convivencia. La respuesta popular al regreso de Camacho evidencia que la sociedad demanda apertura, pluralidad y dignidad en la defensa de los derechos de los trabajadores.

JF Lamata