8 diciembre 1976

Primer congreso del Partido en territorio nacional desde 1932, que aún no ha sido legalizado, supone un golpe mortal para el PSOE Histórico y un serio varapalo para el PSP y el PCE

27º Congreso del PSOE Renovado – Felipe González es respaldado por la plana mayor de la Internacional Socialista

Hechos

En diciembre de 1976 se celebró el 26º Congreso del PSOE que reeligió a D. Felipe González como Secretario General del partido.

Lecturas

El 8 de diciembre de 1976 se celebró el 28º Congreso del PSOE Renovado. El primero que se celebra en España de 1932. El respaldo masivo de la Internacional Socialista encabezada por los Sres. Willy Brandt, François Mitterrand y Olof Palme ratifica al PSOE Renovado como el legítimo partido socialista de España frente a las opciones del PSOE Histórico de D. Manuel Murillo Carrasco y del Partido Socialista Popular de D. Enrique Tierno Galván.

El 27º Congreso del PSOE ratifica el poder de D. Felipe González Márquez, sitúa a D. Alfonso Guerra González como ‘número 2’ y recupera la figura de ‘presidente del partido’, vacante desde la Guerra Civil, que ahora adquiere un carácter honorífico.

La nueva ejecutiva queda compuesta de la siguiente manera:

  • Presidente – D. Ramón Rubial Cavia.
  • Primer secretario – D. Felipe González Márquez.
  • Organización – D. Alfonso Guerra González.
  • Relaciones Internacionales – D. Luis Yañez-Barnuevo García.
  • Prensa – D: Javier Solana Madariaga.
  • Propaganda – D. Guillermo Galeote Jiménez.
  • Formación – D. Luis Gómez Llorente.
  • Relaciones Políticas – D. Enrique Múgica Herzog.
  • Sindical – D. Eduardo López Albizu.
  • Juventudes – D. José María Benegas Haddad.
  • Emigración – D. José Luis Albiñana Olmos.
  • Administración – Dña. Carmen García Bloise.
  • Vocales Secretarios Ejecutivos – D. Nicolás Redondo Urbieta, D. José María Cigarrán , D. José María Triginer Fernández, D. Luis Fajardo Spinola, D. Miguel Boyer Salvador, D. Rafael Ballesteros y D. Antonio García Miralles.

Entre los grandes derrotados cabe destacarse a D. Gregorio Peces-Barba Martínez, excluido de la ejecutiva.

El PSOE se define como un partido ‘marxista’ de acuerdo a la resolución de este 27º Congreso.


LIDERES DE LA INTERNACIONAL SOCIALISTA EN EL CONGRESO DEL PSOE RENOVADO

olofpalme_1976 Olof Palme, Primer ministro de Suecia

mitterrand_1976 François Mitterrand, líder del Partido Socialista Francés

Al contrario que el congreso del PSOE Histórico celebrado en octubre, con escasa repercusión, el congreso del PSOE Renovado celebrado en diciembre e 1976 contó con el respaldo de la plana mayor del socialismo internacional. A él asistieron dirigentes de la talla del Sr. Willy Brandt (ex canciller de la República Federal de Alemania y premio Novel de la Paz), el Sr. Olof Palme (primer ministro de Suecia), el Sr. François Mitterrand (líder del Partido Socialista Frances) o el Sr. Michael Food (líder del Partido Laboralista de Gran Bretaña).

felipe_psoe La prensa, en especial el diario EL PAÍS, dio una amplia repercusión aquel acto socialista, muy diferente a la que había dado a los congresos del PSP o el PSOE Histórico.

REAPARECE EL CARGO DE ‘PRESIDENTE’  Y ALFONSO GUERRA ASCIENDE A ‘NÚMERO 2’ DEL PARTIDO

ramonrubial El cargo de ‘Presidente’ había permanecido vacante desde la dimisión de D. Francisco Largo Caballero en 1935 (durante la Guerra Civil lo habían desempañado algunos militantes, así como durante el exilio, algunas agrupaciones habían seleccionado a algún presidente, pero sin que ninguno hubiera contado con el reconocimiento claro de todo el pertido). Con la elección de D. Ramón Rubial reaparecía el cargo. Por su parte, al ser elegido Secretario de Organización del PSOE desplazando a D. Nicolás Redondo, D. Alfonso Guerra se consolidaba como auténtico ‘número 2’ del partido, como fiel escudero de D. Felipe González.

EL PSOE SE DEFINE COMO ‘UN PARTIDO MARXISTA’

Ante la perplejidad de la derecha, el PSOE Renovado ha incluido en su definición ideológica el termino ‘marxista’, lo que para amplios sectores de la sociedad tiene una connotación ‘revolucionaria’ que puede vincular al PSOE Renovado con las Dictaduras Comunistas de la Europa del Este. Entre los principales defensores de que el PSOE fuera considerado ‘marxista’ estaban D. Francisco Bustelo y D. Luis Gómez Llorente, este último en la Ejecutiva nacional como Secretario de Formación.

GREGORIO PECES BARBA, DERROTADO AL QUEDAR FUERA DE LA EJECUTIVA

PecesBarba D. Gregorio Peces Barba

Una de las ausencia más destacadas en la dirección escogida en el 27º Congreso del PSOE fue la  del profesor D. Gregorio Peces Barba, que fue excluido de la ejecutiva.

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La izquierda imperfecta

Francisco Bustelo

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Felipe González no tenía rivales y el Congreso del PSOE de ese año fue una apoteosis para él. Se aprobó la labor de la dirección del partido por unanimidad ¡sin un solo voto en contra y con una sola abstención!  A los críticos – Castellano y yo – que habíamos dimitido de la dirección del partido ni se nos dejó hablar ni nadie preguntó por qué habíamos hecho tal cosa.

Acudieron Willy Brandt, François Mitterrand, Pietro Nenni, Oof Palme, entre otras muchas delegaciones. No se había invitado a ningún Partido Comunista, ni siquiera al español. El PSOE era un partido marxista, o al menos eso se afirmaba en las resolución política, aprobada precisamente por los felipistas, que eran los que mandaron de cabo a rabo en ese congreso. La resolución que se aprobó fue la más radical de toda la historia del socialismo español:

El PSOE se define como socialista, porque su programa y su acción van encaminados a la superación del modo de producción capitalista mediante la toma del poder político y económico y la socialización de los medios de producción, distribución y cambio por la clase trabajadora. Entendemos el socialismo como un fin y como el proceso que conduce a dicho fin, y nuestro ideario nos lleva a rechazar cualquier camino de acomodación al capitalismo o a su simple reforma.

El PSOE reafirma su carácter de partido de clase y por lo tanto de masas, marxista y democrático. Somos un partido de clase en cuanto defendemos y luchamos por el proyecto histórico de la clase obrera: la desaparición de la explotación del hombre por el hombre y la construcción de una sociedad sin clases. Somos un partido marxista porque entendemos el método científico de conocimiento y transformación de la sociedad capitalista a través de la lucha de clases como motor de la historia.

El PSOE es un partido internacionalista y antiimperialista que concibe que la liberación de los trabajadores sólo será efectivo cuando se realice a escala universal y lucha por esta emancipación mundial…

Estos eran algunos de los párrafos de la resolución política en aquel congreso de 1976 y defendida en el pleno, si no recuerdo mal, por Joaquín Almunia, felipista entre los felipistas. Quizá Felipe González, entregado a la tarea de atender a tanto ilustre invitado o de dar el visto bueno a los ejecutivos que iban a ser elegidos no se enteró hasta que ya era tarde de lo que allí se decía o tal vez no le pareció mal tanta radicalización.

10 Octubre 1976

Un punto sobre la i de marxismo

Francisco Bustelo

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Convendría que dejasen de llamarnos a los socialistas que somos partidarios de una alianza con los comunistas, tontos útiles y de preguntarnos por los países del Este o por la libertad de la Unión Soviética. Las únicas opresiones y cárceles que hemos conocido no han sido precisamente las soviéticas

Tantas mentiras se han contado en este país en los últimos treinta Y siete años, que sería cosa de nunca acabar irlas señalando una por una.

Cuando ahora afloran esperanzas grandes de cambio y de tiempos mejores conviene ir poniendo algunos puntos sobre las íes.

Uno de esos puntos es el del marxismo. Tantas maldades se han dicho de él, con tan siniestra catadura se le ha presentado una y otra vez. que ha de maravillar queden marxistas en España.

Y, sin embargo, a reserva, claro es. de lo que digan los votos cuando votos hava, es muy posible que los partidos marxistas de este país -socialistas y’comunistas- arrastren el día de mañana en su favor a buena parte de la población. ¿Un tercio? ¿La mitad? ¿Más de la mitad? En cualquier caso, muchos, muchísimos votos.

Entre otras, las siguientes puntualizaciones podrían contribuir a explicar semejante hecho, que a algunos parecería obra del diablo.

1.- El marxismo es un humanismo en el mejor sentido die la palabra. En palabras de Marx, su meta es el «reino de la libertad». Liberados en toda la medida de lo posible de opresiones y represiones, su propósito es que hombres y mujeres puedan ir desarrollando plenamente su propia personalídad. serán seres humanos libres en una sociedad libre, cada vez menos sujeta a las limitaciones materiales.y con pleno aprovechamiento del creciente conocimiento humano en beneficio de todos y no de unos pocos. Nada tiene de insólito que pese a denuestos y persecuciones sin cuento el marxismo sea una bandera donde se contemplen millones y millones de personas y su color rojo. por extraño que a muchos parezca, simbolice progreso, libertad y solidaridad, Porque si desde sus albores, y con todos los retrocesos y zigzags que se quiera, la humanidad avanza, explicar ese avance, impulsarlo, hacer al hombre responsable de sus destinos, por muy imperfecto que sea todavía, es un empeño noble y honroso.

2. Es muy cierto, desgraciadamente, que en nombre del marxismo se han cometido crímenes terribles. Pero en ello, el marxismo en nada, se distingue de ninguna de las grandes corrientes filosóficas, religiosas o políticas que en el mundo han sido. Si pudiera hacerse tan macabro balance, acaso no quedara el marxismo, en lo, que a crímenes respecta, muy a la zaga de cosas tan respetable o en su día tan pro gresivas como el cristianismo o el liberalismo.

3. Muchas son así, las tachas que pueden ponerse al marxismo. Desde no_haber resuelto los problemas filosóficos, sociales, políticos y económicos de nuestro tiempo hasta haber alumbrado sociedades de subyugación y opresión. Con todo, solución, definitiva a los problemas de las sociedades humanas, hoy por hoy nadie la tiene. Y, menos que nadie el capitalismo. Basta observar un poco los problemas que en el mundo capitalista suscitan las crisis economicas recurrentes, el sistema monetano internacional, las empresas multinacionales, la del medio, la crisis de la energía, la explotación del tercer mundo, entre otros temas, para reconocer la necesidad de buscar nuevas soluciones sociales y económicas. ¿Y qué otras cabe encontrar que no sean las que ofrece el socialismo» ¿Y qué socialismo tiene más fundamento, quelel marxista?

4. En la historia, una y otra vez, Usde cuando Platón escribió La República hasta hoy, se ha acusado de utópico a todo aquel que quería cambiarla sociedad. Y, sin embargo, la sociedad, siempre, tarde o temprano, acaba cambiando. Cuántos ejemplos no se podrían aportar de quienes han considerado como algo inconmovible la esclavitud, el señorío… o la propiedad privada del capital. Y tan absurda es esta última -y así se considerará algún día- como absurdo y de todo punto inaceptable nos parece hoy que se pueda reducir un hombre a esclavitud o que se haya creído que la sangre del estamento noble era diferente de la del siervo y que de la cuna a la muerte uno y otro tenían diferentes derechosy obligaciones.

5. Por último, si bien no se han cumplido -desde luego- las teorías de Marx sobre la proletarización y miserabilización de casi toda la población de un país capitalista hay en cambio un rechazo patente del capitalismo en grupos cuantitativa Y cualitativamente cada vez mas importantes, como técnicos, profesionales y estudiantes. Las protestas reiteradas de estos últimos en muchos países ponen en duda las posibilidades biológicas mismas de que el capitalismo continúe. Si los hijos de los burgueses no quieren ser burgueses, es difícil que no acabe habiendo cambios.

Si de las dos grandes corrientes marxistas, una de ellas -la comunista- abandona, como lo está haciendo, dependencias exteriores, afanes hegemónicos y dictaduras del proletariado y acepta la vía pluralista, pacífica), democrática hacia el socialismo que siempre -o casi siempre- ha defendido la otra corriente, encarnada por el Partido Socialista Obrero Español en sus noventa y siete años de historia, no es imposible pensar en una izquierda unida para el mañana, que llegue a alcanzar la confianza mayoritaria del país y que sin utopías vaya estableciendo una sociedad más libre, solidaria, democrática, racional, justa y eficaz.

Por todo ello convendría que dejasen de llamarnos a los socialistas que somos partidarios de una alianza con los comunistas, tontos útiles, compañeros de viaje o ingenuos despistados, y de preguntarnos por los partidos socialistas de los países del Este o por la libertad de la Unión Soviética.

Aparte de que podríamos contestar que las únicas opresiones y cárceles que hemos conocido no han sido precisamente las soviéticas, todo eso que nos puedan decir y mucho más lo hemos. sabido y lo hemos combatido y lo seguimos combatiendo con todas nuestras fuerzas.

A fuer de marxistas, sin embargo, sabemos que las cosas cambian. Y si nuestras coincidencias con los comunistas de este país aumentan en lugar de disminuir, tal cosa nos alegra. Profundamente.

Francisco Bustelo

23 Octubre 1976

Ante el congreso del PSOE

Pablo Castellano

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Desde la gratísima y honrosa situación de un militante de base del Partido Obrero por excelencia, casi centenario, protagonista de las mejores páginas revolucionarias de la clase trabajadora sin otro conocimiento de lo ocurrido que lo que se trasluce de las páginas de la prensa, es obligado hacer algunas consideraciones sobre este problema de la celebración, aplazamiento o traslado del lugar de realización del Congreso del PSOE, que es evidente, y comoInformaciones valoraba, constituye un auténtico test político, pero no sólo para el Régimen, sino también para la oposición.No es de despreciar entre otros muchos datos. manejables para el análisis que la pretensión de legalidad que ampara la resolución no autorizadora del Congreso, por defectos de forma, se haya producido cuando la llamada plataforma de Coordinación Democrática recibía una seria andanada de la Izquierda Democrática (Demócrata -Cristiana), negándose a ratificar el Documento de Valencia, su concepción de la ruptura democrática, que se reduce para aquélla a un simple proceso, electoral, y con una no muy aceptable calificación peyorativa de «salidas a la calle», o «agitaciones», nada merecida, con que se alude a los movimientos populares y al ejercicio bien legítimo del derecho de manifestación. Pedir tregua al movimiento obrero, sin haber pedido tregua en la represión sangrienta del poder y sus colaboradores, en el atentado indiscriminado, es un cierto sarcasmo, pero al fin y al cabo cada uno con sus concepciones del orden público y sus lógicas tendencias al alineamiento con la clase explotada o la explotadora.

Tampoco es perdonable desestimar cómo, a bombo y platillo, se ha celebrado el Congreso del PSOE (llamado histórico, en el que hoy militan socialistas sin la menor historia, como no sea la que arrastran desde el Frente de Juventudes).

Importancia también ha de darse si cree uno en rumores de salas de redacción, a la poco favorable aceptación por algunos militares de la posible reunión en Madrid de los líderes más destacados, del socialismo mundial, que quieren equiparar con una acción de presión o interferencia en nuestros problemas nacionales, cuando es pura y simplemente una manifestación de solidaridad de clase, que en nada afecta a nuestra soberanía y desde luego menos que los acuerdos con el imperialismo americano, o los elementos ultras, armados en Montejurra, de la Internacional Fascista, pues en todo caso estos peligrosos socialistas podrán decir bien alto: «Aquí estamos, nosotros no matamos».

Piensan algunos malintencionados que no produce la menor satisfacción al poder que destacados miembros de gobiernos, actuales o pasados, de la Europa democrática occidental, vengan a nuestro país y otorguen privilegiado trato al primer secretario del PSOE, mientras los ministros de la Monarquía son recibidos, cuando lo son, reticentemente en estos países, y que aquí puede estar otra de las razones de la excitabilidad oficial. Sería un problema de celos políticos.

Y sin agotar temas ni especulaciones, parece ser que entorpecería notablemente la discusión doméstica de la reforma el que ésta fuere precedida por los acuerdos de un Congreso del PSOE que la pudiere juzgar críticamente, rechazar, afirmara su tradicional republicanismo e incluso pudiere dejar sentada la no legalización y participación en el proceso electoral a las dos Cámaras, pues la argumentación por los sectores ultras; de la inutilidad de la tal reforma se vería reforzada con este antecedente, y no se quiere correr el riesgo de que una potencial clientela, según los reformistas, y allá ellos si así lo creen, se pronuncie antes de estar fabricado el producto.

Al Gobierno, pese a todo, no le interesa un Congreso del PSOE en el exilio, pues exilio sería obligar a tina importante fuerza política a reunirse fuera, en libertad, por lo que todo estribaría en la negociación sobre el aplazamiento, considerando que al PSOE le importa, lógicamente y mucho, hacer aquí, en libertad, con firmeza y con, claridad ejercicio de su democracia para ejemplo de propios y ajenos.¿Pero esto es negociable?.

Infantil resultaría querer obligar a esta organización democrática a que se «legalice», para celebrar un Congreso. Más que infantil contraproducente. Y absurdo lugar frente a esa fuerza real con la legalización del sector histórico solicitada y pendiente de resolución.

Y a la oposición restante tiene que hacerle pensar muy seriamente esta actitud de los prerreformistas, su concepto de la equidad frente a la ley, su discriminación arbitraria, y sobre todo la incoherencia política, económica, social de que hace gala el Gabinete, quizás como consecuencia de su simple desconocimiento de la problemática real del pueblo.

Sujetar el ejercicio del derecho de reunión a las conveniencias del Gabinete, el ejercicio del derecho de manifestación y libertad política a las operaciones del poder, el ejercicio del derecho de crítica, repulsa o adhesión, a la satisfacción de determinados núcleos, en suma controlar y manipular el ejercicio de la democracia, revela sin más misterios, que concepto se tiene de la política que se prepara por el suarismo, y su democracia para incondicionales.

Después de esto, a ratificar de nuevo la Declaración de Derechos Humanos, porque para lo que compromete…

02 Diciembre 1976

Ante el congreso del PSOE (R)

José María Ruiz Gallardón

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El PSOE (Renovado) sigue navegando entre brumas, sin decidirse claramente ni por romper amarras con el Partido Comunista, ni por mantener una indisoluble y estrecha colaboración con él.

Dentro de unos días, muy pocos, se va a celebrar en Madrid el Congreso del Partido Socialista Obrero Español, sector renovado. La autorización del mismo ha sido una tira y afloja entre el Gobierno y el propio partido. Ignoro en absoluto cuáles hayan podido ser las razones en las que se ha fundamentado la autorización, pero sospecho que en ningún caso habrá estado ausente de la decisión un cierto convencimiento por parte de las autoridades de que este partido será muy pronto legalizado. No se comprende, en todo caso, que si no existe desprecio de la legalidad, no accedan su dirigentes a formalizar los requisitos indispensables para situarse dentro de la Ley.

A diferencia de algunos políticos de la derecha española pienso que es bueno que este Congreso se celebre en España. Como pienso – esta vez de acuerdo con esos mismos políticos – que no sería de recibo que el Partido Comunista tuviera opción para intentar la organización de su propio Congreso.

Hoy el socialismo en Europa y, en general, en todo el Occidente, sobre todo a partir del famoso Congreso de Bad Gudesberg, intenta presentarse con un fuerte componente democrático y un cierto e indiscutible abandono de la tesis marxistas. Ni el socialismo alemán puede, en justifia calificarse como revolucionario, ni las palabras de Willy Brandt, con ocasión de su reciente reelección en la Internacional Socialista, dejan lugar a dudas: el enemigo del socialismo democrático europeo no es sólo el comunismo soviético: lo es también el eurocomunismo.

Entiendo que esa es una lección que sus compañeros españoles deberían aprender muy bien. Y que no faltarán ocasiones para que el propio señor Brandt y otros dirigentes socialistas europeos – por ejemplo, Mario Soares – se lo expliquen a don Felipe González y en tal caso pueden ocurrir tres cosas:

Que el PSOE (R) se desligue del Partido Comunista español, lo cual contribuiría decisivamente a hacer de la democracia española un sistema digerible para todos. Resultado óptimo, en el que, desgraciadamente no confío en exceso.

Que, desoyendo tales llamadas siga el PSOE (R) empeñado en ser el paladín y el caballo de trolla que nos cuele el comunismo carrillista. Resultado bueno, porque debilitará a la izquierda al perder esta gran parte de la credibilidad democrática que hoy disfruta. Como dijo muy acertadamente en reciente ocasión el Sr. Fraga al Sr. Tierno es muy grave en estos momentos y en España concebir la democracia política como un mero paso hacia la revolución social de signo marxista.

Que el PSOE (R) siga navegando entre brumas, sin decidirse claramente ni por romper amarras con el Partido Comunista, ni por mantener una indisoluble y estrecha colaboración con él. Este estado de magma político fortalezerá, sin duda, a los verdaderos socialdemócratas, pues, muy posiblemente, hará que se incline hacia la izquierda comunista un importante sector del socialismo español, y hacia la socialdemocracia otro no menos importante, con el consiguiente resultado de clarificación.

En una palabra: desde la acera de enfrente hay que observar con curiosidad e interés el panorama del socialismo español, que va a tener que decirnos de una u otra manera, pero con suficiente claridad, pues serán los hechos quienes hablen, si lo que busca es la revolución o la democracia. Y eso, en todo caso, es bueno.

José María Ruiz Gallardón

09 Diciembre 1976

Congreso del PSOE: primer balance

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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Ayer se clausuró en Madrid el XXVII Congreso del Partido Socialista Obrero Español, primero que se celebra en España después de más de cuarenta años. Modelo de organización interna, se ha desarrollado sin ningún incidente, lo cual demuestra que el pueblo español está más maduro para la democracia de lo que se ha pretendido hacer creer en el pasado reciente.El congreso puede constituir un imán que atraiga nuevos militantes, fortaleciendo la imagen y la implantación del PSOE. Al menos esta era, lógicamente, una de las metas a conseguir por los socialistas. Pero de esta eventual popularidad puede nacer una de las paradojas que atenacen al desarrollo del partido en el futuro y le impidan constituir el gran eje de cristalización de la izquierda. El peligro reside en que un aluvión de nuevos miembros, en lugar de reforzarla unidad del partido, puede aumentar su división en fracciones. Quizá previendo esta situación, los dirigentes del PSOE parecen inclinados a recurrir al sistema por el cual dentro del partido se puede discutir todo, pero nada fuera de él; lo cual implica el riesgo de resucitar una de las reglas de oro de ese miedo a la libertad que se ha llamado centralismo democrático. No obstante, el respeto a las minorías parece elemental en toda fórmula democrática, y es de suponer que el PSOE lo entienda así en el futuro.

Con ocasión del congreso, Madrid ha sido escenario de una impresionante muestra de solidaridad internacional. Con razón se ha podido decir de esta ciudad que, por unos días, se ha convertido en la capital del socialismo mundial. Por el salón del hotel donde se celebraron las sesiones se podían ver delegaciones que iban desde los partidos europeos más poderosos, hasta representantes del Frente Polisario y del socialismo argelino y chileno. Si esa presencia añadía un aura de internacionalismo muy propio de la esencia del movimiento socialista, planteaba también una interrogante básica: ¿hacia cuál de esos modelos de socialismo orientará el partido español su reflexión teórica y su actuación como grupo con vocación de poder? Las ponencias aprobadas en el congreso, que analizaremos en futuros comentarios, han intentado despejar en parte la incógnita. Nos parece, sin embargo, necesario destacar dos puntos de especial importancia para entender la táctica y la estrategia futuras del Partido Socialista.

El primer secretario avanzó la idea de un compromiso constitucional,caso de que no hubiera un pacto real Gobierno-Oposición y elecciones libres. A juzgar por su exposición, se trataría de mantener la vigencia de los acuerdos políticos generales establecidos en anteriores organismos multipartidistas de la Oposición. Su justificación estaría en la necesidad de un pacto para asegurar la consecución plena de la democracia. Son comprensibles los temores de los socialistas por el futuro de ésta y de alabar su actitud de vigilia para no permitir ninguna edulcoración de la misma. Pero en el fondo y en la forma los partidos de la Oposición representan intereses y actitudes políticas diversas, y es legítimo y deseable que esas diferencias se manifiesten antes y después de las elecciones, una vez que hayan desaparecido las actuales cortapisas al ejercicio de las libertades básicas. En ese clima no habría tal compromiso constitucional y el Partido Socialista tendría entonces que señalar sus opciones y definir su puesto, tanto frente a su derecha como a su izquierda. Nos gustaría estar seguros de que los socialistas han sopesado bien el significado que en la sociedad española actual tiene el ser -como dicen- partido de clase, marxista y democrático. Lo mismo habría que señalar respecto a sus formulaciones a favor de una República federal.

Y una última consideración. El congreso pudo haber constituido un paso decisivo en el camino de la unidad socialista. No ha sido así. La conciliación de actitudes divergentes hubiera sido una aportación inapreciable de las grandes figuras presentes estos días en Madrid, al socialismo español. No lo han hecho.

09 Diciembre 1976

FELIPIDADES

DIARIO16 (Director: Felipe González)

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El Congreso del PSOE ha concluido con un rotundo éxito para la línea política representada por Felipe González, lo que podría permitir que una gran corriente de la opinión nacional – millones de votos y de ciudadanos – se sintiera representada por un partido que busque la implantación del socialismo, pero insistiendo machaconamente en la defensa de la libertad. La madurez ha prevalecido sobre los maximalismos que amenazaban con reducir al PSOE a un partido ‘puro y duro’ de escasa importancia nacional.

La composición de la Ejecutiva elegida por el Congreso significa un espaldarazo a la síntesis del partido que encarna Felipe González y un claro fortalecimiento del ala moderada encabezada por Enrique Múgica, Miguel Boyer y otros. Largas horas de debate fueron necesarias para lograr la aprobación de esta Ejecutiva. Concretamente la Federación Madrileña, calificada como una de las más izquierdistas, hizo todo lo posible por dinamizar la línea felipista oponiéndose a Alfonso Guerra, tratando de expulsar a Luis Yañez, intentando vetar a Miguel Boyer y, cuando lo vieron todo perdido, sus delegados se abstuvieron en la votación.

Democracia, es democracia, les recordó el primer secretario del Partido, indicándoles que la ley de la mayoría tenía que ser obedecida a rajatabla hasta que próximos congresos permitieran el lanzamiento de nuevas candidaturas. Pero la derrota de Madrid, según ciertos observadores, fue tan apabullante que no es de descartar que se produzcan intentos de escisiones o salidas de militantes del partido. Son cosas de la vida.

Lo que sí es cierto es que la corriente que encabeza Felipe González demostró que la madurez puede ser mayoritaria en el seno del PSOE. En larguísimas discusiones fueron rechazados radicalismos peregrinos, que podían haberse convertido en una verdadera enfermedad infantil del socialismo. Fueron rechazadas propuestas tales como la abolición de la familia, la desaparición de los delitos de violación y estupro, la excesiva insistencia en un republicanismo de combate, la inquietante bandera de la dictadura del proletariado, etc. Ganó el realismo a pesar de que quedan resabios infantiles todavía. Las resoluciones finales demuestran que todavía el PSOE se mira demasiado su propio ombligo, piensa y habla a veces más para su base que para el país, y olvida quizá que las elecciones son inminentes y que aquí hay que hablarle más al ciudadano y menos al militante.

Tras el congreso, fortalecida radicalmente la línea política de Felipe González, el PSOE ha vencido su primer sarampión de juventud y parece estar en condiciones de lanzarse a la batalla política en el gran escenario nacional. Sus dirigentes pueden ya pactar, hablar el país y de canalizar a una parte importante de la opinión que exige implantar la justicia en esta tierra sin sacrificar ni un ápice la libertad. Y esto es bueno para el país.

10 Diciembre 1976

“PRONUNCIAMIENTO REPUBLICANO”

Antonio Izquierdo

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No entro en los pormenores, pero más o menos, todos teníamos la impresión de que existía un pacto, tácito, entre el Gobierno y el Partido Socialista Obrero Español. La ilusión de una España democrática a imagen y semejanza de las nórdicas, estaba en el punto de mira de los disparos presidenciales: una derecha franquista, fría y moderada – Cabanillas, Esteruelas, Fraga y un considerable etcétera, en el que pueden incluirse los políticos del Gabinete – y un socialismo civilizado para jugar al binomio Gobierno-Oposición; Oposición-Gobierno Si estos eran los cálculos oficiales – y la visita de Willy Brandt, Presidente de la Internacional al Rey resulta indicativa – el PSOE le acaba de hacer al Gobierno del señor Suárez, con perdón, un corte de manga: el ‘pronunciamiento’ República Federal no admite ningún género de dudas.

Horas más tarde de conocerse el programa, en la tumba de Pablo Iglesias ondeaba una bandera tricolor y se coreaba con entusiasmo el grito de ¡España, mañana, será republicana!. La feliz iniciativa del pacto se ha desvanecido. Era lo suyo, aunque en rigor y a título personal me sienta decepcionado por los proyectos del Partido Socialista Obrero Español y por la actitud de su líder, Felipe González. Sobre la figura de este político, con buena imagen de playboy, pudieron centrarse algunas esperanzas a nivel de quienes creían, con el Gobierno, en la posibilidad de un socialismo moderno, avanzado y sereno y se encuentra, de la noche a la mañana con que Felipe González y sus gentes se pronuncian en favor de una República federalista, cuya imagen se remonta a 1873 y cuya experiencia duró once meses, entre otras causas, según los comentaristas de la época, por la tendencia disgregadora de los españoles y por las rivalidades económicas comarcales”.

De alguna manera puede decirse que la primera República fue hija natural de ‘La Gloriosa’ de 1868. Si tuviéramos que buscar un antecedente de naturaleza para ésta que auspicie el nuevo PSOE sería el tiempo de ‘La Revoltosa’ – ¡Ay, Felipe de mi vida, si contigo yo soñaba noche y día! – por dos circunstancias concretas: una, porque a niveles oficiales este ‘pronunciamiento’ de Madrid ha revuelto los planes preelectorales y prepolíticos de los jóvenes del establecimiento; otra, porque la aspiración de los socialistas de 1976 se homologa con la España ensimismada y alicorta del ‘Genero Chico’ y cuando más, con la España o el Madrid de la Chelito. El programa, desde el punto de vista socioeconómico, es regresivo y decepcionante. Utilizar la bandera del divorcio o del aborto o de la píldora – es un decir – está denunciando, simultáneamente, la incapacidad teórica o práctica para erguir otras banderas; lo cual, por otra parte, es comprensible sí se tiene en cuenta que el oprobioso Régimen de Francisco Franco, en avances sociales, dio saltos difícilmente homologables. De todo esto se deducen dos cosas:

  1. a) Que el Gobierno del señor Suárez se ha equivocado, lo cual no es seguro.
  2. b) Que Felipe González tiene más de playboy que de revolucionario, lo que resulta, hasta cierto punto, lógico.

Antonio Izquierdo

El Análisis

LA INTERNACIONAL SOCIALISTA BENDICE A FELIPE

JF Lamata

El PSOE Renovador celebró su primer congreso en España cuando aún no estaba legalizado pero cuando ya era evidente que iba a serlo. Su objetivo era doble, presentarse a la sociedad española como principal alternativa de izquierdas para acceder al Gobierno de cara a las elecciones y algo más importarse: presentarse como el auténtico PSOE. Y la Internacional Socialista se volcó con ellos, Willy Brandt, Olof Palme, François Mitterrand, Mario Soares o Carlos Andrés Pérez se desplazaron a Madrid para arropar a D. Felipe González y D. Alfonso Guerra. Aquel impresionante respaldo internacional al PSOE Renovador era un auténtico jarro de agua fría contra el PSOE Histórico – cada vez más debilitado – , contra el PSP del Sr. Tierno Galván e incluso contra el PCE de D. Santiago Carrillo, que veía como el PCE perdía protagonismo, aunque este último maniobraría como pudo recuperarlo.

J. F. Lamata