7 marzo 1983

Los votos acreditan un respaldo de la población al Gobierno de Kohl y a su moción de censura del año pasado

Elecciones R.F. Alemania 1983 – Arrollador triunfo de Helmut Kohl (CDU) frente Hans Jochen Vogel (SPD)

Hechos

En marzo de 1983 se celebraron elecciones legislativas en la República Federal de Alemania.

Lecturas

Son las primeras elecciones después de la moción de censura que llevó Helmut Kohl al cargo de canciller de la República Federal de Alemania en 1982.

Las anteriores elecciones en la RFA habían sido en 1980.

Las siguientes elecciones en la RFA serán en 1983.

RESULTADOS:

CDU-CSU – 244 escaños

SPD – 193 escaños

FDP – 34 escaños

Verdes – 27 escaños

LOS OTROS LÍDERES

Hans_Jochen_Vogel El líder socialdemócrata, Hans Jochen Vogel, es el principal derrotado, dadas las espectativas del SPD de recuperar el poder que les fue arrebatado por la moción de censura de 1982.

Genscher El líder liberal, Hans-Dietrich GEnscher, presidente del FDP fue la pieza clave para el cambio de gobierno del año anterior. En estas elecciones ha sufrido un sensible retroceso pero sin perder su deseada condición de ‘bisagra’.

Petra_Karin_Kelli  La lideresa de Los Verdes, Petra Karin Kelly, ha logrado el mejor resultado logrado por los ecologistas desde su fundación y, aunque no podrán condicionar el Gobierno tendrán grupo propio.

07 Marzo 1983

Quebranto socialista en Europa

Editorial (Director: Luis María Anson)

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El resultado de las elecciones alemanas es una noticia excepcionalmente buena para la Alianza Atlántica, para la Comunidad Europea y para la estabilidad de las dieciocho democracias que coexisten en el Viejo Continente, entre los dos gigantes nucleares. La República Federal no se jugaba en estas elecciones el aumento de un punto en la presión fiscal, la nacionalización de la electricidad, la normativa sobre la interrupción del embarazo o el reajuste del desempleo. Se jugaba, con Europea entera, su seguridad física, ante un adversario que presiona cada día para erosionar la defensa – económica, militar, cultural – de ese grupo de naciones. Si la socialdemocracia y los ecologistas se hubieran alzado con el triunfo, hoy hubiéramos entrado en la guerra fría y en el rearme crispado de los aliados europeos de Norteamérica. El cambio hubiera tenido consecuencias imprevisibles en medio de una etapa de empobrecimiento y tensión. Pero el giro no se ha producido: por le contrario, lo que recibimos desde el corazón de europa es una lección de realismo y de inteligencia política.

Con uno de sus hombres más grises al frente, la Democracia Cristiana ha batido ampliamente a los socialdemocracias. El ala izquierda del señor Vogel, sin desautorización de éste, había avanzado en un entendimiento muy amplio con la Unión Soviética. Los rusos concedían todo lo imaginable a cambio de una sola cosa: la no instalación de los misiles Pershing y Cruise en suelo alemán, a desplegar este año por acuerdo de la Alianza Atlántica. Lo que ha sido derrotado ayer es precisamente eso: el falso pacifismo, el entreguismo mercantil y ciego que la izquierda alemana quería imponer. La sólida Democracia Cristiana no ha ganado, sino que ha barrido al SPD; cuando las grandes elecciones se deicen en occidente por medio punto, la coalición de centro derecha ha sacado diez al socialismo; el 7 por 199 liberal es el desmentido a los augures y el premio a la tenacidad de Genscher; los ecologistas, por su parte, superan el 5 por 100, entran en el Parlamento y se integran en el sistema; pero no conviene olvidar la afirmación emblemática de su líder, Petra Kelly: “Prefiero un 3 por 100 de votos para hacer un ecologismo duro y un desarme total, a un 13 por 100 para una política de compromiso”.

El buen sentido europeo se ha impuesto sobre las veleidades neutralistas y el afán expropiador. ¿Escucharán la advertencia los inexpertos y arrogantes triunfadores de Madrid?

08 Marzo 1983

Las lecciones de una jornada electoral

Editorial (Director: Juan Luis Cebrián)

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Aparecen los verdes

Los resultados de las elecciones generales en la RFA no suponen ninguna sorpresa considerable con respecto al previsto triunfo conservador, a no ser por la acentuación de la pérdida de la socialdemocracia. La sorpresa principal está en que la masa electoral parece haber levantado su castigo a los liberales, provocadores de la crisis, que van a tener 34 diputados, y en la aparición por primera vez en el nivel federal de los ecologistas, los verdes, que tendrán veintisiete. El sentido de la recuperación de los liberales es el de evitar que la CDU tenga que apoyarse exclusivamente en los cristianos bávaros, lo cual produciría la inclusión de Strauss en el Gabinete -como ministro de Asuntos Exteriores- y una peligrosísima inclinación hacia la derecha. El mantenimiento de los liberales en el gobierno parece indicar que la mayoría alemana quiere un Gobierno de centro-derecha. La crisis de fondo queda sin resolver: es la volátil minoría liberal la que manejará el equilibrio. En los temas sociales y económicos tienen los cristianodemócratas un buen acuerdo con los liberales: fue precisamente la insistencia de éstos en sujetar los gastos de Seguridad Social y subsidio al paro, y de no aumentar excesivamente los salarios, lo que les desligó de los socialdemócratas. Desde el punto de vista de la política exterior significa que Reagan puede seguir con ciertas dificultades, aunque menores, para implantar su sistema de misiles en la República Federal de Alemania, y que la tendencia a un tipo dé negociación constructiva con la URS S se va a mantener. Kohl no puede ignorar el crecimiento del pacifismo, el miedo a la guerra y la tendencia hacia una política militar nacional (dentro de Occidente) que crece en el país y que se refleja moderadamente en el resultado de las elecciones: sobre todo con la aparición de los verdes. Con ello sucede que, por primera vez, el Bundestag se compone de cuatro partidos (considerando como uno la coalición CDU/CSU) y que el nuevo, el ecologista, va a tener amplia ocasión de manifestarse y de desmontar posibles maniobras.

La ocupación por los verdes de 27 escaños va a introducir un factor nuevo en la política alemana; será un estímulo para las movilizaciones populares sobre todo contra los euromisiles y también frente a otros aspectos de la política de Kohl, en particular el reforzamiento de la discriminación contra los trabajadores extranjeros. Signos de inestabilidad social pueden aparecer en esta etapa en la RFA. El crecimiento de un cierto radicalismo -Strauss a la derecha, los verdes a la izquierda- es toda una novedad en la República Federal, tan acostumbrada a, las fronteras difusas en sus -opciones políticas. Es posible que en el futuro haya más aproximaciones entre socialdemócratas y ecologistas -en el terreno del pacifismo, de la negociación entre los bloques, de la política antínuelear y de la mejora social- del que había hasta ahora.

Reacciones en España

Las reacciones de los partidos españoles han tendido a conducir el agua de estos comicios al molino de nuestra política. Fraga esgrime la doble derrota socialista como un argumento en favor de la gran derecha: «no nos hemos, equivocado, cuando la derecha se une y trabaja junta, no es desmontada por la izquierda». El empeño por tener la razón a cualquier precio, conduce al líder de Alianza Popular a elogiar «el triunfo de la coalición de Helmuth Kolh con los liberales», pese a que democristianos y liberales acudieron por separado a las urnas y el partido de Genscher, durante largo tiempo formación bisagra en el sistema alemán, gobernó muchos años con los socialdemócratas y podría volver a hacerlo en el futuro. Óscar Alzaga comenta que «la victoria de la democracia cristiana en Alemania es de tal calibre que abre una nueva etapa histórica de relanzamiento de la vieja Europa democrática» y extrae la conclusión de que «no tardará en llegarnos esta nueva marea a las costas españolas». Elena Flores coordinadora de política internacional del PSOE, también se deja llevar por los excesos partidistas al comentar los resultados electorales. Resultaría, según ella, que en Alemania el partido socialdemócrata, pese a su clara derrota, se apunta el mérito de una «importante recuperación»; las amenazas de los empresarios durante la campaña (¿es que alguien ha olvidado la, manzana agusanada de la CEOE en Andalucía?), la agresividad verbal de la derecha alemana (¿tal vez superior a la derecha española?) y la «escasa implantación de Vogel, muy inferior a la de Schmidt» (¿un partido de tanta implantación social, sindical y militante como el SPD depende de un líder?) explicarían lo demás.