13 junio 2000

El ex directivo de Banesto Fernando Garro y también Diego Selva se llevaron parte del dinero que se desvió a Argentia

La comisión rogatoria por el ‘caso Argentia’ (Banesto) acredita que el dinero se lo llevaron los intermediarios Matías Cortés y Navalón

Hechos

El 13.06.2000 el diario EL MUNDO publicó su portada los resultados de la comisión rogatoria ordenada por la justicia en Suiza, que dictaminó el destino de los fondos de Banesto que habían pasado a la sociedad ‘Argentia’.

Lecturas

El diario El Mundo lleva a su portada el 13 de junio de 2000 el resultado de la comisión rogatoria en Suiza destinada a ubicar el destino de los 600 millones del Banco Banesto desviados durante la etapa de D. Mario Conde Conde a la sociedad Argentia Trust sin pasar por contabilidad. Los receptores del dinero eran los ex asesores D. Antonio Navalón y D. Diego Selva, el ex directivo de Banesto, D. Fernando Garro y el abogado D. Matías Cortés por labores de intermediación en negocios de Banesto. El Mundo es el único medio que publica aquella comisión en portada insistiendo en el dato de que D. Matías Cortés es miembro del Consejo de Administración de PRISA, empresa editora de El País, principal competidor de El Mundo.

14 Junio 2000

«CASO ARGENTIA TRUST»: FALLÓ LA AUDIENCIA NACIONAL

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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En español, un fallo es una sentencia judicial, pero también un error. En el caso Argentia Trust, la Audiencia Nacional logró las dos cosas.

No tenía por qué. Habría bastado con que la Sala de lo Penal de la Audiencia, cuyo ponente fue el ex diputado del PSOE Ventura Pérez Mariño, en lugar de considerar que era «imposible» saber qué destino había dado Mario Conde a los 600 millones de pesetas que Banesto pagó a Argentia Trust, hubiera decidido averiguarlo.

La Audiencia se rindió sin combatir. ¿Por qué? Una comisión rogatoria enviada a Suiza por un muy modesto juzgado madrileño ha resuelto el enigma que la Audiencia había dado por indesvelable: los millones fueron a las cuentas bancarias de Antonio Navalón y Diego Selva, que, a su vez, hicieron pagos a Fernando Garro y Matías Cortés.

Por razones sobre las que no vamos a especular -aunque no podamos dejar de imaginarlas-, el magistrado Pérez Mariño y sus dos compañeros de Sala decidieron que, en este caso, la vía más acomodada era la de la calle de enmedio. Resolvieron sobre todo demasiado rápida, demasiado tajante, demasiado expeditivamente. No sólo no hicieron lo necesario para aclarar la exacta verdad de lo sucedido -lo cual también tiene una calificación jurídica, dicho sea de paso-, sino que se permitieron incluso ironizar sobre los efectos prácticos de su molicie: «Eso no es que sea absurdo; es que no es verdad» (…) «una añagaza», etc.

Lo que ahora sabemos, pese a la Audiencia Nacional, es que Mario Conde no se quedó con aquellos 600 millones, sino que se los dio a unos conseguidores, muy vinculados a la Administración felipista. Lo que esos intermediarios hicieron con el dinero -si eran intermediarios, lo serían entre Mario Conde y algún tercero, suponemos- es algo que habrá de dilucidarse en la revisión del juicio, que ahora debería celebrarse con -al menos- cuatro acusados más en el banquillo. Alguno de los cuales habría de responder también de la acusación de falso testimonio. Y de delito fiscal, según todas las trazas.

Dice ahora Matías Cortés que el pago que le hizo Navalón no tiene nada que ver con Argentia y fue fruto de un «acuerdo vulgar y corriente». Pero los antecedentes de sus pelotazos al alimón no le avalan demasiado. Tal vez fuera «vulgar» la forma en que, según Ruiz Mateos, se repartieron el dinero que había puesto a su disposición tras la intervención de Rumasa, pero desde luego no tienen nada de «corrientes» los cobros que uno y otro realizaron a cuenta de los 8.000 millones aportados por Iberduero e Hidrola para conseguir que el PSOE y el Gobierno felipista aceptaran su fusión. Hora es de que la justicia empiece a mirar con lupa los manejos de este consorcio de traficantes de favores políticos y mediáticos.

El Análisis

MARIO CONDE RESPONSABLE

JF Lamata

Que la comisión rogatoria de Suiza acreditara que D. Mario Conde no se quedó personalmente los 600 millones que se desviaron de Banesto a Argentia no le quitan responsabilidad alguna. Eso sí, dejaban lugar mal al juzgado de la Audiencia Nacional que juzgó el ‘caso Argentia’ por no haber hecho ellos aquella gestión y al diario EL PAÍS que publicó en su portada que el Sr. Conde fue quien se había quedado tal dinero.

Pero como presidente del banco Banesto el Sr. Conde era el responsable del dinero y desvió esa cantidad de dinero sin aclarar en que beneficiaba al banco Banesto repartir ese dinero al Sr. Navalón y el resto de inquietantes intermediarios. Es cierto que Banesto no es el único banco que realizó importantes pagos a directivos que no beneficiaban directamente al banco (como fue el caso de las jubilaciones en el Banco Santander), pero eso no quita que la responsabilidad de D. Mario Conde en aquel gasto era innegable.

Además en ese mismo año 2000 el Sr. Conde ya había recibido el mazazo del caso Banesto.

J. F. Lamata