10 julio 1976

Martínez Soler rompe con la revista DOBLÓN, de la que era fundador, tras quedar esta en las manos de Martín Ferrand

Hechos

En su número del 10.07.1976 la revista DOBLÓN informó de la ruptura de D. José Antonio Martínez Soler con su publicación.

Lecturas

El director y fundador de la revista Doblón, José Antonio Martínez Soler, anuncia el 10 de julio que abandona la revista después de que el editor, Julián García Peri decidiera retirarle algunas funciones y competencias para dárselas a Manuel Martín Ferrand, que entraba en la empresa como ejecutivo. La revista Doblón cerrará poco después.

10 Julio 1976

AUNQUE ME VOY, NO ME VOY

José Antonio Martínez Soler

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Mi dimisión no abre ninguna crisis en DOBLÓN, ni responde a las amenazas de muerte recibida si no dimitía, ni a la tristeza producida por la impotencia de un Estado moderno para castigar a los ilocalizables terroristas de extrema derecha.

Me marcho. Al cabo de dos años de apasionante trabajo en la fundación y consolidación de DOBLÓN – la primera revista del país en su género – he decidido presenta mi dimisión como director. Terminan de esta forma para mí, como director de DOBLÓN, dos años de periodismo crítico, pero leal, de arrimarnos al toro con osadía, en plena dictadura, pero con una fe absoluta en nuestro pueblo y con toneladas de confianza en el futuro y entusiasmo con la libertad; dos años de buscar una información veraz, en permanente y arriesgada lucha contra la corrupción, la irracionalidad económica y la opresión política.

Y en esta vanguardia de la apertura – junto a otras publicaciones –  DOBLÓN fue conquistado la libertad de prensa palabra a palabra, juicio a juicio, secuestro a secuestro. Expedientes, citaciones, amenazas y castigos fueron la réplica constante a nuestra labor de profilaxis social, a vees incompleta, pero siempre bienintencionada. Pero también – y con mucho más peso – en nuestro haber las felicitaciones, el apoyo y el cariño continuamente recibido de nuestros lectores, suscriptores, anunciantes y amigos.

El simple sentimiento de utilidad, sirviendo fielmente, desde una posición necesariamente crítica, a la economía y a la sociedad española, compensa infinitamente todo nuestro esfuerzo profesional.

La libertad de prensa ya conquistada, real aunque escasa, abre nuevas perspectivas y me alumbra ilusiones profesionales sin precedentes. Cumplida aquí mi función directiva, y consolida la revista, espero poner en marcha algunos nuevos proyectos – entre los que no descarto la posibilidad de independizarme como modesto editor. Por otra parte, el periodismo directivo me despierta tales nostalgias, por la vocación de reportero que lleva dentro, que más de una vez – y gracias a la infinita ayuda de García Abad, subdirector de DOBLÓN – hice novillos como director para ocuparme directamente de escribir reportajes y perseguir noticias.

Mi dimisión no abre ninguna crisis en DOBLÓN, ni responde a las amenazas de muerte recibida si no dimitía, ni a la tristeza producida por la impotencia de un Estado moderno para castigar a los ilocalizables terroristas de extrema derecha. Convencido de que el equipo creador de una publicación agresiva no tiene por qué ser necesariamente el encargo de su relanzamiento en el mercado, dejo paso a un nuevo director que se ocupará en breve de esta nueva y esperanzadora etapa de DOBLÓN. Para facilitar esta tarea al nuevo equipo directivo han presentado su dimisión a la empresa José García Abad y Miguel García Sánchez, subdirector y redactor-jefe, respectivamente, del equipo saliente.

Entre tanto y de manera provisional, nuestra empresa editora ha tenido el acierto de encargar la dirección de DOBLÓN a uno de sus fundadores, el que fue redactor-jefe desde el número 1 hasta su nombramiento como director del nuevo ‘Diario Económico. Así pues, Primo González Ortiz, coordinador aún de los Extraordinarios de DOBLÓN y sobradamente conocido por nuestros lectores, se hace cargo en este número de la dirección en funciones de DOBLÓN, al tiempo que continúa, naturalmente, como director de ‘Diario Económico’

Durante la dirección en funciones de Primo González no es previsible ningún cambio sustancian en la revista. Terminada esta etapa de transición, sin ruptura, al nuevo equipo corresponderá la ardua tarea de relanzamiento de DOBLÓN, seguramente bajo la misma fórmula de economía y política estrechamente unidas y en este orden.

Si en alguna empresa el mérito debe recaer sobre l base, este ha sido el caso de DOBLÓN. La revista no hubiera sobrevivido a tanto sobresalto con éxito de no ser por la probada capacidad profesional y la enorme dedicación de sus redactores y colaboradores. Mi mayor agradecimiento, en esta hora de despedida, va dirigido precisamente a ellos, a todo el equipo de periodistas que han hecho posible esta revista trabajando felizmente a lo largo de dos años como dos siglos, y que siguen ahora al pie del cañón.

Igualmente quiero extender mi especial agradecimiento a todos los componentes de esta empresa, tanto en la Editorial como en la Imprensa, por la ayuda que me han prestado. Y a mi editor, Julio García Peri, de quien conservaré siempre un recuerdo entrañable como amigo, conservaré siempre un recuerdo entrañable como amigo, quiero expresarle mi enorme reconocimiento por la exquisita delicadeza con que, en los momentos más graves, ha respetado nuestra conciencia profesional y ha defendido, frente a inusitadas y frecuentes presiones, mi independencia como director.

Mi dimisión como director de DOBLÓN no empaña, por supuesto, mis cordiales relaciones con la empresa editora, y es muy posible, si el nuevo equipo directivo lo permite, que permanezca en el futuro como colaborador de DOBLÓN, de ‘Historia Internacional’, de ‘Diario Económico’ o de cualquier otra publicación de esta casa.

Quiero aprovechar la ocasión para desmentir el rumor de que había vuelto a recibir nuevas amenazas de muerte si no dimitía como director. La extrema derecha me produce más tristeza que miedo y las amenazas de muerte que siguieron a mi secuestro, interrogatorio y tortura, del pasado mes de marzo, apenas han influido en mi decisión de dimitir como director de DOBLÓN. No me marcho tampoco cansado ni vencido sino, por el contrario cargado de entusiasmo por emprender nuevos proyectos periodísticos. Me marcho, en cambio, con una ligera tristeza al alejarme de esta revista entrañable a la que he dedicado tantas horas de sueño y de la que he recibido tantas satisfacciones. Continúo, sin embargo, sentimentalmente ligado a DOBLÓN y a su empresa editora. Un sentimiento muy bien pudiera expresarse con esa coplilla almeriense:

  • Aunque me voy, no me voy;
  • Aunque me voy, no me ausento;
  • Que si me voy de palabra
  • Me quedo de pensamiento.

Muchas gracias a todos los redactores, colaboradores, lectores, anunciantes, editores, amigos y enemigos (sí lo tengo). Gracias

José Antonio Martínez Soler