9 junio 2023

Pablo Iglesias instiga desde las redes un linchamiento contra la que se supone que es su candidata a la presidencia del Gobierno, Yolanda Díaz, por considerar que excluir a su pareja, Irene Montero, es venderse a los poderes fácticos

Podemos firma su integración en Sumar de Yolanda Díez a regañadientes por la exclusión de las listas de la pareja de su fundador Irene Montero o la de Pablo Echenique

Hechos

El 9 de junio de 2023 Podemos anunció su integración en la candidatura de Sumar.

Lecturas

La coalición Sumar, el bloque situado a la izquierda del PSOE con Dña. Yolanda Díaz como candidata a la presidencia del Gobierno se había presentado el 2 de abril de 2023 en un acto en Magariños en el que, simbólicamente, no asistió el partido político Podemos.

Apareciendo como fundadores de la coalición Sumar las formaciones Partido Comunista de España (PCE), Izquierda Unida, Más País – Más Madrid [D. Íñigo Errejón – Dña. Mónica García], Barcelona en Comú [Dña. Ada Colau], Alianza Verde – Equo – Partido Verde Europeo, Proyecto Drago [D. Alberto Rodríguez], Chunta Aragonesista, Contigo Navarra, Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta, Coalición por Melilla e Iniciativa del Pueblo.

Pero la ausencia más destacada es la del partido político Podemos, ni su fundador D. Pablo Iglesias (que, irónicamente fue la persona que propuso públicamente a Dña. Yolanda Díez como lideresa del espacio político situado a la izquierda del PSOE), ni su actual secretaria general Dña. Ione Belarra asistieron. El principal motivo es que Podemos quería que se garantizase puestos de elección segura en las listas a sus dirigentes.

Encontrándose con que la Sra. Díez y su equipo tenían claro que no deseaban incluir en las listas ni a Dña. Irene Montero (ministra de Igualdad y madre de los hijos de D. Pablo Iglesias), ni a D. Pablo Echenique, portavoz parlamentario de Podemos en la última etapa, lo que Podemos consideró ‘vetos’.

Al final Podemos ha aceptado integrarse en Sumar una vez se le han garantizado cinco puestos de elección segura en las listas de Sumar, entre ellos uno para Dña. Ione Belarra y otro para Dña. Lilith Verstrynge.

En la duda queda si serán leales a la coalición o, una vez pasen las elecciones y tengan sus escaños asegurados los cinco diputados de Podemos se pasarán al Grupo Mixto para tener voz propia. 

10 Junio 2023

Vetar a Irene Montero

Pablo Iglesias

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ara ganar el poder de la izquierda no hacía falta golpear así a una figura crucial de la izquierda y del feminismo que ha demostrado algo poco frecuente en política y necesario para la izquierda: valentía

Es posible que Yolanda Díaz no sea consciente aún del error político que comete imponiendo su veto a Irene Montero. Está a tiempo de rectificar y me consta que incluso personas de su propio entorno que en nada simpatizan con Podemos tratan de advertirle que está comprometiendo sus propios objetivos políticos al asumirse a sí misma como ejecutora final de una violenta campaña orquestada desde los más siniestros aparatos de las derechas mediática, judicial y política.

Ojalá Yolanda escuche hoy a quienes le están diciendo que rectifique. Ojalá escuche a los que le dicen que está decepcionando a demasiada gente a cambio del buen trato que hoy le siguen dispensando los medios. Esos medios ven cumplido su objetivo de sacar a Irene Montero de las instituciones y no pueden disimular su entusiasmo al verla sacrificada por los partidos a los que Podemos llevó al gobierno y por la vicepresidenta cuyo nombramiento propuso al presidente quien esto escribe, que es además la pareja de Irene Montero. Es lógico que nuestros enemigos disfruten; Yolanda les regala un final de temporada inigualable.

Pero más allá del valor cinematográfico y novelístico de las venganzas y miserias de la izquierda española, es un error político que puede comprometer las cada vez más escasas opciones que tenemos de evitar un gobierno del PP y de su escisión ultra.

Acierta Podemos al explicar con claridad que la decisión de Yolanda es un error y al pedirle que reflexione en los días que quedan y que rectifique. Acierta también al no comprometer la unidad electoral con Sumar. Por muy humillante que sea que te impongan la exclusión de varios de tus principales activos políticos (Echenique es otro de los vetados), por mucho que los puestos ofrecidos en unas listas sin primarias sean también un desprecio a lo que Podemos representa, Ione, Irene y toda la dirección aciertan al poner por delante de nuestra propia dignidad como partido, la urgencia de que, al menos, haya alguna posibilidad de que la llegada de los bárbaros, que esperamos congregados en el foro, no sea inevitable.

Es indudable que estas son para la izquierda las elecciones de Sumar y de Yolanda. Y es obvio que piensan que la clave de tener éxito es dejar claro que son una izquierda muy diferente a Podemos y que, por eso, hay que “matar” políticamente a Irene. Yolanda está imponiendo su visión sin contemplaciones,  confiada quizá en los apoyos mediáticos. Se equivoca al hacerlo. Para ganar el poder en la izquierda no hacía falta golpear así a una figura crucial de la izquierda y del feminismo que ha demostrado algo poco frecuente en política y necesario para la izquierda: valentía. Yolanda aún está a tiempo de rectificar. Ojalá lo haga.

11 Junio 2023

Por qué no voy en las listas

Pablo Echenique

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A toda la maravillosa militancia de Podemos, a toda la gente que nos vota, que nos ha votado alguna vez o incluso que solo ha jugueteado con la idea de hacerlo. A cualquier que – como dijo una vez Irene Montero y se me quedó grabado – desee para las personas que no conoce de nada lo mismo que para las personas que más ama: todos los derechos y una vida digna, completa y feliz. A ti, unas breves palabras.

Hasta ahora no he querido decir nada por no interferir en el proceso de negociación del acuerdo electoral entre Podemos y Sumar, pero también creo que no puedo hurtar a las personas que me seguís una explicación veraz respecto al motivo por el cual, después de haber sido el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso durante tres años y medio, no voy en las listas y no voy a ser diputado en la próxima legislatura.

En realidad, después de haber visto lo que ha pasado con Irene, creo que no te va a sorprender en absoluto lo que voy a decir. En esta negociación, ha habido vetos explícitos con nombre y apellido, como el que se ha perpetrado contra la Ministra de Igualdad que más avances feministas ha conseguido en la historia de la democracia, pero también ha habido vetos por la vía indirecta. Por ejemplo, dejando claro por parte del equipo negociador de Sumar desde el primer día que era absolutamente imposible que Podemos pudiera encabezar la lista en la provincia de Zaragoza; único puesto por el que tenía sentido que yo pudiera concurrir y único escaño con probabilidades de salir en Aragón el 23 de julio.

Yo siempre he estado a disposición del proyecto colectivo; a disposición de lo que decida colectivamente Podemos. Porque sé que esto no va de mí sino que va de los millones de compatriotas cuyas vidas aspiramos a hacer un poquito mejor. Pero, en este caso, la decisión de que yo no vaya en las listas – como en el caso del veto a Irene – no la hemos tomado nosotros. No la ha tomado Podemos. Ha venido impuesta externamente.

Por mi parte, yo estoy muy orgulloso de haber jugado un papel, aunque haya sido pequeñito, en la formación del primer gobierno de coalición desde la segunda república y el único de toda Europa con gente como nosotros en el Consejo de Ministros. Y estoy muy orgullosa, sobre todo, de haber participado de los numerosos avances sociales que esa posición de gobierno no ha permitido. La ley de eutanasia, la primera ley de protección animal, la subida de casi un 50% del salario mínimo, los impuestos extraordinarios de la banca, al oligopolio energético y a las grandes fortunas, el ingreso mínimo vital – con todos sus defectos un cambio de paradigma – la primera ley de vivienda de la democracia, la impresionante lista de avance feministas con la nueva del aborto, la ley ‘sólo sí es sí’ o la ley trans-LGTBI, el aumento de más del 100% en el presupuesto estatal en dependencia y tantos otros avances más. Han sido horas y horas de negociación con los grupos de la mayoría progresista y plurinacional más diversa que jamás ha existido y ha sido un honor para mí cada vez que he intervenido desde la tribuna intentando con toda humildad dar voz a los que nunca tienen voz y decir las verdades que nadie más que Podemos se atreve a decir en sede parlamentaria. Me llevo alguna pequeña espinita, eso sí, como el no haber conseguido que el Congreso adapte de una maldita vez el hemiciclo para las personas con discapacidad. Seguramente, si el primer portavoz parlamentario de la historia en silla de ruedas hubiera sido del PP o del PSOE, en vez de ser de Podemos, la cosas se hubiera resuelto en cinco minutos.

El golpe que nos han querido dar a Podemos en esta negociación con Sumar ha sido muy duro. Pero creo también que nuestra decisión de garantizar a – pesar de ello – el acuerdo electoral como única vía de que haya una por lo menos una mínima posibilidad para que no gobierne el PP con Vox después del 23J es, una vez más, la decisión correcta en el momento más difícil, es marca de la casa.

Para acabar, solamente quiero decirte que yo no voy a tirar la toalla y que tú tampoco debes hacerlo. Lo que no tenemos un montón de dinero en el banco ni amigos poderosos no podemos permitimos el lujo de no pelear. No tenemos otra opción. Por eso, yo voy a seguir poniendo todo mi trabajo, mi tiempo, mi esfuerzo y mi compromiso para apoyar a la mejor dirección que ha tenido nunca Podemos – con Ione Belarra a la cabeza – en la nueva y muy difícil etapa que se abre y te pido que me acompañes. Porque sigo teniendo las mismas ganas que el primer día de arrebatarles democráticamente el poder a ese 1% de privilegiados que dirigen el país sin presentarse a las elecciones y ponerlo a disposición de la gente trabajadora para construir una sociedad más justa. Y porque si algo he aprendido en este viaje es que las dos mentiras más burdas de la política son que ‘todos son iguales’ y que ‘no se puede’.

Pablo Echenique.

11 Junio 2023

Sumar arranca

EL PAÍS (Directora: Pepa Bueno)

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Por primera vez una coalición electoral agrupa a la mayoría de partidos a la izquierda del PSOE en unas elecciones generales

Pasadas las 20.30 del viernes llegaba a la Junta Electoral el documento con las firmas de los 16 partidos coaligados bajo el Movimiento Sumar, incluida la de Podemos. No había sucedido nunca en los más de 40 años de democracia que las diversas izquierdas territoriales, alternativas y ecologistas encontrasen la sintonía y la motivación política para concurrir de forma conjunta a unas elecciones generales. Y traslada también la plena conciencia de que las lecciones de los comicios municipales y autonómicos del 28 de mayo han sido atendidas. La primera de ellas es que la atomización de partidos dilapida los votos y la consecuencia puede ser tan gravosa como la pérdida para la izquierda del considerable poder territorial que se produjo en esa fecha. El eterno clamor de la unión de las izquierdas a la izquierda del PSOE ha encontrado respuesta después de darse de bruces contra unos resultados catastróficos en unos casos y mejorables en todos.

Pero esa mirada rasa no basta para entender la tarea enorme que tiene por delante el Movimiento Sumar: Yolanda Díaz ha encarnado la renovación actualizada de la izquierda post 15-M, una década después de pasar de la calle a las instituciones y con un bagaje de gestión personal más que notable en el primer Gobierno de coalición que ha tenido España en democracia. Ahora debe traducirlo en el programa para unas elecciones generales y en equipos capaces de transmitir solvencia, una idea de país y un modelo de sociedad donde las demandas de la mayoría en mejoras salariales, vivienda, sanidad, educación o justicia centren la atención política en un contexto todavía muy inestable, pese a los buenos datos de crecimiento económico que puede exhibir el Gobierno. A Díaz le ha llegado la hora de pasar del proceso de escuchar, del trabajoso y silente camino de aunar voluntades muy dispersas, a empezar a liderar públicamente las decisiones que ha tomado al crear el Movimiento Sumar y concretar una oferta electoral que deje atrás los atascos negociadores y evite que cale en su electorado el desengaño y la melancolía de haberse asomado durante la última semana a las tripas y la miseria de la negociación política.

Con todo el ruido del que suele acompañarse, Podemos ha firmado también el acuerdo político para integrarse en Sumar. El partido morado ha tenido que digerir un tránsito muy rápido que lo ha llevado de aglutinar hasta 71 diputados en las elecciones de 2015 a resultados agónicos en las últimas elecciones autonómicas y municipales. Concurrir solos el 23-J podía ser un suicidio político para una dirigencia que no ha encontrado la manera de conservar su electorado en el nuevo ciclo político. El precio ha sido alto: en votos y en desgaste de sus líderes, cada vez más aislados social y políticamente. La todavía ministra de Igualdad, Irene Montero, no va en las listas de candidatos que ha firmado Podemos con Sumar. La gestión de los efectos indeseados de la ley del solo sí es sí fue impropia de un gobernante que descubre demasiado tarde un error técnico de carácter jurídico en una ley crucial para su propio ministerio, para el Gobierno de coalición y también para el electorado que lo respalda. Y que ignora el contexto en el que desarrolla su acción política. Prolongar ahora la reivindicación de su inclusión en las listas hasta que se cierre el plazo el día 19, como está haciendo Podemos, solo daña la campaña de la coalición en la que se han integrado.

Las expectativas que Sumar sea capaz de inyectar en su electorado no dependen ya de quienes no están sino de quienes sí están. El reto es enorme porque se trata de entusiasmar a los electorados de 16 formaciones con una idea común de país y gestionar después la pluralidad de ese grupo parlamentario.

12 Junio 2023

Irene Montero ha perdido, no la han vetado

Antonio Maestre

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Nadie la quiere cerca en los partidos que han configurado la alianza no por su trabajo en el Ministerio de Igualdad, que todos aprecian y defienden, sino por sus dinámicas internas de toxicidad, en los partidos ajenos y algunas en el propio partido

El poder es inmisericorde en política. Se ejerce, o te lo ejercen. A Irene Montero no la han vetado, inició una batalla de poder contra Yolanda Díaz desde el mismo momento en que Pablo Iglesias eligió a dedo en contra de su voluntad a la ministra de Trabajo y ha perdido. Si algo ha caracterizado el modo de manejarse de la ministra de Igualdad cuando ha tenido poder sobre otra persona, militante, adversario o compañera de partido ha sido no tener piedad y ejercer con mano de hierro. El infantilismo y la necesidad de mitificar la propia identidad hacen necesario encontrar una salida de victimización que justifique que todo aquel que se elige para admirar está libre de la suciedad inherente a las dinámicas internas de partido, pero lo cierto es que Irene Montero jugó muy fuerte una batalla política contra Yolanda Díaz y ha salido derrotada. No ha ocurrido nada que no hubiera hecho la ministra de Igualdad de haber salido victoriosa, porque hay precedentes. El adanismo de la nueva militancia hace que solo se manejen con la memoria a corto plazo y olviden lo que pasó el último verano. Lo recordaremos.

Enrique Santiago fue quien dejó a Irene Montero y a Pablo Iglesias su propia casa para que pudieran descansar en verano huyendo de la infame cacería que la extrema derecha había desatado contra ellos. Lo supimos porque esa persecución ultra llegó hasta el mismo Asturias escribiendo en la calzada de acceso a la vivienda de Santiago donde se hospedaban insultos contra la familia Iglesias-Montero. Ese gesto de camaradería no fue tenido en cuenta por Irene Montero y el líder del espacio in pectore cuando tras la disputa política emanada de la configuración del acuerdo en Andalucía se cesó al propio Enrique Santiago como secretario de Estado y a Amanda Meyer como jefa de gabinete del Ministerio de Igualdad. Dos personas del círculo más personal de Irene Montero y Pablo Iglesias, que les había ayudado en el ámbito personal y profesional, eran decapitados de manera implacable sin considerar si esa decisión era injusta o si era una traición a la confianza y el comportamiento pasado de ambas figuras del PCE. Irene Montero no dudó y mandó a Amanda Meyer a casa. Podemos no dudó y cesó a Enrique Santiago. El silencio de Amanda Meyer después de observar el victimismo del fandom de Irene Montero por haber perdido es un ejemplo de la mejor cultura militante de los cuadros comunistas.

Es de un cinismo difícilmente comprensible que quien no dudaba un solo minuto en desterrar a cualquiera que no siguiera los preceptos de doctrina de la cúpula de Podemos quiera convertir la pérdida de una batalla política interna en la segunda muerte de Juana de Arco. Irene Montero no está en listas porque ha dejado muchas heridas internas en el ejercicio de su liderazgo y en cuanto los agraviados han visto una posición de debilidad de la ministra han aprovechado la oportunidad para apartarla de su camino. Es muy sencillo, no la quieren a su lado porque no confían en ella y tienen plena consciencia de que en cuanto pueda tramará contra los socios de coalición para devolverles los golpes. Nadie la quiere cerca en los partidos que han configurado la alianza no por su trabajo en el Ministerio de Igualdad, que todos aprecian y defienden, sino por sus dinámicas internas de toxicidad, en los partidos ajenos y algunas en el propio partido.

Lo cierto es que la negociación con Yolanda Díaz la llevó directamente Ione Belarra. Si la presión pública, en ruedas de prensa de pose afectada y en declaraciones en redes sociales, que ha hecho por la presencia de Irene Montero en las listas la hubiera hecho en la mesa de negociación no es descartable que la ministra de Igualdad hubiera tenido presencia. Pero lo cierto es que la secretaria general del partido estaba más preocupada en colocar en listas a una directora general en Alicante para apartar a Txema Guijarro antes que a la ministra de Igualdad. El nombre de Pablo Echenique y el de Rafa Mayoral tampoco fueron puestos encima de la mesa por la secretaría general de Podemos. Las razones las sabrá Belarra. El desgaste de la figura de Irene Montero para incorporarse a unas listas con posibilidad de lograr unos resultados óptimos estaba asumido hasta por Pablo Iglesias, que en su libro reconoce que su figura estaba tan quemada que no podía ser la que le sucediera. Un diagnóstico que realizó antes de que el ecosistema derivado de las rebajas de pena por la ley del “sólo sí es sí” arrasara con su imagen pública fuera de la militancia más enfervorizada del partido.

La estrategia de victimización y ataque de Podemos a Yolanda Díaz en la postnegociación es un modo de dar a su militancia otro enemigo exterior que justifique una nueva derrota que les garantice que nadie mire a la cúpula para pedir una asunción de responsabilidades por el papel subalterno que se han visto obligados a asumir tras una debacle electoral sin precedentes. Siempre hay alguien al que apuntar para que se evite mirar de manera interna. Si Ione Belarra hubiera concluido que Irene Montero es un activo político tan potente que le garantiza tener una presencia importante en el Congreso de los diputados se hubieran presentado en solitario, pero Belarra sabe que Montero representa mucho menos en la política española que los ocho diputados que le garantiza Yolanda Díaz. La militancia de Podemos no lo hará, pero si tiene que buscar a los responsables por la ausencia de Irene Montero de las listas en Sumar tiene que escudriñar en su propia organización.