23 mayo 1967

Falangistas y opusdeistas mantienen una guerra abierta desde esos dos periódicos desde abril de 1966

Sigue la guerra entre PUEBLO y EL ALCÁZAR: Emilio Romero acusa al diario opusdeista de sostener ‘curiosidades improcedentes’

Hechos

El 23.05.1967 el diario EL ALCÁZAR publicó el editorial ‘El Curioso y el impertinente’ como réplica al editorial ‘Curiosidades Improcedentes’ del diario PUEBLO.

Lecturas

Los diarios PUEBLO (financiado por el Estado y dirigido por D. Emilio Romero) y EL ALCÁZAR (financiado por la empresa PESA – vinculada al aperturismo del Opus Dei – y dirigido por D. José Luis Cebrián Boné) mantienen una guerra abierta desde el inicio de la Libertad de Prensa desde 1966.

20 Mayo 1967

CURIOSIDADES IMPROCEDENTES

PUEBLO (Director: Emilio Romero)

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Un colega de la tarde [EL ALCÁZAR] se interesa por los vocales sociales, enlace y jurados de empresa que han sido desposeídos de sus cargos donde las últimas elecciones sindicales. El porcentaje es mínimo, insignificante, en relación con la enorme proporción de los dirigentes sindicales en ejercicio. Todos los Sindicatos del mundo apartan de su seno a los afiliados que les son desleales por estar bajo el influjo de acciones políticas contrarias al interés sindical. Los Sindicatos españoles no hacen otra separación que de cargos directivos. La Organización Sindical defiende así su orden interno y su eficacia externa. Ha sido siempre una petición unánime de todos los Congresos y reuniones obreras. Y como, por otra parte, como los Sindicatos españoles tienen sus propias obligaciones legales, han de apartar de sus cargos a los vocales y enlaces que caigan bajo el fuero de la justicia, ante los tribunales ordinarios o de orden público. Téngase en cuenta, además, que la Organización Sindical tiene algo inexistente en otros Sindicalismos y que es toda una conquista obrera, como disposiciones legales de garantía para los representantes sindicales en el ejercicio de su función.

La Organización Sindical ampara y defiende hasta el último límite de sus posibilidades, con el decreto de garantías o sin él, a todos los trabajadores hostigados o sancionados por las empresas, por defender, con lícita obstinación, sus reivindicaciones sociales. Millares de sindicalistas podrían dar testimonio de esta defensa en la que la Organización Sindical afrontó graves tensiones de ámbito local con quienes buscaban en la ejemplaridad de las sanciones empresariales, el medio de cohibir y limitar la acción de los dirigentes obreros.

Las separaciones de algunos, de poquísimos cargos sindicales, denunciadas por el colega, no sorprenden, a nadie porque están justificadas por las conductas antisindicales, las actividades políticas y las situaciones de los destituidos. Lo sorprendente es que el colega no sólo promocione su venta con litografías de futbolistas y toreros – en lugar de apoyarla en el contenido de sus páginas – sino que persiga una insincera y ridícula patente de diario popular, con la supuesta defensa de ciertas actitudes de marca conocida, con mucho más eco en la orquestada y financiada Prensa exterior que en nuestras realidades laborales. Esta desenvoltura para la promoción de lectores no deja de ser llamativa en un periódico que evoca con su nombre la gesta del Alcázar de Toledo, que adjunta a su empresa tantos nombres prestigiosos del Régimen, y que orienta su ideología en una ortodoxia acuñada con exigente espiritualidad. Ni un solo factor constituyente tiene esa empresa que atestigüe – en sus hombres y en sus comportamientos – la preocupación por el mundo laboral, que es precisamente nuestra identidad y los móviles de fundación de esta empresa. ¿Dónde están los nombres obreros de los accionistas y de los gestores del colega? Aquí, sí. Este periódico es propiedad de los Sindicatos.

Estamos seguros que dentro de la imaginación del colega para hacer una promoción de ventas por medio de estampitas en color, no incluya comerciar con otra estampita de semblante más trágico y conocido de los españoles. Por lo pronto, nuestro colega coincide en su curiosidad por las separaciones de directivos sindicales de tendencias políticas, con la curiosidad de otras publicaciones impresas sin circulación legal. Resulta también sospechosa la coincidencia de todas estas curiosidades y planteamientos con los recrudecimientos de las campañas contra nuestro país en los diferentes escenarios del Mercado Común, Organización Internacional del Trabajo, agitaciones extra-laborales como las universitarias, y las manifestaciones absurdas realmente en nuestro país respecto a la guerra del Vietnam. Lamentaríamos que una falta de información de nuestro colega la convirtiera en el elemento contribuyente de todo eso. La promoción de un periódico tiene muchos recursos al alcance de los buenos profesionales.

23 Mayo 1967

VIVIR PARA VER. EL CURIOSO Y EL IMPERTINENTE

EL ALCÁZAR (Director: José Luis Cebrián Boné)

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En su número del sábado pasado, el diario PUEBLO, puesto a desbarrar, nos dirige una retahíla de insidias que nos ha dejado, más que irritados, perplejos. El pretexto ha sido un comentario nuestro sobre los enlaces y vocales sindicales sometidos a expediente o desposeídos de sus cargos en los últimos meses, asunto que ha dado lugar a una nota aclaratoria, serena y documentada, de la Delegación Provincial de Sindicatos, que insertamos en nuestro número de ayer.

En su intempestivo ataque, PUEBLO, entre otras lindezas nos dice que promocionamos nuestra venta con ‘litografías de futbolistas y toreos’. Reconocemos que es un recurso inocente comparado con el utilizado por PUEBLO, cuando, ejerciendo un oficio al que dio nombre y lustre el inmortal personaje de la tragicomedia de Fernando de Rojas, ayudaba a una alemana cualquiera a sacar a concurso público sus inclinaciones eróticas, o cuando vuelca sus líricos ardores en los comentarios que coloca al pie de la efigie de la minifaldica guapa de cada día. También nos acusa PUEBLO de perseguir una ‘insincera y ridículo patente de diario popular’ y de no sentir la menor ‘preocupación por el mundo laboral’ e insinúa unas secretas relaciones entre nuestra postura ante los problemas sociales – que el colega, con su acreditada impertinencia, califica de ‘curiosidades improcedentes’ – con campañas antiespañolas y con ‘agitaciones extralaborales como las universitarias y las manifestaciones absurdas realmente en nuestro país respecto a la guerra del Vietnam”. Nada menos. Lo curioso es que PUEBLO, para predicar con el ejemplo, publica, debajo del ameno texto que nos dedica un chiste (¿?) de su caricaturista, que es una de las más absurdas por incomprensible, manifestaciones que pueden verse en nuestro país sobre la guerra del Vietnam. Con esta carga de despropósitos no hay controversia posible.

La dialéctica de PUEBLO no conoce ninguna clase de reglas, ni siquiera las que dicta el sentido común. En la misma página desde la que nos dirige sus amonestaciones y en su inefable sección ‘Chinitas’, después de hacer chacota, en puro alarde demagógico, de la concurrencia de criterios y del contraste de pareceres, expresiones ambas a las que debe ya que no adhesión, al menos sí respeto, la emprende también con otro colega, cuyo nombre no da – tampoco cita el nuestro – Al parecer ese otro periódico se ha atrevido a decir sin permiso de PUEBLO que ‘Huiscios’ a obra de Sartre es una piececita en un acto. Diminutivo que el irresponsable censor juzga disparatado porque, según él, el larguísimo y escalofriante drama de Sartre se representa sin interrupción y dura tres horas’. Si se toma el trabajo de echar un vistazo a la breve pieza del dramaturgo galo, tan conocida, podrá comprobar que el afán de encontrar chinitas en el ojo ajeno le ha impedido advertir un adoquín en el propio. Que es lo que les pasa al os que hablan de lo que no saben.

Estas líneas, que no tienen carácter de réplica, nos sirven, en fin, para hacer ver a nuestros lectores con las muestra entrecomilladas que plantear una discusión en este terreno no conducirá a ninguna parte, no serviría para aclarar ninguna cuestión; nos llevaría inevitablemente al atolladero del más eres tú.