12 agosto 1920

El periódico vinculado a Nicolás María de Urgoiti califica a Torcuato Luca de Tena de ser un chulo despreciable, un viejo libidinoso y un cretino.

El director del diario LA VOZ, Enrique Fajardo (Fabián Vidal), declara la guerra al de ABC, Torcuato Luca de Tena dentro de la guerra de los periódicos

Hechos

El 12.08.1920 el diario LA VOZ publicó un artículo firmado por ‘Fabián Vidal’ en el que se calificaba al director del diario ABC, D. Torcuato Luca de Tena de ser «un chulo despreciable, un viejo libidinoso y un cretino».

Lecturas

El periódico La Voz , dirigido por D. Enrique Fajardo Fernández (Fabián Vidal), propiedad de D. Nicolás María de Urgoiti Achúcarro, califica a D. Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio de ‘chulo despreciable’, ‘cretino’ y ‘viejo libidinoso’. Luca de Tena Álvarez-Ossorio, en respuesta, reta a Fajardo Fernández a un duelo designando a D. Miguel Moya Gastón (El Liberal) y D. Ricardo Gasset Alzugaray (El Imparcial) como sus testigos, opción que Fajardo declina. El diario ABC publica una serie de artículos en los que se refiere a los periodistas de El Sol y La Voz como ‘los mercenarios de Urgoiti’ y ‘mercenarios de la banda financiera’. En su réplica La Voz usa unas citas de D. Ramón María del Valle-Inclan, declaraciones que este matizará en una carta publicada en El Imparcial.

12 Agosto 1920

Una campaña cínica de los periódicos esquiroles

ABC (Director: Torcuato Luca de Tena Álvarez Ossorio)

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La reciente Real orden que suprime por plazo indefinido los derechos de importación del papel no trae ningún beneficio inmediato a las industrias españolas, porque todavía subsiste la crisis de la producción extranjera; pero les asegura un régimen de justicia y de rescate que importaba mucho tener establecido desde luego para que, sin dilación surta sus efectos en el momento oportuno y para que los acelere. Sin anticipar esta medida, no hubiera sido el trust quién se anticipase a moderar su saña destructora de las industrias nacionales. Ahora es posible que quiera curarse en salud y vaya retirándose cautamente de sus posiciones, que son la opresión y el expolio.

La Real orden ha prestado ya un buen servicio. Los dos periódicos que frente a toda la Prensa de España han asumido el papel de esquiroles, en compañía de alguna víctima mediatizada y amarrada, tienen que descararse una vez más en la misión para que fueron creados y salir sin afeites populacheros a la defensa rabiosa de los negocios más desmandados y vituperables.

Estos días han hablado mucho de la ‘tasa al revés’ refiriéndose al precio mínimo obligatorio de los periódicos, consecuencia fatal del consumo forzoso de papel a precio sin límite, que ante la inmoral competencia de los monopolizadores contra su forzada clientela hizo necesaria una leve y prudentísima intervención del Estado, menos eficaz que la incautación de las fábricas, tan indicada y tan justa. Olvidaban los del monopolio que el arancel – todo el régimen económico de España – es eso mismo que les inspiró burlas, desacatos y baraterías contra una disposición oficial: es la tasa al revés, el precio mínimo que paga la nación por los productos nacionales. Precio mínimo cuando la tarifa es sólo protectora; precio arbitrario y sin límite, patente para el despojo cuando la tarifa es prohibitoria, y más aún si la industria está sindicada y en una sola mano, que es el caso del papel.

Y he aquí cómo ahora vienen alborotados a pedir que se restablezca la tasa al revés de su mercancía, el arancel protector del trust, que ni siquiera es el precio mínimo sino la patente para el despojo: y a título de proteccionistas llaman en su favor a otras industrias que no han de responderles, porque no están en el mismo caso, fuera del orden, y nadie reclama contra ellas.

Proteccionista es la Real orden que suprime temporalmente los derechos del arancel, porque procura facilitar la restauración de extensas industrias, esquilmadas por el monopolio; cada una más considerable que la del papel y todas juntas mucho más. Proteccionistas somos nosotros aun para la industria que nos atropella, si quiere acomodarse a lo regular y lo honesto. ¿Quién podrá decir, sin agravio del sentido común, que la librería y la Prensa no están esencialmente interesadas en la vida de una producción española de papel? Pero no se trata de eso: todo el mundo sabe que no está en pleito la protección legítima de ninguna producción. De esto habrá que hablar mucho y con rudeza; presumimos que van a sobrarnos ocasiones para renovar el proceso escandaloso del trust, de sus hombres y de sus obras.

12 Agosto 1920

Para Torcuato Luca, empresario de ABC

Enrique Fajardo

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Hoy hace usted que un lacayo – porque usted, analfabeto conocido y popular, no sabe ni escribir insultos – trate de ofender en su papel, órgano calificado de la imbecilidad española (y no por culpa de sus redactores) a LA VOZ y a su director.

No ofende quien quiere sino quien puede. Y ABC, solidarizado ahora con los que llamó repetidas veces profesionales de la injuria y la calumnia, no puede ofender a LA VOZ ni a mí. Estamos a miles de codos por encima de él.

Todos conocen, D. Torcuato Luca, en Madrid, en España y fuera de España, a mí y a usted.

Y todos saben que soy un hombre honrado y digno. Y todos saben también que es usted un chulo despreciable, un viejo libidinoso y un cretino.

Fabián Vidal

13 Agosto 1920

Yo y el empresario de ABC

Enrique Fajardo

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Silencio

ABC de esta mañana no contestó nada a mi carta abierta a su empresario publicada ayer jueves, en la primera plana de LA VOZ.

Una carta

Pero esta tarde, a las cinco he recibido la carta que sigue:

Madrid, 13 de agosto de 1920.

Sr. Enrique Fajardo

Muy señor nuestro: En representación del director de ABC, Sr. Luca de Tena nos dirigimos a usted con el fin de que se sirva indicarnos las personas con quienes podríamos entendernos para el planteamiento de una cuestión de honor.

De usted afectísimos s. s. que estrechan su mano, Miguel Moya Gastón, Ricardo Gasset.

Marqués de Cubas, 7.

Una contestación

Inmediatamente he respondido con la carta que va a continuación:

Madrid, 13 de agosto de 1920.

Sres. D. Miguel Moya Gastón y D. Ricardo Gasset.

Muy señores míos: Me escriben ustedes para pedirme que indique las personas con que podrían entenderse para plantearme una cuestión de honor de parte del Sr. Luca, director de ABC.

Supongo que esta gestión de ustedes tiene como punto de origen los conceptos que ayer, 12 de agosto aparecieron en LA VOZ suscritos con mi firma y que, por lo visto, su apadrinado considera ofensivos.

A ello contesto:

Primero. Que el ofendido soy yo, pues el ABC de ayer por la mañana publica un suelto donde se me infieren injurias gravísimas.

Segundo. Que mantengo en toda su integridad lo que he escrito y firmado en LA VOZ dirigido personalmente al citado señor Luca.

Tercero. Que en el primer número de LA VOZ se publicó un artículo en el que se afirmaba de una vez para siempre que los que escribimos este diario somos opuestos a los duelos y que por tanto, ligado por esta declaración categórica, no puedo acudir al llamado terreno de honor.

Cuarto. Que como ofendido que me considero, me reservo todos los derechos y todos los procedimientos que se derivan de ello; pero que si el Sr. Luca se cree ofendido, no tiene más que buscarme, particular y personalmente. Yo le garantizo que me encontrará.

Quinto. Que desde ahora estoy seguro de que por parte del repetido Sr. Luca todo acabará en algo parecido a la constitución de un tribunal unilateral que, naturalmente, y como siempre se hace tratándose del Sr. Luca, promulgará un fallo igual a todos los fallos de que el director de ABC hace colección. Y que desde ahora estoy seguro también de que lo que haga el citado presunto tribunal unilateral me tendrá completamente sin cuidado, pues en cuestiones de honor sólo acato el fallo de mi conciencia.

Suyo afectísimo.

Enrique Fajardo (Fabián Vidal)

14 Agosto 1920

En respuesta a lo escrito por el director de LA VOZ

Torcuato Luca de Tena Álvarez Ossorio

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Está demostrando que es LA VOZ un diario fundado por la Papelera para defender al trust del papel e insultar a la llamada por él ‘Prensa vieja’.

En los pocos días que lleva de vida ese periódico no ha perdonado medio ni forma de ofender a cuantos no están a tono con los intereses mercantiles que él representa.

Sin que le afecte para nada la Real orden que fija las dimensiones de los diarios, viene cumpliendo la digna misión para que ha sido creado, molestando, injuriando y calumniando a los directores y representantes de los periódicos que, comisionados por sus compañeros – la inmensa mayoría de la Prensa española sin distinción de ideas – se han cuidado del cumplimiento de la Real orden. Entre los representantes de la ‘Prensa vieja’ primeramente injuriados figuró el gerente de ESPAÑA NUEVA, y esta publicación calificó de bellaquería lo que el director de LA VOZ había hecho. Inútil es decir que el calificativo no fue recogido por Fabián Vidal.

Para responder yo a la campaña de insultos, de falsedades y de descrédito que ha hecho LA VOZ contra ABC y contra mí – sin que jamás hubiésemos escrito una palabra contra LA VOZ ni su director – emplee el mismo vocablo que ESPAÑA NUEVA.

Fabián Vidal como si yo fuese un hombre que acabase de llegar al periodismo, como si mi conducta profesional no pudiera resistir a todos los exámenes, como si el crédito y el honor de quien ha dedicado toda su vida a un honroso trabajo, sin combinaciones, con trust de ningún género, pudiera depender de unas cuantas palabrotas escritas además con la gallardía de quien no está dispuesto a responder de ellas, me invita a que le busque en medio de la calle – no pueden significar otra cosa sus palabras – para dirimir allí, en estilo apache, nuestras diferencias. ¡Y esta proposición la hace un enemigo del duelo!

Mientras que LA VOZ no llegue a ser lo que ABC y Fabián Vidal lo que he llegado a ser yo por mi comportamiento y por mi esfuerzo, no podrá convencer a nadie de que no le dispenso un honor poniéndome a sus órdenes; pero en la forma habitual y acostumbrada entre gentes bien nacidas, y no acechando al enemigo detrás de una esquina para asesinarle por la espalda.

Ya que se siente tan bravo el director de LA VOZ, créame que se le presenta ocasión de demostrarlo, pues es indigno de quien pretende pasar por un gran periodista tener que recurrir para combatir a su adversario a insultos de plazuela, eterno recurso de las plumas más plebeyas.

Y termino confiando en que Fabián Vidal no me obligará a que tenga que dirigirme al fundador e inspirador de LA VOZ para que responda de lo que aquel no quiere responder.

Torcuato Luca de Tena

17 Agosto 1920

La redacción de ABC a los mercenarios de Urgoiti

Redacción de ABC

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La Redacción de ABC, compuesta de periodistas indiscutibles en su honor profesional y personal, todos caballeros que no admiten compañía deshonrosa, ha recabado y obtenido de su dignísimo director, D. Torcuato Luca de Tena, el desistimiento de su intervención aislada y exclusiva en las polémicas con los periódicos esquiroles fundados para defender el financierismo alevoso del Sr. Urgoiti y que con esa misión han aceptado también la de intentar el descrédito de la que llaman vieja prensa y de los periodistas que la sostienen; toda la prensa, menos unos cuantos periódicos mediatizados y amenazados de estrangulación por los pagarés de la papelera.

La principal razón de nuestra actitud es que en el último incidente con la Prensa de negocios nos ha parecido absolutamente indebida y lamentablemente equivocada la beligerancia que el Sr. Luca de Tena dio al beocio y obtuso grafómano, testaferro de un periódico que, al aparecer, echó por delante su programa de libelo sin responsabilidad; un periodicucho en el que quien da el tono con sus escritos y lo daría con su sola presencia no es el testaferro aludido, sino alquien que, ni caballero ni nombre, se disfraza con motes novelescos: tarasconés en la diatriba y Poca Cosa en los autos judiciales de una tornaboda: alguien cuya semblanza traeríamos aquí desde un sumario célebre si los periódicos pudiesen publicar escenas del Decameron para que el público supiera con que escogida mano de obra se hace la Prensa de Urgoiti, con quién conviven y a quien utilizan los que se proclaman únicos e incomparables y lo son muy de otro modo que suponen. Sin ser partidarios incondicionales del duelo y sintiéndose muy conformes con los que lo rehúsan de buena fe, por convicción justificada con una conducta caballerosa, lo que repugnamos – y lo repugna la tradición del periodismo – es que se haga en la Prensa profesión de provocadores y libelistas parateros de la pluma con jactancia de la impunidad. Reprobable siempre la violencia, la única excusa que le admitimos es que no la acompañe la cobardía.

Otra razón de nuestra actitud es que al fijar en la persona de nuestro director exclusivamente su campaña de soeces improperios, a los cuales no pueden añadir la mención concreta de ningún acto que empañe su prestigio esos periódicos ponen cierto malicioso cuidado en apartar, alguna vez con salvedades expresas, a los periodistas que muy a gusto, a mucha honra y con ejecutoria muy limpia trabajamos con el Sr. Luca de Tena. Lo que se dice contra la Prensa cae sobre los que la hacen, quiérase o no: y no nos ofende, porque no nos alcanza: estamos muy lejos del albañal en que se manipulan esos materiales: lo que nos ofende, porque puede dar falsa idea de nosotros, es el respeto que nos fingen los que insultan a nuestro director y maltratan su obra, que también es nuestra. No vale hacer distingos entre el periódico y los periodistas; por eso no lo hacemos nosotros.

Hemos leído con desdén y aun con desatada hilaridad los desahogos delirantes los derroches de petulanci y egolatría de estos genios de la Prensa nueva, que todavía no han hecho más que cosas rancias y dañinas: asalariarse a la orden de una banda financiera, plagiar moldes americanos y escandalizar… Los periodistas de la Prensa vieja, los que han sabido hacer periódicos que han logrado envejecer gloriosamente y alguno que sin haber envejecido ha llenado ya de millones la caja de la Papelera (¿quieren la cifra?) para que enderecen los tacones y coman del fruto de nuestra ineptitud los que nos insultan, lo hemos tolerado compasivamente; pero desde ahora no, pr nuestra parte; y allá los demás. La Redacción de ABC mantendrá y esperará su campaña implacable contra los negocios de la banda financiera que con tan conlosales órganos muerde ya el polvo de la derrota; pero a la vez hará justicia implacable también, con los mercenarios de la banda.

17 Agosto 1920

La Redacción de LA VOZ y la Redacción de ABC

Redacción de LA VOZ

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Esta mañana la Redacción de ABC interviniendo en una cuestión personal a que era completamente ajena publica en este periódico un artículo colectivo dirigido a la Redacción de LA VOZ.

Y ésta, sorprende, aunque no mucho, con la citada maniobra del empresario de ABC, declara lo que sigue:

  • 1) Que se solidariza libre y espontáneamente con su director, Enrique Fajardo (Fabián Vidal) y le reitera el testimonio de su consideración y de su cariño.
  • 2) Que le parece una verdadera indignidad que una colectividad azuzada arteramente se precipite como una jauría, sobre un hombre solo, que no es el director ni el redactor jefe de LA VOZ sino uno de los redactores de ella, y le agravie infamemente.
  • 3) Que protesta con toda energía contra el acostumbrado procedimiento de Torcuato Luca que, no atreviéndose como es público, notorio y probado en repetidas ocasiones a arrostrar personalmente en el terreno de la verdad las consecuencias de sus agravios, empuja a otras personas obligadas a él por la subordinación y la necesidad de ganarse el pan a defenderle insultando a quienes no las ofendieron y las apartaron siempre, deliberada y caballerosamente, de todas sus campañas periodísticas.
  • 4) Que la Redacción de LA VOZ, sin perjuicio de la actitud que adopte el aludido compañero suyo, injuriado por la Redacción de ABC, manifiesta que después de enviar a ésta el testimonio de su profunda y desdeñosa compasión por la coacción que sufre al verse forzada a intervenir en cuestiones que no le afectan individual ni colectivamente para salvar de un trance amargo a su negrero, recogerá, en aquellos terrenos a que considere oportuno llegar, todas las amenazas, todas las insidias y todas las ofensas de la Redacción de ABC.

Y lamentando que un hombre enemigo declarado de los periodistas españoles, intente complicar a éstos en sus querellas personalísimas, apela a la opinión pública y somete a su fallo.

La Redacción de LA VOZ.

17 Agosto 1920

Una carta de los redactores de EL SOL

Redacción de EL SOL

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Señor D. Enrique Fajardo, director de EL SOL

Querido amigo y compañero: Suspendida la publicación de EL SOL por el inicuo atropello cometido en colaboración por Dato y Luca, apelamos a su amabilidad para que acoja en las columnas de LA VOZ esta carta.

Para ser breves y no molestar demasiado al público con cosas nuestras, nos limitamos a hacer constar lo siguiente:

  • 1) Que sabíamos hace un mes que Luca tenía preparada la maniobra de apelar a su Redacción como apelará a las de otros periódicos; Dato, en una entrevista que tuvo con dos de nuestros compañeros, les rogó que cesáramos en nuestra campaña, ‘porque el asunto degeneraría en luchas personales de Redacción a Redacción, y esto era una cosa muy desagradable’.
  • 2) Que si Luca, viendo que ni con el apoyo decidido del Gobierno (apoyo comprado a costa de la independencia de ABC; y eso sí que es ser asalariado) puede hacernos callar ante la injusticia, quiere ahora amedrentarnos con las redacciones de varios periódicos, sufre una equivocación lamentable para él; nada tenemos que decir contra esas redacciones; sin embargo, todos y cada uno de nosotros sabremos defendernos dignamente y castigar a quien pretenda molestarnos.
  • 3) Que hacemos nuestra toda la campaña que en defensa de la justicia ha hecho usted contra Luca desde las columnas de LA VOZ.
  • 4) Que nos honramos muchísimo siendo ‘asalariados del señor Urgoiti’ en compañía de Ortega Gasset, Camba, el doctor Lafora, los catedráticos De los Ríos, Olariaga, Luzuriaga, Ribera Pastor, Dantin Cereceda, Pittaluga, Hoyos Sainz y otros; Corpus Barga, Pérez de Ayala, Ricardo Baeza, Castrovido, Sagarra, Revész, Arderius, Montaner, Carne, Araquistáin… y tantos otros, aparte del que fue nuestro director, Félix Lorenzo, que en una cuestión personal con Luca tuvo la virtud de infundir tal pánico a éste que le acometió una inflamación.

“Por do más pecado había’

  • Y 5) Que lamentamos mucho que nuestros compañeros de ABC contra quienes ninguna enemistad sentíamos, se hayan prestado a servir de jauría a su empresario.

Siga usted, querido ‘Fabián Vidal’ adelante contra el monopolizador del honor ajeno, que tan mal cuida del suyo y tan mal lo defiende y cuente incondicionalmente con nosotros.

La Redacción de EL SOL.

18 Agosto 1920

Los mercenarios de la banda financiera

ABC (Director: Torcuato Luca de Tena Álvarez Ossorio)

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Las Redacciones de los dos periódicos esquiroles, órganos de la banda financiera, recogen la manifestación que les dirigimos ayer, pero todavía no sabemos para qué, porque se limitan a exponer el vago propósito de ‘defenderse dignamente, castigar a quien pretenda molestarnos, acudir a los terrenos a que consideren oportuno llegar”… Los terrenos hasta ahora son uno solo, en el que seguiremos acorralado a latigazos a los que envilecen la pluma y nos provocan sin responsabilidad. No exceptuaremos de la recluta mercenaria de Urgoiti sino a los que tengan y practiquen concepto de la profesión distinto al que pregonan y practican sus periódicos.

Concretamente sólo declaran su solidaridad con el beocio director de LA VOZ, testaferro de Urgoiti y Poca Cosa. Solidaridad en el estilo tabernario, en los insultos procaces y a mansalva… Ya la veíamos, y a ella precisamente responde nuestra actitud; hemos dicho que no vale distinguir entre el periódico y los periodistas: ni nos dejamos excluir de los agravios a nuestro periódico, ni separamos de las campañas vergonzosas de EL SOL y de LA VOZ a las Redacciones que las hacen y las consienten. Pero ¿Para qué necesita ninguna solidaridad el testaferro de LA VOZ, resueltamente y heroicamente acogido en estos trances a su inmunidad paquidérmica…?

El director y los redactores de ABC han decidido a su vez poner término a tanta insolencia y a tanta villanía por el único medio que les dejan sus ofensores, dándoles el único trato que quieren.