4 junio 1968

El director del diario ARRIBA, Blanco Tobío respalda al director de PUEBLO en su guerra

Guerra de la prensa falangista (PUEBLO y ARRIBA) contra prensa opusdeista (NUEVO DIARIO) tras suspensión del diario MADRID

Hechos

El 4 de junio de 1968 el periódico NUEVO DIARIO, dedicó una parte de su editorial a analizar al director del diario PUEBLO, D. Emilio Romero. Al día siguiente el Sr. Romero publicó un amplio artículo de página completa a contestar a su competidor.

Lecturas

Con motivo de la suspensión por cuatro meses del Diario Madrid el periódico matutino de PESA, Nuevo Diario, dirigido por Juan Pablo Villanueva Domínguez, publica un editorial en el que considera que el director de Pueblo Emilio Romero Gómez se ha situado en la ultraderecha. En respuesta Emilio Romero Gómez publica un artículo de página completa en lo que considera que hay una invasión del Opus Dei en el sector de la prensa y la banca, poniendo como ejemplo los casos de Diario Madrid (FACES), Nuevo Diario (PESA) y El Alcázar (PESA) y los de bancos, en referencia al Banco Popular y al Banco Atlántico.

El periódico matutino de la Prensa del Movimiento Arriba, dirigido por Manuel Blanco Tobío defiende a Emilio Romero Gómez y critica la forma de ejercer el periodismo de Diario Madrid de FACES, Nuevo Diario de PESA. y El Alcázar de PESA. El periódico Nuevo Diario responde con otro editorial en el que cita que hasta Emilio Romero Gómez reconoció en el pasado que la Prensa del Movimiento tenía menos libertad por su dependencia del poder.

La suspensión por dos meses del diario MADRID (que luego serían cuatro), fue la excusa utilizada por los periódicos enemigos del Opus Dei para arremeter contra ‘la obra’. El diario MADRID de FACES, era uno de los tres periódicos vinculados al Opus Dei y aunque había llegado bastante más lejos que los dos restantes (los de PESA, NUEVO DIARIO y EL ALCÁZAR) indirectamente les salpicaba.

El director de NUEVO DIARIO, D. Juan Pablo Villanueva publicó un editorial burlón contra PUEBLO y su director, D. Emilio Romero, por la forma en la que estaban apoyando las sanciones contra el diario MADRID. En aquel editorial se burlaron de que el Sr. Romero se calificara a sí mismo como un periodista crítico con el Gobierno de la dictadura y le acusó de ser de ‘ultraderecha’. Aquelló pareció molestar al mandamás de PUEBLO que al día siguiente publicó un amplio artículo de página completa firmado por él, reivindicando su trayectoria de periodista independiente, de hombre humilde que vivía endeudado y arremetiendo una vez más contra el Opus Dei.

A la guerra se sumó también el diario ARRIBA con un artículo de su director. D. Manuel Blanco Tobío, defendiendo a PUEBLO y cargando también contra los periódicos del Opus Dei.

Además de la batalla comercial que había entre el periódico privado NUEVO DIARIO y el periódico público PUEBLO (con clara ventaja en tirada del segundo), estaba también la lucha política. PUEBLO y ARRIBA estaban bajo la órbita del ministro Secretario General del Movimiento D. José Solís, que deseaba limitar el excesivo poder que los ministros del Opus Dei y se vería beneficiado si tras la crisis del diario MADRID, la imagen de ‘la Obra’ quedaba deteriorada ante el Caudillo.

ENEMIGO DE PUEBLO DESDE SU NACIMIENTO

El periódico NUEVO DIARIO estaba en guerra con el diario PUEBLO prácticamente desde su nacimiento (PUEBLO lo bautizó como el diario ‘Nada Dentro’) y fue célebre la polémica con entre el periodista de NUEVO DIARIO, Sr. Calvo Hernando, y D. Emilio Romero, que acabaron en los tribunales.

04 Junio 1968

LAS BROMAS DEL DIARIO PUEBLO

Editorial (Director: Juan Pablo Villanueva)

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NUEVO DIARIO SOBRE EMILIO ROMERO: "QUIERE APARENTAR SER IZQUIERDISTA Y CRÍTICO CON EL GOBIERNO, CUANDO SE ESTÁ CONVIRTIENDO EN LA ULTRADERECHA"

Del ‘gallito’ a la ‘paloma’. Con estos dos grabados aparecidos en el mismo periódico se pueden describir a las mil maravillas la evolución sufrida por el diario PUEBLO tras la aparición de la ley de Prensa e Imprenta. Después de aquel acontecimiento jurídico los periódicos españoles pueden claramente catalogarse entre Prensa libre y ‘la otra’ Prensa. El comentario ‘De risa’ con que ayer nos atacaba el colega, le introduce de pleno derecho en los segundos clasificados.

Desde hace tiempo, el periódico de la calle Huertas nos viene proporcionando algo más que motivo de sonrisa. Juzgue el lector si no tienen verdadera gracia algunas de las bromas del colega sindical que a continuación recogemos:

  • Que sus páginas de opinión, (remedo de su brillante y fenecida ‘Tercera Página’) van encabezadas por el lema ‘todo para el pueblo, pero con el pueblo’.
  • Que su director, E. R. G. quiera dar lecciones de moral.
  • Que siendo el órgano de un sindicalismo de unidad, se diese a conocer por sus secciones: ‘Tigres’, ‘Gallitos’, ‘Alfilerazos’, ‘Píldoras’, ‘Chinitas’. Y que ahora, lo que nos resulta lógico es su nuevo emblema sea una paloma.
  • Que quiera aparentar ser izquierdista – no vemos la necesidad de ello – y afirme tener ‘cierta autoridad’ en la crítica a los actos del Gobierno, cuando precisamente en estos momentos se está convirtiendo en el periódico de la ‘ultraderecha’.

Si de lo que se trata es de reírse, garantizamos a nuestros lectores hilaridad para rato a costa de nuestro colega PUEBLO. Nada más fácil en estas circunstancias del país.

05 Junio 1968

EN SERIO

Emilio Romero

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EMILIO ROMERO SOBRE NUEVO DIARIO: "PERIÓDICO CASI CLANDESTINO POR SU ESCASA TIRADA, DIRIGIDO, MANTENIDO, ORIENTADO Y APROVECHADO POR EL OPUS DEI"

Un periódico inocentemente clandestino – como diría Ruano – a juzgar por su escasa tirada, que no ha conseguido desventuradamente levantar a pesar de fabulescas inversiones en televisión, vallas, papeleras, etcétera. Dirigido, mantenido, orientada y aprovechado – aunque no en lo que merece el esfuerzo – por caracterizados miembros del Opus Dei, dio suelta ayer a un conocido producto hepático contra mi persona, y que podría añadirse a los más tristemente célebres exabruptos de la vieja, irascible y nauseabunda Prensa del pasado. La impotencia dialéctica, la ramplonería de ciertos polemistas de ocasión hacen a la libertad un flaco servicio, porque la libertad no es decir lo que se siente, sino lo que se debe, en función del respeto mutuo, del decoro de los pensamientos y de la convivencia. Reproduzco íntegramente el artículo de NUEVO DIARIO para contribuir con la gran tirada de este periódico a su difusión por todo el país, porque mi oxígeno es el pueblo y no los Consejos de la Administración o los clanes de conjurados y me gusta comparecer ante el pueblo como el mejor camino.

Las dos acusaciones de fondo que hace el colega de las vallas son: que quiero dar lecciones de moral extremo que al parecer sorprende al colega y que represento en estos momentos la ultraderecha del régimen. Vamos a hablar ampliamente y en principio, de la moral.

No me he propuesto nunca moralizar a nadie; no figuro en ningún escalafón de moralista; no tengo las virtudes necesarias para hacer este admirable papel; mientras que las debilidades y las pasiones del prójimo me parecen factores humanísimos porque el hombre no es un ser prefecto. Naturalmente me reservo la libertad de aceptar a los que aspiren a moralizarme, porque a lo mejor les faltan tantas virtudes o más que a mí, y carecen de ejemplaridad, y hasta pueden ser unos grandes fariseos que pecan a escondidas o hacen canalladas a sus trabajadores o con el prójimo y comparecen luego como varones píos y comulgan todos los días porque ‘hace bien’ este comportamiento y ciertos sectores de nuestra sociedad son sensibles a esas credenciales y así pasan como los que no son. El mismo autor de ese suelto en ese cristianísimo periódico, por lo pronto ha incumplido eso que los sacerdotes dicen todos los días que hagamos: la caridad, que es el amor. Al autor de ese suelto se le ha cortado la caridad, como a veces se corta la leche.

Pero si se juzga a un hombre público, que es mi caso, se le acostumbra a medir con dos morales: una moral económica y otra moral del sexto mandamiento., porque estos cristianísimos españoles oficiales, o estos chicos de originalísimo apostolado seglar que se meten en el mundo emponzoñando, dicen tacos con naturalidad fingida para probar que su virtud sale limpia después de empañarse de vicio, y son valientes con las chicas y con el Martini, tienen la obsesión del sexto mandamiento y han olvidado tradicionalmente, y siguen olvidando, los demás. Voy a contestar a estas dos morales:

MORAL ECONÓMICA

La moral económica está en función de la manera de ganar el dinero, y del patrimonio ol a fortuna que uno tenga, que no puede justificar. En el primer caso soy un asalariado, e invito a las empresas periodísticas de Madrid a que divulguen los sueldos reales de sus directores. Podría resultar interesante. Yo no vivo exclusivamente de mi concreta profesión periodística, sino de mi amplia profesión literaria. Los editores de libros y los derechos de autor teatral completan mi existencia. Mi situación, como la de cualquier periodista o escritor o cultivador de las Letras en nuestro país, es la de estar entrampado. Pero como esto hay que probarlo y no solamente decirlo, sugiero a los informadores del colega que se pasen por el Banco Exterior (don Manuel Arburúa), por el Banco Ibérico (don Alfonso es Fiero), por el Banco Central (don Santiago Martín), y por el Banco Popular (don Rafael Rueda), y con las letras de cambio a mi cargo que obran es esos Bancos seguramente podrían empapelar el despacho del Director de NUEVO DIARIO. Pero como todavía me quedan letras originales o renovadas para adornar otras estancias del periódico de la mañana, le sugiero otra información sobre ‘El Corte Inglés’ (don Ramón Areces), de ‘Galerías Preciados’ (don José Fernández Rodríguez), del sector del automóvil (don Ángel Tejero) y la empresa constructora ‘Cleop’ y la Urbanización Fuente del Frenso y se verá que tengo hipotecada mi vida hasta 1980 en el mejor de los casos – como hacen los consumidores del mundo entero – y para pagar todas estas deudas – que tampoco son grandes – tengo que hacer lo que la mayor parte de los españoles, como es envejecer trabajando y asustarme ante la proximidad de los vencimientos. Tengo una cuenta corriente en el Banco Coca de tres mil pesetas, unas pocas pesetas más y a veces números rojos, en el Central y una cartillas de ahorro con un saldo de veinte mil pesetas en la Caja de Ahorros del Sureste de España. ¿Se da cuenta NUEVO DIARIO que mi moral económica consiste en trabajar dieciséis horas diarias que no chupo del régimen? No tengo acciones en ninguna parte, no estoy en ningún Consejo de Administración. Lo que se me  ve es una azarosa vida a plazos.

Sin embargo, renuncié en la primavera pasada a la dirección de un periódico diario de Madrid, que estaba dispuesto a pagarme muchas veces más que PUEBLO, y lo rechacé por salvar principios, estimación personal pública, ideas y situaciones, que valen para mí mucho más que todo el dinero, y que constituyen el patrimonio moral que puedo ofrecer a mi país y a mis hijos. Solamente en un año de gestión en ese periódico se habrían acabado todas mis deudas, esas que no voy a poder pagar, si vivo, hasta 1980. Esto lo saben los señores don Ignacio Acha y don José María Sánchez Ventura, antiguos empresarios de INFORMACIONES.

MORAL DEL SEXTO MANDAMIENTO –

Admiro lo conveniente, y no más, a las mujeres, en principio asumiendo el concepto que tiene Fray Justo Pérez de Urbel de ellas, como criaturas hechas por Dios. Y después no sé si más o menos puedo decir honradamente que he tenido las debilidades de Lope, sin ser clérico; pero menos vertiginoso, más sobrio y con mejor comportamiento; y no de la hipocresía y la desfachatez, y el sigilo culpable de los que tienen debilidades y hasta pasiones, y las ocultan para quedar bien con la sociedad. Y nno quiero hablar de más ilustres nombres para que no se vea inmodestia al parangonarme en admiraciones y debilidades con Reyes, Ministros y otras personalidades, que sin perjuicio de admirar a las mujeres, prestaron relevantes servicios al país y murieron en paz y en gracia de Dios como unos benditos. También tengo que decir que nunca me han gutado los hombres, n he tenido ‘abdomen y cadereo indecentes’ como me decía recientemente en una famosa carta el antiguo director de ABC, Luis Calvo, referida a cierta persona de algún relieve e influencia en la España de hoy. O lo que es lo mismo: soy un ser normal.

La segunda acusación es que me titulo de izquierdas cuando me he convertido de la noche a a la mañana en ‘ultraderechista’ del Régimen. Para evitar esta calificación que me viene arrojada desde la más rancia caverna de la vida española, voy a definirme por encima, con unos mínimos botones de muestra, si es que no lo hubiera hecho bastantes veces en artículos, en libros y en conferencias.

En cuanto al sistema económico de producción, no me gusta el capitalismo de los viejos patrimonialistas de la revolución industrial, ni el neocapitalismo de los nuevos tiburones del bienestar. Todo aquello que tenga el consumo asegurado debe ser moralmente socializado o nacionalizado; por ejemplo: toda la seguridad ahora privada, la energía, etc.

La tierra no debe tener un régimen de propiedad privada libre disposición por su dueños, aunque tengan títulos nobiliarios. La tierra ha de ser únicamente para el que la trabaja, cualquiera que sea su extensión siempre que en las grandes superficies estén salvaguardados los derechos sociales de los trabajadores. La tierra únicamente debe ser de los campesinos

El suelo de las ciudades tiene que ser municipalizado, socializado, para evitar la especulación y el amasado de fortunas que se han hecho en esa actividad económica, pues eso dotaría de terrenos baratos a la actividad estatal o privada para construir viviendas con destino a las clases populares y medias, y evitar que el alquiler o la propiedad constituyan el bocado más gordo a los débiles presupuestos familiares.

La Banca debe ser nacionalizada o, si no se quiere llegar a tanto, que se nacionalice el crédito para que en ningún caso el poder económico de unos cuantos tenga más fuerza política y social que el pueblo todo.

La Enseñanza primaria debe ser obligatoria y únicamente deben tener acceso a los estudios superiores los mejores expedientes escolares, cualquiera que sea el origen social de las familias.

Las fortunas personales no deben pasar de determinada cifra, porque si fueran excesivas, sería a costa los consumidores y se habría hecho una rapiña legal al pueblo. El dinero no debe orientarse a otros fines que a los de la movilización económica para la creación de la riqueza, con una distribución justa de las rentas del trabajo.

Y, finalmente: es necesaria una sociedad democrática generalizada y no reducida y aglomerada en dos o tres Partidos puestos en las manos de una oligarquía política. Y un Estado fuerte, que sea más fuerte que los Bancos, que los industriales coaligados, que los grupos de presión y que los clanes políticos. ¿Puedo ostentar legítimamente un sitio a la izquierda del sistema? ¿Se atreven a acompañarme en este boceto de programa los miembros más avanzados del equipo de pensamiento de NUEVO DIARIO? Si en este periódico no lucen más mis ideas no es por otra razón que porque no es mío, y uno debe renunciar a avanzar todo lo que desea cuando va acompañado, ni en el mundo político se puede ser rígido o impaciente, pero uno ni retrocede, ni se traiciona, ni se disimula.

Pero ahora voy a tratar asuntos que se refieren a la moral pública. En menos de una década, la actividad política económica y cultural del país ha sido materialmente invadida por miembros del movimiento religioso llamado Opus Dei, y que ya es mundialmente famoso. Ha sido como una marabunta que se ha hecho cargo de actividades industriales, negocios, Bancos, Agencias de Publicidad, periódicos, y están políticamente presentes sus miembros del Consejo privado de don Juan de Borbón; figuran entre los educadores del hijo de éste, don Juan Carlos, no están ausentes del Tradicionalismo, ocupan altos cargos en el Régimen; se proyectan, en fin, sobre la realidad o la esperanza; en el presente y para el futuro; en el Régimen y en la oposición. La explicación que se da a esto es que los miembros de este movimiento son libres y pueden estar en todas partes; esto tiene que ser verdadero y yo me lo creo, porque hay facciones diferentes; su religiosidad se extiende hasta el ateísmo. Esto prueba su dimensión y su diversidad. Concretamente en Madrid tres periódicos diarios están regidos y dirigidos por miembros del Opus Dei: EL ALCÁZAR, NUEVO DIARIO y MADRID, que deben hacer la guerra por su cuenta. Tras ellos hay tres Bancos con decisiva influencia de otros miembros del Opus, o fáciles a darles dinero. Los tres periódicos diarios mencionados se han colocado en una abierta posición crítica dividiéndose las parcelas. Mientras unos tratan de deteriorar el Sindicalismo, cultivando las actividades de las ‘Comisiones Obreras’ – organización declarada fuera de la ley por el Tribunal Supremo – los otros intentan descalificar las áreas políticas del propio Régimen. Sus ideas son anticuadas. Los que hacen la crítica del Sindicalismo moderno postulan el viejo Sindicalismo horizontal y reivindicativo de las catacumbas. Lo que se dirigen a las áreas políticas tratan de imponernos la democracia liberal-capitalista de tan catastróficos recuerdos y tan sustancialmente injusta con los débiles. No aspiran a defender la causa de los trabajadores – porque carecen de ideología social – mientras que en la política desean ocupar una posición de despotismo ilustrado con palabrería liberal y con fuerte respaldo económico. Quieren tener todo el poder real, el poder del dinero, para luego imponer sus condiciones.

Este movimiento no ha aparecido de abajo a arriba, del pueblo al Poder, sino de arriba abajo. Del poder de los cenáculos, con el pueblo en Babia. Carecen por ello de adhesión y de confianza populares, pero aspiran a tenerla desde arriba con el resorte del poder efectivo.

Estos tres periódicos han animado con un despliegue informativo y con sus artículos a los anteproyectos de revolución cultural española. Han sido como los cronistas anticipados de una versión ibérica de los sucesos de Francia. Por ninguna cabeza circula la idea de que si este país atravesara por una revolución de ese signo, esos periódicos y el Opus Dei iban a sobrevivirla. Lo primero que harían los revolucionarios sería investigar sus cuentas, y soportarían los miembros del Opus el mismo destino que otras congregaciones religiosas en anteriores ocasiones históricas. Entonces su contribución al debilitamiento del Régimen merece un tratamiento médico, más que político. Subvencionar los Bancos lo entusiasmos informativos del maoísmo de la Sorbona o del teatro Odeón es delirante.

Estoy dispuesto a admitir que el Opus Dei no es un movimiento coherente o disciplinado, capaz de imponer disciplina e iniciativa mediante la organización, sino que deja libre a cada uno de sus miembros para hacer lo que les parezca; pero ciertos vínculos de solidaridad son evidentes, y seguramente sin proponérmelo, lo que es libre disposición de cada uno, se convierte, por gracia de ese parentesco espiritual, en una acción común y conjunta que ya es una realidad alarmante.

Todo ello es una lástima, porque el Estado ha recibido la colaboración de nuevas personalidades muy valiosas, procedentes del Opus en la Administración Pública, algunos de los cuales tengo especial respeto, admiración y hasta gratitud; pero el fenómeno general conspira contra estos hombres inteligentes y abnegados amenazando de embarcarles en las responsabilidades generales. Los apuros que estarán pasando, viendo desde el Poder el juego que sus parientes espirituales deteriorando el Régimen al que ellos sirven con honradez y eficacia, e intentando llevar al país desde esos periódicos a un vacío institucional y a un caos político, puede imaginarse. Nadie piensa que no sean la misma cosa y con esta mentalidad tendría que admitirse el disparate de que la subversión contra el Régimen se ampraba desde el Estado, extremo inconcebible y, por supuesto, incierto. Esta es la grave consecuencia de tener una misma calificación espiritual, para estar dentro y para estar fuera.

Y si, además, algunos desenfadados miembros del Opus Dei, como los que tienen los periódicos en estos instantes, pasan a la ofensiva de una descalificación personal de quienes tenemos historia, servicios y cuna política abierta y no misteriosa, cuando el deber de los invasores subrepticios y de la marabunta económica, sería el de la prudencia y la ejemplaridad, nos es obligado defendernos, con la misma letra de molde con que se nos ataca. Y poner en las manos del pueblo español la información precisa para que nos juzgue a todos. Todo esto, por supuesto, antes de que se nos obligue a tirar de la manta, que no lo deseamos. Durante veinticinco años de ejercicio profesional no he escrito una sola línea – por lo menos en la intención – contra la fama y la intimidad de las personas.

En este artículo espero que no se vea más que oficio literario en la ironía o el sarcasmo, y pura manifestación política de preocupación en la España 68. Con una actitud de defensa del Régimen como realidad perfectible o en evolución, y no estancada o quietista. Y no pondré mi pluma, frívolamente, al servicio del vacío político, ni se va a prestar nunca a facilitar el caos social. El valor que tuvimos una vez cuando uno era más joven, para elegir zona, está intacto en este momento, y a todo riesgo, para vender cara la piel por aquellos que quieran cobrarla por los hediondos caminos de la difamación.

Emilio Romero.

07 Junio 1968

LA OTRA PRENSA

Manuel Blanco Tobío

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BLANCO TOBÍO SOBRE LA PRENSA DEL OPUS DEI: "¿QUIÉNES SON LOS QUE NOS ATACAN? UN PUÑADO DE RECIÉN LLEGADOS AL PERIODISMO.

No puede dejar de producirnos tristeza la frecuencia con que en la Prensa española, en estos últimos tiempos se desatan polémicas ácidas y turnos de vapuleo mutuo sin beneficio para nadie y para consternación de todos. La polémica – escribimos una vez y repetimos hoy – es un género periodístico instalado en el siglo XIX y no la justifica el hecho de que para muchos lectores constituya un espectáculo incitante. Hay muchos espectáculos incitantes que no deseamos presenciar en las páginas de los periódicos.

En las últimas veinticuatro horas hemos asistido a una dura polémica entre el NUEVO DIARIO y PUEBLO. Ayer, Emilio Romero, director de PUEBLO replicó con un gallito a un editorial de NUEVO DIARIO, publicado la víspera con el título ‘Las Bromas del diario PUEBLO y en esta ocasión aún después de cuanto acabamos de decir sobre nuestro escaso paladar para las polémicas, hemos de reconocer que la réplica de Emilio Romero era inevitable.

Era inevitbale, porque desde NUEVO DIARIO, como desde otros periódicos madrileños, ha partido, con demasiada frecuencia la provocación a PUEBLO, la incitación a revolverse, la insinuación maliciosa, el entredicho susceptible de denigratoria interpretación. Contra PUEBLO y hemos de añadir, contra lo que este gran diario de la tarde representa. Fue un erróneo cálculo de resistencias el de NUEVO DIARIO.

Porque ¿a qué vienen esos juegos de palabras entre el gallito y la paloma? ¿A qué viene eso de encasillar a PUEBLO como periódico de la ultra-derecha?

Veamos: ¿Cuál es esa otra Prensa que se contrapone a la Prensa libre? ¿La que refleja lo bueno, lo regular y lo malo que pasa en el país, sin poner énfasis sólo en lo malo? ¿La que no aprovecha cualquier situación de violencia o desorden en el extranjero para sugerir que en España están justificadas tales actitudes? ¿La que no propone el puñal de ruto como fórmula de trasmisión de poderes?

O bien: ¿la que defiende organizaciones tan clandestinas como la Organización Sindical, o patrimonios políticos como el que nos dejó, por ejemplo, José Antonio Primo de Rivera, o la validez de procesos de desarrollo político económico y social de España en los últimos treinta años? Si esta es la ‘otra’ Prensa sabemos muy bien donde está.

Pero, ¿dónde está la que ND entiende por Prensa libre’? Sabemos, por su lectura que está virtualmente contra todo lo que defiende la ‘otra prensa. ¿Y a favor de qué? Esto está menos claro, y nos parece oportuno señalar la transparencia de sus ataques en contraste con la opacidad de su defensas.

Quienes escriben sobre ‘la otra Prensa’ lo hacen a todas luces con el propósito de denigrarla, presentándola a los lectores como ‘no respetable’. Lo respetable, por lo visto es magnificar la discrepancia y la oposición, rentabilizar el inconformismo de la juventud y tormentar una nueva conciencia con posible desenlace a lo Nanterre, con iconografía maoísta y hochimista, al tiempo que se estampan sobre personas e instituciones estigmas de segura impopularidad como la de ultraderechista que le colgaron a PUEBLO.

Estos días pasados asistimos a un loable gesto de compañerismo por parte de algunos periódicos provocado por el incidente de MADRID. Nos parece bien. Pero, ¿por qué desde ciertos diarios no se amplía ese gesto de solidaridad profesional cuando en columnas como las de ND se presenta a centenares de periodistas que trabajan en la otra Prensa como serviles instrumentos de algo inconfesable, desdeñando a sus empresas como ‘gubernamentales’ encasillándoles a ellos mismos como ‘reaccionarios’, ‘inmovilistas’ y, en ocasiones, incompetentes? ¿Es que cuando se escribe de ‘la otra Prensa’ en estos términos se espera que quienes en ella trabajan tomen la cosa con tranquilidad? Meses y meses viene produciéndose esa provocación, ese desdén, ese bautizo de impopularidad y de rechazo. Que no se diga que no hemos  tenido paciencia; que no se diga que no hemos llegado al fondo de nuestras reservas de prudencia, cuando en realidad lo que se viene pidiendo desde periódicos como ND es lo que montaría a tanto como nuestra extinción profesional.

¿Y quiénes son los que tan severamente nos condenan, nos denuncian, nos rechazan? Los conocemos a todos. Un puñado de recién llegados al mundo del periodismo con actitudes adolescentes ante la vida y la política, con un turbador instinto para ir a la yugular con extrañas cargas de acidez y de falta de generosidad. Nada tenemos por supuesto contra las actitudes adolescentes, ni contra la acometividad juvenil; pero ese instinto, esa acidez y esa falta de generosidad no son juveniles. Esas actitudes esperamos encontrarlas, si acaso, en el hombre pasados los cuarenta años.

¿Y contra quienes escriben los apologistas de la nueva conciencia? COntra una Prensa que ha acumulado sobre su platinas treinta años de vida española, con frecuencia llena de sacrificios, nunca de prebendas y contra unos profesionales que cuando se iniciaron en el periodismo, alternaron en muchos casos la redacción con la cárcel. ¿Puede esperarse de ellos que deban avergonzarse de servir a la ‘otra Prensa’ y a unas ideas y convicciones no ciertamente conformistas ni reaccionarias, pero que se la están etiquetando como tales añadiendo a la mentira, el escarnio.

Y de qué prensa libre no están hablando. ¿Libre de qué? ¿Libre de quién? ¿Libre acaso, para elegir la arrogancia en vez del servicio? ¿Libre para servir a un señor, o a un grupo de presión, en vez de servir a la Organización Sindical, pongamos por caso? ¿Desde cuándo es más respetable eso? ¿Por qué es más respetable? En este mundo revolucionario en que estamos viviendo, manipular la palabra ‘libertad’ en términos tan simples, denuncia actitudes adolescentes, o quizá trasnochadas habilidades proselitistas sobre las que ejercitaríamos nuestra indulgencia al no se hiciesen a costa de la reputación, la lealtad y la honestidad de centenares de profesionales del periodismo a los que se está atacando sistemáticamente – y esto es muy triste – desde otros periódicos, induciendo al lector a creer que esa ‘otra Prensa’ está languideciendo (¡PUEBLO languideciendo, señores, con una tirada que supoera a la de sus tres oponentes juntos!), y que de quienes en ella trabajamos sólo merecemos una bnévola eutanasia.

Naturalmente, el tiempo contará el resto de esta lamentable historia. Pero por el momento quisiéramos que la solidaridad profesional – y otras solidaridades menos gremiales – no ejercieron exclusivamente en torno a MADRID. Alguien mas está siendo atacado, y no por rigores de la ley, sino – la inferencia es inevitable – porque ha sabido ganarse una audiencia que no ha bastado para el tecnicolor arrebatársela.

Manuel Blanco Tobío

09 Junio 1968

Los independientes

Cristobal Páez

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El menor de los combinados se obstina con admirable terquedad infantil, en auto-alavarse el cerebro con una cantilena que se va haciendo inseparable de nuestro desayuno: ‘¡Somos la prensa independiente! ¡Somos la prensa independiente! ¡Somos la prensa independiente! ¡Somos…!

Pues sí el benjamín de los combinados tiene ese capricho ¿por qué se lo vamos a negar? Cuando llegue a la edad adulta se dará cuenta de la escasa eficacia de las autoclasificaciones. Alguien dijo que nadie es como se imagina a sí mismo, sino como le ven los demás. No es, pues, un periódico el que gratuitamente puede otorgarse una patente de independencia. Son los lectores, los ciudadanos en general, quienes únicamente poseen la aptitud necesaria para extendérsela. Sosiéguese el apresurado diario y no pierda la compostura, que sus trabajos y sus días demostrarán si se ha hecho acreedor a un 10 en independencia o si, por el contrario, es víctima de un espejismo o, lo que sería de lamentar, ha tratado de sorprendernos audazmente con la suplantación y la impostura.

Un brillante y honesto profesional del periodismo – Carlos Luis Álvarez – acaba de declarar lo siguiente: ‘No hay prensa libre. La libertad de prensa es la libertad de los grupos de presión de los cuales depende el periódico.

Brindo a la que se autotitula ‘prensa independiente’ y en especial al más tierno de los ‘combinados’, una réplica convincente a estas palabras de Carlos Luis Álvarez. Desde la Prensa encadenada y amordazada, desde ‘la otra Prensa’, sólo podríamos contestarle con gemidos. Son los intrépidos hidalgos de la independencia y la libertad quienes han de desfacer el entuerto de este hombre ligero de palabra ligera que, con una insensatez a fondo perdido, se atreve a desenmascarar a la soberana y flamante ‘prensa independiente’ desde las páginas de un periódico de financiación popular al que ni el mayor ni el menor de los ‘combinados’ se han dignado adscribir hasta el momento a su haz libérrimo indómito e incontaminado.

¿Cuáles son los ‘grupos de presión’ – palabras de Carlos Luis Álvarez – que se mueven detrás de los ‘combinados’ y, no obstante, independientes diarios? ¿Dos, uno, ninguno?… ¿Acaso están respaldados por un humilde accionariado popular de calderilla?

Nada de suposiciones imprudentes. Que sean los propios ‘combinados’ los que, sin dejarse capturar por las refinadas delicias del cuento chino, nos lo expliquen.

Somos todo oídos…

Cristobal Páez

09 Junio 1968

Revuelvo por un editorial de NUEVO DINERO

Editorial (Director: Juan Pablo de Villanueva)

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Nuestro editorial ‘las bromas del diario PUEBLO’ ha producido auténtico revuelo. Revuelo al que no hemos podido prestar la atención debida, porque la muerte del senador Robert F. Kennedy ha acaparado la atención mundial y, por tanto, también la nuestra.

Tomándonos como pretexto, Emilio Romero Gómez ha llenado la tercera página del periódico de los Sindicatos, con un insólito pliego de descargo personal de cara al tendido que nadie le había solicitado y con una lista de lecciones de ética profesional que nos dejan como estábamos.

En ningún caso – no es nuestro estilo – pasaremos al insulto personal, porque hemos sostenido desde el nacimiento del periódico que todas las personas son respetables. Lamentaríamos que el señor Romero haya podido interpretar lo contrario en el editorial del revuelo; nada más ajeno a nuestra intención. Somos periodistas de la nueva generación, alérgicos por completo a la tinta de calamar, a la tierra en los ojos y a las cortinas de humo.

Romero se resiste a ser considerado como periodista y prefiere ser juzgado como hombre público; sus razones y sus ventajas tendrá. Nosotros, aceptando el ruego, no vamos a referirnos a él como profesional de la Prensa, sino como consejero nacional del Movimiento y procurador en Cortes. Al periodista le dejamos así libre la amplia pista del silencio, para que siga hablando solo como hacía antes de la entrada en vigor de la ley de Prensa.

Políticamente, pues, el procurador Romero Gómez recaba para si ‘un puesto a la izquierda del sistema’ y para ello nos ofrece el cuadro axiomático de sus pretensiones que esperamos verle defender en las sesiones de la Cámara y que como el lector verá, si se conservara el orden acostumbrado dentro del hemiciclo, el escaño de Emilio Romero estaría entrando a la derecha, al final. Nos explicamos:

1-      Emilio Romero Gómez escribe que todo aquello que tenga el consumo asegurado debe ser moralmente socializado. Proposición insuficiente, pues no basta con ‘socializaciones morales’ y publicarlas, haciendo falta una socialización real que devuelva al trabajo sin preeminencia en la empresa.

2-      Afirma que la tierra únicamente debe ser de los campesinos: la tierra únicamente debe ser del que la trabaja, con lo cual se sitúa de pleno derecho en la línea del viejo agrarismo y de las reformas agrarias basadas en el simple reparto de tierras. Concepción superada hace tiempo en los países avanzados o incluso en los medianamente desarrollados, has ael punto de que hoy los esfuerzos de la política social agraría se orientan fundamentalmente a incrementar la producción del campo y mejorar la condición social y humana de los campesinos, sobre la base, generalmente, del arrendamiento de las tierras o la propiedad privada colectiva, pero no sobre los módulos individuales de propiedad que tanta emoción despertaron entre los políticos del romanticismo.

3-      Al decir que ‘la enseñanza primaria debe ser obligatoria’ el procurador Romero Gómez está proponiendo cosas que ya se consiguieron, y al decir que únicamente deben tener acceso a los estudios superiores los mejores expedientes escolares, propugna una selección discriminatoria entre los alumnos contrarias a la política de promoción social del Gobierno, que intenta abrir la Universidad a todos los españoles y no solo a unas élites de estudiantes, pues de ello depende el progreso general de la nación.

4-      “Las fortunas personales no deben pasar de determinada cifra”. Esta frase escrita por un hombre público, como se autotitula Romero Gómez, tiene tanto valor político como aquella otra histórica: Todos los españoles deberán ser justos y benéficos”

5-      Se muestra partidaria de un Estado fuerte. Es lo típico de quienes desocnfían de la suciedad y quieren encorsetarle al pueblo el intervencionismo general del Estado. Tan peligroso como el Estado-policía es el Estado-nodriza, que invade los ámbitos más naturales de la persona humana y amenaza su libertad. Los políticos más avanzados de occidente lo que postulan es un Estado democrático y una sociedad equilibrada donde exista un pleno respeto al ejercicio de las libertades públicas. Por supuesto, esta no es la postura de los totalitarios.

6-      Finalmente, el procurador Romero reniega del viejo sindicalismo horizontal y reivindicativo, cuya contrapartida es un sindicalismo sumiso y burocrático. Pero mientras perdure la actual estructura capitalista de la empresa, el sindicalismo debe ser, guste o no, reivindicativo. Lo que hace falta es que también sea independiente, democrático y unitario, como propusieron los trabajadores en la consulta informe-sindical.

7-      Nada dice el señor consejero nacional de la estructuración jurídica de las libertades políticas solamente proclamadas en el Fuero, tales como las de asociación, etc., limitándose a afirmar que no quiere una suciedad ‘reducida y aglomerada en dos o tres partidos puestos en las manos de una oligarquía política’. Nos preguntamos, naturalmente, si los que desea es reducir esas aglomeraciones oligárquicas a una sola.

Una opinión que no es la nuestra

El director del diario ARRIBA, órgano de FET y de las JONS y antiguo corresponsal de PUEBLO en nueva York, D. Manuel Blanco Tobío, dedicó recientemente un comentario en el que se refiere a

– ‘Sus compromisos (los de la Prensa del Movimiento) – dice el Sr. Romero Gómez – con el Poder o con el Régimen, la hacen a diario comerse las ideas, las palabras y hasta los puños’.

– No obstante, el tono y caballerosidad del comentario del director de ARRIBA que aplaudimos, nos anima a entablar con él, desde posiciones políticas diferentes, ese diálogo fecundo y desapasionado tan necesario en las actuales circunstancias del país, en que se pretende institucionalizar jurídicamente el inevitable y, por otra parte, conveniente contraste de pareceres.

El Análisis

EL GALLO SE REBOTA

JF Lamata

De sobra es conocido que en medios de comunicación, al pez chico que entra nuevo le interesa polemizar con el pez grande, porque si este le contesta, le da a conocer a sus lectores, abriendo la posibilidad de que algunos de estos les ‘engorden’. Por tanto no era raro que, además de por sus militancias ideológicas les interesara, NUEVO DIARIO buscara polémica con el poderoso diario PUEBLO.

Lo raro es que el director D. Emilio Romero no respondiera a un recuadro con otro recuadro, sino con esa declaración a toda página que era una reivindicación personal. ¿Qué le había molestando tanto al ‘gallo’? ¿Que cuestionaran su moral? Que el propio atacado atribuye a su fama de mujeriego  («me gustan las mujeres lo justo», dice en su respuesta)? No es probable. Lo que más podía molestar al Sr. Romero es que le acusaran de ‘ultraderechista’, porque lo el Sr. Romero sabía que parte del éxito del diario PUEBLO es que fuera identificado como un periódico un más aperturista del momento, logrando así lectores jóvenes compran el periódico ‘rebelde’ e incrementara así su tirada. De ahí se justifica el rebote, el capitán debe defender a su barco.

J. F. Lamata