1 marzo 1982
El que fuera ministro con Suárez (UCD), considerado un reivindicador del franquismo, considera que los columnistas de Ramírez han atentado contra su honor
Ricardo de la Cierva (YA) se querella contra Pedro J. Ramírez, José Luis Gutiérrez, Xavier Domingo y Fernando Jauregui (DIARIO16)

Hechos
- El columnista del diario YA (y ex ministro) D. Ricardo de la Cierva demandó en marzo de 1983 al director de DIARIO16, D. Pedro J. Ramírez y a los columnistas de DIARIO16 D. Fernando Jáuregui, D. José Luis Gutiérrez y D. Xavier Domingo.
Lecturas
A raíz del artículo de Ricardo de la Cierva Hoces en un artículo en el Ya el 26 de febrero apoyando la expulsión de Pedro José Ramírez Codina del juicio del 23-F. Ramírez Codina publica un editorial contra él en Diario16 el 27 definiendo a De la Cierva Hoces como ‘una de las figuras más desprestigiadas’ de España, una referencia que De la Cierva Hoces contestaba en otro artículo de Ya definiendo a Diario16 como ‘baba amarilla’. A partir de ese momento varios columnistas de Diario16 publicarían artículos de burla contra De la Cierva Hoces como José Luis Gutiérrez Suárez, Fernando Jáuregui Campuzano y Xavier Domingo Alavedra. De la Cierva Hoces presentará una demanda contra todos ellos.
Ya durante su etapa de ministro de Cultura D. Ricardo de la Cierva había mantenido enfrentamientos con DIARIO16 de D. Pedro J. Ramírez en agosto de 1980.
El inicio del Consejo de Guerra por el 23-F en febrero de 1982 inició una guerra mediática entre los diarios DIARIO16 y YA. Varios columnistas de DIARIO16 se centraron principalmente en atacar al columnista del YA don Ricardo de la Cierva, en especial don José Luis Gutiérrez.
Y el que el Sr. de la Cierva había acusado a DIARIO16 de buscar constantemente ‘la provocación’.
El artículo del Sr. De la Cierva en YA fue respondido por editoriales de D. Pedro J. Ramírez y por sendos artículos en DIARIO16 de D. Fernando Jáuregui, D. Xavier Domingo y D. José Luis Gutiérrez. Contra todos ellos y también contra D. Pedro J. Ramírez se querelló el Sr. de la Cierva. El juez decretó fianza de cinco millones tanto contra el Sr. Gutiérrez como contra don Pedro José Ramírez por aquello. Los querellados se defendieron en nombre del derecho de la libertad de prensa. Lo original es que el entonces querellador, Sr. De la Cierva, se amparó igualmente en la libertad de prensa cuando fue él el querellado por el diputado abertzade Sr. Bandrés al que había llamado “encubridor de asesinos” en un artículo en el YA. Así mismo, DIARIO16, querellado en el caso del Sr. De la Cierva, fue “querellador” contra el diario EL ALCÁZAR por un artículo de D. Juan Blanco.
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CONTINUACIÓN DE LA GUERRA Y CAMBIO DE PROPIEDAD DEL YA
En octubre de 1982, en pleno proceso electoral para las elecciones generales el periódico DIARIO16 publicó un organigrama que acusa de golpista al periódico YA.
En marzo de 1983 es D. José Luis Gutiérrez el que mantiene un nuevo enfrentamiento con el periódico YA y su director. Tan sólo unos días después la Iglesia, a través de la Conferencia Episcopal, toma el control total de la empresa editora del diario YA.
En junio de 1983 se producirá un nuevo cambio en la dirección y la línea editorial del YA.


26 Febrero 1982
La Provocación
Una de dos, o el director de DIARIO16 no previó la inevitable reacción que suscitaría en el tenso ambiente del proceso la acusación extra sumarial e innominada, a uno de los militares procesados a quien se afirma, sin la menor prueba y con todos los síntomas de la manipulación premeditada y alevosa, que coaccionó a sus subordinados con la amenaza de un tiro en la nuca – un capitán del Ejército español, titular de un apellido castrense cargado de prestigio – o el director de DIARIO16 si que previó la inevitable reacción. En el primer caso es un irresponsable; en el segundo un provocador. No veo tercer término al dilema, aunque, ante las declaraciones del interesado, publicadas en otro medio, parece confirmarse que el citado y maldito reportaje, redactado hace meses, se conservaba oculto como una carga de tiempo ‘hasta encontrar una oportunidad para publicarlo, que nos pareció – subrayo nos pareció – que era el aniversario del intento’. Se trata, por tanto de una provocación. Sin embargo un prestigioso titula en primera: ‘Los procesados del 23-F provoca el primer incidente’. Atrapados y fulminados por su trágico desliz, los verdaderos promotores del incidente – ¿por qué voy a renunciar yo al plural si ellos lo utilizan? – tratan torpísimamente de manipulaciones que bate incluso los anteriores récords inaccesibles de la prensa amarilla. Un titular objetivo del Herald Tribune. ‘Director español expulsado por el Tribunal militar que encausa el golpe’ se esgrime como un grito de solidaridad además de traducirse tope spanglish.
La comedida y reticente nota de la Asociación de la Prensa, que consiste fundamentalmente en una crítica de la irresponsabilidad y de la impunidad, se interpreta, convenientemente mutilada, como un gesto de solidaridad incondicional. No se subraya la prudente actitud de políticos y parlamentarios, incluido Felipe González, abrumadoramente condenatoria respecto a los auténticos provocadores, y se miente con descaro al atribuir a sólo dos periódicos de Madrid la insolidaridad con el autor del estropicio, cuando todos hemos podido leer en la página 2 de ABC que ‘una entrevista innominada de atribución problemática y fecha imprecisa, puede interpretarse como un acto de irresponsabilidad informativa’, y más grave aún, que ‘un texto periodístico de esta naturaleza puede poner en cuestión la solvencia de la Prensa como tal’. Cuando todos hemos subrayados en la página 8 de EL PAÍS que ‘la extensión de la frivolidad hace peligrar las leyes mismas’, tras criticar a quienes ‘enfatizan proclamas sobre la propia libertad mientras ponen en juego la de todos’. O la manipulación suprema de presentar al Presidente del Consejo General de la Abogacía como solidario con el provocador, especia tajantemente desmentida, con su firma, por el insigne jurista.
Huir hacia adelante, apelar a los voceros exteriores de la España negra, derribar las columnas para que las ruinas del templo sepulten a todos: he ahí la táctica. Presentarse como víctima, y perdonar generosamente al Tribunal Militar si éste repara previamente la ‘ofensa’. Jamás se había contemplado tal osadía en la historia de nuestra Justicia militar. Pero a la vez de presionar, querer intimidar incluso a la Sala de Justicia militar. Pero a la vez presionar, querer intimidar incluso a la Sala de Justicia y agraviarla entre comillas con una exhibición de insolencia que rebasa no ya los arrasados límites de lo responsable, sino los mismos umbrales de lo creíble: ‘Fui expulsado del antiguo almacén de papel del Servicio Geográfico del Ejército…, convirtiéndome así… en el primer condenado de la vista de la causa 2/81. ‘Mi condena llegaba… sin posibilidad de ejercer derecho de defensa alguno’. Toda una exhibición de respeto a la soberanía, a la dignidad y a la independencia del Poder Judicial, mientras los clásicos portavoces del antimilitarismo aprovechan el evento para predicar otra vez su exigencia de sumisión del poder militar al poder civil, como si hubiera, en la España constitucional y democrática, algo más que un solo poder común.
La provocación y la manipulación están, pues, clarísimas. Hay, sin embargo, dos hechos que no comprendemos casi nadie. Primero que un director general de la Secretaría de Estado para la Información y el nuevo director de la Oficina de Prensa del Ministerio de Defensa se reuniesen a cenar con el provocador la misma noche de la agresión, dando pie a que los manipuladores interpretasen el gesto como un apoyo institucional y no como lo que fue: una metedura de pata de orden cósmico, en la que no participó un representante institucional con sentido político infinitamente más aguzado, el presidente Pedrol. Segundo, la implicación dramática, tantas veces denunciada inútilmente, del Gobierno y su partido en el Consejo de Administración del diario protagonista. ‘No mandamos allí nada, y nuestros consejeros se van a marchar’, me decía hace pocas semanas el presidente Calvo Sotelo cuando le expuse los peligros de tal presencia, que ahora estallan. Ahora ya es demasiado tarde.
Ricardo de la Cierva


27 Febrero 1986
LA ACTITUD DEL YA
La más indignante y lamentable de las reacciones periodísticas tras la expulsión de DIARIO16 del juicio del 23-F viene siendo la del diario YA, que en medios profesionales se considera poco menos que intercambiable con la del diario EL ALCÁZAR.
Mediante un descarado juego de prestidigitación, el en otros tiempos respetado órgano de la Editorial Católica ha escamoteado de sus páginas de opinión los aspectos sustantivos del problema – es decir, el ‘plante’ de los acusados y la decisión del juez – tratando de hacer presa con agresiva insistencia en la supuesta inoportunidad y en la supuesta irresponsabilidad de DIARIO16, al que considera único culpable de todo.
Su postura nos duele, pero no nos sorprende, pues para el YA también Xavier Vinader era el único culpable del desgraciado affaire que desembocó en su polémica condena, y también era un sector de la prensa quien tenía la culpa de que se hubiera producido el ‘manifiesto de los cien’, con cuyo contenido llegó a identificarse.
Estas nefastas actitudes en el ámbito periodístico no son, por otra parte, sino reflejo del ‘marcado sesgo reaccionario e incluso constitucional que, en determinados casos de un tiempo a esta parte, ha tomado el diario YA.
Y esto no somos nosotros quienes lo decimos, sino los propios trabajadores de la Editorial Católica en reciente nota de su comité de empresa, enviada al consejo de administración.
Más allá del propio sentimiento de agravio, lo que más nos duele es la pérdida de un aliado en la causa de la defensa de las libertades pública. Desde la vertiente del humanismo cristiano y mediante contribuciones tan notables como las del grupo ‘Tácito’, el diario YA participó en la batalla del aperturismo en los últimos años del régimen anterior y apoyó planteamientos de centrismo democrático al inicio de la transición.
¿Qué ha sucedido entonces que explique este viraje ultramontano? Algo muy sencillo y muy propio de empresas con solera, ante una situación de cambio social acelerado: en el YA se ha caído en el espejismo de creer que una radicalización ideológica detendría la pérdida de lectores, motivada en realidad por la ineptitud profesional de algunos directivos caprichosamente elevados mucho más allá de su obvio nivel de incompetencia.
Para colmo se ha cometido la torpeza de vincular la imagen del periódico a través de una multimillonaria inversión publicitaria en televisión con la de una de las figuras más desprestigiadas y antipáticas a los ojos de las jóvenes generaciones de españoles que es, en definitiva, de donde han de salir los nuevos lectores.
Nos referimos, naturalmente, a don Ricardo de la Cieva, un hombre con la suficiente desvergüenza como para hablar de la ‘prensa amarilla’ después de haberse pasado años y años haciendo ‘amarillismo de la historia’, es decir, distorsionándola deliberadamente, a sueldo de una dictadura.
Otro periódico de Madrid, felizmente recuperado para la causa de la serenidad, ya intentó en los años 76 y 77 una aventura involucionista parecida, y a punto estuvo de llevarle a la tumba. Por fortuna para la dignidad de su redacción y para las familias de sus trabajadores, en aquel caso hubo enmienda. Esperamos que en éste también la haya.


01 Marzo 1982
RECARDO PARA RICARDO
Trémulo de emoción por mi atrevimiento, tomo la pluma para responder a alguien que jamás me ha citado en sus artículos (¿cómo iba a hacerlo, siendo él una eminencia y yo un desconocido total?).
Pero siempre es un honor, un inmenso honor, sentirse inmerso en el ataque colectivo que don Risardo dirige cada día a quienes, como yo, no pensamos como él. Es decir, a los que siempre, pensamos.
Y es que yo admiro a los que, como el señor ‘De la Sierva’, tienen el valor de nadar contra corriente; pocos hombres tan lúcidos como él para enfrentarse a cuantos, engañados, creerían que lo blanco es blanco si no viniese ‘don Rumiando’ a demostrar, cada día, en su quinta columna, allí abajo, que somos casi 36 millones de daltónicos y que, en realidad, todo es rojo.
«Don Retardo»
¿Que usted cree justa una causa. No le quepa duda: mañana vendrá don Retardo a torpedearla ¿que usted cree, junto con otros varios millones de españoles (…=
Este artículo, y estamos seguros que don Segando la Hierba, estará de acuerdo, no debería haber visto nunca la luz. Carece del más mínimo sentido estético fascicular. Y , además, no tiene ningún propósito definido. Ni siquiera está al serivcio de un interés mezquino. Sólo se trata de felicitar a ‘don Cuidado con la Puerta por sus divertidos escritos, llenos de buen tino, y que, como todo el mundo sabe, han hecho que el periódico que los acoge experimente un ascenso en picado, ver cifras de la OJD.
Felicitaciones, por tanto, a ‘De la enta’ ¿quién mejor que este espejo de virtudes, este hombre de rectilinea trayectoria y pasado reluciente para mostrarnos el camino? ¿Dónde hallar personaje más cualificado para impartir doctrina que este seguro augur de los destinos de su Patria? ¿Qué otro, sino él, antiguo ministro del reino, logró encumbrar la cultura muy por encima de las cabezas de todos los demás, simples mortales?
«Rosando»
No hagas caso, Rosando, a quien te tilde de loco. Envidiosos no faltarán, Golpando, que afirmen no gustar de tus escritos, mientras, de solsayo, copian de esas piezas maestras con que, cada día, nos regalan a los aprendices. Tú sigue tu recto camino imperturbable, sin mirar a derecha, ni izquierda, ni al centro, sino sólo a la extrema derecha. Tú sigue riéndote de todos nosotros, como hacías cuando eras hombre-sandwich y, además, ministro. Tú sigue tomándonos el pelo, metido de ‘hoces y coces’, en tu quinta columna. ¿O ya estás en la sexta, Trepando?
Da igual. Estés en el castellano que estés – y ya no es fácil seguirte, en tu veloz transfuguismo – siempre te admiraemos, evocaremos tu capacidad para predicar lo detestable. Tu sigue, firme como una piedra, ‘Rocando’.
Ricardo de la Cierva


28 Febrero 1982
Lectio brevis
Como estaba previsto, DIARIO16 reaccionaba a mi análisis sobre su provocación y su tergiversación con el insulto frente al argumento; con la injuria soez frente a los hecho inapelables. Se ve que mi flecha anti-provocadora ha dado de lleno en el blanco. Seis artículos de la Constitución española llevaron, en su fase de enmiendas, mi firma. Doscientos mil electores me han otorgado su confianza política; dos millones de lectores de veintidós libros, su confianza cultural, y cinco tribunales de oposición o concurso, su confianza universitaria. Nada puede honrarme tanto como que la baba amarilla me identifique con ese diario, del que sólo soy un modesto colaborador independiente que agota en si mismo la responsabilidad de dus opiniones. Los nuevos insultos engrosan el sumario de mi querella contra estos portavoces del golpismo y el terrorismo impreso, sobre quienes ha recaído ya, en defensa de mi honor, una primera resolución judicial.


02 Marzo 1982
CIERVOLOGÍA
Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, habilísimo usuario de rebozos y disfraces para confundir al moro – destreza ésta que le valió, por otra parte, el temido sobrenombre de El Guerrero del Antifaz – caso en segundas nupcias con María Tudor, con la que viviría en sus posesiones de Burgos. Resuelta la lucha contra el infiel y ya en tiempos de paz, en las estancias más bajas del castillo montaron una fábrica de baterías que fue bautizada con el nombre de familia de su esposa, y que aún hoy pervive… Este podría ser un minúsculo episodio de la historia de España, pero en versión Ricardo de la Cierva, del que hoy no tengo más remedio que volver a hablar.
Porque no hay manera, lectores. El ultraderechista De la Cierva sigue destilando desquiciadas descargas de exudado contra este periódico desde el diario YA y con la peor de las intenciones.
Claro es que la osadía del personaje no tiene límites, porque si yo tuviera una biografía política tan intransitable como la de Ricardo de la Cierva, estaría a estas alturas en el Paraguay disfrazado de sambo Manuel, moliendo café a ser posible. Para la cuestión del camuflaje, mayormente.
En cambio él sigue en la brecha como si tal cosa, como si no existieran hemerotecas, ni bibliotecas. Por ejemplo, en la última agresión que nos dedica dice que le han votado 200.000 electores, que ha escrito 22 libros y que cinco tribunales de oposición le han otorgado su confianza universitaria.
Así que 200.000 electores ¿Eh? Los electores de don Ricardo eran de UCD. Porque la única forma sensata de proceder electoralmente con De la Cierva no es votarle, sino botarle y a ser posible contra el suelo. De lo contrario, sus electores corren el riesgo de que – tal como sucede ahora con don Ricardo – cuando su representante se pasee por los pasillos del Congreso de los Diputados, las limpiadoras y los ujieres se tapen la boca para ahogar un ruido muy similar al de Pulgoso, aquel memorable perro reidor de la ele.
¿Y los libros? En mi pueblo decían eso de ‘burro cargao de libros, abogao’. Para don Ricardo, el libro es una medida más del sistema métrico decimal, porque De la Cierva no escribe libros, sino que fabrica volúmenes, que es un asunto fabril, industrial, distinto.
Y luego hablar de su ‘reputación intelectual. Es lo que yo escribía hace algunos días, lectores. Este hombre cree seguir viviendo en la dorada impunidad del franquismo, con los silencios forzados y las mordazas de la censura trabajando a su favor. No aprende.
Vayamos nuevamente a las páginas de un clásico en ciervología, esto es, el historiador norteamericano universalmente respetado Herber R. Southworth. Y veamos, una vez más, lo que escribió sobre De la Cierva: «Ni él ni sus colaboradores – dice ‘Southworth de De la Cierva – en número siempre creciente, estaban realmente comprometidos con los libros que durante los últimos años del franquismo editaban como churros… el hecho de haber escrito con frecuencia estupideces, cosas absurdas, análisis falsos y mentiras, daba igual. En España era intocable se refiere naturalmente, a De la Cierva y lo que de él opinaran fuera le tenía sin cuidado. Cuando alguien como Calvo Serer hablaba con los exiliados o con la oposición a Franco, la pluma de Ricardo de la Cierva sirvió de instrumento ejecutor.
Así podríamos seguir hasta mañana, a base de citas de célebre historiador: ‘Durante los años en que ejerció una suerte de terrorismo intelectual – añade – se acostumbró a atacar a los enemigos del régimen (y por tanto, a sus propios enemigos) sin miedo a réplicas o represalias. Esta es probablemente la causa de que sea tan sensible a la crítica, aunque sea justificada’.
Defiende su reputación, su honor – ¿dónde he oído y recientemente este esta palabra? – apoyándose en el celofán y la corbata, en puros signos externos. Y sigue tergiversando malignamente lo que dice este periódico.
Ante ello, lectores, digamos que los servicios jurídicos de DIARIO16 están estudiando la posibilidad de interponer querella criminal contra el personaje -a pesar de estar resguardado por la inmunidad parlamentaria – por lo que consideran como reiteradamente calumnioso e injurioso.
José Luis Gutiérrez


21 Junio 1982
Cambios en la YA
Yo tengo un amigo que, en aquellos años del franquismo, solía decir: “A mí lo que más me gustaría es ser gobernador civil de burgos y leer la YA”. Eran entonces los paradigmas del sosiego y la vida retirada de provincias, donde nunca pasaba nada. Beatus ille…
Y la YA no era otra cosa que el diario YA, el en otros tiempos moderado, prestigioso y respetado diario de la jerarquía eclesiástica, del que hoy les voy a hablar un poco, porque se avecinan cambios. Resulta que los obispos se han decidido ya a hacerse con la mayoría absoluta de las acciones del periódico, para lo cual desembolsarán, en diversos plazos, la requerida cifra de 600 millones de pesetas. Una vez sustanciada la operación, la Conferencia Episcopal Española tomará directamente las riendas del rotativo para intentar salvarlo… y comenzarán a cambiar las cosas que no les gustan, que son muchas. La primera de ellas, eliminar ese tufillo involucionista y golpoide que a veces tienen algunas páginas señeras del periódico de la calle Martínez Inurria, por lo que, tras el previsible cambio de director, José María Castaño, a algunos colaboradores ya les huele el pelo a pólvora.
Y es que este diario está empeñado, a través de ciertas plumas, en reinventar todos los días el sistema democrático a través de estrambóticas terceras vías, que pasan por la reforma de la Constitución a castañazos y el golpismo de salón.
Ahí está, como ejemplo más claro, el caso de Ricardo de la Cierva.
El ultraderechista Cierva no pierde ocasión, en las mañanas, cuando hace su deposición, para negancharse a la involución de cada día. Naturalmente cuando DIARIO16 tuvo su conflicto en la sala del juicio del 23-F, añadió leña al fuego hablando suciamente de provocación y demás. Luego, el Tribunal Constitucional le cerraría la boca. Y es que Ricardo de la Cierva no es ni historiador ni periodista. Es un cachivache, un artefacto. Es una rotativa de cuatricomía, una Uniman, que lo mismo imprime fascículos que papel de envolver. Tengo por aquí un libro de Cierva que se llama ‘Turismo, Teoría. Técnica. Ambiente”. Lo firma don Ricardo de la Cierva y Hoces, químico del Equipo Técnico Móvil del Instituto de Medicina y Seguridad del Trabajo, del fallecido Instituto Nacional de Previsión. No me extrañaría nada que Cierva estuviera trabajando por las noches para Johnson y Johnson frabicando raids y ambipurs. ¿A qué huele don Ricardo? ¡A flores…! ¿Y Cierva? ¡A flores…! Bonito spot.
Pero volviendo al YA – porque Cierva es un asunto menor, yo, en ocasiones, le suministro un pequeño linternazo, en respuesta a las maldades que, de cuando en cuando, filtra contra mí, sin nombrarme, en su columna – los obispos intentarán ahora reformar los estatutos de la casa, que tiene una organización endiablada, maquiavélica. Son esas cosas siniestras y retorcidas que a veces hacen los curas. En lugar de un consejo de administración como Dios manda, el YA tiene una todopoderosa Junta de Gobierno, que no es representativa del accionariado, que funciona como un politburó comunista, donde sus miembros son elegidos por cooptación por ellos mismos y, por tanto, no se renueva. Dicha junta desparrama sus poderes sobre el consejo de administración, que se ocupa de la gestión económica, y el consejo editorial, que se encarga de la línea ideológica.
José Luis Gutiérrez


16 Marzo 1983
YO NO CONFÍO EN ESTA JUSTICIA
En los últimos meses los ciudadanos españoles hemos conocido con lamentable frecuencia decisiones judiciales que no nos han dejado perplejos, porque desgraciadamente estamos ya acostumbrados a noticias como las recibidas, pero que sí nos ha llenado de indignación por considerar muchos que no sintonizan con los vientos políticos que en nuestro sistema democrático deberían correr.
Cada vez más, los españolitos de a pie nos preguntamos si es que el cambio no va a llegar nunca al tan criticado poder judicial, a la vez que permanecemos a la expectativa.
Injurias
Si justicia es que Ricardo Cid Cañaveral haya sido encarcelado por un artículo publicado en una revista en el año 1979…
Si justicia es que el juez Antón de la Fuente, titular del ya famoso Juezgado 19 de Madrid, mande hacer preso a Ricardo en Zaragoza, cuando tiene domicilio conocido en Madrid y publica varias columnas a la semana en un periódico de difusión nacional como es DIARIO16…
Si justicia es que ese mismo juez diga que lleva desde 1979 tratando de notificare a Ricardo un auto de procesamiento (¿qué han hecho ustedes, Antón, en estos casi cuatro años?)…
Si justicia es que el mismo Antón de la Fuente procese a cuatro periodistas de DIARIO16 (Pedro J. Ramírez, José Luis Gutiérrez, Xavier Domingo y Fernando Jauregui) por supuestas injurias a Ricardo de la Cierva y estime como falta, no como delito, los gravísimos insultos dirigidos por el columnista Juan Blanco, del diario golpista EL ALCÁZAR, contra Juan Tomás de Salas.
Si justicia es que Xavier Vinader esté condenado a siete años de prisión por publicar un reportaje sobre lastramas ultraderechistas en el País Vasco, acusándole y ordenando su ingreso en alguna de las denigrantes prisiones españolas por ‘inducción al asesinato’ (ahí queda eso)…
Si justicia es que Rafael Fernández Abinzada fuera acusado por un fiscal de Barcelona de un delito de robo cometido el 14 de junio de 1982, cuando Rafael Fernández Abizanda permaneció en la cárcel de Gerona desde el día 29 de abril del 82, cuando Rafael Fernández Abizanda permaneció en la cárcel de Gerona desde el día 29 de abril del 82 hasta el día 26 de junio del mismo año, según consta en certificado expedido por el director de la misma el 20 de diciembre del 82 y que obra en mi poder…
Si justicia es que José María Ruiz Mateos se encuentre en paradero desconocido después de la intervención en televisión del ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, imputando al mismo actuaciones tipificadas en la legislación vigente como delito…
Si justicia es que la Audiencia Provincial de Madrid ordene el procesamiento del director de DIARIO16, Pedro J. Ramírez, por un delito de injurias contra el golpista Antonio Tejero Molina, el hombre que ensució históricamente el verde uniforme de la Guardia Civil y que humilló a todo el pueblo español…
Si justicia es que Tejero y Milans estén condenados a treinta años de prisión – y cumplan condena de café – por un golpe de Estado frustrado en el que mantuvieron secuestrados a todos los diputados del Congreso y Luis Miguel García Gabarre ‘El Chocolate’ esté condenado a más de cincuenta por atraco frustrado a un banco con secuestro temporal de doce clientes que no sufrieron ningún daño ni escucharon un solo tiro…
Si justicia es…
Entonces yo, amparándome en el artículo 20 de nuestra Constitución, que existe pese a muchos, expreso ‘libremente mi pensamiento, idea y opinión mediante la palabra escrita’: Yo no confío en esta justicia. Y como dijo en este mismo periódico uno de los mejores periodistas españoles hace pocos meses, hay que ser claro: Algunos no estamos dispuestos a que ni Ricardo Cid Cañaveral, ni Pedro J. Ramírez, ni José Luis Gutiérrez, ni Xavier Domingo, ni Xavier Vinader, ni ningún otro en similares circunstancias permanezca ni un solo día en prisión. Así que, ahora, a ver que pasa.
Melchor Miralles


05 Marzo 1983
ERUDITO DE LA CIERVA
Así pues, Pedro J. Ramírez, José Luis Gutiérrez, Fernando Jáuregui y yo mismo hemos sido procesados por injurias a don Ricardo de la Cierva y Hoces, según reza un auto del juez señor don Antón de la Fuente, muy indulgente en la materia cuando el que profiere gravísimos insultos en EL ALCÁZAR contra Juan Tomás de Salas, sin ir más lejos.
Se me reprocha un artículo que escribí cuando el señor De la Cierva abandonó al caído señor Suárez para pasarse a AP. Entre los epítetos considerados injuriosos figuran los de lastre, travestismo político y, oh, sorpresa, erudito.
A mí me injurió mucho más gravemente el señor De la Cierva en 1974, cuando era algo así como director general de Cultura Popular del Gobierno franquista.
Escribió entonces una carta a Luis González Seara, que era presidente de CAMBIO16, tachándome de ‘subversivo’ y de ‘no sólo enemigo del régimen, sino enemigo de España”.
Este último concepto, para alguien que vive en el exilio y que no puede recurrir a los tribunales, no solamente es un insulto bajo, gravísimo, totalmente inaceptable, sino que en aquella época constituía también una amenaza para la integridad física.
Esa carta, en la que se indicaba que mi nombre no debía figurar más en CAMBIO16, venía a propósito de un libro que yo había publicado en Francia y que había sido traducido al holandés, en el que denunciaba los destrozos ecológicos, urbanísticos, sociales, humanos, paisajísticos y hasta morales que había causado en la costa española del Mediterráneo el promocionismo turístico de masas. Curiosamente, mis amigos de la izquierda exiliada me reprocharon el libro tachándolo de patriotero.
La lectura, si lectura hubo, del señor De la Cierva fue distinta. Volviendo a mi artículo, publicado en estas mismas páginas el 30 de enero de 1982 y ahora incriminado, no felicitaba precisamente a don Manuel Fraga por su nuevo recluta.
Si repasamos brevemente la biografía publicada del señor De la Cierva podemos pensar que sus convicciones no suelen ser firmes y duraderas. Que se sepa, durante su vida, ha sido ya jesuita y sacerdote, alto funcionario del franquismo, enemigo acérrimo de UCD y de Suárez, miembro de UCD y ministro de Suárez y ahora militante de AP. Paso por alto su periodo historiador y su época de hombre-anuncio de fascículos de la editorial Planeta en TVE.
Eso me hizo emitir dudas sobre su porvenir político y sobre su valía para AP. Los electores de Melilla que no son precisamente revolucionarios trotskistas, parece que me dieron la razón. De ahí lo de ‘lastre’, o sea, ‘carga pesada que inmoviliza o frena la marcha’, y lo de ‘travestismo político’ que indica a la persona que cambia a menudo de agrupación o partido político.
En cuanto a lo de erudito según el diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, es el instruido en varias ciencias, artes y otras materias.
Don Ricardo los considera insulto. Sin el menor esfuerzo lo retiro. Don Ricardo de la Cierva, que conste, no es un erudito, sino todo lo contrario.
Xavier Domingo