1 febrero 1980

Desaparecen los periódicos catalanes MUNDO DIARIO, TELE/EXPRESS, CATALUNYA EXPRESS y 4-2-4

Quiebra del Grupo Mundo de Sebastián Auger, cierran todos sus periódicos en Cataluña, así como el diario nacional INFORMACIONES

Hechos

  • El cierre por quiebra del Grupo Mundo significaba la desaparición de ámbito nacional INFORMACIONES y de los diarios de Cataluña TELE/EXPRESS, MUNDO DIARIO, CATALUNYA EXPRESS y 4-2-4, así como del ‘Diario Regional’ de Valladolid.

Lecturas

El hundimiento económico del Grupo Mundo se oficializó tras una suspensión de pagos que concluyó en 1980 con el cierre de sus cuatro periódicos catalanes Mundo Diario, Tele/exprés, Catalunya Exprés y 4-2-4.

También, en Madrid, dejaba de publicarse el 2 de febrero de 1980 el diario Informaciones con un artículo de su director, Emilio Romero Gómez, titulado «Hasta no sabemos cuándo». El País, cuyo director Juan Luis Cebrián Echarri había trabajado varios años en Informaciones, se despedía de él con un editorial de homenaje. El País además publicaría una tribuna de Emilio Romero Gómez muy crítica hacia la gestión como editor de Auger Duro, pese a que apenas unos meses antes el mismo Romero Gómez había publicado una tribuna elogiosa hacia el editor catalán en Interviú. Ante el fin del Grupo Mundo pasaba hacer este balance:

Un día aterrizaron en la empresa [Prensa Castellana] dos grupos de accionistas, representando por un Garrigues y Sebastián Auger Duro, que no aportaban vigorosamente otra cosa a la empresa que deseos de tener un periódico en las manos, tender la mano al poder y a la banca en espera de subvenciones o de créditos.

Mundo_DiarioEl Sr. Auger había comenzado su andanada como editor comprando la revista MUNDO a D. Vicente Gallego en 1967, aunque su gran salto era comprando un diario nacional que fue INFORMACIONES; adquirido en diciembre de 1978, cuando – después de la ‘espantada’ de sus antiguos accionistas, un conglomerado de bancos liderados por el Santander de la familia Botín – el periódico estaba ya en números rojos.

INFORMACIONES controlado por el Sr. Auger y bajo la sombra del abogado D. Antonio García-Trevijano, no dudó en batallear con los diarios EL PAÍS – del que alertó sobre su guerra accionarial – o DIARIO16 – al que le acusó de estar financiado por el Gobierno Suárez – cuando estos medios le echaron en cara su situación crítica.

En 1979 el Sr. Auger, en medio de una guerra interna con los accionistas Sres. Garrigues y Ussía, se arriesgó a encargar la dirección del periódico a un periodista tan significativo como D. Emilio Romero que, durante su etapa, mantuvo – como era de esperar – una crítica constante al Gobierno Suárez, lo que llevó a una simbólica guerra con el diario PUEBLO, es decir, el diario que durante tantos años dirigiera el propio Sr. Romero y que ahora, conducido por D. José Ramón Alonso, era el diario más defensor del Gobierno Suárez. Pero estas contiendas no sirvieron para subir tirada ni para pagar deudas, por lo que el diario de la tarde estaba sentenciado.

Durante los últimos meses de existencia del periódico, los trabajadores del Grupo Mundo mantuvieron una guerra pública contra su editor calificado como ‘el enterrador’ de INFORMACIONES y el Grupo Mundo logrando, por ejemplo, que D. José Luis Balbín le ‘desinvitara’ a su programa ‘La Clave’, donde estaba previsto que participara en el programa del 12.01.1980 en un especial dedicado a analizar a los magnates de la prensa. Para el cierre definitivo del Grupo Mundo fue fundamental la decisión de las dos principales agencias de noticias, la pública EFE, presidida y dirigida por D. Luis María Anson, y la privada EUROPA PRESS, presidida por D. José Mario Armero y dirigida por D. Antonio Herrero Losada, de cortar el suministro de teletipos a INFORMACIONES y al Grupo Mundo. Era una decisión bastante comprensible si se tiene en cuenta que el Sr. Auger tenía más de 10 millones de deuda sin pagar con EFE y unos 4 millones de deuda sin pagar con EUROPA PRESS.

A pesar de no pagar las deudas y de mantener un pleito con muchos de sus empleados, D. Sebastián Auger lograría que el diario INFORMACIONES reaparecería en agosto con D. Rodrigo Royo como director. En lo que se refiere al Sr. Romero, tras intentar buscar su hueco en EL PAÍS, terminaría pasándose a las páginas de opinión del ABC.

02 Febrero 1980

HASTA NO SABEMOS CUANDO

Emilio Romero

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Por decisión de los trabajadores de INFORMACIONES – a los que se les aduedan tres pagas – mediante una asamblea, no saldrá nuestro periódico a partir del próximo lunes. La huelga, decretada tiene carácter de indefinida. LA situación laboral no ha cambiado desde finales de diciembre de 1979, y están en plena actividad todos los esfuerzos posibles para remediar nuestra situación financiera y nuestra supervivencia; y los trabajadores han agotado sus posibilidades vitales para seguir, habiendo hecho una gran aportación de sacrificios no remunerados y de sugerencias. El Gobierno, que tiene en sus manos grandes disponibilidades económicas de ayuda a la Prensa, a través de distintos métodos, ha sido informado minuciosamente de esta situación por parte de la empresa, del director, del comité de empresa y del resto de los trabajadores.

Los señores Meliá, secretario de Estado para la Información; Calvo Ortega, ministro de Trabajo y Ricardo de la Cierva, ministro de Cultura, tienen en su poder todos los datos. También ha funcionado una relación, con sugerencias e iniciativas, entre la Asociación de la Prensa de Madrid, representada por su presidente, don Luis María Anson, y por su asesor jurídico, don José Mario Armero, la empresa de INFORMACIONES y el comité de empresa. Todo lo que se tenía que hacer por parte de este periódico, se ha hecho. Lo más triste de todo es que tenga que dejar de publicarse el decano de la Prensa de la tarde de Madrid, que es INFORMACIONES, con setenta años de existencia y que, paradójicamente no pasa por ningún déficit de su prestigio tradicional. Es un periódico nacional con una estimable asistencia de lectores y una sana cobertura publicitaria. SU gran influencia es incluso muy superior a lo que podría significar su tirada, porque nuestros lectores pertenecen, en gran parte, a la clase dirigente española en sus áreas de la economía, la empresa, la Universidad, las profesiones, el mundo intelectual y la cultura. Por eso me permito pedir a los poderes públicos – Gobierno y Parlamento – que reflexiones sobre el daño que se hace a la Prensa española con estas zozobras, que son superables, de INFORMACIONES, y la erosión que se infringe, igualmente, al propio sistema democrático, dado que INFORMACIONES es un periódico libre e independiente. Y precisamente en las manos de los poderes públicos está la solución de los problemas de INFORMACIONES, dado su prestigio actual y su proyecto de buena salud, sin que  por mi parte deba formular ni el modo ni los métodos. Cualquier obstáculo jurídico o financiero puede ser tratado y superado en una mesa eficaz de negociación. Los trabajos de esta casas son conscientes de la necesidad de una reversión tecnológica y de los sacrificios que ello comporta. ¿Cómo podrán explicar los políticos de la nueva situación española que componen el gran plantel actual de liberales, de socialistas y de demócratas de todas las extracciones ideológicas, que el antiguo régimen – la dictadura – tuviera más periódicos, con más lectores, más publicidad, más prósperos, más rentables, y ninguno de ellos, estuviera amenazado de desaparición como sucede ahora? ¿Cómo se compagina el mayor despliegue de la libertad de expresión con la menor posibilidad de ejercerla? Por otro lado, tampoco el antiguo Estado estaba asistido en los Presupuestos generales como está ahora, de medios económicos, para asistir a la información. Algo muy serio, y muy profundo, está ocurriendo en el sistema político y en los comportamientos de gobierno, para que se produzca esto. El reciente suceso de la Televisión es una sencilla muestra. No se corresponde la importancia intelectual, cultura, política, de la Prensa escrita con ese tratamiento de Cenicienta. Cuando un país se quede sin Prensa no tenemos que preguntar por la salud de la libertad. Mediten sobre esto todos los que han hecho de la libertad un deseable modo de convivencia.

Emilio Romero

08 Febrero 1980

INFORMACIONES

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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Desde el pasado lunes existe un ruidoso silencio en la prensa española: el diario INFORMACIONES, decano de los vespertinos madrileños, ha suspendido indefinidamente su edición; se ha parado la más antigua rotativa de las que funcionaban en Madrid (y acaso en España), y un periódico con casi sesenta años de vida a sus espaldas ha interrumpido una cita cotidiana que venía manteniendo con al menos tres generaciones de españoles.No es éste el lugar en el que deban analizarse los problemas financieros del actual editor-propietario de INFORMACIONES que han propiciado la huelga indefinida de unos trabajadores que llevaban rueses trabajando sin percibir sus salarios. Sí sería obligado apuntar la precaria situación de otros diarios que ya pasaron o van a pasar por el trance que ahora aqueja a INFORMACIONES.Pero bien se puede y se debe extrapolar la ausencia de INFORMACIONES como síntoma preocupante del acorchamiento que se advierte en la sensibilidad pública de este país.

INFORMACIONES (como cualquier medio de difusión pública) no es exactamente una empresa mercantil común, sujeta a los vientos de la demanda del mercado o de una buena o mala gestión económica; sería ocioso y hasta intelectualmente ofensivo explicar ahora aquí que los medios de comunicación social son algo más que un entramado empresarial sujeto a los vaivenes de los negocios. Pero, además, INFORMACIONES no es un periódico más que no haya encontrado lectores y anunciantes ni su hueco en la opinión pública española.

En la hemeroteca de INFORMACIONES se encuentra buena parte de la historia europea de entreguerras, los cinco años de la Segunda República, un relato apasionado e imprescindible de la última contienda mundial, toda la prolongada etapa del franquismo y, tras el cierre del diario MADRID, el mejor empeño de entre los posibles por coadyuvar, en condiciones harto dificiles, a todo el combinado empeño por la pacífica transición de la autocracia a la democracia.

Es un periódico que ha sido dirigido por apellidos ya históricos en el periodismo español y que en estos momentos, precisamente en la peor dé sus horas, puede alardear el orgullo de haber formado en su escuela a profesionales que animan otros medios de comunicación.

La ausencia de INFORMACIONES, acogida prácticamente sin reflejos por el Estado, por los partidos, por la misma opinión pública, tiene rasgos paralelos con la desaparición de la revista CUADERNOS PARA EL DIÁLOGO. Es obvio que algo falla en las parcelas más íntimas y éticas del cuerpo social cuando se deja caer, entre el silencio y la indiferencia, a órganos de expresión que se esforzaron por orientarse hacia las libertades entre los siempre últimos y peligrosos coletazos del anterior régimen.

Tampoco sería lícito olvidar que mientras la antigua prensa del Movimiento se liquida sabiamente (salvaguardando, como es obligado, los derechos de sus trabajadores), los de la prensa independiente, los que globalmente afrontaron más riesgos por ayudar al Estado a llegar a su actual puerto democrático, sean ahora los más desprotegidos, los más olvidados, mera carne del seguro de paro a la que ni siquiera se agradecen simbólicamente los servicios prestados.

Es muy posible que así deba ser, por cuanto la prensa independiente conlleva tales riesgos profesionales que deben ser asumidos plenamente. Pero toda sociedad es algo más que un reparto de responsabilidades y de derechos: también convergen sobre la sociedad factores de agradecimiento común, de respeto por valores históricos, de defensa de un pluralismo informativo que cada día se nos está haciendo más estrecho, y de los que la sociedad democrática no puede dimitir.

Ya es sabido que la derrota es huérfana y que la victoria tiene siempre cien padres. En España ha triunfado la democracia y son escasísimos aquellos que admiten no haber contribuido a ella. Pero, al menos en el nivel de los generadores de la opinión pública, tendríamos todos que ser un poco más sensibles ante el paulatino acallamiento de cabeceras históricas como la de INFORMACIONES, que, junto con algunas otras -no demasiadas-, contaron la Historia y, llegado el momento, ayudaron a la Historia.

Un país que deja perder con insensibilidad olímpica sus medios históricos de expresión, o a los que contribuyeron al perfeccionamiento de sus instituciones políticas, puede estar apuntando peligrosos rasgos de insolidaridad o indiferencia. La muerte de CUADERNOS o el actual cierre de INFORMACIONES no son anécdotas, sino categorías de desdén por la pluralidad informativa, por la historia de un bien social como es la prensa y por los esfuerzos y problemas aún no relatados de unos profesionales de la información que entendieron en su día que había que afrontar riesgos políticos, personales y laborales, por contribuir modestamente a la restitución de las libertades públicas.

INFORMACIONES, ese viejo e histórico periódico, no merece la muerte, y menos aún la muerte sin gloria que arropa el silencio, la insolidaridad hasta la ingratitud.

26 Enero 1980

Adiós, Auger, adeu

Comité de Empresa de INFORMACIONES

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«Y en cualquier caso, si yo soy el obstáculo, me voy.» Recuerde el editor propietario que esa frase es suya. Recuerde que fue un domingo de frío y hambre, con la huelga -nuestra segunda huelga- ya en marcha. Recuerde que lo dijo para calmar unos ánimos lógicamente enardecidos, cuando ya los caminos se nos cerraban. Bien-, los nuestros, los de INFORMACIONES, están abiertos, sólo queda una pequeña puerta cerrada y esa puerta es usted. Váyase. No deje a trescientas familias sin trabajo; no deje que se muera un diario que es decano de la prensa de la tarde e independiente; no deje que su vanidad le impida reflexionar y recuerde sus propias palabras, su propia promesa, que es, seguro, la palabra de un hombre que respetamos.Usted ha hecho el esfuerzo, lo sabemos. Usted ha querido salvar sus empresas, lo sabemos; pero sólo encuentra un rotundo no allí don de acude. Tenemos la firme esperanza de seguir, pero es necesario que se vaya, que elija la puerta ele gante, la puerta grande de la salida airosa. No queremos qu enso pague, queremos que se vaya. Es un deseo formal y expreso. Es un deseo sentido, casi un ruego de gentes que ven en peligro su trabajo, el colegio de sus niños y la comida de sus casas. Piénselo. Su situación es difícíl, pero si no se va, usted lo sabe bien, puede ser más difícil todavía, y para qué complicar aún más las cosas. Es más fácil, más bello por su parte, marcharse por la puerta grande. Eso es, simplemente, lo que queremos. Seguro que sabremos agradecerle todos sus esfuerzos, sus noches sin sueño, sus caminos puerta tras puerta-, pero para salvar INFORMACIONES –y eso, pensamos, lo quiere usted tanto como nosotros- hace falta únicamente, únicamente, señor Auger, que se marche, que deje INFORMACIONES a otros empresarios, que los hay, pero sin que usted toque nada en ese juego. Puede ser muy duro para usted, pero así es la realidad. Es mejor que un solo hombre. us ted. se quede sin la propiedad de INFORMACIONES, que trescientos trabajadores pasemos a incorporar la nómina del paro.

Usted sabe que debe mucho dinero. Usted sabe que INFORMACIONES no le costó un duro. Usted sabe que hay acciones judiciales en su contra. Usted sabe que un cerco se cierne sobre su persona. Usted conoce, perfectamente, que la realidad le supera y, en esas circunstancías, lo mejor, para todos, es abandonar. Es mejor así, porque enconr traremos el futuro. Un futuro que pasa por reestructurar esta empresa, por una remodelación tecnológica y por un sudar cada día más para poner en órbita, de nuevo, INFORMACIONES.

Así las cosas, recordándole que el presidente de la Generalidad ha dicho que usted confunde sus propios proyectos con la realidad, hay que insistir en el tema para ver si puede entenderlo: es necesario que se vaya.

Lleva prolongando nuestra, su agonía, desde hace un mes. Desde aquel 28 de diciembre -día de los Inocentes-, cuando el presidente del consejo de administración de Prensa Castellana, SA, anunció en nombre del editor -usted- que la paga extraordinaria se cobraría el día 31, todo lo más tardar, y la correspondiente a diciembre, el día 4 de enero. Fue una monstruosa inocentada. Y tras aquella promesa no hubo más que intentos disuasorios -incluido firmar un documento asegurando que se pagaba- para frenar nuestra arma legal; la huelga, que en su segunda versión quiso usted impedir con su presencia. en nuestro habitual lugar de reunión en asamblea, en un ejercicio humanamente honesto, pero empresarialmente circense. Nos dijo aquella madrugada del 14 de enero que moralmente su obligación era manifestarnos la importancia de no hacer la huelga. No la prohibía, no podía, pero su obligación moral era decirnos que debíamos trabajar, para así darle tiempo para solucionar los problemas. Tiempo le hemos dado todo.

«INFORMACIONES se puede salvar, pero sin Auger.» Eso se dice en los medios financieros, políticos y profesionales. Tiene que entenderlo, señor Auger, y marcharse. No sabemos muy bien cómo se puede convencer a un hom bre cercado, en sus horas bajas, con una cabecera de prestigio e historia en su poder, que debe dejar esa posesión y quemar las naves con la belleza de un conquistajor fracasado y no con la fealdad de un pirata acosado y enardecido. Es muy difícil llegar a usted, alcanzar ese grado de sensibilidad suficiente como para que comprenda que su beau geste es irse, sin pedir nada a cambio más que nuestra entera gratitud, porque alejándose definitivamente de la naveInformaciones podremos contar un día que usted estuvo en ella, que quiso hacerlo grande, pero que los elementos y las realidades pudieron con usted. Es mejor marcharse con honra, que ser vilipendiado por unos trabajadores honestos, que han hecho lo imposible por salvar su patrimonio,

Los hechos son esos. Las realidades, que pasan por la reestructuración, por un proceso de largo plazo para hacer, de nuevo, rentable este producto entrañable llamado INFORMACIONES, indican que hay un obstáculo llamado Sebastián Auger, que es el dueño de la cabecera del decano de la prensa de tarde. Si juntamos ambas cosas, si tenemos en cuenta que la solidaridad ha podido salvar situaciones dramáticas en muchas familias de los trabajadores del periódico, si añadimos que la muerte está muy cercana si todo sigue como hasta la fecha, es mejor recordarle, una vez más, que abandone.

Fíjese, señor Auger, que le brindamos, en su noche oscura del alma, la posibilidad de la gloria sobre la pesadumbre de una guerra sin cuartel. Nosotros -lo sabemos, porque es indudable- tenemos mucho que perder en la batalla, el trabajo es el más honorable de los derechos del hombre y usted quiere privarnos de él; pero convénzase, señor editor propietario, que sobre su cabeza pesará ese paro y sobre su corazón el fracaso estrepitoso. Dicho de otra manera, pese al largo paro que se cierne sobre los trabajadores de INFORMACIONES, quien más pierde con su actitud, con su cerrada y hostil actitud hacia nosotros, es usted, sólo usted.

«Y, en cualquier caso, si yo soy el obstáculo, me voy.» Haga honor a sus propias palabras, coja la puerta. Estamos dispuestos a despedirle en olor de multitud, como a los grandes, como,a los caballeros con honor, y vuelva a casa. Tranquilizará a su familia, será alabado y su compañeros, será bien tratado en los medios profesionales y será bien querido por trescientos empleados suyos que estamos deseando dejar de serlo, por su bien y por el nuestro. Si no lo hace, además de faltar gravemente a su palabra, que es lo único que le queda, se hará mucho daño, un irreparable daño.

02 Julio 1980

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Emilio Romero

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Desde hace algún tiempo está en los comentarios de los periódicos y de los políticos el tema de las limitaciones o de los atentados a la libertad de expresión, y este es un asunto que merece ser tratado con toda la carga que lleva de denuncia, con el ejemplo de alguna particularidad expresiva, y con ánimo de no aceptar la deflacción de los periódicos y de los otros medios de comunicación social como instrumentos de influencia -no de éstos y de aquéllos-, sino de la sociedad misma y completa.El otro día, con ocasión de vernos tanta gente en palacio con motivo de la fiesta de¡ Rey, un personaje de gran dinamismo político y de excepcionales merecimientos en la transición hacia la democracia me revelaba que el presidente de] Gobierno había manifestado al presidente de la Generalidad de Cataluña que no aceptaría ningún mensaje a través de los periódicos. Cualquiera que sea la certidumbre e la leyenda de estas manifestaciones, lo que parece claro es que una gran parte de los políticos españoles, desde 1936 en adelante, han pensado que el llamado «cuarto poder» estaba muerto y cualquier resurrección no sería ni útil ni viable. El «cuarto poder» -como se sabe- no era, y no debe ser otra cosa, que una manera de hacerse oír el país, además de liacerse oír en el Parlamento. Esa denominación inventada por los políticos católicos, referida a la Prensa y a los otros instrumentos informativos y de opinión, de «medios de comunicación social», parece correcta, pero es peligrosa, porque la Prensa no es solamente comunicación social referida a la información, sino un instrumento de representación pública para la queja, la protesta, la crítica, la petición y hasta la afirmación, y para todo aquello que represente «la libertad de expresión». Cuando alguien, afortunadamente, calificó a los periódicos de «parlamento de papel» se oyeron voces respecto a que este parlamento era legítimo entonces, puesto que no había otro a nivel democrático. Pero cuando vino la democracia no fueron pocos los demócratas que utilizando aquel. condicionamiento anterior señalaron que la Prensa ya no debía ser un «parlamento de papel», puesto que existía el Parlamento de la democracia. Nada más falso. Precisamente cuando se inventó lo de «cuarto poder» existía el Parlamento democrático, y ello quiere decir que son compatibles y hasta complementarios. Pero ahora más que nunca -refiriéndome al sistema político democrático-, cuando el Parlamento parece sometido férreamente a la disciplina de los partidos y los comportamientos se cuecen fuera. Ahora los periódicos en la democracia deben ser más «cuarto poder» que nunca, aunque fuera un poder no atendido.

Hay una particularidad expresiva -a la que me refería antes- y que he elegido para señalar otro problema referido a la Prensa y a la libertad de expresión, que no está contemplado desde una perspectiva global de la situación actual por la que atraviesa la Prensa. Me refiero al recientemente desaparecido periódico INFORMACIONES -del que fui su último director- hasta la fecha, puesto que parece que su editor quiere hacerlo reaparecer en condiciones mágicas, impensables y hasta estrambóticas. Este periódico era de esos que han existido y existen en el mundo que, sin una tirada grande, tenía una influencia social relevante. Era el decano de la Prensa de la tarde de Madrid y había contemplado la mayor parte de los episodios básicos de este siglo. Era un periódico privado que había pasado por diferentes manos, pero tenía el aroma de la independencia o, cuando menos, del alejamiento del mundo oficial o del poder. Sus momentos culminantes, y en distintas circunstancias, pertenecieron a dos grandes directores, y precisamente dos La Serna, padre e hijo -Víctor y Jesús-, y tenía raíces profundas,en la historia contemporánea española. Los lectores de INFORMACIONES componían lo que hoy suele llamarse «clase dirigente» en una sociedad, y que no es otra cosa que la empresa, los profesionales, los liberales, los universitarios, las gentes de letras, todo eso que constituye una extensa y variada elite en cuyas manos está siempre la inspiración o el destino de un país. Los azares económicos de la Prensa española, con su tecnología antigua, sus crisis publicitarias y de adaptación, sus altos costes de mano de obra y de materias prirnas, todos los elementos que componen una explotación periodística, habían puesto a INFORMACIONES -como a tantos periódicos- en una situación económica apurada, y un día aterrizaron en la empresa dos grupos de accionistas, representados por un Garrigues y Sebastián Auger, que no aportaban vigorosamente otra cosa a. la empresa que deseos de tener un periódico en las manos, tender la mano al poder y a la banca -en espera de subvenciones o de créditos- y sueños a largo plazo. No eran empresarios con patrimonio propio disponible, ni siquiera contaban con crédito generoso, al poco tiempo entrarían en colisión los dos grupos, y afrontaría el protagonismo uno solo, Sebastián Auger, que era un empresario de periódicos catalanes, con algunabiografía antigua de promotor en Madrid, y en cuyos negocios periodísticos actuales había más utopía y fantasía que realidad, porque ya no solamente vivían con apuros sus cuatro periódicos de Barcelona y otras empresas, sino que se embarcaría al poco tiempo en otro periódico de Valladolid, y hasta quería hacerlo en la Costa del Sol y en el Norte. Sebastián Auger era una admirable mente calenturienta. Confieso que sí alguien me ha engañado en la vida, éstos han sido los soñadores, o los que aparentan serlo, probablemente por mi naturaleza literaria. El caso es que me incorporé a la dirección de INFORMACIONES en septiembre de 1979 con la creencia, por mi parte, -porque así me lo juraron por su santa madre mis amables oferentes e interlocutores- que había dinero para este periódico en su necesaria reversión tecnológica, para cien más y para aguantar lo que fuera necesario en ese propósito de hacer un gran periódico y una buena cadena de ellos.

La redacción y la colaboración eran muy aceptables, el taller estaba constituido por viejos y nuevos profesionales de gran espíritu y abnegación, como son todos los gráficos que he conocido a lo largo de mi existencia, y aquello hubiera funcionado muy bien con el objetivo -naturalmente, quirúrgico- de la reversión tecnológica a los métodos modernos de impresión. Pero Sebastián Auger, como pude ver en seguida, tenía cerradas las puertas del poder en cuanto a ayuda, y de la banca en cuanto a crédito. Y tuvo que cerrar dejanto montones de deudas; las más graves, las de los trabajadores.

Lo que se cerraba -un periódico prestigioso- no puede considerarse como el patrimonio exclusivo de un empresario, que además había puesto muy poco dinero, sino como el patrimonio común de sus lectores, de sus anunciantes y del país. Esta no era la historia de un fracaso periodístico, que hubiera justificado un cierre en cualquier momento, sino todo lo contrario, era un periódico viejo, prestigioso y con una gran influencia social cuyo problema era únicamente su tecnología antigua, y gozaba de una cartera de publicidad excelente. Prácticamente representaba la más alta titularidad de independencia en la prensa de la tarde de Madrid. El caso de INFORMACIONES es otro atentado a la «libertad de expresión», puesto que tanto el Gobierno como el Parlamento, y como determinadas legislaciones obsoletas, alejándose del tema, permiten ese atentado, sin ser sus autores. Concretamente, don Sebastián Auger, por muy admirables que sean sus sueños, no debe disponer de la vida y del destine, de un periódico famoso y prestigioso, que, en razón de las cuentas que echamos habitualmente de cuatro lectores por ejemplar vendido, resulta que lo leían 200.000 españoles de [as variadas especies políticas, intelectuales, culturales, economicas, sociales, y era su periódico de la tarde. Todos coinciden en deplorar la ausencia de este periódico; pero, para agravar más las cosas todavía, existen, al parecer, grupos y personalidades de nuestro mundo financiero que apetecerían hacerse cargo de Informaciones, y ante los cuales el señor Auger pasa una cuenta astronómica e imposible por la cabecera, asunto que antes se denominaba con una palabra popular muy expresiva y, que era la de «estraperlo». El señor Auger quiere hacer estraperlo, o lo simula -aunque no lo pretenda- con la cabecera de un periódico, que no vale eso, y que pertenece moralmente al común de los españoles, y donde él no ha puesto apenas nada. Concretamente, a un conocido financiero español tuvo la petulancia demencia¡ de pedirle cuatrocientos millones por esa cabecera, cuando todos los empresarios del país saben que eso es pura imaginación. O eran deseos angustiosos y habilidosos de buscar dinero o ganas de joder.

Probablemente, Sebastián Auger, que es emocionalmente inagotable en el empeño, podría encontrar algún manantial soterrado y extraño para resucitar anémicamente este glorioso título, pero al poco tiempo moriría por su propia penuria vital. Esta aventura sería todavía peor, porque entonces, después de su segunda defunción, la resurrección verdadera y prestigiosa de INFORMACIONES ya sería imposible. Lo más lógico sería que este catalán, original y soñador, cediera el paso, con grandeza personal, a otros que pudieran tener dinero o crédito para no privar a Madrid de uno de sus periódicos fundamentales. La libertad de expresión habría sido así servida por un hombre, el cual merecería todos los plácemes. El caso es que Madrid tiene un periódico menos por circunstancias que son remediables; otros pasan por situaciones difíciles, y no se notan, por parte de quien tiene las altas obligaciones de servicio a un país y a la democracia, que es el Gobierno y el Parlamento, de plantear hasta.el límite todos estos casos que están dentro también de lo que se entiende por «libertad de expresión».

El otro problema contra la libertad de expresión, que únicamente puede ser denunciado, pero difícilmente probado, es aquel en que el poder, o los grupos de presión, alquilan las conciencias o los saberes profesionales de determinados periodistas, escribiendo, como decía Quevedo, «que el pesebre es bueno para cabras, necesitados y otras gentes con apetito de barriga y de honras», para complacer sus opiniones o sus intereses en periódicos de los que son meros redactores, cometiendo estas dos figuras de infidelidad: la infidelidad a sí mismos y la infidelidad a sus empresas. O, si se quiere, dos deslealtades. Esto es lo que se viene llamando desde el pasado «el fondo de reptiles», que tiene diferentes manifestaciones. Hay algún compañero de este oficio que dice tener en su poder una nómina del «fondo de reptiles». Este es un tema que avergüenza a una profesión y que inhabilita a quien organiza el pesebre. Por otra parte, «el fondo de reptiles» se averigua muy fácilmente leyendo determinados artículos. Es un testimonio que no falla. La independencia no se nota, es verdad, solamente por la crítica, sino también por la afirmación; pero cuando esta última es constante y repetida, es incensario puro, se dibuja «el fondo de reptiles» con una nitidez fuera de toda duda.

Así es que, a la hora de analizar a fondo el tema de los atentados actuales a la libertad de expresión, procede hacer un examen general de las diferentes especies de ese atentado, para concluir en una denuncia global, aunque fuera -en el orden práctico- una tramitación sin esperanza. En este país los autoritarios suprimen la libertad y los liberales organizan pesebres de reptiles para impedirla.

El Análisis

JUGANDO A SER MAGNATE SIN DINERO

JF Lamata

¿Por qué D. Sebastián Auger cuando no tenía dinero para pagar las nóminas del Grupo Mundo compró el diario INFORMACIONES? ¿Por qué cuando empezaba a retrasarse el pago por la nómina de INFORMACIONES, el Sr. Auger compró el ‘Diario Regional’ de Valladolid? La única respuesta aparente es que el Sr. Auger pensaba que adquiriendo más poder mediático, tendría más poder e influencia y eso le permitiría hacer frente a sus deudas, pero lo cierto es que lo único que conseguía era endeudarse más y más, hasta que reventó.

J. F. Lamata